Recomiendo:
0

Para Carlos Gómez Gi se da un peligroso proceso de acomodación a los intereses del capitalismo global, contribuyendo a la expansión de los valores del mercado

«Las ONG españolas deben rearmarse ideológicamente para no legitimar las políticas neoliberales»

Fuentes: Canal Solidario

Dependencia económica, poca base social, relación difusa con las empresas y un modelo de actuación que perpetúa el capitalismo. Es, según el analista Carlos Gómez Gil, la realidad de las ONG en España, sobre la que hay que reflexionar. Tan sólo en los años 1984 y 1985 surgieron en todo el mundo la misma cantidad […]

Dependencia económica, poca base social, relación difusa con las empresas y un modelo de actuación que perpetúa el capitalismo. Es, según el analista Carlos Gómez Gil, la realidad de las ONG en España, sobre la que hay que reflexionar.

Tan sólo en los años 1984 y 1985 surgieron en todo el mundo la misma cantidad de ONG que entre 1909 y 1984. En España, la década de los 80 se caracterizó también por el nacimiento de numerosas organizaciones no gubernamentales que, en estos últimos años, han crecido y evolucionado al mismo tiempo que se ha establecido un modelo internacional basado en políticas de carácter neoliberal.

En este contexto, cabe preguntarse si las ONG, sin quererlo ni darse cuenta, se han convertido en una herramienta más del sistema para perpetuar estas políticas que generan desigualdad. Carlos Gómez Gil, sociólogo que desde hace años analiza la realidad de las organizaciones españolas, puso sobre la mesa este debate en un acto de la plataforma Àgora Nord-Sud, organizado precisamente para reflexionar sobre el desarrollo, la coherencia y el papel de las entidades de desarrollo en la globalización.

En general, explica Gómez Gil, «el concepto ‘ONG’ está cada vez más desdibujado porque se usa para muchas cosas y aglutina a entidades con valores, fines y orígenes muy diversos» y «cada vez son más las instituciones ajenas a los valores reales de una ONG las que se amparan en estas siglas para su actuación».

Según Carlos Gómez Gil, en España esta realidad también se da y hoy día el término ONG se refiere tanto a ONGD y entidades de acción social, como a grupos que se organizan para cualquier otra actividad. En este contexto, hay «contradicciones», como que «las ONG crezcan al mismo tiempo que hay una crisis en los movimientos participativos tradicionales, que aumente el número de ONG al tiempo que éstas se alejan del ámbito de la política, que reciban dinero público mientras cuestionan algunas políticas del Estado…»

En cuanto a la relación con las autoridades públicas, Gómez Gil advierte de una «dependencia institucional extraordinaria»que lleva a organizaciones que comparten los mismos fines «a competir por los recursos económicos».

«Hay un sometimiento económico al Estado y una escasa acción para conseguir recursos propios, que se acentúa con la concentración económica de los fondos gubernamentales en un número reducido de entidades» afirma este sociólogo y profesor de la Universidad de Alicante, que alerta que las ONG aumentan sus recursos «pero no su cauce social ni sus espacios de participación».

De esta manera, se trata de recordar a los Gobiernos que son los responsables de ofrecer un mínimo de servicios a los ciudadanos y de recodar también a algunas entidades que «no deben apropiarse de parcelas que son responsabilidad de los Estados a cambio de fondos», añade Carlos Gómez Gil, que señala que «sólo desde la subvención del proyecto no es posible transformar nada».

La relación con las empresas, otro aspecto clave

Pero en opinión de Gómez Gil, la reflexión de las ONG sobre su relación con otros actores no debe referirse únicamente al Estado sino también a las empresas. El debate, apunta, debe ser serio y «sereno», y abordar temas como la «asimilación del lenguaje de la banca en las ONG, que hace que se llegue a eslogans como ‘sálvame del sufrimiento por 12 euros al mes'».

En estos momentos, comenta Carlos Gómez Gil, «las cesiones que se están haciendo hacia los caprichos de las empresas y el mercado son muy importantes» y el lenguaje empresarial «se ha asimilado en las ONG de tal manera que muchos de los mensajes de las organizaciones «incumplen sistemáticamente el código de conducta» de las entidades.

Todo esto se traduce en «un peligroso proceso de acomodación de ONG a los intereses del capitalismo global, en la contribución de la expansión de los valores del mercado y en la necesidad de regular aún más la labor y el lenguaje de las organizaciones no gubernamentales», defiende Gómez Gil.

La solución está en las propias ONG

Como explica Carlos Gómez Gil, la principal contradicción es la presencia de «ONG sanas en sociedades enfermas» y la existencia de organizaciones «que se alimentan del sentimiento de buen samaritano que llevamos dentro y cuyos dirigentes engordan desde la entidad que presiden».

Por este motivo, añade, los cambios sólo pueden llevarse a cabo «desde adentro, siendo conscientes de dónde estamos» y pensando que quizás «muchas de las cosas que hasta ahora se consideraban incuestionables no lo son».

Según Gómez Gil, el primer paso para iniciar este proceso es que las ONG en España «se rearmen ideológicamente», dejando atrás su neutralidad y cuestionando ciertas políticas del modelo de globalización neoliberal pero, al mismo tiempo, aprovechando las capacidades que este modelo ofrece, como las nuevas tecnologías para la comunicación.

Carlos Gómez Gil es sociólogo, profesor del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Alicante y director del Seminario Permanente de Inmigración de este centro. Desde hace años analiza la realidad de las ONG de cooperación en España, ha presidido la entidad Alicante Acoge y en la actualidad es responsable del área de cooperación al desarrollo de la organización Bakeaz.

Más información:
Conoce la labor de la plataforma Àgora Nord-Sud