Después del debate en el pleno del lunes (11 de julio), que duró casi seis horas, el Knéset (Parlamento) de Israel aprobó el «Proyecto de ley para prevenir daños al Estado de Israel por medio del boicot». En esta ley, el «boicot» se define como estar en contra del «Estado de Israel – evitando de […]
Después del debate en el pleno del lunes (11 de julio), que duró casi seis horas, el Knéset (Parlamento) de Israel aprobó el «Proyecto de ley para prevenir daños al Estado de Israel por medio del boicot». En esta ley, el «boicot» se define como estar en contra del «Estado de Israel – evitando de forma deliberada lazos económicos, culturales o académicos con una persona u otro factor debido únicamente a su relación con el Estado de Israel, cualquiera de sus instituciones o cualquier ámbito bajo su control, de tal manera que pudiera causar daños económicos, culturales o académicos».
A pesar de las advertencias del asesor jurídico del Knéset, Eyal Yinon, sobre que la ley constituye una violación grave de la libertad de expresión y que probablemente fuera desestimada por el Tribunal Supremo, el Knéset aprobó el proyecto de ley con 47 votos a favor y 38 en contra.
Organizaciones activistas israelíes y palestinas ya están desafiando la ley, cumpliendo así las predicciones hechas durante la comparecencia de Raz Nizri, adjunto del Fiscal General Weinstein, que predijo que si se aprobaba, las organizaciones probablemente interpondrían una demanda. Tras la aprobación de la ley, las organizaciones de derechos humanos en Israel están preparando un recurso de apelación contra la «ley del Boicot» ante el Tribunal Supremo israelí.
Adalah-Centro Legal para los Derechos de la Minoría Árabe en Israel, el Comité Público contra la Tortura en Israel, Médicos por los Derechos Humanos y la Coalición de Mujeres por la Paz exigen que se detenga el proceso de aprobación de la ley. En una carta enviada al portavoz del Knéset Reuven Rivilin, al Ministro de Justicia Yaakov Neeman y al Ministro de Finanzas Yuval Steinitz, las organizaciones sostienen que se trata de «una ley completamente anticonstitucional que limita la libertad de expresión política y que es contraria al derecho internacional».
Los grupos también acusan a la ley de forzar a los ciudadanos a «cooperar con la ocupación».
Paz Ahora advierte que estas limitaciones a la libertad de expresión en Israel convertirán al Knéset en una «policía del pensamiento» y envió 120 banderas negras a cada uno de los miembros del Knéset para resaltar las consecuencias de la ley. Inmediatamente después de la votación, Paz Ahora creó un grupo en Facebook llamado «Procésame, yo le hago boicot a las colonias» como medida directa para desafiar la ley. El grupo ya había atraído a más de 2.000 seguidores el martes por la mañana.
El miembro del Knéset Zeev Elkin (Likud), que propuso la ley, dijo que ésta no pretende acallar a las personas, sino «proteger a los ciudadanos de Israel». Organizaciones activistas se oponen a esta defensa señalando que Israel no está prohibiendo todos los boicots, sino solo aquellos que están en contra de la ocupación. La ley concede ventaja a los colonos en Cisjordania mientras que delimita el trabajo y la posición tanto de ONGs como de ciudadanos particulares contra la ocupación. El grupo que recurre la ley sostiene que ésta «viola el principio de igualdad mediante el intento de defender una posición política a la vez que limita otras posiciones».
El abogado Hassan Jubrin, Director General de Adalah, manifestó que «el Knéset israelí no solo intenta silenciar la protesta contra la ocupación-también intenta imponer sobre las víctimas y sobre aquellos que se oponen a la ocupación, que cooperen y la apoyen de manera activa……[La ley] no cumple con ningún criterio del derecho internacional…»
En una declaración hecha pública por la Asociación por los Derechos Civiles en Israel (ACRI) se arremete contra la ley y la califica como «anticonstitucional y antidemocrática» y declara sus intenciones de «presentar una demanda contra ella ante el Tribunal Supremo israelí pidiendo que la ley sea derogada». La ACRI también publicó un análisis comparando la Ley del Boicot israelí y las leyes de boicot de Estados Unidos, que están siendo utilizadas para reforzar los argumentos usados por aquellos que apoyan la ley israelí. El análisis de la ACRI señala que las leyes de boicot estadounidenses fueron implantadas para disuadir a las compañías de ir en contra de la política exterior de Estados Unidos y que no obstaculizan el derecho de libertad de expresión. Asimismo, Estados Unidos nunca ha procesado a nadie por participar en un boicot.
Más grupos activistas progresistas y ciudadanos individuales en Israel, tanto palestinos como judío-israelíes, están expresando tanto su apoyo continuado al llamamiento palestino al BDS, a pesar de la recién aprobada ley, como su rechazo al discurso público de la izquierda sionista sobre este asunto. «La mayoría de grupos sionistas como Paz Ahora y ACRI se centran casi exclusivamente en las implicaciones que tiene la ley en el boicot a los productos provenientes de las colonias, lo que encaja con su rechazo público al llamamiento Palestino al BDS,» afirma Connie Hackbarth del Centro de Información Alternativa. «Su preocupación por la democracia de Israel es interesada dado que Israel no es una democracia y su preocupación por la libertad de expresión de los israelíes forma parte de un discurso interno en el que los israelíes y sus derechos son el centro de atención.» El grupo «¡Boicot! Apoyando el llamamiento palestino desde dentro» planea publicar una declaración acerca de la nueva ley.
Traducido por Cris del Tó para el Centro de Información Alternativa (AIC), Jerusalén .