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Siria

Las particularidades de la revolución

Fuentes: Mediapart

Más de seis meses después del comienzo de la revolución siria, repaso de un cierto número de características tanto de su desarrollo, sus levantamientos como de la forma en que el régimen intenta destruirla. Constituyen la excepcionalidad de esta revolución en la primavera árabe… Características de la revolución La revolución siria es más extensa horizontalmente, […]

Más de seis meses después del comienzo de la revolución siria, repaso de un cierto número de características tanto de su desarrollo, sus levantamientos como de la forma en que el régimen intenta destruirla. Constituyen la excepcionalidad de esta revolución en la primavera árabe…

Características de la revolución

La revolución siria es más extensa horizontalmente, o dispersa geográficamente, que la mayor parte de las demás revoluciones árabes. Hay como media 50 manifestaciones (de tamaño diferente) por día, repartidas entre las ciudades sirias y las regiones rurales, mientras que en los demás países árabes el número de manifestaciones simultáneas raramente ha superado como media la quincena en un mismo día.

La revolución siria es la más persistente, a pesar de la represión brutal y descarnada del aparato de seguridad y de las milicias asociadas (conocidas con el nombre de Shabeeha). El número exorbitante de muertos, heridos, secuestrados, detenidos, torturados y de personas desplazadas no ha sido superado más que por el número de víctimas de Libia -siendo la distinción esencial que la revolución libia ha degenerado en guerra, mientras que la Siria no tiene más que una única máquina de matar: la del régimen de Assad.

La revolución ha logrado mantener un carácter no violento y ha evitado hasta ahora caer en el conflicto armado y los actos de venganza a gran escala. Esto denota una gran madurez política pues, a pesar de las atrocidades infligidas a los manifestantes y a sus familias, hacen fracasar las tentativas repetidas por el régimen de arrastrar al pueblo a un ciclo de venganza que no haría más que agravar las crispaciones sectarias y acentuar el miedo de los «vacilantes», y «autorizaría» al régimen a dar libre curso a una represión aún más feroz.

La revolución ha tenido que tomar a su cargo ella misma su cobertura mediática debido a la prohibición de la presencia de medios independientes en el país. Un sistema riguroso (verificación de la información) ha sido puesto en pie para asegurar la cobertura de las actividades y de los acontecimientos. Además de la difusión de la información, hay también una elaboración de consignas, canciones, caricaturas y películas cuyo talento e innovación no dejan de sorprender. Los escritos, discusiones y debates que acompañan a esta revolución, igual que toda la creatividad y producción cultural, redefinen la identidad siria y permiten a los propios sirios descubrirse después de que la dictadura les hubiera silenciado durante decenios.

La revolución siria es particularmente rica simbólicamente, puesto que ha destruido los ídolos del pasado y afrontado el único régimen árabe «republicano hereditario» que ha centralizado el poder entre las manos de un clan familiar. Ha erigido, por otra parte, en verdaderos iconos a los niños, las mujeres y los adolescentes salvajemente asesinados y ha hecho de ellos una especie de cemento, una fuente de inspiración para la continuación del movimiento.

En relación a otras revoluciones, las mujeres sirias están más presentes en los círculos de coordinación y los comités de apoyo a la revolución. Es a la vez un indicador del potencial femenino existente en términos de liderazgo pero también una marca de flexibilidad y de apertura en una sociedad considerada «conservadora».

Un régimen no-reformable

Por otra parte, los últimos meses han hecho también aparecer que el régimen sirio no dispone de ninguna flexibilidad y de ningún capital político capaz de gestionar la situación. Solo recurre sistemáticamente a medidas de seguridad represivas. Su única política es la del terror y la del asesinato. Incapaz de previsión, actúa golpe por golpe. Corta las conexiones entre las ciudades e impide el acceso al espacio público. Intenta aislar las protestas en el campo y las pequeñas ciudades para mejor aplastarlas a continuación. Lanza campañas de arrestos y de terror contra los barrios urbanos o contra los pueblos en los que la movilización es importante, e intenta cada vez más provocar reacciones sectarias o confesionales por parte de los manifestantes atacando aún más sus creencias religiosas.

La proporción de individuos vacilantes en implicarse o apoyar la revolución sigue siendo elevada en ciertas regiones, por razones económicas, sicológicas o sectarias. Estos individuos prefieren la estabilidad y el mantenimiento de las actividades económicas a cambio del abandono de las reivindicaciones de libertad y de dignidad, que, según el discurso del régimen, «llevarían inevitablemente al caos».

La muerte de la política por un período de 41 años del reino de los Assad (padre e hijo) ha tenido efectos difícilmente reparables en el espacio de algunos meses. Ha debilitado la capacidad de elaborar alternativas al régimen. Algunos meses no bastan, en efecto, para poner en pie un plan político y una forma de organización democrática que poseerían una fuerte legitimidad popular en una sociedad mucho tiempo agarrotada por el despotismo. Ha sido necesario un cierto tiempo para llegar a un comienzo de coordinación entre facciones de la antigua oposición, actores de la nueva generación de la insurrección y personalidades morales, políticas y culturales tanto en el país como en el exilio.

Tras meses de tiranteces y dudas de la comunidad internacional, todas las posiciones sobre la situación siria tienden hacia más firmeza con sanciones suplementarias contra el régimen. La situación está pues sujeta a cambio y adaptación en linea con la evolución del movimiento sirio en las próximas semanas. A pesar de todas las detenciones, las liquidaciones y las amenazas, la presión popular sobre el régimen no ha disminuido. «Isqat al-nizham» (la caída del régimen) sigue siendo el leitmotiv de la revolución. Es probable que la mayor parte de quienes dudan aún cambien de actitud cuando sientan sus intereses amenazados o si la balanza se inclina a favor de la revolución.

Para los hombres y mujeres comprometidos en esta lucha, el miedo ya no tiene impacto. Tienen la certeza de que, a fin de cuentas, y a pesar del muy duro balance, verán al régimen de Assad unirse al cortejo de los dictadores derribados, en Túnez, Egipto y Libia, y que una nueva página de la historia de su país va a abrirse.

Un psicoanalista en la cárcel: Rafah Nashed

Detenido hace dos semanas por los servicios de información del régimen en el aeropuerto de Damasco, Rafah Nashed sigue detenida en una prisión en Damasco. La psicoanalista ayudaba a algunos ciudadanos y ciudadanas a superar su miedo y sus angustias durante los momentos difíciles que atraviesa su país. Esta ha sido, parece, la razón de su arresto.

Una petición a favor de su liberación es disponible en www.oedipe.org

Zainab, un nuevo icono de la revolución

De 18 años, fue secuestrada por los servicios de información del régimen para obligar a su hermano, activo en la organización de manifestaciones en Homs, a rendirse. Varias semanas más tarde, y tras el arresto del hermano, los padres de Zainab Al-Hosni han descubierto su cuerpo en el mismo hospital al que iban para recuperar los restos del hermano, su hijo, muerto bajo tortura. Irreconocible, Zainab estaba mutilada y desfigurada, igual que al comienzo de la revolución Hamza Al-Khatib, adolescente de 13 años, primer icono de la revolución, y como lo fueron luego Ibrahim Al-Kachouch, cantante de Hama, y Ghayath Matar, militante pacifista de Daraya…

Aministía Internacional ha reaccionado ante este nuevo acto de barbarie del régimen. Ver http://www.amnestyusa.org/news/press-releases/amnesty-internationa

http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/index.php?x=4335