Tras las promesas de reformas y amnistía que ha formulado el presidente sirio, Bashar al Assad, durante la semana, otro «viernes de la cólera» se saldó con la muerte de al menos catorce personas en las protestas contra el régimen, según la oposición. Las fuerzas de seguridad sirias mataron al menos a 14 personas e […]
Tras las promesas de reformas y amnistía que ha formulado el presidente sirio, Bashar al Assad, durante la semana, otro «viernes de la cólera» se saldó con la muerte de al menos catorce personas en las protestas contra el régimen, según la oposición.
Las fuerzas de seguridad sirias mataron al menos a 14 personas e hirieron a varias decenas al abrir fuego para dispersar varias manifestaciones contra el régimen de Bashar al Assad en el país en otro viernes de movilizaciones que llenó las calles con miles de personas.
En Kessua, cerca de Damasco, murieron cinco personas y seis resultaron heridas, según Mohamad Enad Souleimane, miembro de la Organización Siria Derechos Humanos.
Los manifestantes partieron de la mezquita después del rezo del viernes y marcharon durante unos minutos antes de que las fuerzas de seguridad abriera fuego. Otro militante opositor relató que en Damasco tres personas murieron y 25 fueron heridas en el barrio de Barzeh al ser dispersada una manifestación. La televisión siria afirmó que hombres armados dispararon sobre los agentes de seguridad y civiles, y ofreció la cifra de tres muertos. También afirmó que «bandas armadas» mataron a un oficial de policía en el barrio de Kadam, en la capital, insistiendo en que grupos armados también participan en las acciones contra el régimen.
Igualmente, la policía disparó en la ciudad de Homs, matando a tres manifestantes e hiriendo a una veintena.
Según el presidente del Observatorio, Rami Abdel Rahmane, más de 30.000 personas se manifestaron en Deir Ezzor, 10.000 en la región de Idleb y varios miles más por todo el país.
Según los cálculos de la oposición, la represión ha dejado ya más de 1.300 muertos y 10.000 detenidos. También denunciaron que los comerciantes que apoyaron la huelga general convocada el pasado jueves han sido detenidos. Por otra parte, la agencia oficial Sana afirmó que el Ejército había acabado «su despliegue en los pueblos en torno a Jisr al-Shughur para eliminar los grupos armados».
Esta intervención, con tropas y tanques, ha provocado la huida de unos 11.8000 sirios a Turquía que se añaden a los 5.000 que han escapado a Líbano
Turquía
Precisamente, Turquía, aliado de Damasco hasta ahora, podría empezar a perder la paciencia por la represión que su vecino ha llegado hasta la frontera. El jefe de la diplomacia turca, Ahmet Davutoglu, aún se esforzaba ayer por defender la política de mantener buenas relaciones, y a la vez pedir al régimen sirio que emprenda las reformas pedidas por su pueblo.
En este sentido, destacó las promesas de Al Assad, pero indicó que lo importante es cómo las llevará a la práctica.