Las protestas sociales que comenzaron hace nueve meses han desencadenado una abierta confrontación militar. En la madrugada de ayer, al menos 27 soldados y policías fallecieron tras ser atacados por grupos armados en Deraa, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. La organización, con sede en Londres, precisó que los militares desertores atacaron […]
Las protestas sociales que comenzaron hace nueve meses han desencadenado una abierta confrontación militar. En la madrugada de ayer, al menos 27 soldados y policías fallecieron tras ser atacados por grupos armados en Deraa, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. La organización, con sede en Londres, precisó que los militares desertores atacaron a las fuerzas del presidente Bashar al Assad en dos puntos de Deraa y en un puesto de control situado en una encrucijada a unos 25 kilómetros al este de la ciudad.
Rami Abdulrahman, del Observatorio, indicó que en los enfrentamientos murieron los quince miembros del Ejército y de la Policía que conformaban el puesto de control conjunto de Musayfrah. Aunque no explicó cómo estallaron los enfrentamientos, la envergadura de las bajas causadas a las fuerzas militares y de seguridad da a entender que se debió a una acción coordinada de las fuerzas rebeldes, cuyas operaciones contra objetivos militares han aumentado a lo largo de las últimas semanas.
Por otra parte, fuerzas opositoras al presidente entregaron a Human Rights Watch los nombres de 74 altos mandos del Ejército y de la Inteligencia siria que supuestamente ordenaron, autorizaron y consintieron homicidios, torturas y arrestos ilegales durante las protestas.
«Los disidentes nos dieron nombres, rango y cargo de los que dieron las órdenes de disparar y matar, y cada uno de los oficiales nombrado en este informe debería responder por sus crímenes contra la población siria», exigió Anna Neistat, directora adjunta de emergencias de HRW y una de las autoras del informe «Responsabilidad individual y de mando de los crímenes contra la Humanidad en Siria», de 88 páginas.
Una nueva alianza opositora
«El comandante de nuestro regimiento, el general Ramadán Ramadán normalmente permanece tras la línea de fuego. Esta vez se colocó en frente de toda la brigada y dijo: `disparad’. Nadie os pedirá explicaciones. Generalmente debemos guardar balas, pero esta vez nos dijo: `Utilizad todas las balas que queráis'», recoge del informe.
En el plano político, un grupo de opositores que dijo representar a la mayoría de los movimientos opositores en Siria anunció en una rueda de prensa en Estambul la creación de una Alianza Nacional de «las fuerzas revolucionarias para derrocar al Gobierno de Al Assad. «El régimen ha matado, ha arrestado y torturado y ha provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas. El objetivo de los diferentes grupos revolucionarios que conformamos esta alianza es unificar nuestras direcciones políticas y tácticas operacionales», declaró ante los medios Muhammed Bessam Imadi, ex embajador sirio en Suecia y presidente de la alianza Al Leeqa.
Por otra parte, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, enviará a Siria una delegación iraquí para intentar diseñar junto a las autoridades sirias una hoja de ruta que ponga fin a la crisis. Junto a Líbano y Jordania, Irak, que no apoyó las sanciones de la Liga Árabe, es uno de los principales apoyos del presidente Bashar al Assad.
El Ejército de EEUU concluyó oficialmente la intervención militar en Irak recogiendo una bandera militar en un acto en Bagdad en el que participó el secretario de Defensa, Leon Panetta, quien, «después de que se haya derramado una gran cantidad de sangre iraquí y americana», dio por terminada «la misión de lograr un Irak que pueda gobernarse».