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Las razones de la protesta palestina del 15 de marzo

Fuentes: The Electronic Intifada

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

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Somos un grupo de jóvenes palestinos que nos hemos unido con el único propósito de dejar atrás nuestras identidades y afiliaciones políticas y hemos decidido poner nuestros mejores intereses comunes por encima de todo y bajo nuestra bandera palestina. Hemos hecho un llamamiento a realizar manifestaciones pacíficas el martes 15 de marzo por toda la nación palestina: en la Franja de Gaza y Cisjordania, en los territorios de 1948 y en la diáspora palestina, convocando a todo nuestro pueblo bajo un mismo lema: «¡El pueblo quiere que acabe la división!»

Convocamos a la acción pacífica en apoyo de la unidad en la escena política palestina bajo un mismo símbolo: la Organización por la Liberación de Palestina (OLP).

La división en la entidad política palestina ha afectado negativamente a todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas: social, económica, educativa e intelectualmente. Son los palestinos normales y corrientes quienes están pagando el precio de cuatro años largos de división que sólo benefician al ocupante israelí.

Nuestra campaña para poner fin a la división nació de un pensamiento que promovió el debate; algunos jóvenes decidieron hacer todo lo posible para que esta iniciativa pudiera llevarse a cabo. Día tras día, la idea fue creciendo y se convirtió en un plan y después en una decisión pública que ya no puede silenciarse, ni ante el miedo ni ante la opresión y, más importante, tampoco puede ignorarse ni olvidarse. Así es como llegamos a nuestra decisión de manifestarnos el 15 de marzo, para expresar el rechazo del pueblo ante el statu quo y las prácticas del «liderazgo» político.

Es una idea tan hermosa en su sencillez y pureza que todos los intentos de los partidos políticos por alterarla, complicarla o acusar a quienes la apoyan de estar al servicio de alguna agenda subversiva, han fracasado. Y tras descubrir que este es un movimiento auténtico que no es más que un reflejo de la conciencia del despertar del pueblo palestino, los partidos políticos se muestran consternados o confusos. ¿Reprimimos o no reprimimos?, esa es la pregunta que se están haciendo ahora.

En las últimas semanas, hemos trabajado de todo corazón para extender la idea entre la gente, animándola a participar con sus familias, a confiar en que su voz se escuchará una vez que la levanten, a creer unos en otros y comprender que estamos juntos en esto sin que importe qué afiliaciones o creencias profesamos. Hemos intentado convencerles de que uniéndose a nuestro llamamiento sobre el terreno venceremos los temores que anidan en nuestro interior, y que si nos mantenemos juntos como uno solo para proclamar y exigir nuestros derechos, nadie podrá hacernos daño ni oprimirnos.

Las manifestaciones pacíficas del 15 de marzo serán el comienzo de toda una serie de actividades y el primer día de una sentada de duración indefinida. La idea principal es que vamos a mantenerlas hasta que el «liderazgo» político entre en razón, se someta a las demandas del pueblo y emprenda acciones serias para cumplirlas. Lo que suceda a continuación está totalmente en manos del pueblo.

Este movimiento es desde el pueblo y por el pueblo. En cuanto al movimiento Gaza Youth Breaks Out (GYBO) [Los Jóvenes de Gaza estallan] y otros grupos participantes que trabajan sobre el terreno, sólo tenemos el honor de haber tomado la iniciativa. Todo lo demás depende de cómo responda la calle palestina y de la fuerza que pueda demostrar.

Las cosas no serán fáciles; hay amenazas de posible violencia de alguna de las partes o temor ante un posible caos. Pero tenemos toda nuestra fe puesta en nuestro llamamiento y en nuestro pueblo. Estamos apostando por la conciencia patriótica palestina y porque todos sabrán aceptar, respetar y saludar nuestras diferencias, perdonar el pasado y empezar de nuevo, mostrando al mundo un verdadero ejemplo de la tolerancia palestina. Nuestros llamamientos son pacíficos y nuestro único objetivo es restaurar la armonía perdida en la sociedad palestina.

La campaña para poner fin a la división es una decisión pública largamente esperada para poder extirpar y eliminar todos los temores. Hay una larga lista de razones que han hecho que la gente esté más que harta y es por eso por lo que van a hacer que se escuchen sus demandas.

Los palestinos ya han comprendido que con su silencio y sumisión a la voluntad de los partidos políticos, aceptando que les manipulen y les aterroricen, se han convertido en cómplices y por ello tan culpables como los mismos partidos.

La gente va a salir a las calles a hacer cuanto pueda para conseguir el cambio y romper el sentimiento general de indiferencia que ha estado agobiando nuestros corazones a lo largo de los últimos cuatro años.

Nosotros, palestinos, con todos nuestros diferentes orígenes, no permitiremos que nos sigan ignorando. Proclamaremos nuestros derechos como ciudadanos y seres humanos que merecen respeto, protección y reconocimiento como la única fuente de poder legítimo. Nuestro gobierno debe comprender que nosotros, el pueblo, somos una fuerza con la que hay que contar. No van a poder engañarnos con discursos y palabras, ya hemos tenido suficientes. Creemos que las acciones hablan más alto que las palabras y nosotros, el pueblo palestino, estamos haciendo nuestra parte con esta iniciativa para darle al «liderazgo» una oportunidad más para que se puedan ganar nuestra confianza.

El 15 de marzo pondremos fin a la relación unidireccional entre gobernantes y pueblo.

La división entre los palestinos tiene que acabar ya. No ha servido más que para debilitar nuestra causa, y en lugar de permanecer como símbolo internacionalmente reconocido de la lucha justa y legítima que siempre ha sido, se ha deteriorado convirtiéndose en una ilusión de autoridad y posiciones que permiten que nuestro verdadero opresor y ocupante, Israel, nos viole continuamente. Israel continúa secuestrando y encarcelando a más y más palestinos inocentes sin un juicio justo, violando nuestros territorios, destrozando nuestros hogares, arrancando nuestros árboles, robando nuestro patrimonio, bombardeando nuestras ciudades y asediando la Franja de Gaza durante cinco años consecutivos. Israel continúa violando las resoluciones de las Naciones Unidas sin que nadie le responsabilice por ello. Y si no hay un liderazgo palestino adecuado, no habrá nadie capaz de impedir que Israel siga haciendo lo que quiera.

Por eso nuestro mensaje es claro y sencillo: acabar con la división, respetar y tener en cuenta a la opinión pública palestina y trabajar por la prosperidad de los palestinos para allanar el camino con el fin de establecer un Estado palestino democrático e independiente. La unidad es una necesidad.

Nuestro llamamiento también va dirigido a todos los palestinos, sed fieles a vosotros mismos, sed fieles a vuestra causa, sed fieles a los sacrificios que nuestro gran pueblo ha hecho a lo largo de 63 años de sufrimiento. Salid a la calle el 15 de marzo, denunciad la división y denunciad a todo aquel que la provoque.

Juntos, en nombre de nuestra sagrada causa, de nuestros mártires y prisioneros, llamamos a la unidad bajo nuestra bandera palestina. No hay absolutamente ninguna duda en nuestros corazones de que nuestras manifestaciones pacíficas constituirán el amanecer de un nuevo día en Palestina, al cual cada palestino, cada palestina, sentirá que pertenece.

Rahwan Abu Shahla pertenece al Grupo de los Jóvenes de Gaza Estallan. Vive en Gaza.

Fuente: http://electronicintifada.net/v2/article11855.shtml

rCR