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La “S” En BDS

Lecciones de la Campaña contra Elbit Systems

Fuentes: al-shabaka.org

Las empresas militares israelíes como Elbit Systems parecen invencibles, aunque la industria armamentística israelí es más vulnerable de lo que parece. La escritora invitada por Al-Shabaka Maren Mantovani y el asesor político Jamal Juma’ examinan las tendencias tanto nacionales como globales y establecen vías para que los activistas de derechos humanos sigan tratando de hacer […]

Las empresas militares israelíes como Elbit Systems parecen invencibles, aunque la industria armamentística israelí es más vulnerable de lo que parece. La escritora invitada por Al-Shabaka Maren Mantovani y el asesor político Jamal Juma’ examinan las tendencias tanto nacionales como globales y establecen vías para que los activistas de derechos humanos sigan tratando de hacer que Israel asuma sus responsabilidades según el derecho internacional.

Visión de conjunto

Las mayores empresas militares israelíes hicieron sonar las alarmas el año pasado por una disminución en los contratos internacionales y citaban, entre otras razones, menores presupuestos, más competición y menor demanda de productos hechos en Israel. ¿Es un indicador de que quizá la industria armamentística israelí no es tan invencible como parece? ¿Qué lleva a que decaigan los negocios de armas con las empresas israelíes? ¿Cuál fue el papel del movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS por sus siglas en inglés) dirigido desde Palestina, que ha pedido sanciones militares como parte de su campaña para promover los derechos humanos?

En este informe político de Al-Shabaka Maren Mantovani y Jamal Juma analizan algunas de las tendencias a las que se enfrenta el complejo industrial militar israelí con una atención particular a la campaña contra Elbit Systems. El informe examina los momentos difíciles a los que se enfrenta la industria, el mito de la superioridad tecnológica israelí, los cambios locales y globales de la industria, y las alianzas emergentes para revertir la militarización y asegurar las sociedades. Basándose en estos análisis, extraen valiosas lecciones e identifican los caminos que debe seguir el movimiento global de solidaridad con Palestina.

Una industria «invencible» se enfrenta a momentos duros

Durante años los palestinos y sus partidarios – figuras mundiales como Desmond Tutu, Adolfo Perez Esquivel, Naomi Klein y Noam Chomsky – han pedido un embargo militar inmediato y total a Israel para hacer que asuma sus responsabilidades por sus violaciones de los derechos humanos palestinos. Decenas de miles de personas han firmado peticiones y los activistas se han manifestado contra las empresas relacionadas con el ejército israelí. En la última década los activistas han llevado a cabo una campaña contra Elbit Systems, una de las mayores empresas militares israelíes. La campaña va desde presiones al gobierno hasta el bloqueo de las empresas subsidiarias de Elbit en países como Australia, Reino Unido y Brasil.

Una docena de instituciones financieras, incluidos casi todos los grandes fondos de pensión escandinavos, ya no invierten en Elbit Systems. Además, y especialmente tras las secuelas de los mayores ataques israelíes, algunos gobiernos europeos han tomado medidas restrictivas que incluyen la congelación temporal de los negocios de armas y la denegación de licencias de exportación de armas. Por ejemplo, Reino Unido revocó cinco licencias de exportación de armas después de la masacre de Gaza del 2009-10, España congeló la venta de armas después de la masacre de Gaza del 2014 y durante el período del gobierno de centro-izquierda (2005-13) Noruega denegó sistemáticamente licencias de exportación de armas a Israel e incluso impidió a un constructor naval alemán probar en sus aguas los submarinos construidos por Israel. Sudáfrica ha cesado de facto sus relaciones militares con Israel.

Aún hasta hace muy poco parecía que estas acciones y su impacto iban a ser meramente simbólicos: la industria militar israelí parecía tan invencible como las armas que producía. Esto cambió en octubre del año pasado cuando las mayores empresas militares israelíes mantuvieron un encuentro con el gobierno para debatir cómo atajar la disminución de las exportaciones militares, que en ese momento calculaban que caerían de 7.500 millones de dólares en 2012 a unos 4.500 millones de dólares en 2015. Las empresas señalaron que el margen de beneficio de la industria de defensa Israelí es del 4.5 %-5.5 %, frente al 8 %-9 % en la industria de defensa globalmente. Citaron como razones de ello «presupuestos más pequeños, más competición, menor demanda de productos hechos en Israel y la creciente exigencia de transferir la experiencia y el trabajo al extranjero».

El gasto militar global permaneció casi sin cambios en los últimos años y en realidad subió un 1 % en 2015. Los ingresos de uno de los productos militares clave de la exportación de Israel – los drones – se esperaba que casi se duplicaran de 6.400 millones de dólares a 11.500 millones de dólares entre 2014 y 2024. Aunque las razones citadas por la industria militar israelí parecen ser una descripción fiel de las tendencias en el comercio militar global, la caída de las exportaciones israelíes no se puede explicar simplemente por la falta de demanda de armas.

Es cierto que la industria militar israelí logró asegurar exportaciones por más de 5.000 millones de dólares en 2015 – una ligera recuperación respecto al año anterior – y los acontecimientos políticos mundiales pueden ser una buena señal para el sector en un futuro próximo. Aún así, el complejo industrial militar se enfrenta a cambios en la dinámica de su comercio y su propaganda. La erosión de la marca «Hecho en Israel» incluso en los sectores de defensa y seguridad, a la que han contribuido los esfuerzos del movimiento de BDS, es un terreno fértil en el que los defensores de los derechos humanos pueden efectuar cambios.

Cuando se le preguntó recientemente sobre el impacto del BDS en las operaciones de Elbit Systems, su presidente Bezhalel Machlis admitió: «No estoy diciendo que no sea una amenaza, pero creo que juntos podremos manejarlo». Los defensores de derechos humanos se enfrentan ahora al reto de aumentar la capacidad de movimiento del BDS para que presione a la economía de guerra israelí hasta el punto de pasar de ser una amenaza a ser un impedimento definitivo .

Cómo Elbit Systems y la Marca Israel están perdiendo terreno

Después de casi una década de la campaña para detener las inversiones, los contratos y otro tipo de cooperación con Elbit Systems se pueden sacar algunas lecciones sobre la mezcla de fuerzas de mercado, estructuras gubernamentales y activismo que contribuyen al cambio. Esta sección se centra en las últimas pérdidas sufridas por Elbit en Francia y en Brasil: dos gobiernos que han tenido unas perspectivas casi opuestas sobre Palestina y la legalidad del movimiento del BDS.

La decisión de Francia contra la puja de Elbit en su última licitación sobre drones a principios de 2016 fue una inesperada mala noticia para la empresa. El ahora descartado drone Watchkeeper se basa en el drone Hermes 450 de Elbit, que se usa en las masacres contra Gaza. El Watchkeeper lo construye en Reino Unido una empresa conjunta de Elbit y una empresa británica. Una campaña constante de la sociedad civil en Francia exigió la exclusión del Watchkeeper de la oferta basándose en la implicación de Elbit en los crímenes de guerra israelíes, mientras que en Reino Unido los activistas han protestado en el centro de producción del Watchkeeper.

La empresa francesa Segem, que finalmente obtuvo el contrato, minimizó el hecho de que sus drones también incluyan la tecnología de Elbit. En cambio, celebró su tecnología y producción «nacionales». Hace solo algunos años la etiqueta «Hecho en Israel» hubiera supuesto un plus para el drone. Hoy la tendencia cada vez mayor de asegurar el crecimiento de las industrias militares nacionales y un máximo de transferencia de tecnología ha sido el elemento fundamental para erosionar el atractivo de la tecnología militar israelí por todo el mundo. En última instancia, esto también contribuye a uno de los objetivos de los defensores de los derechos humanos en Palestina – reducir los beneficios que Israel obtiene de su maquinaria de guerra – y permite a sus defensores lograr resultados.


«La erosión de la marca ‘Hecho en Israel’ hasta en los sectores de defensa y seguridad es un terreno fértil en el que los defensores de los derechos humanos pueden hacer cambios»


No está claro hasta qué punto la presión del movimiento de solidaridad con Palestina influyó en la decisión del gobierno francés, que ha estado elaborando unas leyes contra el BDS aún más draconianas que las de Israel. Sin embargo, en abril Israel informó que en 2015 el gobierno francés había rechazado otro acuerdo, en este caso de tecnología de vigilancia. Fox News citó a un «bien situado especialista en contraterrorismo israelí»: «A las autoridades francesas les gustaba, pero el funcionario volvió y dijo que había una orden del más alto nivel de no comprar tecnología israelí». Si el informe no es propaganda con el fin de presionar por otros contratos, indica una reticencia inesperada dentro de los círculos del gobierno a entrar en tratos con Israel.

En Brasil la subsidiaria local de Elbit, AEL Sistemas, ha visto el final de una década en la que sus ingresos crecieron exponencialmente, con una participación en cada proyecto importante de defensa brasileño. El país fue uno de los cinco mayores importadores de armas israelíes entre 2009 y 2014, y uno de los clientes más importantes de los drones de Elbit. Sin embargo, en diciembre de 2014 la empresa perdió su primer proyecto estratégico: el gobierno de Rio Grande do Sul, al Sur de Brasil, anuló un Memorándum de Entendimiento con AEL Sistemas para el desarrollo de un parque tecnológico destinado a construir satélites militares. El negocio tenía la oposición de una campaña continua de la sociedad civil a favor de un embargo militar. La campaña se basaba en la solidaridad con el pueblo palestino y la necesidad de terminar con la impunidad israelí, pero fue más allá: desenmascaró el intento de AEL Sistemas de pasar por una empresa brasileña y mostró que era una subsidiaria israelí, subrayando el hecho de que el dinero de los impuestos brasileños se canalizaría a Israel. Además, demostró que la transferencia de tecnología en realidad fluiría de las universidades brasileñas a una empresa israelí. Finalmente el gobierno alegó recortes presupuestarios y su compromiso de cooperación con la comunidad palestina y sus movimientos como razones para poner fin al proyecto. Fue una clara victoria para el movimiento del BDS.

En Enero del 2016, Elbit Systems tuvo que abandonar su proyecto de investigación y desarrollo de drones en Brasil, que se había lanzado en 2011 con gran bombo. El ministerio de Defensa, encabezado por un miembro del pro-palestino Partido Comunista de Brasil hasta el golpe contra el gobierno en mayo de este año, negó los fondos para llevarlo a cabo. Sin lugar a dudas la reticencia del ministro estuvo influida por la postura política del gobierno brasileño. Un alto funcionario de defensa de Brasil había dado un argumento a la prensa cuando advirtió de que la desavenencia diplomática provocada por la negativa de Brasil a aceptar a un líder colono como embajador israelí podría demorar la ejecución de contratos militares entre los dos países. Esta preocupación fue recogida por otras figuras, como el antiguo ministro de defensa, Celso Amorim, que argumentó que ahora es el «momento de diversificar nuestros proveedores» y reducir la excesiva dependencia de la tecnología israelí.

Hay que señalar que organizaciones palestinas como Stop the Wall y el movimiento de solidaridad con Palestina habían proporcionado pruebas que demostraban que el software, el control y la tecnología de vigilancia israelíes eran entonces parte integral de casi todos los proyectos de desarrollo industrial estratégico del ministerio de defensa de Brasil.1

Elbit Systems o Israeli Aerospace Industries y sus empresas subsidiarias proporcionan toda la tecnología aviónica en la mayoría de los aviones, el arsenal de drones de Brasil, la tecnología de vigilancia en los sistemas de control de fronteras, la tecnología de los tanques brasileños y el sistema de comunicación de la armada brasileña. Esto da como resultado efectivamente una pérdida de soberanía e independencia nacional, los principios fundamentales con los que se comprometen los establecimientos de defensa. Un informe del 2015 de The Marker, el periódico financiero más importante de Israel, resaltó correctamente que «razones políticas» han llevado a la congelación de facto de las transacciones militares con Brasil – un hecho que es particularmente doloroso para Elbit Systems.

Sin duda, los momentos difíciles a los que Elbit Systems se enfrenta en Brasil se deben en gran medida al empeoramiento de las relaciones entre Brasil e Israel durante los años anteriores con el gobierno liderado por el Partido de los Trabajadores, que gobernó el país desde 2003 hasta mayo de 2016. Por otro lado, en parte es resultado de la influencia cada vez mayor del movimiento del BDS en el país y la aceptación de sus argumentos dentro del Partido de los Trabajadores. Las campañas de concienciación que buscan desmantelar la «Marca Israel» ponen de relieve que las armas israelíes están «probadas sobre el terreno» contra los palestinos y alertan al público del hecho de que el dinero de los impuestos se usa para mantener a las empresas militares israelíes. Esas estrategias han penetrado hasta en las organizaciones de defensa. Sin embargo, dado el golpe contra el gobierno electo los defensores de los derechos humanos palestinos tendrán ahora que identificar nuevas estrategias.

El hecho de que Watchkeeper no obtuviera el contrato de los drones en Francia muestra que hasta en contextos bastante hostiles a las demandas de un embargo militar se puede desvanecer el embelesamiento por la tecnología militar israelí y pueden prevalecer otros intereses. Es crucial entender qué crea fisuras entre los sectores militares israelíes y franceses en un gobierno aparentemente antagonista a actitudes a favor de Palestina y cómo se pueden capitalizar mejor. La oferta actual de otro convenio por drones, en el cual Elbit Systems está una vez más entre los licitadores, hace que este esfuerzo sea urgente.

Lo que muestran estos casos es que invertir tiempo y energía para entender las dinámicas dentro de los sectores de defensa y seguridad nacional es fundamental para desarrollar un activismo de BDS eficaz. En este momento, mientras el beneficio de la cooperación militar con Israel es cada vez más cuestionable, los activistas de la solidaridad con Palestina pueden usar este conocimiento adquirido para proporcionar, o encontrar aliados que puedan proporcionar, argumentos que se centren en los intereses de los políticos nacionales. El resultado neto podría reducir los mercados de la industria militar israelí.

Desmantelar el mito de la superioridad tecnológica israelí

La industria militar israelí es un elemento clave en la economía del país. Emplea a unas 50.000 personas, apoya a otros 50.000 suministradores y supone el 13 % de todas las exportaciones industriales. Las 600 empresas que constituyen el sector dependen extremadamente de los mercados externos: un 80 % de la producción militar israelí está destinada a vender en el exterior. La capacidad de Israel para emprender guerras, mantener su complejo industrial militar y competir en el mercado mundial dependen de su reputación como país con armamento innovador y «probado en batallas».

En los últimos años la opinión pública es cada vez más consciente de que la etiqueta «probada sobre el terreno» significa armas desarrolladas durante masacres y crímenes de guerra contar los pueblos palestino y árabe. Las protestas en todo el mundo, como la ocupación de fábricas de Elbit en Reino Unido y Australia, las sentadas en muchos lugares, las peticiones y los informes en profundidad y la cobertura mediática de prensa han contribuido a esta concienciación cada vez mayor.

Para contrarrestar las protestas cada vez mayores de la sociedad civil, quienes defienden las relaciones militares con Israel argumentan que la cooperación militar Israel y las ventas de este país son de interés nacional. Sin embargo, la idea de que las armas israelíes son indefectiblemente la mejor opción desde una perspectiva tecnológica y que adoptar un embargo militar significaría comprometer la «seguridad nacional» es otro mito que se debe desmantelar.

Desde el ataque israelí a Líbano en 2006 el mito del armamento superior israelí ha sufrido un revés. Como tuvo que informar hasta la prensa israelí, Hezbollah inutilizó por lo menos 20 «indestructibles» tanques Merkava. Después de la guerra Israel comenzó a comprar tanques Abrams hechos en EE.UU. Por lo que se refiere al [sistema antimisiles] «Cúpula de Hierro» israelí, su efectividad quedó en entredicho tras el ataque israelí a Gaza en 2014 y algunos expertos en tecnología de defensa israelíes y estadounidenses incluso lo denunciaron como el «mayor fraude del mundo». Incluso proyectos que implican exportación de tecnología han sufrido aumentos de costes y dificultades. Es el caso del drone Watchkeeper rechazado por el gobierno francés a principios de año. Se han producido varios accidentes e incluso resultó ser incapaz de volar en las condiciones climáticas de Reino Unido.2

Hoy la industria militar israelí intenta penetrar en nuevos mercados promocionándose como un líder en ciberseguridad. Sin embargo, el largo historial de escándalos de espionaje en los que están implicados el software israelí y las empresas de procesamiento de datos han puesto en tela de juicio la capacidad israelí de «asegurar» nada. Así mismo, hay muchos informes de que las empresas israelíes utilizan los contratos en el extranjero para pasar información sensible a las agencias de inteligencia israelíes. Por ejemplo Amdocs, la mayor empresa israelí de software, ha estado acusada repetidas veces de espionaje, incluso en EE.UU.


«La transferencia de la tecnología israelí esta condicionada para aquellos que quieren hacer opciones políticas que no son favorables a los intereses de Israel y de EE.UU»


Además, existe una puerta giratoria entre la unidad de espionaje de élite de Israel – Unidad 8200 de inteligencia militar – y el sector de alta tecnología y cibernética del país. «Es casi imposible encontrar una empresa tecnológica en Israel en la que no haya personal de 8200», dijo Yair Cohen, un ex general de brigada que dirigió la Unidad 8200 y hoy encabeza el departamento de inteligencia cibernética de Elbit Systems. El proceso es muy simple: Israel permite al antiguo personal de la Unidad 8200 usar la tecnología para construir sus propias nuevas empresas (a veces haciendo inmensos beneficios) y a cambio gana acceso a la información en todo el mundo instalando efectivamente un Caballo de Troya dentro de las instituciones que buscan seguridad cibernética.

Algunos círculos de defensa consideran beneficioso negociar con Israel porque transferirá tecnología que otros importantes exportadores de armas en EE.UU. o Europa no transfieren. Israel ha vendido repetidamente a países donde la presión pública ha obligado a restringir las relaciones militares o a aplicar embargos de armas. Muchas resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas condenaron las relaciones militares entre Israel y el apartheid de Sudáfrica durante los 80. Israel también estableció relaciones militares con las juntas militares en Argentina y Chile en 1976, y estrechó sus relaciones con las brutales dictaduras en América Latina después de que el gobierno Carter restringiera la asistencia militar de EE.UU.3

Sin embargo, la transferencia de la tecnología israelí esta condicionada para aquellos que quieren hacer opciones políticas que no son favorables a los intereses de Israel y de EE.UU. Durante el más reciente período administrativo del Congreso Nacional de India de 2004 a 2014, que oficialmente mantuvo una postura a favor de Palestina, los diplomáticos se quejaron informalmente de que las estrechas relaciones militares con Israel hacían difícil al gobierno dar pasos efectivos en solidaridad con el pueblo palestino. Otro ejemplo es el reciente debate en Brasil sobre las medidas que el sector de defensa podría tomar en represalia contra las empresas del país que se postulan contra los asentamientos. China fue uno de los mayores socios militares de Israel hasta 2005, cuando EE.UU. le pidió a Israel cortar todas las relaciones militares. A consecuencia de ello incluso el equipamiento militar que China ya había comprado quedó detenido y sin mantenimiento.

Cambios locales y globales en la industria militar israelí

En el periodo previo a la fundación del Estado y en sus primeros años las energías básicas de la industria militar israelí estaban centradas en equipar a un ejército que pudiera conquistar Palestina y expulsar a su población nativa. En años posteriores miembros retirados del ejército crearon multitud de pequeñas empresas de «seguridad» para hacer dinero basándose en su conocimiento de la represión. Israel externaliza las más sucias de sus relaciones militares internacionales a esas empresas, lo que le permite negar su implicación. Al mismo tiempo, las principales industrias militares, Israeli Aerospace Industries (IAI), Rafael Advanced Defense Systems, e Israeli Military Industries (IMI), permanecieron bajo el control estatal para asegurarse un control directo. Solo Elbit Systems ha podido prosperar como una gran empresa militar particular israelí al mismo nivel de las empresas estatales.

Con el tiempo el sector industrial militar se volvió relativamente independiente. Aún le sirve al gobierno para mantener su régimen y sus necesidades en política exterior, pero ha desarrollado sus propios intereses. La alarma dada por la industria militar israelí en octubre del 2015 fue un intento de presionar al Estado de Israel y de asegurar que él y los contribuyentes iban a garantizar que las bajas exportaciones y la caída de beneficios serían compensadas por la intervención del gobierno. El gobierno israelí ofreció contraltos lucrativos al final del año. Además, se distribuyeron generosamente asignaciones presupuestarias para la industria militar, incluidos subsidios para el marketing.

Es probable que pronto concluyan los esfuerzos para privatizar IMI que, entre otras armas, produce las bombas de racimo israelíes. Esto significa que las dos décadas de proceso de privatización de los bienes nacionales han llegado al núcleo de la industria militar. La venta de IMI ha entrado en dificultades dada la preocupación por un posible monopolio de Elbit Systems, que es el único pujador en la oferta, así como por las acusaciones de malas prácticas del presidente de las Autoridad de Empresas Estatales.4

Sin embargo, las últimas noticias dicen que el acuerdo está de nuevo marcha. Esto está destinado a profundizar la dinámica por la cual las empresas militares ahora privatizadas se quedan con los beneficios, mientras que el Estado y los ciudadanos asumen la carga de las pérdidas.

Las tendencias globales en el sector militar son otro elemento que produce cambios en la industria militar israelí. La exigencia cada vez mayor en el sector armamentístico mundial de producir dentro del país del cliente, incluidos los acuerdos de compensación, la transferencia de tecnología y el adiestramiento, ha llevado a las empresas militares israelíes como Elbit Systems a buscar una estrategia global de adquisiciones. En lugar de reforzar la industria de defensa nacional de los países clientes, esta estrategia crea un efecto de desnacionalización externalizando la industria a Israel. Elbit Systems está hoy presente bajo muchos nombres y en muchos sectores en todo el mundo. Una de las últimas adquisiciones de Elbit es Nice Systems, una empresa de software de procesamiento de datos con presencia en unos 150 países que tiene como clientes tanto a negocios privados como instituciones públicas locales. Aunque el objetivo de esta estrategia es aumentar los beneficios de Elbit Systems, permite potencialmente al movimiento del BDS mundial atacar los intereses de Elbit no solo al nivel de ministerios federales de defensa sino más cerca de casa.

Más aún, la estrategia de adquisiciones de Elbit Systems significa que se endeuda para comprar otras empresas y crear un conglomerado. Para mantener esta política necesita asegurarse un flujo continuo de efectivo. Esto supone un riesgo considerable, dado que un fallo de las inversiones y los contratos o una disminución de la confianza y una percepción negativa en el entorno de los inversores podrían llevar a una crisis de solvencia. Y, si Elbit Systems quiere transferir las pérdidas potenciales globales al Estado, ¿puede Israel asumirlo?

Mirando las perspectivas de la industria militar israelí, es importante resaltar que las ventas totales de la industria ascendieron a 5.000 millones de dólares a finales de 2015. Esto se debió a la cantidad de contratos finiquitados del año nuevo, aunque las ventas fueron aún significativamente más bajas que en los años anteriores. Sin embargo, las corporaciones militares israelíes tienen varias oportunidades importantes de exportaciones en perspectiva a las que el movimiento de solidaridad con Palestina tendrá que prestar atención.

Se espera que las actuales negociaciones israelíes con EE.UU. sobre un nuevo acuerdo de ayuda militar a 10 años vista garantice a Israel bastante más que los actuales 3.100 millones de dólares al año. Dadas las próximas elecciones presidenciales en EE.UU. y los candidatos de los dos mayores partidos, el movimiento tendrá que trabajar esta cuestión. Aún así, el acuerdo tiene el potencial de desafiar el complejo industrial militar israelí. Las negociaciones incluyen el deseo de EE.UU. de recortar el porcentaje de fondos que Israel puede gastar en su propia industria militar.

Reuven Ben-Shalom, el ex presidente de la rama Norteamérica de la división de planeamiento estratégico del ejército israelí, define esta posibilidad como «devastadora para las industrias militares israelíes». El presidente de la israelí Manufacturers Association, Shraga Brosh, también advierte que si el deseo de EE.UU. se hace realidad,»[…] cerrarán docenas de líneas de producción e incluso fábricas enteras de defensa, se despedirá a miles de trabajadores y el Estado de Israel perderá su independencia en seguridad». Así, un incremento de la ayuda militar en realidad puede acabar suponiendo un golpe para la industria militar israelí, con el efecto a corto plazo de que las empresas israelíes reubiquen la producción o aumenten las empresas conjuntas con EE.UU. para garantizar un continuo acceso a la ayuda militar de EE.UU.

Por lo que se refiere a Europa, las ventas en la zona se han más que duplocado el año pasado hasta llegar a 1.630 millones de dólares respecto a los 724 millones en 2014. La cooperación europea con Israel va a seguir aumentando mientras la UE endurece sus fronteras para contrarrestar la creciente inmigración y utiliza los atentados con bomba y los tiroteos en las ciudades europeas para justificar un mayor gasto en la militarización y vigilancia de la sociedad.

Los funcionarios israelíes y los líderes corporativos saben que esta tendencia es buena para los negocios israelíes. Inmediatamente después de los atentados en París en 2015 los líderes israelíes subrayaron que solo las tecnologías israelíes podían salvar a Europa. Según Itamar Graff, un alto funcionario en SIBAT (la agencia de cooperación de defensa internacional del ministerio de Defensa Israelí), se espera que Europa gaste 50.000 millones de dólares en adquisiciones en el campo de la «seguridad nacional» – suficiente para que las empresas israelíes de todos los tamaños saquen beneficios significativos vendiendo productos creados para reprimir palestinos.5

Aunque América Latina ha visto descender las ventas hasta 577 millones de dólares en 2015, también puede ofrecer nuevos mercados debido al retroceso de los gobiernos progresistas en la zona, particularmente en Brasil, donde el gobierno golpista ha presionado inmediatamente para estrechar los lazos con Israel. En Argentina el recién elegido gobierno derechista comenzó su mandato ofreciendo una mayor cooperación militar y de seguridad con Israel.

En la zona Asia-Pacífico las importaciones descendieron levemente a 2.300 millones de dólares en 2015 en comparación con los 3.000 millones en 2014. Sin embargo, la tendencia general en la última década muestra un fuerte ascenso de las exportaciones militares a esta zona. Asia supone el 29 % de los ingresos de Elbit Systems y se espera que asciendan ya que Israel recientemente aprobó un presupuesto especial para Elbit Systems destinado a abrir mercado en China. Además, Elbit Systems ha formado una empresa conjunta con empresas indias para vender más drones al país y Rafael Advanced Defense Systems firmó un acuerdo de cooperación por valor de 10.000 millones de dólares en marzo de este año con el gigante indio Reliance Defense. También se ha informado de que el gobierno de la India está a punto de firmar un acuerdo de defensa con Israel por valor de 3.000 millones de dólares y está considerando la cooperación con Israel para construir un muro en Cachemira. Aún más preocupante que Israel se extienda a estos mercados son los informes de que algunos estados del Golfo rivalizan para comprar el sistema antimisiles Cúpula de Hierro.

Hacer causa común contra la militarización

El llamamiento a un embargo militar total a Israel no solo está enraizado en el llamamiento palestino a acabar con la impunidad israelí y la complicidad del mundo con su régimen de apartheid. También es parte de la lucha global contra las guerras y la represión, y contra la militarización y el control de seguridad de la sociedad. Hay una concienciación cada vez mayor de la forma en que las exportaciones del ejército y de la «seguridad nacional» israelíes contribuyen a esas prácticas por medio de las nuevas tecnologías y de las metodologías desarrolladas en el proceso de ocupación militar, apartheid y limpieza étnica del pueblo palestino. A su vez, la militarización y el control de seguridad ayudan a mantener la industria militar israelí y sus políticas contra los palestinos.

En paralelo al papel cada vez mayor de Israel en esta militarización, los movimientos en todo el mundo están haciendo causa común con el movimiento del BDS contra la represión y la discriminación por parte del ejército y las fuerzas policiales. Un ejemplo importante de ello es la campaña contra la empresa de «seguridad nacional» israelí International Security and Defense Systems (ISDS). Ex agentes del Mossad fundaron ISDS en 1982. Periodistas de investigación así como antiguos miembros de las juntas militares informaron que ISDS adiestró a los escuadrones de la muerte en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, y estuvo implicado en los golpes de Estado e intentonas de golpe de Estado en Honduras y Venezuela.


«El llamamiento a un embargo militar total a Israel […] es parte de una lucha global contra las guerras y la represión y contra la militarización y el control de seguridad de la sociedad.»


Hoy ISDS adiestra la tristemente célebre fuerza de la policía militar BOPE en Río de Janeiro y reconoce orgullosamente que la policía en las favelas utiliza las mismas técnicas que Israel usa en Gaza. ISDS también logró un contrato altamente publicitado con los Juegos Olímpicos 2016 en Río. Movimientos palestinos como Stop the Wall y el Comité Nacional del BDS (BNC) han unido fuerzas con los movimientos populares en Río trabajando por los derechos humanos en las favelas en una campaña apodada Olímpicos sin Apartheid para cancelar el contrato.6

Conexiones similares se han establecido entre el movimiento de solidaridad con Palestina y los activistas negros en EE.UU, que en 2015 emitieron una declaración de solidaridad avalada por más de 1.000 activistas e intelectuales negros en la que se señalaba que «el amplio uso por parte de Israel de detención y prisión contra los palestinos evoca las encarcelaciones masivas del pueblo negro en EE.UU., incluido el encarcelamiento por razones políticas de sus propios revolucionarios» y se hacía un llamamiento a una lucha conjunta contra la empresa de seguridad G4S. Además, en agosto de 2016 el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras Importan) suscribió el movimiento del BDS.

El muro de la frontera EE.UU.-México es otro lugar de lucha conjunta entre los activistas solidarios con Palestina y los pueblos indígenas afectados por la aplicación de metodologías y tecnologías israelíes en su tierra, en lo que Elbit Systems juega un papel clave.

La campaña en la UE para detener la financiación a Elbit Systems y a otras empresas militares israelíes afecta a una cuestión más amplia que preocupa a cada ciudadano europeo. Con un presupuesto de 80.000 millones de euros (aproximadamente 88.000 millones de dólares con la cotización de finales de 2015), el actual ciclo de financiación de investigación y desarrollo de la UE Horizon 2020 es uno de los mayores planes de financiación del mundo. Redistribuye el dinero de los contribuyentes principalmente a colectivos e instituciones académicas que desarrollan investigaciones al servicio de las grandes empresas, incluida la cooperación con empresas militares israelíes. Los proyectos de investigación con las empresas militares israelíes a menudo desarrollan tecnologías de doble uso (tecnología para uso tanto militar como civil) en clara violación de las normativas de la UE y contribuyen a la militarización y al control de seguridad de las sociedades europeas. Si la mayoría de los europeos supiera cómo se está usado su dinero, estaría de acuerdo en que la UE perjudica no solo a los palestinos, sino también a sus propios ciudadanos al gastar en guerras que crean nuevos refugiados y en tecnologías que controlan, utilizan el perfil racial y oprimen a los europeos en vez de satisfacer sus necesidades .

Ir a por los puntos débiles del sector militar israelí

Este informe político pretende proporcionar una visión de conjunto del complejo industrial militar israelí e identificar puntos de entrada que puedan reducir los beneficios de la industria y llevar finalmente a un embargo de armas hasta que se logren los derechos palestinos. No hay duda de que es un gran compromiso: el complejo industrial militar implica poderosas corporaciones, una propaganda y un marketing muy logrados, y unas instituciones globales de defensa que a menudo están muy lejos del discurso y del alcance de los activistas solidarios. Con todo, terminar con las relaciones militares con Israel hasta que acate el derecho internacional no es solo una necesidad ética para los países, también es una campaña que se puede ganar. En efecto, basándose en la experiencia hasta la fecha y a la luz del análisis anterior, hay varios puntos de entrada para que los consideren los activistas.

Al nivel más básico son esenciales la educación pública y la divulgación. La mayoría de la gente entiende intuitivamente que sus gobiernos no deberían mantener relaciones militares con un poder ocupante que emprende ataques militares regularmente contra la sitiada Franja de Gaza y otros países vecinos al tiempo que comete incursiones, redadas, demoliciones de hogares y otras violaciones de los derechos humanos contra las ocupadas Cisjordania y Jerusalén Este – particularmente cuando estos actos violan no solo su propio código moral sino también las leyes de sus países y el derecho internacional. Está aumentando la cantidad de defensores de los derechos humanos que trabajan por el boicot y las desinversiones; es solo cuestión de tiempo que la cantidad de quienes defienden las sanciones, y particularmente las sanciones militares, crezcan hasta formar una masa crítica.


«El mito de la tecnología militar israelí se está desmoronando lentamente y una industria militar israelí más privatizada está tan expuesta a los riesgos en los mercados mundiales como otras empresas.»


La solidaridad con Palestina por parte de las comunidades que también sufren el impacto de la militarización y el control de seguridad tiene un largo historial, especialmente en América Latina, donde Israel y sus agentes privados han apoyado y adiestrado durante décadas a los escuadrones de la muerte y a las dictaduras. La cooperación más estrecha entre los afroamericanos, los latinos y los pueblos indígenas en EE.UU. junto con la militarización exponencial de las metrópolis europeas significa que hay posibilidades de desarrollar también en Occidente una red de activistas amplia y organizada. En el caso de la UE la marea de la opinión pública se podría usar para respaldar los argumentos técnicos para desafiar la financiación de Horizon 2020 al ejército israelí – y otras entidades – cómplices de la ocupación.

Los activistas también deberían también poner en evidencia en sus campañas que la tecnología militar israelí ni es tan efectiva ni está libre de problemas como pretenden sus relaciones públicas. Los importantes problemas de la producción de drones israelí y las cuestiones que rodean a la Cúpula de Hierro son solo dos ejemplos. Aún más convincente es el hecho de que Israel está minando la capacidad del país para manejar su propia defensa al trasvasar la capacidad industrial nacional de los países a Israel y usar sus sistemas de seguridad para espiar a los países clientes, lo que efectivamente provoca la pérdida de su soberanía nacional y de su independencia.

Aun siendo tan grande, Elbit Systems es particularmente vulnerable a las acciones de los activistas. Es la única empresa militar privada israelí de esas dimensiones y por lo tanto es más vulnerable a las crisis, a los riesgos de la especulación financiera y a las reestructuraciones económicas. Elbit Systems está altamente endeudada y necesita asegurarse un flujo continuo de efectivo para pagar esa deuda. Su presencia global cada vez mayor facilita que los activistas de los diferentes países se enfrenten a Elbit o a sus subsidiarias. Además, la dependencia cada vez mayor de la industria militar del presupuesto del Estado de Israel para su rescate la hace más vulnerable al tiempo que aumenta la vulnerabilidad del Estado.

Los activistas deberían también aprender de la experiencia: Israel siempre se posiciona para tomar ventaja cuando los nuevos gobiernos llegan al poder o se aprueban nuevas políticas nacionales. Los activistas también deberían posicionarse para tomar medidas previendo cualquier eventualidad para enfrentarse a los cambios en los gobiernos. Es crucial asegurar, cuando sea posible, compromisos o legislaciones de gobiernos amigos contra el comercio militar con Israel y aprovecharse de casos en los que gobiernos hostiles promulguen políticas que contradigan los intereses israelíes. Usar como palanca las dinámicas internas en tales casos es un elemento esencial del éxito.

Si se establecen sanciones militares contra Israel, la sociedad civil palestina y los activistas tendrán que trabajar duro para presionar a la Organización para la Liberación de Palestina (PLO por sus siglas en inglés) y a la Autoridad Nacional Palestina (PNA por sus siglas en inglés) para que usen sus contactos diplomáticos y cualquier poder de persuasión que tengan, tanto con Estados individuales como en la ONU. En particular, deberían asegurarse de que PLO/PNA usan todos los medios posibles para impedir y revertir los negocios armamentísticos entre los Estados del Golfo e Israel.

No hay manera de calcular cuándo cambiará la marea. Pero las luchas populares contra la represión, la guerra y el apartheid, reforzadas por una percepción negativa cada vez mayor del complejo industrial militar israelí podrían golpear en el corazón de una industria que mantiene la agresión israelí y prospera gracias a ella. El mito de la tecnología militar israelí se está desmoronando lentamente y una industria militar israelí más privatizada está tan expuesta a riesgos en los mercados mundiales como otras corporaciones. El llamamiento a las sanciones militares puede comenzar a hacerse sentir aún antes de que los gobiernos estén dispuestos a implementar un pleno embargo.

Notas:

  1. Los autores son parte de la campaña Stop the Wall.
  2. Sin embargo, Reino Unido todavía probó el drone en su territorio de ultramar de Ascensión.
  3. Bishara Bahbah, «Israel’s Military Relationship with Ecuador and Argentina,» Journal of Palestine Studies, 15, 2 (Invierno 1986): 88-89. Véase también Hugo Harvey Parada, Chile – Israel Relations 1973-1990(Santiago: RIL editores, 2011)
  4. Shir Hever, «Privatising Israel’s Arms Industry», Middle East Eye, 27 de enero de 2016,http://www.middleeasteye.net/columns/privatising-israels-arms-industry-9… . El artículo ofrece un análisis excelente del proceso de privatización de IMI y del papel de Elbit Systems.
  5. Por ejemplo, después del atentado en el aeropuerto de Bruselas en marzo del 2016 Bélgica asignó 400 millones de euros adicionales a una agencia de inteligencia. En abril la UE aprobó una controvertida leysobre el almacenaje a largo plazo de la información de los pasajeros de las líneas aéreas, que costará aproximadamente 500 millones de euros. Elbit Systems está bien situada para llevarse una parte substancial, ya que la UE ha financiado durante años el desarrollo de la tecnología para aplicar dichas políticas. Además, documentos emitidos recientemente por el Instituto Transnacional y Stop Wapenhandel muestran los beneficios que las empresas israelíes están cosechando de las políticas de migración de la UE. Dado que estas empresas tienen extensa experiencia con elementos como el mantenimiento del Muro y el desarrollo de la tecnología de drones (usada principalmente en las masacres contra Gaza), tienen mucho que ofrecer a los esfuerzos en contra de la migración de la UE.
  6. El trato está aún vigente, en contra de los informes que afirman que fue cancelado. La campaña contra la presencia de ISDS en Río de Janeiro continua.

Tomado de http://www.stopthewall.org/es/la-s-en-bds-lecciones-de-la-campa-contra-elbit-systems