Una nueva ley prohíbe en Egipto realizar protestas cerca de cualquier templo. Para el gobierno y el parlamento, la intención es preservar la santidad de mezquitas e iglesias. Para la oposición, se trata de otro abuso contra la libertad de expresión. «El objetivo es obvio: impedir que la gente realice manifestaciones políticas», dijo a IPS […]
Una nueva ley prohíbe en Egipto realizar protestas cerca de cualquier templo. Para el gobierno y el parlamento, la intención es preservar la santidad de mezquitas e iglesias. Para la oposición, se trata de otro abuso contra la libertad de expresión.
«El objetivo es obvio: impedir que la gente realice manifestaciones políticas», dijo a IPS el periodista Mohammed Abdel Qaddous, dirigente del partido islamista opositor y proscripto, aunque tolerado, Hermandad Musulmana.
La prohibición está «en completa sintonía con la actitud de un Estado policial», agregó Qaddous, también presidente del Comité de Libertades del Sindicato de Periodistas.
Según la ley, que entrará en vigor en mayo, aquéllos hallados culpables de organizar manifestaciones dentro de mezquitas e iglesias o en sus cercanías podrían sufrir penas de prisión de hasta un año.
Los meros participantes en estas actividades podrían quedar seis meses presos.
Según el ministro de Religión, Hamdi Zaqzouq, la ley apunta a preservar la santidad de los templos, utilizados con frecuencia como escenario de protestas políticas.
«La libertad de expresión no puede ser explotada para justificar la violación de la santidad de los lugares de culto», dijo, según medios de prensa controlados por el Estado.
El gobierno argumentó que la nueva disposición se aplicará en todos los templos de Egipto. Pero quienes critican la medida afirman que apunta específicamente a la Universidad Al-Azhar de El Cairo y su mezquita.
Establecida en el siglo X, es considerada la institución más destacada en materia de jurisprudencia islámica sunita, una de las dos ramas principales de la fe musulmana y la que predomina en el mundo árabe.
Además de su reputación en el campo de la teología, la Universidad ha sido un recinto frecuentemente elegido para sus protestas políticas por la oposición, en especial por parte de organizaciones islamistas como la Hermandad Musulmana, pero también de grupos seculares y activistas prodemocráticos..
Los objetos de esas protestas incluyeron políticas gubernamentales impopulares, actos de violencia de Estados Unidos e Israel en la región, el uso de la tortura por parte de la policía egipcia y el encarecimiento de los alimentos.
El 16 de abril, por ejemplo, miles de manifestantes se reunieron en Al-Azhar para protestar contra las severas condenas de prisión impuestas por un tribunal militar a dirigentes de la Hermandad Musulmana.
Naguib Gabriel, un ex juez que preside la no gubernamental Unión Egipcia de Derechos Humanos, coincide en que la ley procura sofocar el disenso popular.
«Busca coartar nuestra libertades y silenciar nuestras protestas. El derecho a la manifestación pacífica está garantizado por la Constitución», afirmó.
Gabriel, sin embargo, considera que la medida no apunta contra la Universidad Al-Azhar, sino contra la principal corriente cristiana del país, la copta, que cuenta con numerosísimas iglesias y catedrales.
«La ley quiere impedir demostraciones en los templos coptos. La Hermandad Musulmana puede manifestarse en las calles y universidades, pero los cristianos sólo pueden hacerlo en las iglesias», agregó.
A fines de 2004, cristianos coptos realizaron protestas masivas en la catedral de El Cairo, luego de que circularan versiones sobre supuestas conversiones forzadas de miembros de esta comunidad religiosa a la fe musulmana.
Las manifestaciones concluyeron luego de cuatro días, cuando el gobierno de Hosni Mubarak aseguró que tomaría en cuenta las quejas.
Gabriel se propone iniciar gestiones para revocar la ley ante el Supremo Tribunal Constitucional. «Varias organizaciones de derechos humanos están planifican un recurso similar», señaló.
Abdel Qaddous, de la Hermandad Musulmana, aseguró: «Si sentimos la necesidad de expresarnos a través de la protesta popular, haremos demostraciones en Al-Azhar, con ley o sin ella. La voluntad de la gente será más fuerte que cualquier ley».
La prohibición está «en completa sintonía con la actitud de un Estado policial», agregó Qaddous, también presidente del Comité de Libertades del Sindicato de Periodistas.
Según la ley, que entrará en vigor en mayo, aquéllos hallados culpables de organizar manifestaciones dentro de mezquitas e iglesias o en sus cercanías podrían sufrir penas de prisión de hasta un año.
Los meros participantes en estas actividades podrían quedar seis meses presos.
Según el ministro de Religión, Hamdi Zaqzouq, la ley apunta a preservar la santidad de los templos, utilizados con frecuencia como escenario de protestas políticas.
«La libertad de expresión no puede ser explotada para justificar la violación de la santidad de los lugares de culto», dijo, según medios de prensa controlados por el Estado.
El gobierno argumentó que la nueva disposición se aplicará en todos los templos de Egipto. Pero quienes critican la medida afirman que apunta específicamente a la Universidad Al-Azhar de El Cairo y su mezquita.
Establecida en el siglo X, es considerada la institución más destacada en materia de jurisprudencia islámica sunita, una de las dos ramas principales de la fe musulmana y la que predomina en el mundo árabe.
Además de su reputación en el campo de la teología, la Universidad ha sido un recinto frecuentemente elegido para sus protestas políticas por la oposición, en especial por parte de organizaciones islamistas como la Hermandad Musulmana, pero también de grupos seculares y activistas prodemocráticos..
Los objetos de esas protestas incluyeron políticas gubernamentales impopulares, actos de violencia de Estados Unidos e Israel en la región, el uso de la tortura por parte de la policía egipcia y el encarecimiento de los alimentos.
El 16 de abril, por ejemplo, miles de manifestantes se reunieron en Al-Azhar para protestar contra las severas condenas de prisión impuestas por un tribunal militar a dirigentes de la Hermandad Musulmana.
Naguib Gabriel, un ex juez que preside la no gubernamental Unión Egipcia de Derechos Humanos, coincide en que la ley procura sofocar el disenso popular.
«Busca coartar nuestra libertades y silenciar nuestras protestas. El derecho a la manifestación pacífica está garantizado por la Constitución», afirmó.
Gabriel, sin embargo, considera que la medida no apunta contra la Universidad Al-Azhar, sino contra la principal corriente cristiana del país, la copta, que cuenta con numerosísimas iglesias y catedrales.
«La ley quiere impedir demostraciones en los templos coptos. La Hermandad Musulmana puede manifestarse en las calles y universidades, pero los cristianos sólo pueden hacerlo en las iglesias», agregó.
A fines de 2004, cristianos coptos realizaron protestas masivas en la catedral de El Cairo, luego de que circularan versiones sobre supuestas conversiones forzadas de miembros de esta comunidad religiosa a la fe musulmana.
Las manifestaciones concluyeron luego de cuatro días, cuando el gobierno de Hosni Mubarak aseguró que tomaría en cuenta las quejas.
Gabriel se propone iniciar gestiones para revocar la ley ante el Supremo Tribunal Constitucional. «Varias organizaciones de derechos humanos están planifican un recurso similar», señaló.
Abdel Qaddous, de la Hermandad Musulmana, aseguró: «Si sentimos la necesidad de expresarnos a través de la protesta popular, haremos demostraciones en Al-Azhar, con ley o sin ella. La voluntad de la gente será más fuerte que cualquier ley».