Traducido para Rebelión por Ricardo García Pérez
El artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos afirma claramente que
1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Este artículo va precedido de otros que reconocen de manera inequívoca la dignidad y los derechos idénticos e inalienables de TODOS los miembros de la familia humana, a la que por supuesto pertenecen los palestinos. El derecho inalienable a la libertad de circulación de los más de 1,5 millones de hombres, mujeres y niños palestinos que constituyen la población de la Franja de Gaza ha sido negado por sucesivos gobiernos israelíes y por el régimen que Mubarak que ha impuesto un sitio atroz. Las principales organizaciones de derechos humanos describen la Franja de Gaza como «la prisión a cielo abierto más grande del mundo».
Este sitio espantoso debería haber terminado cuando el movimiento revolucionario egipcio derrocó a Hosni Mubarak y a su régimen criminal, durante el cual los millones de egipcios dejaron patente que su libertad y la libertad de Palestina eran metas compartidas y conexas.
La situación ha alentado las esperanzas de los palestinos de Gaza, Cisjordania, la Palestina de 1948 y la diáspora, así como las de millones de personas del mundo, que esperaban que el gobierno egipcio y el Consejo Militar Supremo rompieran finalmente el bloqueo de Gaza, como sin duda pretendían los egipcios. Esperábamos que el Paso de Rafah fuera tratado como una frontera soberana entre dos Estados, tan abierta como todos los demás pasos fronterizos egipcios, incluidos los de Libia, Sudán e Israel. Abrirlo garantizaría la dignidad y la libre circulación de palestinos y de todos los que quieran entrar y salir de la Franja de Gaza.
El ex ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Nabil Al-Arabi, hizo declaraciones muy alentadoras, como que el tratamiento dado a Gaza por el anterior gobierno egipcio era «vergonzoso» y que el Paso de Rafah quedaría abierto de forma permanente. El 25 de mayo de 2011, la agencia de noticias oficial de Egipto para Oriente Próximo anunció la apertura permanente del Paso de Rafah. Se iban a reinstaurar las viejas normas del paso, con lo que se permitiría que los palestinos portadores de pasaportes entraran en Egipto todos los días entre las 9 de la mañana y las 5 de la tarde, exceptuando los viernes y las fiestas. Según una declaración emitida por el Ministro de Asuntos Exteriores egipcio, las mujeres y niños palestinos podrían salir de Gaza sin restricciones, mientras que los varones de edades comprendidas entre 18 y 40 años tendrían que obtener visado para entrar en Egipto. Así, más del 60 por ciento de los habitantes de Gaza podrían pasar sin necesidad de visado.
Esta decisión del gobierno post-revolucionario estuvo vigente solo dos días, el 28 y 29 de mayo de 2011, pero esta norma con el Paso de Rafah fue derogada en realidad sin ningún tipo de anuncio formal. El número actual de personas a las que se permite pasar a diario ha quedado reducido a la arbitraria cifra de entre 160 y 300 personas.
Este repentino giro radical se produce en mitad de la peor crisis sanitaria que Gaza ha sufrido en su historia. La mayor parte de las operaciones quirúrgicas han sido pospuestas porque no se dispone de las necesidades básicas para realizarlas. Miles de estudiantes han perdido la oportunidad de proseguir sus estudios en el extranjero porque no han podido viajar a sus universidades. Los permisos de residencia de otros miles de habitantes de Gaza para países árabes y no árabes han expirado sin que pudieran abandonar la franja.
El sistema de funcionamiento actual exige a todo viajero potencial registrar su solicitud a través de Internet en el Ministerio del Interior de Gaza y a confirmarla en el Ministerio de Transportes. El número de solicitudes para entrar a finales del mes de junio supera las 20.000, y como el número de personas a las que se permite atravesar el paso diariamente ha quedado limitado a un máximo de 300, las posibilidades de cruzarlo antes de mediados de septiembre son prácticamente nulas.
Quienes viajan a través de Rafah deben soportar unas condiciones inhumanas: aguardar largas horas bajo el calor, ser escoltados por la policía hasta el aeropuerto de El Cairo y, después, esperar en una sala de aislamiento hasta el momento del despegue. Ningún otro ciudadano del mundo tiene que soportar semejante humillación, incertidumbre e indignidad a manos de otro país cuando decide ejercer su derecho a salir de su país.
¡Los palestinos exigen libertad de movimiento ahora!
Se deben dejar de imponer restricciones a los palestinos. Que las actuales autoridades egipcias hayan quebrantado con tanta rapidez las promesas hechas a su pueblo representa un insulto a las importantes luchas por los derechos humanos que el pueblo egipcio libra.
Según la Convención de Ginebra, todo el mundo tiene derecho a circular libremente y a recibir protección frente a castigos colectivos como el cierre arbitrario del Paso de Rafah.
Por consiguiente, exigimos la libre circulación permanente de palestinos por el Paso de Rafah sin ningún tipo de distinción o limitación.
Firmado:
Palestinian General Federation of Trade Unions (PGFTU)
University Teachers’ Association in Palestine (UTAP)
Palestinian Students’ Campaign for the Academic Boycott of Israel (PSCABI)
General Union of Youth Entities (GUYE)
Palestinian Youth against Israeli Apartheid (PYAIA)
Arab Cultural Forum
One Democratic State Group (ODSG)
Los abajo firmantes expresamos nuestra solidaridad con esta demanda de que se cumplan los derechos humanos elementales de la población de Gaza y Egipto.