Es muy posible que a partir de este martes los verdaderos crímenes de Luis Posada Carriles tengan un espacio en el caso por perjurio que ya lleva varias semanas en curso en El Paso, Texas. En lo que el abogado que representa a Venezuela en el proceso, José Pertierra, llama «colaboración histórica», tres expertos cubanos […]
Es muy posible que a partir de este martes los verdaderos crímenes de Luis Posada Carriles tengan un espacio en el caso por perjurio que ya lleva varias semanas en curso en El Paso, Texas. En lo que el abogado que representa a Venezuela en el proceso, José Pertierra, llama «colaboración histórica», tres expertos cubanos testificarán acerca de la implicación de Posada en los atentados con bomba en La Habana, que costaron la vida al ciudadano italiano Fabio Di Celmo. Con su testimonio, como con la grabación en que el acusado confesó a la periodista Ann Luise Bardach de The New york Times su protagonismo en esos hechos de sangre, el objetivo de la fiscalía es demostrar que Posada mintió a las autoridades norteamericanas, pero inevitablemente muchas verdades saldrán a la luz.
Sin embargo, operando con la lógica de Miami, los abogados de Posada Carriles parecen basar su estrategia, frente a lo que puede ser para ellos un testimonio explosivo, en que toda información proveniente de la «dictadura cubana» está descalificada de antemano. Pero esta vez el juicio es en El Paso, no en la ciudad floridana. De que el efecto del clima de intolerancia y amenazas que reina en el Sur de la Florida trasciende a los cubanos han existido pruebas recientes, la última de ellas en el hecho de que protestas de sectores extremistas obligaran al cantante colombiano Juanes a cambiar la fecha de un concierto, porque coincidía con el 50 aniversario de la derrotada invasión mercenaria a Playa Girón. Por otra parte, en Nueva York la periodista Bardach -que ya estuvo en El Paso- denunció un ciberataque contra su computadora. Ante hechos como estos, muchos en Estados Unidos podrán pensar que el comportamiento represivo, correspondiente a una dictadura, está más cerca de Miami que de La Habana.
Como ya ocurrió con un falso pasaporte guatemalteco que utilizó Posada, que no fue aceptado como prueba en el juicio para luego sí certificar su copia, cualquier absurdo puede ocurrir en este proceso. Parece ser que la defensa de Posada Carriles no dejará tecnicismo sin explorar en función de sus objetivos. Pero los peritos cubanos que testificarán en el juicio no serán un hueso fácil de roer, son profesionales de alta calificación en instituciones de la Isla: el teniente coronel del Ministerio del Interior Roberto Hernández Caballero; el mayor Misael Fonte, del Laboratorio Central de Criminalística; e Ileana Vizcaíno Dime, médico forense. Los tres participaron en las investigaciones de los atentados que realizaron los mercenarios contratados por Posada en La Habana. El odio que los medios de comunicación en Miami destilan cotidianamente contra Cuba -y que condicionó el resultado del caso contra los Cinco- también será lanzado contra ellos pero una cosa es la gritería y otra la verdad.
No obstante, vale la pena recordar que la otra vez que Estados Unidos aceptó la colaboración cubana en materia de lucha contra el terrorismo la utilizó para detener a los Cinco cubanos que buscaban información en Miami para evitar acciones como las bombas de 1997. Esperemos que en esta ocasión sea diferente. (Publicado en CubAhora)
Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/02/08/llegan-las-bombas-a-el-paso/