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Al contrario que en Las Vegas

Lo que Israel hace a los palestinos no se queda en Palestina

Fuentes: Counter Punch

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Si usted espera disfrutar de una larga y exitosa carrera como periodista en los medios de comunicación de Estados Unidos, no siga el ejemplo de la periodista Rania Khalek. Para empezar Khalek no se asusta de proporcionar cobertura franca de temas sacrosantos como Israel y el ejército estadounidense.

Su negativa a inclinarse ante la visión políticamente correcta de Israel no se ve con agrado en las salas de redacción de los Estados Unidos. Los propietarios de los medios corporativos quieren reporteros «fiables» que cubran los temas de política exterior desde un ángulo favorable al Gobierno. Desde que Israel cuenta con el apoyo unánime e incondicional de Washington -no importa el grado de brutalidad que ejerza contra los palestinos- no hay duda del lugar que debe ocupar la prensa de Estados Unidos con sus informes sobre Israel y Palestina.

Incluso los medios de comunicación progresistas en los EE.UU. son culpables de restar importancia a las atrocidades de Israel. «Lo que he notado es que lo que ocurre y cómo se informa sobre Palestina es un buen barómetro de lo lejos que los medios de noticias progresistas todavía tienen que ir», dijo Khalek en una entrevista. «Veo la gran cantidad de apología que se otorga a Israel. Aún quedan espacios progresistas como The Nationque legitiman y dan credibilidad a Israel inmerecidamente».

La misma mentalidad domina la forma en que los medios de comunicación cubren al ejército de Estados Unidos. En la medida en que los periodistas estén pegados al guion que transmite que el ejército de Estados Unidos es una institución que comete errores ocasionalmente pero cuya misión es honorable, van a quedar fuera de las situaciones problemáticas. No se atreven a proporcionar un análisis serio de los motivos de los planificadores de la guerra dentro de la Casa Blanca y el Pentágono.

«Hay ciertos conceptos sagrados que se supone no iremos en contra de ellos. Y uno es que el ejército estadounidense es bueno», dijo Khalek. «La prensa corporativa invierte en una gran cantidad de empresas que se benefician del militarismo en el extranjero. Verás un anuncio para el contratista de defensa Lockheed Martin y luego en el siguiente segmento sobre si deberíamos volver a invadir Irak».

Incluso los portavoces más eficaces para el ejército de Estados Unidos estarán bajo ataque si hieren la sensibilidad de los estadounidenses que apoyan a los militares. Después la acusación de mentir sobre que iba en un helicóptero militar estadounidense atacado por «fuego enemigo» en Irak, el periodista Brian Williams, de NBC News, emitió una disculpa con la excusa de haber hecho una «ayuda a las tropas». Describió su historia del año 2003 en el helicóptero como un intento fallido de agradecer «a nuestros valientes hombres y mujeres militares, veteranos de todas partes».

«Se venera a los soldados como a héroes sin defectos. Lo más sagrado en Estados Unidos son las tropas. No se puede criticar a las tropas. Incluso en los círculos liberales están fuera de los límites», explicó Khalek.

Los militares, Israel y otros temas sagrados, según Khalek, deberían entrar en el juego limpio para los periodistas. Khalek, que informa para la web Electronic Intifada y es miembro de su consejo editorial, comenzó a cubrir el conflicto Israel-Palestina hace sólo un año. Antes de unirse a The Electronic Intifada, hizo informes sobre cuestiones de justicia racial. También se desempeñó como fue columnista de género en Extra!, la revista mensual del grupo de control de los medios FAIR ( Fairness and Accuracy in Reporting – Equidad y exactitud en la información N. de T.). En un reciente recorte presupuestario, sin embargo, FAIR pasó de 16 páginas a cuatro, tipo formato de boletín. Una de las víctimas de la reorganización de FAIR fue la columna de Khalek. Cancelada.

«Estar en el periodismo en general es difícil. Ser periodista independiente que escribe sobre lo que escribo es aún más difícil, ya que pocas personas quieren publicar lo que mayormente escribo. No es sólo Israel-Palestina. Lo encuentro difícil con una gran cantidad de otros problemas, especialmente si usted es una mujer que no es blanca, como yo», dijo Khalek.

Periodista por accidente

A medida que Khalek se convirtió rápidamente en una de las principales periodistas de los EE.UU. que cubren zonas de tensión política interior y exterior sus lectores crecieron en aprecio a información honesta y en apoyo evidente a los desvalidos. Pero el periodismo no siempre fue lo que Khalek pensó que haría. «Me convertí en periodista por accidente», dijo. «Estaba en un camino completamente diferente. Me especialicé en ciencias del ejercicio y estaba trabajando en rehabilitación cardíaca y preparándome para ir a la escuela de enfermería».

Pero en 2008 Khalek se encontró con el programa de noticias diario en televisión y radio Democracy Now! «Me quedé con la boca abierta. Estaba aprendiendo acerca de todas estas cosas que estaban ocurriendo en el mundo y que los principales medios no me contaban», dijo. «Por eso soy tan apasionada de los medios de comunicación independientes, porque tuvieron un enorme impacto en mí. Cambiaron completamente mi vida».

En Electronic Intifada, Khalek busca ángulos únicos del tratamiento que Israel da a los palestinos. Tiene como objetivo ofrecer a los lectores una ventana al verdadero Israel. «Israel es un Estado de apartheid total involucrado en la limpieza étnica y tiene un Gobierno cada vez más de derecha que se siente perfectamente cómodo con el empleo de la retórica genocida respecto a la población palestina», dijo.

Como estadounidense siente la obligación de exponer cómo se gastan los dólares de los impuestos de Estados Unidos, ya que Israel es el mayor receptor de ayuda exterior estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial. A principios de 2014 los Estados Unidos habían proporcionado a Israel 121.000 millones de dólares de ayuda.

Khalek también reconoce que otras naciones, incluidos los Estados Unidos, siguen el ejemplo de Israel. Por eso una cobertura en profundidad de Israel es tan importante. Es posible que haya otros regímenes en el mundo con historiales de derechos humanos peores que Israel, pero a ninguno de esos países se concede el mismo respeto que a Israel.

La comunidad internacional, según Khalek, ha abandonado a los palestinos ayudando a crear condiciones en los Territorios Ocupados que sirven de laboratorio de Israel para poner a prueba la técnica y los métodos que ese Estado utiliza para el control de una población encerrada.

De hecho Israel ha construido una industria de seguridad interior de mil millones de dólares utilizando a los palestinos de cobayas. Luego exporta lo que aprende en Gaza y Cisjordania a regímenes autoritarios en otras partes del mundo. «Lo que Israel hace a los palestinos no se queda en Palestina», dijo Khalek.

El verano pasado, sólo unas semanas después de la muerte de más de 2.100 palestinos en Gaza, Israel organizó una conferencia anual sobre drones en colaboración con la embajada de Estados Unidos en Tel Aviv. «Israel llevó a cabo esa gran exposición de drones para publicitar los productos que utilizó para matar a los palestinos en Gaza», dijo Khalek. «Esos productos acabarán vendiéndose a regímenes de todo el mundo para reprimir y oprimir a sus propias poblaciones marginadas».

Incluso la CIA recurre a Israel cuando necesita una base jurídica para justificar sus desagradables métodos de inteligencia. En la presentación del informe de la CIA para el Senado de Estados Unidos sobre su programa de tortura, por ejemplo, Khalek descubrió que la CIA había invocado regularmente el «ejemplo de Israel» como una posible base del argumento de que la tortura era necesaria para evitar un daño inminente cuando no hay otros medios disponibles.

Según el informe de Khalek de diciembre de 2014, el «ejemplo de Israel» se refiere a una decisión de 1999 del Tribunal Supremo israelí que supuestamente prohibió el uso de la tortura para obtener confesiones de los prisioneros palestinos. Sin embargo ella escribió en un artículo quela decisión del tribunal israelí en realidad contenía resquicios que otorgaban impunidad a los torturadores israelíes.

Propaganda intrínseca

Los padres de Khalek nacieron en el Líbano. Crecer en una familia de inmigrantes de Oriente Medio le ayudó a sentir y ver la propaganda en los medios de comunicación. «Siempre he tenido una buena comprensión general global del hecho de que la política exterior es horrible y lo que ves en las noticias no es lo que te dicen que es», dijo.

En el momento de los ataques del 11 de septiembre de 2001 Khalek era una estudiante de segundo año en la escuela secundaria en el norte de Virginia. El 11-S fue difícil debido a la reacción negativa hacia los árabes y musulmanes. Me sentí marginada y discriminada en muchos sentidos. Esa fue mi primera experiencia con eso», dijo la periodista.

Khalek recuerda a su maestra de Historia de América en la secundaria, el día después de que los EE.UU. invadieran Irak en 2003, diciendo en la apertura de la clase que no habría discusión sobre la guerra. La maestra pensó que el diálogo abierto podría conducir a la crítica de la invasión, lo que podría trastornar a los estudiantes cuyos padres estaban en el ejército.

Más de 10 años después, Khalek mira hacia atrás su experiencia en la escuela secundaria como un ejemplo más de que a los estadounidenses se les enseña a abrazar formas peligrosas de nacionalismo. Esta mentalidad cerrada es la razón por la que Khalek cree que algunos estadounidenses reaccionaron con tanta saña a sus reportajes sobre la película Francotirador, dirigida por Clint Eastwood.

En su reporte para Electronic Intifada y en las redes sociales Khalek destacó las palabras reales que el excomandante de la Marina Chris Kyle utilizó en su autobiografía del mismo nombre. «Kyle, en el libro, se jacta de matar a 160 iraquíes’salvajes’ en los cuatro meses de despliegue en Irak». «Salvajes, malvados, despreciables. Contra eso luchábamos en Irak». Kyle escribe en su libro: «Ojalá hubiera matado a más», y agrega: «Me encantó lo que hice… fue divertido. El mejor momento de mi vida».

En un artículo sobre la película Francotirador Khalek dice que es «brillante propaganda que valora la agresión militar de Estados Unidos al tiempo que ofrece la representación más racista de Hollywood respecto a los árabes en la memoria reciente, legitimando con eficacia las campañas de bombardeos en curso de los Estados Unidos en el Medio Oriente».

Mientras veía la película Khalek dijo que entendía que se trataba de propaganda, pero al mismo tiempo encontró convincente el relato de la historia. «Eso es lo que me exaspera. Es una buena película y será eficaz «, dijo en la entrevista. «Se reescribe la guerra de Irak de manera que hace que los estadounidenses se sientan bien al respecto. Disfraza el blanqueo de la guerra de Irak con esta historia sobre soldados y lo difícil que es la guerra para los soldados y sus familias».

Muchos estadounidenses no apreciaron la presentación franca de la reseña de Khalek sobre la película Francotirador y se lo hicieron hizo saber por las redes sociales. «Me da un poco de miedo que la gente me diga: «Te voy a pegar un tiro». Es abrumador que digan «Espero que el EI te viole y te corte la cabeza». Pero Khalek subrayó que no permite que los ataques de las redes sociales cambien su forma de vida. «No me siento amenazada físicamente,» dijo.

Según Khalek siempre hay una acusación de que la izquierda política odia la libertad de expresión. «Después de lo que acabamos de experimentar con Francotirador hay un problema serio en el ala derecha del PC con el que juegan los liberales cuando se trata de criticar a un soldado», señaló.

Jonathan Chait es un prominente escritor liberal que perpetúa el mito de que la corrección política es ante todo un problema de la izquierda. Recientemente escribió un artículo para la revista New York acerca de que la «corrección política» ha mostrado su lado oscuro después de una larga remisión. En el artículo Chait escribe: «La corrección política es una forma de hacer política en la que los miembros más radicales de la izquierda hacen el intento de regular el discurso político calificando los puntos de vista contrarios de fanáticos e ilegítimos».

Lo que Chait no cubrió en su ensayo es que las personas de la izquierda política que no se contentan con lo «políticamente correcto» oficial de los Estados Unidos a menudo se les ve como ovejas negras en sus puestos de trabajo y son acosados, investigados y encarcelados por los agentes del orden.

A diferencia de Chait, simpatizante del oficialismo, Khalek podría tener problemas para conseguir trabajo en el New York Times y otros medios de la corriente masiva por su información honesta sobre Israel y los militares. Pero el Gobierno aún no le ha hostigado por lo que sabe. De momento solo le ataca el ala derecha del PC. «Hay gente diciendo que quieren matarme porque cité el lenguaje racista de Chris Kyle», dijo. «Ese es un problema grave si vamos a hablar de la censura y la política del PC. Cuando se trata de política correcta no está permitido decir absolutamente nada malo de un soldado. Hay una cierta vigilancia policial del PC sobre la derecha, por el momento más de los que se ve a la izquierda».

Nota

«Lo que pasa en Las Vegas, queda en Las Vegas»

Mark Hand es periodista político.

Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/02/09/what-israel-does-to-palestinians-doesnt-stay-in-palestine/