El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el fin de la misión de su país en Siria y ordenó la retirada de una parte importante de las tropas rusas del territorio sirio, en una reunión celebrada el 14 de marzo, donde sus ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa le comunicaron el éxito de las operaciones […]
El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el fin de la misión de su país en Siria y ordenó la retirada de una parte importante de las tropas rusas del territorio sirio, en una reunión celebrada el 14 de marzo, donde sus ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa le comunicaron el éxito de las operaciones militares rusas en Siria y la creación de las bases para las negociaciones de paz en este país árabe.
El inesperado anuncio de Putin se produjo justo cuando comenzaban los diálogos de paz en Ginebra (Suiza) y el presidente sirio, Bashar al-Asad, estaba contento con los considerables avances de su ejército con el apoyo militar ruso.
El Kremlin comenzó su intervención militar en Siria argumentando su apoyo al Gobierno legítimo de Damasco en la lucha contra el terrorismo internacional. Por otro lado, Putin pretendía eliminar la amenaza que suponían para su país los ciudadanos rusos y de otras naciones de la antigua Unión Soviética reclutados por el grupo terrorista Daesh. Para probar la eficacia de las operaciones militares en Siria, el ministro de Defensa de Rusia informó algunos logros de las fuerzas rusas como la liberación de unas 400 zonas residenciales que habían sido tomadas por los terroristas, la ayuda al Gobierno sirio para cortar las vías de suministro de los grupos extremistas y la eliminación de unos dos mil combatientes rusos de Daesh.
Además de los objetivos anunciados por Moscú, Putin buscaba otras metas importantes, si bien no declaradas, al intervenir en los conflictos armados en Siria. Durante las operaciones militares rusas en Siria, Estados Unidos y sus aliados denunciaban que Rusia dirigía la mayoría de sus bombardeos contra las posiciones de los grupos de la oposición armada en lugar de Daesh. No está claro el número de los civiles muertos en los ataques aéreos de Rusia, pero estos bombardeos hicieron que los grupos rebeldes perdiesen su esperanza en conseguir el éxito en el campo de batalla contra el Ejército sirio, lo que obligó a la oposición a sentarse en la mesa de negociaciones con el Gobierno. En otras palabras, salvar a Al-Asad pudo ser el primer objetivo no mencionado de Putin.
El segundo objetivo del mandatario ruso fue mostrar la revitalizada capacidad militar de Rusia en Siria. Según un comandante militar ruso citado por el diario Kommersant, una de las más importantes metas fue probar los nuevos armamentos de Rusia en una guerra real.
La semana pasada, Putin elogió a los soldados del Ejército ruso por luchar en un país que no comparte fronteras con Rusia. El mensaje estaba claro: Después de una década, el Ejército ruso ya es capaz de conseguir sus objetivos en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, el objetivo más importante de Rusia fue restaurar la reputación rusa en el escenario internacional. Después de la intervención de Moscú en Ucrania y la reincorporación de la península de Crimea a la Federación Rusa, los países occidentales marginaron a Moscú en las cumbres internacionales. Una presencia activa en la guerra en Siria fue una medida inteligente para sacar a Rusia del aislamiento en el mundo.
Esta estrategia resultó exitosa. En septiembre de 2015 y después del despliegue de las fuerzas rusas en Siria, el secretario de Defensa de EEUU, Ashton Carter, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, mientras el canciller ruso, Serguei Lavrov, comenzó consultas con el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, para hallar una solución a la crisis en Siria.
La guerra en Siria incluso pudo reanudar el diálogo entre Putin y Barack Obama. En septiembre de 2015, los dos mandatarios se reunieron al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU). Después del anuncio del repliegue de las tropas rusas de Siria, Putin y Obama volvieron a hablar por teléfono.
No obstante, hubo también problemas en la intervención militar rusa en Siria. Rusia perdió a Turquía como uno de sus socios después de que uno de sus aviones militares Sujoi Su-24 fuera derribado por cazas turcos. Asimismo, Moscú aceptó soportar el peligro de la radicalización de los musulmanes suníes residentes en el sur de Rusia, que estaban en contra del apoyo a Al-Asad.
Muchos en EEUU, incluido el propio Obama, habían pronosticado que Rusia enfrentaría graves problemas en Siria. El Kremlin utilizó su experiencia militar durante la época de la Unión Soviética en Afganistán y la de EEUU en Irak, así mismo, aprovechó la primera oportunidad para salir de la crisis siria.
Putin siempre mantiene en secreto sus estrategias y programas, lo que hace imposible adivinar los próximos pasos de Rusia. En Ucrania también el presidente ruso utilizó esta misma estrategia. Algunos expertos políticos hablan de la posibilidad del aumento de la presión rusa sobre Ucrania después de la retirada militar de Siria, mientras plantean la posibilidad de la intervención rusa contra Daesh en Libia o Afganistán.
El anuncio del repliegue de fuerzas rusas de Siria se convirtió muy pronto en realidad. Como primer paso, Rusia planea retirar 60 aviones militar y helicópteros de Siria. Según el portavoz del Kremlin, las fuerzas rusas desplegadas en las bases sirias de Tartus y Hmeimim seguirán sus funciones para observar el respeto a la tregua en vigor en Siria. Rusia también mantendrá los avanzados sistemas de defensa aérea S-400 que instaló en Siria después de la caída del Su-24.
Parece que Putin no quiere dejar completamente a Siria, donde mantendrá todas las opciones como en Ucrania.
Fuente original: http://alwaght.com/es/News/47271/%C2%BFLogr%C3%B3-Putin-sus-objetivos-en-la-intervenci%C3%B3n-militar-en-Siria