Con el muro de Apartheid a sus espaldas, un hombre mayor, alemán, se dispone a contar lo que les ha ocurrido, pero no da su nombre. Es integrante de la campaña «Bienvenido a Palestina» por la cual ,el pasado viernes 8 de julio, unos 650 activistas trataron de llegar a Palestina vía Tel Aviv. A […]
Con el muro de Apartheid a sus espaldas, un hombre mayor, alemán, se dispone a contar lo que les ha ocurrido, pero no da su nombre. Es integrante de la campaña «Bienvenido a Palestina» por la cual ,el pasado viernes 8 de julio, unos 650 activistas trataron de llegar a Palestina vía Tel Aviv. A su llegada, el viernes por la noche, fue trasladado a un centro de detención israelí.
A su alrededor, grupos de manifestantes ondean banderas palestinas y permanecen frente al muro que separa Belén de Jerusalén. Soldados israelíes miran desde la torre de control, pero esa es su única respuesta a los activistas internacionalistas y palestinos que gritan «dos, cuatro, seis, ocho, destruid el muro y acabad con el odio».
El hombre, que quiere permanecer en el anonimato por razones de seguridad, se cala su gorra y me pide que le avise si llegan soldados israelíes. No quiere ser descubierto en una protesta. «Nos metieron a todos en un autobús de prisioneros a la 1:30 h. de la madrugada» [en la madrugada del sábado]. Después de pasar horas en un centro de detención tuvieron que firmar un formulario sobre algo que para él todavía no está claro. «Solo estaba en inglés y en hebreo», explica. «Mi inglés no es muy bueno y no hablo hebreo. Creo que se trataba de un formulario por el que se prometía que solo visitaría las zonas turísticas de Cisjordania y que si me encontraban en otro lugar, podría ser detenido de nuevo». Cuando le pregunté si tuvo ayuda legal, o si fue informado de sus derechos, sacudió la cabeza y afirmó: «No. No tuvimos contacto con nadie. Nos quitaron nuestros teléfonos y nos llevaron a una pequeña celda sin aseos».
Sin posibilidad de consultar a su abogado, firmó el papel, pero se negaron a entregarle una copia del documento lo que es una violación del Derecho internacional. Ahora su abogado está tratando de conseguir de las autoridades israelíes una copia del documento. Los activistas tuvieron contacto muy limitado con sus asesores, abogados y familiares.
Los organizadores de Bienvenido a Palestina informaron que habían recibido una carta de un grupo de activistas belgas que se encuentran actualmente en el centro de detención de Be’er Sheva, y que iniciaron una huelga de hambre el domingo por la noche. Exigen contacto con sus familiares y abogados y una investigación internacional sobre la actuación de las autoridades israelíes y el comportamiento de las compañías aéreas implicadas. También están reclamando poder tener contacto unos con otros pues maridos y mujeres están separados en los centros de detención y no pueden comunicarse. No se sabe con certeza cual es el número de detenidos, las notas informativas distribuidas dan cuenta de entre 120 y 300.
El viernes hubo manifestaciones en Tel Aviv, Belén, Ramallah y en los aeropuertos y otros lugares de Europa, para protestar por el tratamiento dado a los participantes de «Bienvenido a Palestina». En París 20 activistas fueron detenidos cuando se manifestaban en la Rue de Rivoli. Más tarde fueron liberados sin cargos.
El hombre alemán describe las cinco horas pasadas en el centro de detención de Be’er Sheva: «No tuvimos medicamentos, ni nada para comer, y no podíamos ir al baño. Solo nos dieron cuatro botellas de agua pequeñas para cinco hombres. Después nos llevaron a otra celda de la cárcel con un baño. Éramos nueve. Había espacio para cuatro personas sentadas y cinco de pié. Si queríamos ir al baño teníamos que pasar por encima de las otras personas.
A la pregunta de por qué vino a la región, responde: «Se cuán necesario es. Aquí la gente está sufriendo y nosotros tenemos que comprometernos con los derechos humanos». Sacude la cabeza, «lo que nos ha pasado es increíble pero no es nada comparado con lo que soportan los palestinos».
En un comunicado emitido el domingo, los organizadores de «Bienvenido a Palestina» dicen: «Todos los detenidos han declarado repetidas veces que no son violentos y que lo único que han hecho es aceptar la invitación para visitar a sus amigos palestinos … las fuerzas de ocupación israelí ahora están buscando internacionalistas que intenten atravesar los puestos de control (ilegales) al sur de Ramallah, pero nuestro programa sigue adelante».