Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Los colonos judíos israelíes en el territorio palestino, que fue ocupado por Israel en 1967, están dictando unilateralmente la demarcación de las fronteras con cualquier futuro Estado palestino, haciendo por lo tanto que su creación sea imposible; tienen tomado como rehén el proceso de toma de decisiones israelí, se han convertido en los verdaderos asesinos de la paz, que condujeron el proceso de paz palestino-israelí -de veinte años de antigüedad- a su actual impasse.
Ya en el verano de 1995, el «nuevo historiador» israelí-británico nacido en Iraq, Avi Shlaim, escribió en el Journal of Palestine Studies: «Ahora los colonos son los que determinan la agenda política de Israel».
En aquel entonces eran decenas de miles; ahora los colonos son tres cuartos de un millón. El Jefe del «Consejo Regional de Samaria» de las colonias ilegales israelíes en Cisjordana palestina ocupada por Israel de Rio Jordán, Gershon Mesika, alardeó el pasado 6 de agosto de que habrá un millón de colonos «en solo tres años» y dijo a Arutz Sheva que «es demasiado tarde para echar atrás la empresa de las colonias en Judea y Samaria (es decir con Cisjordania palestina).
Escribiendo en el National Interest el 6 de septiembre de 2012, el presidente del Proyecto EE.UU./Medio Oriente, Henry Siegman, estuvo de acuerdo en que «El proyecto de asentamientos…coloniales de Israel ha logrado la deseada irreversibilidad, no solo por su amplitud y profundidad sino también por el poder político de los colonos y sus partidarios dentro de Israel».
Cuando Benjamin Netanyahu se hizo cargo de su segundo período como primer ministro, con el colono Avigdor Lieberman como su Ministro de Exteriores, el Süddeutsche Zeitung alemán, citado por Der Spiegel el 17 de marzo de 2009, escribió: «Él y Liebermann son los sepultureros del proceso de paz de Medio Oriente. Quieren mantener la ocupación y expandir las colonias.»
La campaña electoral de Netanyahu para su primer período en 1995 fue culpada por medios israelíes por crear el ambiente adecuado que condujo al asesinato del «padre» del primer acuerdo de paz de Oslo con los palestinos en 1993; desde entonces el «proceso de paz» ha estado bloqueado.
El tercer gobierno de Netanyahu como primer ministro es descrito ahora como el «gobierno de los colonos» o «un gobierno amigo de los colonos», cuya supervivencia es asegurada por el presidente de la Knéset [Parlamento israelí] Yuli Edelstein, quien también es un colono ilegal de la colonia Neve Daniel en Cisjordania, que recientemente pidió la anexión de dos tercios del área de Cisjordania.
Es un pedido que también fue repetidamente expresado por el Partido Patria Judía favorable a los colonos, socio en la coalición gobernante de Netanyahu, que tiene tres ministerios, incluyendo el Ministerio de Vivienda, y controla el comité parlamentario de finanzas. Netanyahu declaró su apoyo para el plan de Patria Judía. El ministro de economía Naftali Bennett fue presidente del consejo de las colonias ilegales en Cisjordania y la Franja de Gaza y todavía defiende la imposición unilateral de la soberanía israelí en el «Área C» en Cisjordania. Uzi Landau, del partido Yisraeli Beiteinu de Lieberman, tiene el ministerio de turismo. El ardiente partidario de las colonias del Likud, Moshe Yaalon, tiene el ministerio de defensa. El viceministro de exteriores, Zeev Elkin, es colono. El ministro de educación Shai Piron, del así llamado «centrista Yesh Atid de Yair Lapid, es un rabino colono; el propio Lapid, quien es el ministro de finanzas, apoya el «crecimiento» de colonias incluso durante conversaciones de paz, y rechaza cualquier soberanía palestina en Jerusalén Este bajo cualquier pacto.
El viceministro de defensa, Danny Danon del Likud, fue citado por The Jewish Press el 8 de agosto diciendo que los «puntos de vista» del negociador jefe de Israel, la Ministro de Justicia Tzipi Livni, cuyo partido Hatnua tiene solo seis escaños en la Knéset dominada por colonos, «no representan a la mayoría del actual gobierno». El papel de Livni en el «gobierno de colonos» de Netanyahu parece ser cosmético con el único propósito de circunvenir la presión estadounidense por la reanudación de las conversaciones de paz.
En el sistema proporcional de Israel, los colonos votantes y los partidos políticos y grupos favorables a los colonos han acumulado durante años suficiente poder político, de lejos superior a su cantidad para determinar el equilibrio interno del poder, decidir el resultado electoral y dictar su propia agenda. Tienen el sistema en sus manos. Hasta ahora se han convertido en los verdaderos asesinos de la paz.
El 28 de julio de 2013, Barak Ravid escribió en Ha’aretz que Netanyahu «está actuando con tanta debilidad… como un prisionero… un rehén» de sus socios pro colonos en la coalición.
Durante el intervalo entre la primera y segunda vuelta de las negociaciones recientemente reanudadas, Israel aprobó una «nueva» colonia y 1.700 unidades de colonias en Jerusalén Este; el gobierno incluyó 90 colonias en una nueva lista de «áreas de desarrollo de prioridad nacional» elegible para prestaciones especiales; la lista incluía también las tres anteriormente calificadas por el gobierno israelí como «puestos avanzados ilegales», es decir Bruchin, Rachelim y Sansana.
Puro palabrerío estadounidense
El 11 de agosto de 2013, el secretario de Estado de EE.UU. John Kerry reaccionó reiterando desde Bogotá en Colombia la posición «inalterada» de su país desde 1967: «EE.UU. considera que todas las colonias son ilegítimas» y ha «comunicado esa política de un modo muy claro a Israel».
Irónicamente, el «proyecto de colonias de Israel» se ha desarrollado de modo «irreversible» a pesar de todo, burlándose como puro palabrerío de la ilegitimidad declarada repetidamente por EE.UU. que ha servido permanentemente como una apenas velada cobertura de la verdadera protección estadounidense de la acelerada expansión del proyecto «colonial de Israel».
No es sorprendente por lo tanto que Kerry haya «esperado» desde Colombia lo que Peter Beinart describió en Daily Beast el 12 de agosto como «apertura de las esclusas de las colonias» solo dos días antes de la segunda vuelta de las negociaciones palestinas-israelíes patrocinadas por EE.UU. que se reanudaron en Washington D.C. el 29 de julio de 2013.
Peor todavía, Kerry defendió pragmáticamente la nueva «apertura de las esclusas de las colonias» como un incentivo que «subraya la importancia de acercarse a la mesa… rápidamente», ignorando insensiblemente la reacción palestina.
El 18 de mayo el presidente palestino Mahmud Abas dijo que Netanyahu debe elegir entre las colonias y la paz. El secretario general del Comité Ejecutivo de la Organización por la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Abed Rabbo, y el negociador jefe de la OLP Saeb Erakat dijeron que estaban considerando no participar en la segunda vuelta de las conversaciones, planificadas en Jerusalén para el 14 de agosto. La miembro del Comité Ejecutivo de la OLP, Hanan Ashrawi, condenó los últimos planes de Israel para las colonias como «medidas de destrucción de confianza». Su co-miembro, Wasel Abu Yusuf, concluyó que la OLP cometió un «gran error» al sumarse a las conversaciones patrocinadas por Kerry. El portavoz de la presidencia palestina, Nabil Abu Rudeineh, dijo que los últimos planes de Israel «apuntan a obstruir los esfuerzos de paz».
Sin embargo, la OLP es demasiado débil para convertir sus palabras en hechos y cuestionar la declaración de Kerry de que el tema de las colonias no debiera descarrilar la reanudación de las conversaciones de paz.
Israelíes sin compás
Americans for Peace Now, en un informe titulado «Colonias & el gobierno de Netanyahu: Una política deliberada de debilitar la solución de dos Estados», dijo que en «sus políticas y acciones» ese gobierno» revela una clara intención de utilizar las colonias para debilitar sistemáticamente e imposibilitar una solución realista, viable de dos Estados para el conflicto israelí-palestino».
En una mesa redonda al margen de la Iniciativa Global Clinton en Nueva York el 22 de septiembre de 2011, el ex presidente de EE.UU. Bill Clinton culpó al «gobierno de Netanyahu» y a lo que calificó de un «cambio demográfico en Israel», lo que fue una referencia indirecta al proyecto de colonias, por el fracaso del proceso de paz.
En «Un mensaje de un sionista de larga data al pueblo israelí», Robert K. Lifton, un ex presidente del Congreso Judío Estadounidense, instó el 8 de agosto a los israelíes a que «deben aclarar la dirección que quieren que siga su país», «separar Israel de los palestinos», y «evitar ser atrapados en un Estado binacional».
Sin embargo, el llamado de Lifton suena como un grito en el desierto de los colonos. Los israelíes todavía tienen que aprender a liberarse de ser rehenes de esos asesinos de la paz. Hasta entonces, los israelíes seguirán navegando sin compás, rechazando la solución de un Estado, la solución de dos Estados, la solución de un Estado binacional y cualquier otra solución propuesta por la paz, excepto su paz – liquidando el proyecto de asentamiento de colonias, el que Henry Siegman, a quien se refirió The Forward el 5 de octubre de 2012 como un «anciano estadista judío», cree que es «suicida».
Lo más probable es que los colonos se estén basando en el hecho de que el propio Israel es el producto de un «proyecto de asentamiento colonial», que hasta ahora ha tenido éxito; también se supone que apuestan al apoyo «inquebrantable» del otro proyecto de asentamiento colonial exitoso que se ha convertido en los Estados Unidos de Norteamérica.
Nicola Nasser es un veterano periodista árabe que vive en Bir Zeit, Cisjordania, en los territorios palestinos ocupados por Israel. Para contactos: [email protected]
Fuente: http://www.counterpunch.org/2013/08/15/the-killers-of-peace/