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Los aviones Rafale del mariscal Sissi

Fuentes: Les Blogs du Diplo

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.

Era su sueño: el mariscal Abdel Fattah Al-Sissi, jefe del Estado egipcio, podrá hacer volar «sus» cazas Rafale* recién estrenados durante la inauguración de la ampliación del Canal de Suez el próximo mes de agosto. Dassault, el constructor de este aparato hasta ahora invendible, podrá esperar desarrollar a escala internacional este avión que ya se ha probado. Y el Estado francés podrá ahorrar con su cuestionable apoyo militar al único fabricante en el país …

Se han establecido las modalidades de fabricación y de entrega de estos primeros Rafale que se exportan, se ha acordado la financiación, todas las partes concernidas ha redactado y rubricado el acuerdo en estos últimos días. Solo falta la firma solemne del contrato por parte de las más altas autoridades de ambos países el próximo lunes [16 de febrero de 2015] en El Cairo.

Este mercado, valorado en 5.300 millones de euros, comprende la entrega de 24 cazas Rafale, dos fragatas Gowind y una fragata Fremm (construidas en los astilleros [franceses] DCNS), así como un lote de misiles de defensa antiaérea de corto y mediano alcance suministrados por MBDA.

Esta venta, una primicia, presenta unas características un tanto particulares:

– El mariscal dirigió la maniobra en persona tras interesar al presidente François Hollande el pasado mes de noviembre, acto seguido discutir directamente con el ministro francés de Defensa Jean-Yves Le Drian, convocar a El Cairo hace una quincena de días a los fabricantes concernidos (los directores de Dassault, MBDA, DCNS). No es lo habitual ya que normalmente se moviliza a decenas de intermediarios, así como a los servicios jurídicos, técnicos y bancarios de los Estados y de las empresas.

– El contrato se ha logrado en un tiempo récord, lo cual no es en absoluto habitual: el proyecto de venta a India (que, es cierto, atañe a 126 aparatos, con importantes transferencias de tecnología) se discute desde hace seis años. Y el contrato con Brasil, presentado en 2009 por el presidente Sarkozy como prácticamente cerrado, se arrastró hasta que en 2013 Brasilia reconoció que prefería comprar a la empresa sueca Gripen.

– La financiación es bastante acrobática, lo cual no es raro en este tipo de mercado, pero suele llevar más tiempo llevarla a cabo: que se sepa, el Estado francés acepta garantizar, por medio de la Coface, la mitad de los 5.300 millones de euros de la operación; paralelamente el Estado egipcio debe negociar un préstamo bancario con un grupo de organismos de crédito (entre los que están [los franceses] Crédit agricole, BNP Paribas, y Société générale); y al parecer Arabia Saudí y los Emiratos Árabes también han contribuido.

-El proceso de entrega de este armamento tampoco es banal: la fabricación en serie se ha previsto solo a partir de 2018, pero para contentar al mariscal se van a reservar al cliente egipcio tres aparatos que se están fabricando en Merignac y que estaban destinados al ejército del aire francés, único cliente de Rafale desde su entrada en servicio a razón de una decena de aparatos al año, lo que apenas permite mantener funcionando la cadena de montaje. Igualmente, se tomará la fragata Fremm de última generación del contingente previsto para la marina nacional francesa para que pueda desfilar en Port-Said…

Apertura de puerta

La maquinaria se ha puesto en marcha, pero Dassault tendrá que esperar al primer cheque antes de cantar victoria: «El pago de la cuenta», explica Alain Ruello de Echos, «y solo eso permitirá entonces al constructor aeronáutico reivindicar su primera referencia a la exportación para el Rafale«, lo que todavía podría llevar dos o tres semanas. Entonces se aportará la prueba de que «es posible» y se despejará el terreno después de una quincena de años de esfuerzos infructuosos: es lo que los políticos llaman una «apertura de puerta» y los militares «entrar primero»…

De hecho, Egipto es un viejo cliente de la aeronáutica militar francesa: después de la Guerra de los Seis Días (1967) había adquirido Mirage-3, a continuación, en 1981, fue el primer comprador extranjero del Mirage-2000, que entonces también tenía fama de ser invendible. Y en 2011 El Cairo y aparecía estar interesado por el Rafale, pero en una coyuntura menos favorable para sus fuerzas armadas y menos sensible en lo que concierne al contexto.

Esta vez el ejército (que ha vuelto al poder tras las oleadas de la «Primavera Árabe» y después de los Hermanos Musulmanes) vuelve a tener el campo libre. Pero se enfrenta a tensiones sobre sus fronteras con Libia y Gaza, y sobre todo en el Sinaí, por no hablar de los conflictos actuales en Oriente Próximo (Siria, Iraq, Yemen). Al tiempo que sigue siendo cercano de Estados Unidos (que «compra» cada año la paz con Israel por 1.200 millones de dólares de ayuda militar), al mariscal podrían interesarle cerrar un acuerdo de prestigio con un socio europeo que ya es familiar , famoso por ser celoso de su independencia y que tiene una tradición aeronáutica militar bien establecida.

Transferencia de tecnología a India

Visto desde Francia, no obstante, el pasado incita a la prudencia: el Rafale, un aparato que desempeña todos los papeles y es ultrasofisticado, es un habitual de las «ventas milagrosas» [1]. Solo tiene un defecto, su precio, que sin duda es la causa de la mayoría de los desengaños sufridos por este modelo a la hora de exportarlo, incluso en aquellos casos en los que la negociación estaba avanzada: en Corea del Sur y en los Países Bajos (en 2002), en Singapur (2006), en Suiza y en los Emiratos Árabes Unidos (2011), en Brasil y en Marruecos (2013)…

El cierre del acuerdo con El Cairo no puede sino reforzar el proceso emprendido hace más de tres años con Nueva Delhi: el «contrato del siglo», que atañe a 125 cazas destinados al ejército del aire, indio parece estar reservado al Rafale francés, aunque tarde en concretizarse. Dassault entregaría 18 aparatos construidos en sus cadenas de montaje, pero los 108 restantes se fabricarían en India, en el marco de una importante transferencia de tecnología.

Un mercado valorado entre 10.000 y 16.000 millones de euros, cuya firma definitiva podría producirse el próximo mes de marzo, cuando se ultimen las licencias de fabricación en India concedidas por la empresa de ensamblaje Dassault, la electrónica Thalès, la motorista Safran, etc.

Balón de oxígeno

Esta apertura a la exportación supone un balón de oxígeno, sobre todo para los siete mil empleos concernidos por esta filial aeronáutica, lo mismo que para unas cuantas grandes empresas y las 400 subcontratas que concurren en la fabricación del Rafale. Tras muchos sinsabores, el Estado francés (que ha recibido 137 Rafale, de los 225 previstos) podrá dejar de mantener Dassault con gran esfuerzo, como hacer desde hace decenas de años.

Los rendimientos de la industria francesa de armamento para 2015 deberían llevar la marca de estos contratos multimillonarios. Ya en 2014 Francia ascendió al tercer puesto de los países exportadores, compartido con Gran Bretaña, con una progresión del 17,3%: 8.065 millones de euros, es decir, un nivel comparable al de 2009.

Como ya afirmábamos en 2009, sigue existiendo el dilema habitual, un dilema particularmente agudo cuando, como en el caso del Rafale, se trata del florón de todo un sector industrial, pero también de una de las maquinas de matar más perfeccionadas del mundo.

¿Hay que «defender» la industria francesa de armamento, generadora de empleos, de saber-hacer y garante de una cierta soberanía en materia estratégica? ¿O hay que atenerse al carácter inaceptable, inmoral, etc. de las ventas de armas que avivan los conflictos tanto como contribuyen a prevenirlos, y engrasan el lobby militaro-industrial, etc., pero a riesgo de no controlar ya todas las opciones y de dejar que la competencia (del oeste, este y sur) ocupe el vacío creado de este modo?

Y para escapar a este debate aparentemente irresoluble, ¿basta con pasar a escala europea, con «mutualizar» o concentrar ciertas actividades y fabricaciones, y con respetar mejor un código de «buena conducta» de las exportaciones el cual se elude con demasiada frecuencia?

* «Rafale» significa «ráfaga», en francés. Habría, pues un juego de palabras en el título, algo así como «Las ráfagas del mariscal». N. de la T.

Fuente: http://blog.mondediplo.net/2015-02-13-Les-Rafale-du-Marechal