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Los cómplices de crímenes de guerra tendrán que rendir cuentas

Fuentes: The Electronic

Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.

La ofensiva del ejército israelí en Gaza se está perpetrando con un enorme desprecio por la vida de los civiles, en violación de los principios fundamentales del Derecho Internacional Humanitario (DIH). El espantoso elevado número de civiles muertos y heridos y los grandes daños en los edificios civiles demuestran un uso de la fuerza excesivo, indiscriminado, desproporcionado y completamente ilegal por parte de Israel.

A dos semanas del comienzo de la ofensiva israelí, muchos abogados internacionales levantan la voz para condenar las acciones israelíes desde todas las perspectivas, desafiando las afirmaciones de Israel de que actúa en legítima defensa. Es decir, incluso antes de examinar el modo ilegal en que Israel ha desplegado su poderío militar, los abogados que evalúan los argumentos de autodefensa de Israel han encontrado tantos agujeros como en el suelo de Gaza: Las acciones israelíes no se tomaron como un último recurso, como una necesaria contestación a los ataques. Antes de usar la fuerza en legítima defensa un Estado tiene que hacerlo en respuesta a un ataque armado y después de comprobar que no dispone de ningún otro método realista de reparación o resistencia.

En otras palabras, la fuerza sólo es legal si los intentos pacíficos para rechazar ataques armados no han funcionado o fueron claramente ineficaces. La justificación alegada por Israel de que sus objetivos de «detener el lanzamiento de cohetes desde Gaza» y asestarle a Hamás un «duro golpe» hacen necesario el uso de la aplastante fuerza militar, carece de esencia legal. Ninguna fuerza habría sido necesaria si Israel hubiese estado de acuerdo, el 19 de diciembre de 2008, en la apertura de todos los cruces de Gaza y el levantamiento de su asedio ilegal.

Hamás observó escrupulosamente el alto el fuego acordado hasta el 4 de noviembre, cuando Israel lanzó un ataque, sin mediar provocación, dentro de la Franja de Gaza, en el que asesinó a seis personas. Por lo tanto, la forma más fácil para Israel de impedir el lanzamiento de los cohetes habría sido cumplir, y después renovar, la tregua que violó el 4 noviembre.

Pero la amenaza que plantean los cohetes disparados sobre Israel en ningún caso puede justificar realmente las acciones militares emprendidas desde el 27 diciembre: las cifras publicadas por la organización de los derechos humanos Al Haq el 8 de enero de 2009, indican que el 80 por ciento de las 671 muertes palestinas documentadas hasta entonces eran de civiles (547) incluidos 155 niños. La mañana del 9 de enero, Al Jazeera informó del aumento del número de víctimas en Gaza a 769, incluidos más de 200 niños. Más de 3.121 personas estaban heridas. ¿Cómo se llegó a esto?

A pesar de las afirmaciones de Israel de que respeta las leyes de la guerra, el atroz ataque israelí a Gaza está en línea con un enfoque bastante diferente de la guerra. Bajo la «Doctrina Dahiyah» (nombre de una zona de Beirut bombardeada por Israel en 2006), desvelada a principios de octubre de 2008 por el general Eisenkot, antiguo secretario militar israelí bajo el entonces Primer Ministro Ehud Barak, el ejército «…esgrimirá un poder desproporcionado contra cualquier pueblo desde el que se dispare contra Israel y causará enormes daños y destrucción. Desde nuestra perspectiva éstas son bases militares. No es una recomendación. Es un plan que ya se ha autorizado». En un informe de la Universidad de Tel Aviv para el Instituto para la Seguridad Nacional, el coronel (de la reserva) Gabriel Siboni respaldó las declaraciones de Eisenkot. La respuesta a lo que Israel describe como amenazas de cohetes y misiles desde Siria, Líbano y la Franja de Gaza, según él, es «un ataque desproporcionado al corazón del punto más débil del enemigo, en el que los esfuerzos para afectar a la capacidad de los lanzamientos son secundarios.»

Es obvio que la Doctrina Dahiyah, basada en el uso desproporcionado de la fuerza para responder a los ataques de cohetes y misiles, viola el DIH. No es ninguna sorpresa, por consiguiente, la constatación de que Israel no respeta las definiciones básicas de «combatiente» y «civil», ni distingue entre un objetivo militar y la población civil. Uno de los primeros ataques de Israel a Gaza, el 27 diciembre, fue durante una ceremonia de graduación de policías, empleados del gobierno de Hamás. Las comisarías de policía son edificios civiles y los policías y autoridades encargadas de que se cumpla la ley están clasificados, según la ley internacional, como civiles. Disparar sobre ellos cuando no están comprometidos en acciones militares es ilegal. Israel no ha aportado ninguna prueba en absoluto de que los cadetes de la policía estuvieran preparándose para disparar cohetes durante o después de su ceremonia de graduación, y por lo tanto eran civiles, por lo que aparecen como víctimas de un crimen de guerra premeditado.

Israel, constantemente señala edificios civiles como «objetivos militares legítimos» que ningún otro gobierno de la tierra describiría como tales con éxito. Comisarías de policía, mezquitas, edificios universitarios, almacenes de medicamentos, instituciones gubernamentales, granjas de pollos y escuelas no pueden convertirse en blancos militares simplemente porque los denominen infraestructura de Hamas.

Ya el primer día de la operación militar israelí cuidadosamente planeada en Gaza, el Relator Especial para los Derechos Humanos en los territorios ocupados de la ONU, Richard Falk, emitió una declaración señalando las graves y masivas violaciones del DIH tal como se define en las Convenciones de Ginebra, mencionando el castigo colectivo, los objetivos civiles y una respuesta militar desproporcionada. Falk señalaba: «Ciertamente el ataque con cohetes contra blancos civiles en Israel es ilegal. Pero esa ilegalidad no da lugar a ningún derecho a Israel, ni como potencia ocupante ni como Estado soberano, a violar la ley internacional y cometer crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad en respuesta». Falk recordó a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas que la ONU tiene la obligación de proteger a cualquier población civil que se enfrenta a violaciones masivas del Derecho Internacional Humanitario.

La evidencia surge también del uso de armas ilegales, con informes y fotografías que muestran «las bombas tell-tale [de fósforo], que desparraman tentáculos de espeso humo blanco para cubrir el avance de las tropas». Un experto israelí de seguridad explicó: «Estas explosiones son de apariencia fantástica y producen mucho humo que ciega al enemigo para que nuestras fuerzas puedan tomar posiciones». El ardiente fósforo en el aire causa graves lesiones a cualquier persona que alcance. Israel reconoció que había empleado fósforo blanco durante su ataque a Líbano en 2006.

El Tratado de Ginebra de 1980 prohíbe el uso del fósforo blanco como arma de guerra en áreas civiles, pero no hay ninguna prohibición en la ley internacional en cuanto a su uso como cortina de humo o para iluminación. Sin embargo, Charles Heyman, un experto militar y ex comandante del ejército británico, fue citado por The Times el 5 de enero de 2009 diciendo: «Si el fósforo blanco se dispara deliberadamente sobre una muchedumbre, alguien terminará en La Haya. El fósforo blanco también es un arma terrorista. Las burbujas de fósforo que descienden arderán cuando entren en contacto con la piel.»

Como director de operaciones de la agencia de la ONU para los refugiados de Palestina (UNRWA) en Gaza, John Ging declaró a la BBC, el 6 de enero, que la situación en Gaza es horrenda, porque «se está llevando a cabo una gran operación militar en un área densamente poblada. La población está aterrorizada, no hay ningún lugar seguro en Gaza. Un millón de personas no tiene electricidad, 750.000 no tienen agua y todo el mundo padece escasez de alimentos. Los camiones de comida llegan con cuentagotas al centro de distribución de la UNRWA, gravemente colapsado por la operación militar israelí. Los padres tienen que dejar sus casas para recoger comida de los centros y corren el riesgo de ser atrapados en la línea de fuego. Un ataque reciente a un convoy de la ONU que transportaba suministros desde el punto de cruce de Gaza causó víctimas. Todos los convoyes del principal paso fronterizo usados para traer suministros humanitarios a Gaza se suspendieron después del incidente».

Ging también recordó a la comunidad internacional su responsabilidad de proteger a la población civil. Y si no lo hace, debe rendir cuentas. Todos los Estados tienen la obligación independiente de proteger a cualquier población civil que se enfrente a violaciones masivas del DIH. Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, que también forman parte de todas las Convenciones de Ginebra, han incumplido su obligación al no aprobar una resolución en virtud del Capítulo VII de la Carta Constitucional de la ONU el mismo 27 diciembre, exigiendo a Israel que cesara todas las operaciones militares en y alrededor de Gaza. Todos los días desde entonces, sin una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y con las deliberadas matanzas y destrucción masiva, inexorablemente en aumento, se va fortaleciendo el caso contra EEUU y funcionarios del Reino Unido de complicidad delictiva en los crímenes de guerra israelíes, dado que estos Estados mantuvieron el veto y no estuvieron dispuestos a reclamar el cese de la violencia.

El Consejo de Seguridad de la ONU no esperó para emitir una resolución sobre Iraq, en agosto de 1990, cuando dicho país, actuando igualmente con un claro desprecio de la ley internacional, invadió Kuwait. ¿Por qué espera el Consejo de Seguridad de la ONU desde el 27 de diciembre? No se necesita ningún acuerdo israelí para que se apruebe una resolución que tenga el efecto jurídico de exigir a Israel, como Estado miembro de la ONU, que cese la violencia. Al consejo de Seguridad de la ONU le costó casi 14 días aprobar una resolución que «subraya la urgencia y requiere (es decir no «exige») un inmediato, duradero y completamente respetado alto el fuego, que lleve a la retirada completa del ejército israelí de Gaza». EEUU respaldó a su aliado y se abstuvo. Una serie de explosiones han sacudido la Franja de Gaza a pesar de la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución que exhorta a un «alto el fuego inmediato» allí. Cualquier ataque después del llamamiento a un alto el fuego se puede considerar una violación del derecho internacional.

El ataque a las áreas pobladas con el tipo de fuerza usado por Israel, aun cuando algunos de los blancos fueran en principio objetivos militares legítimos, nunca puede ser conforme a una comprensión común de las leyes de la guerra. Por lo tanto, las actuaciones de Israel son crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Abogados para los Derechos Humanos Palestinos en el Reino Unido y en otros países se han comprometido a llevar a los autores y sospechosos de estos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad ante la justicia, así como a terceras partes que han apoyado e instigado a los criminales de guerra.

Original en inglés: http://electronicintifada.net/v2/article10159.shtml

Adri Nieuwhof es un consultor y abogado de derechos humanos residente en Suiza, y Daniel Machover es abogado y cofundador de Abogados para los Derechos Humanos Palestinos, con base en Gran Bretaña.