Atacando a los cristianos de Oriente Medio, al-Qaida ha escogido un objetivo vulnerable y con medios limitados para responder, pero estos atentados tienen el riesgo de degenerar en enfrentamientos intercomunitarios, consideran los analistas. El atentado contra una iglesia copta de Alejandría (Egipto), que provocó 21 muertos y decenas de heridos en Nochevieja, no ha sido […]
Atacando a los cristianos de Oriente Medio, al-Qaida ha escogido un objetivo vulnerable y con medios limitados para responder, pero estos atentados tienen el riesgo de degenerar en enfrentamientos intercomunitarios, consideran los analistas.
El atentado contra una iglesia copta de Alejandría (Egipto), que provocó 21 muertos y decenas de heridos en Nochevieja, no ha sido reivindicado, pero las autoridades egipcias consideran la pista de al-Qaida.
Al reivindicar el ataque contra una catedral de Bagdad a finales de octubre (46 muertos entre los fieles), un grupo iraquí de la red al-Qaida amenazó a la Iglesia copta, acusándola de mantener encerradas a dos esposas de sacerdotes coptos que se habrían convertido al Islam.
Y la iglesia atacada en Alejandría figurada en una lista de unos 50 lugares de culto coptos, en Egipto y el extranjero, designados a comienzos de diciembre como objetivos por una Web de al-Qaida.
«Los cristianos son un objetivo más fácil y más vulnerable que las otras comunidades», considera Emile Hokayem, analista que trabaja en Bahrein para el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.
«Es una nueva estrategia para al-Qaida, ya que la red encuentra menos objetivos occidentales para atacar. Y atacar a los chiíes es muy costoso, ya que sus milicias han respondido con dureza, mientras que los cristianos no pueden responder», añade.
La destrucción con dinamita de un mausoleo chií en febrero de 2006 en Samarra (Irak) generó enfrentamientos entre suníes y chiíes que provocaron miles de muertos.
«al-Qaida considera que todos aquéllos que no son musulmanes son apóstatas y sus enemigos, por lo que tiene derecho a matarlos», explicó el analista yemení Said Al-Gamhi, especializado en el estudio de movimientos islamistas radicales.
Considera que la red intenta «provocar problemas entre cristianos y musulmanes y enfrentamientos intercomunitarios e, incluso, una guerra civil en Egipto».
Tras el atentado de Alejandría, el sábado jóvenes cristianos se enfrentaron a la policía. El domingo, la violencia llegó a El Cairo, donde 45 policías y 27 civiles resultaron heridos en los enfrentamientos.
Más escéptico, Riad Qahwaji, director del centro de investigación Enigma, con sede en Dubai, subraya que no se puede llegar a la conclusión de que al-Qaida ha cambiado de estrategia, ya que ninguna de sus principales figuras, ni Osama bin Laden ni su número dos, Ayman Al-Zawahiri, han llamado explícitamente a atacar a las comunidades cristianas.
rCR