La inmensa mayoría de las delegaciones gubernamentales en la ONU votaron a favor de que la bandera palestina fuese izada junto a las demás. Ya era hora. La corriente que progresa en el mundo dice a las claras que más pronto que tarde el pueblo palestino será libre. Lo podemos leer también como que el […]
La inmensa mayoría de las delegaciones gubernamentales en la ONU votaron a favor de que la bandera palestina fuese izada junto a las demás. Ya era hora. La corriente que progresa en el mundo dice a las claras que más pronto que tarde el pueblo palestino será libre. Lo podemos leer también como que el colonialismo israelí desaparecerá. Ya es hora.
Los votantes en contra de la independencia del pueblo palestino quedan en el espejo de la Historia para que se vean ellos y los veamos los demás como enemigos de la paz, enemigos de la igualdad y la justicia universales: Israel, EEUU, Canadá República Checa, Panamá, Palau, Micronesia, Naur, e Islas Marshall. Ron Prosor, embajador israelí, representando el papel del negacionista trató de hacer de menos el homenaje a Palestina, dijo que lo sucedido en la ONU era una cosa inútil. Su ceguera colonial, su concepción racista, le llevó a declarar que los palestinos tienen que entregar su territorio a Israel, y dio continuidad a su desprecio a las resoluciones de la ONU y al Derecho Internacional.
¿A qué respondía?
La única bomba que tenía que hacer explotar el presidente palestino era llamar a la unidad nacional de su pueblo y a la desobediencia en contra de todas las medidas de los ocupantes israelíes, medidas que llevan practicando desde hace décadas.
Sin lugar a dudas las resoluciones de la ONU sobre la cuestión palestina (lo que suelen llamar conflicto árabe-israelí) son muchas más que todas las resoluciones de éstos organismos sobre cualquier otro tema a nivel mundial. Desde la Declaración Balfour, en 1916, con la creación de la Sociedad de Naciones tras la Primera Guerra Mundial, y después de la Segunda Guerra Mundial la ONU, en 1947, hasta el 2004, hemos conocido más de 820 Resoluciones en las que se trata la cuestión palestina, y la inmensísima mayoría son a favor del pueblo palestino. Esas sin contar las que ha habido desde 2004 hasta hoy, Octubre de 2015. Dijo un politólogo conocido que si se hubiese esparcido sobre Palestina todo esos escritos se cubriría su geografía. Desgraciadamente ésto no cambia la ocupación israelí, por ejemplo: nunca se ha reducido el número de prisioneros palestinos en Israel, y nunca se ha devuelto a ningún refugiado a su casa.
Recordamos el 10 de Noviembre de 1975, resolución 3379, con ella se retiró el reconocimiento al movimiento sionista como un movimiento de liberación nacional y lo puso al nivel de movimiento racista.
La Resolución 3375 reconoció a la OLP como movimiento de Liberación Nacional, y exigió al Consejo de Seguridad que garantizase el derecho del pueblo palestino en el ejercicio de sus derechos legítimos.
La Resolución 3414, 5 diciembre de 1975, afirma la ilegitimidad de adquirir tierra por la fuerza, y exige la devolución de las tierras ocupadas por ese procedimiento. Todas las Resoluciones de la Asamblea General de la ONU son a favor de Palestina excepto la 181, 20 de Noviembre de 1947, que es donde se declara la partición del territorio, y la 46/86, 1 de Diciembre de 1991, que anula la que decía que el sionismo es una forma de racismo, y llama a la creación de 2 Estados: uno judío, para el 33% de la población sobre el 56% del territorio que estaba bajo mandato británico, y otro Estado, el árabe-palestino, para el 67% de la población sobre un territorio de menos del 43% de Palestina, y dejó a Jerusalén bajo el auspicio internacional.
El Consejo de Seguridad dicto la Resolución 267 con la que condenaba las medidas israelíes sobre los asentamientos, las presiones sobre los ciudadanos palestinos y su anexión de Jerusalén y los Altos del Golán.
La Resolución 242, 22 de Noviembre de 1967, exige a Israel que se retire de los territorios ocupados y a continuación que se lleven a cabo negociaciones entre las partes para resolver el conflicto.
La Resolución 338, 22 de Octubre de 1973, exige poner en marcha la 242 y la celebración de una Conferencia Internacional en la que estén las partes relacionadas con el conflicto.
El 11 de Diciembre de 1969 la Asamblea General dictó la Resolución 2535 donde expuso de forma oficial los derechos inalienables del pueblo palestino y reafirmó el derecho de los refugiados a volver a su tierra, y manifestó también su malestar y su condena del Estado de Israel por sus políticas hacia el pueblo palestino. Esto fue gracias al papel destacado entonces en la situación internacional y el auge de la lucha de la OLP en todos los ámbitos, político, militar e internacional.
La Asamblea General en su sesión número 29, 24 de Octubre de 1974, sacó la Resolución 2210 con 105 votos a favor, 4 en contra y 20 abstenciones, donde se reconocía a la OLP como representante del pueblo palestino con derecho a participar en todo lo relacionado con la cuestión palestino. Además invitó al líder Yaser Arafat como presidente del Comité Ejecutivo de la OLP a intervenir delante de la Asamblea General el 13 de Noviembre de 1974. El Ministro de Exteriores de Argelia Abdelaziz Bouteflika luchó para que Arafat se sentase entre los presidentes, pero fue rechazado tajantemente del protocolo de la Asamblea. Arafat puso su mano sobre el respaldo de ese asiento pero no se sentó, y fue la locución más importante, allí quedaron sus palabras: «Señor presidente, he venido con un ramo de olivo en una mano y el fusil de un revolucionario en la otra. Que no caiga el ramo de olivo de mi mano.
La guerra surge en Palestina y la paz comienza en Palestina». Es en esa época cuando comienza el nuevo periodo de lucha del pueblo palestino a nivel árabe y mundial, gracias a tantos sacrificios, a la unidad de la que gozaban entonces los palestinos y a un programa de lucha en todos los ámbitos, militar, político y diplomático, pero tristemente se ha ido perdiendo por tantos factores: las divisiones en el mundo árabe, las ofensivas continuas militares y políticas de Israel y EEUU, y las iniciativas trampa, que condujeron al partido mayoritario encabezado por Arafat a firmar los Acuerdos de Oslo, que se convirtieron en un revés y una condena que dañó, hasta ayer mismo, las aspiraciones nacionales del glorioso pueblo palestino, porque beneficiaron en casi todo a las fuerzas de ocupación, sirviendo para que aumentasen los asentamientos hasta 4 veces más. Además de abrir puertas a las relaciones de Israel con otros países del entorno, Marruecos, Jordania, … e incluso con América Latina, y causó más y más daños en el interior del movimiento nacional palestino, divisiones, individualismo, debilitamiento de la resistencia popular, suspensión de la lucha armada, aceptación de pactos económicos -que quiere decir engordar a algunos y someter al resto del pueblo a la miseria-, y la subordinación al Protocolo de París y a Israel como ocupante, a ésto hay que sumar las detenciones y las agresiones militares. Con los Acuerdos de Oslo convirtieron a la guerrilla de antes en protectora y guardiana de la ocupación y de los colonos (Acuerdo de seguridad). Con eso quiere decirse que aunque las intenciones de parte del Movimiento de Liberación Palestino es buscar la paz a través de ésta vía errónea, los palestinos, incluso los firmantes de Oslo, si al finalizar los 5 años de la primera fase hubiesen dejado ese camino, habrían ganado 17 años de inútiles negociaciones con el agresor, y se habrían ahorrado tanta frase tibia, confusa, diplomática de fondo vacío del Presidente palestino el día 29 de Septiembre pasado, que sólo ha servido a los suyos y a los defensores del nefasto Acuerdo de Oslo.
La respuesta política de Israel ante el discurso, manifiesta el odio y el racismo de ese Estado al pueblo palestino y a su bandera, además quiere seguir con políticas y medidas agresoras tanto en Palestina como en toda la región.
Solidaridad con el pueblo palestino.
Ramón Pedregal Casanova, su último libro es «Gaza 51 días»: www.rebelion.org/docs/203215.pdf
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