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Israel y el armamento en Medio Oriente

«Los dioses pueden hacer lo que no puede el ganado»

Fuentes: Haaretz

¿A Israel le está permitido todo? ¿Se le prohíbe a sus vecinos hacer lo que a Israel le está permitido? ¿Por qué? ¿Por qué razón? ¿Puede Israel armarse todo lo que le plazca -y no hay arma que no tenga- y al mismo tiempo impedir que sus vecinos adquieran armas? ¿También se les prohíbe tener […]

¿A Israel le está permitido todo? ¿Se le prohíbe a sus vecinos hacer lo que a Israel le está permitido? ¿Por qué? ¿Por qué razón? ¿Puede Israel armarse todo lo que le plazca -y no hay arma que no tenga- y al mismo tiempo impedir que sus vecinos adquieran armas?

¿También se les prohíbe tener armas defensivas, diseñadas para protegerles de los ataques y bombardeos aéreos israelíes? ¿Israel tiene permitido, por lo tanto, bombardear cualquier lugar? ¿Se le permite violar la soberanía de otros países de la forma que le plazca? ¿Tiene permitido hacer cualquier cosa, sólo porque puede? ¿Todo le está permitido, sólo porque es fuerte y sus vecinos son débiles?

Y si es tan fuerte y sus vecinos son tan débiles, ¿por qué necesita hacer estas cosas? ¿Acaso todo esto no le explotará en la cara, un día?

Nadie hace estas preguntas. De hecho, en el discurso israelí no está permitido hacerlas; es ilegítimo siquiera mencionarlas.

Aquí basta con oír cada pocos meses de fuentes extranjeras acerca de otro terrible bombardeo -en Sudán, en Irak, en Siria, tal vez incluso en Irán, por tierra y por mar- para saber que estamos en buenas manos, que hay alguien en quien confiar, que no hay nada que preguntar. Si funcionó antes, funcionará esta vez, también. Simplemente se limpiará la escupida del rostro ofendido y nadie tomará represalias. Con el ganador no se discute. Y nos encantan los misterios.

Aquí lo único que necesitamos es un guiño del Primer Ministro o media sonrisa del Ministro de Defensa, y entendemos el mensaje. Aquí es suficiente con oír de nuestros analistas militares que el momento no tenía nada que ver con los asuntos domésticos. Las operaciones militares nunca tienen que ver con los asuntos internos de Israel; ¿cómo se atreve alguien siquiera a sugerir una cosa así? Después de todo, estos actos de heroísmo son planeados durante años (como si fuera imposible crear un plan de contingencia en cualquier momento); ¿cómo puede alguien decir eso de nuestros nobles guerreros, que están por encima de toda sospecha y política sucia?

Aquí no se permite siquiera pensar que alguien podría estar engañando a esos ridículos analistas militares. Aquí no preguntamos ni discutimos. Aquí todo es: «tranquilo, estamos bombardeando».

«Vamos a ir tras cualquiera que intente armar a nuestros enemigos», se jactó el ministro de Defensa Moshe Yaalon el martes, en la víspera de las primarias de su partido. ¿Tras cualquiera? ¿Y si se trata de Rusia? ¿O China? Lo dijo dos días después de un nuevo bombardeo anónimo sobre Siria. Una vez más los sirios se limpiaron la saliva israelí de sus rostros -que están bastante ensangrentados en este momento-, y fue otro im-pre-sio-nan-te éxito israelí. Según informes extranjeros, la Fuerza Aérea de Israel ha bombardeado cerca de 10 lugares en Siria y uno en Líbano en los últimos tres años. Por supuesto, se trató de acciones de legítima defensa, destinadas a garantizar la continuación de esa otra acción de legítima defensa: los vuelos de reconocimiento regulares de Israel sobre el Líbano.

Somos un país que no tiene límites; ni siquiera en el cielo. ¿Podría alguien imaginar vuelos de reconocimiento libaneses sobre Israel? Incluso suena divertido, ¿no? ¿Qué tal un avión no tripulado de Gaza haciendo vuelos regulares sobre Tel Aviv? ¿O un bombardeo sirio sobre armas que están siendo descargadas en el puerto de Haifa? Todos estos serían motivos inmediatos para la guerra, por supuesto. Pero Hezbolá tiene prohibido rearmarse. Hamas tiene prohibido equiparse. Gaza debe ser desmilitarizada, al igual que el Estado palestino que nunca será creado. ¿Por qué? Porque ponen en peligro la existencia del Estado de Israel. ¿Pero acaso Israel no amenaza la existencia de Gaza? ¡Vamos!, ¿cómo se puede comparar?

Y, por supuesto, el padre de todas las prohibiciones: Irán no debe tener armas nucleares. «Quod licet iovi, bovi no licet» («Los dioses pueden hacer lo que no puede el ganado»).

En el Estado hiper secreto, este tipo de preguntas son ridículas. En el Estado hiper secreto, hay que confiar ciegamente en los que saben. Es cierto que en otras áreas, donde las cosas son más abiertas, hemos descubierto que no hay en quién confiar y no nos atrevemos a hacerlo; pero si Israel decide bombardear un depósito cerca del aeropuerto internacional de Damasco, lo único que nos está permitido es hacer un guiño; también se nos permite festejar en voz baja.

Traducción: María Landi

Fuente original: http://www.haaretz.com/opinion/.premium-1.631036