Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
Lo suficientemente cerca como para oír los combates a través de la frontera, las familias drusas en el territorio anexado están divididas entre los partidarios de la revuelta y los que apoyan el régimen.
La terrible guerra civil al otro lado de la línea del alto el fuego en Siria está planteando una opción política incómoda para el pueblo druso en la zona de los Altos de Golán anexionados por Israel.
¿Mantienen los drusos su lealtad tradicional al gobierno de Bashar al-Assad, cuya familia se ha comprometido a recuperar el territorio? ¿O deberían apoyar la revuelta árabe contra el autoritario régimen de Assad?
En las arenas movedizas del Medio Oriente, los drusos se encuentran una vez más atrapados en el medio.
En las aldeas drusas lo suficientemente cerca como para escuchar los combates, las familias y amigos se dividen entre los partidarios de la revuelta y los partidarios del régimen. Un médico druso pronosticó que su pueblo exigiría la caída de Assad, mientras que un carnicero en un pueblo cercano denunció el levantamiento de Siria como una conspiración extranjera.
Israel ocupó el Golán de Siria en la guerra de Medio Oriente de 1967. En 1981 se anexó la meseta estratégica, 65 kilómetros (40 millas) de largo y 20 kilómetros (12 millas) de ancho al norte de Israel. La comunidad internacional no ha reconocido la anexión israelí. En las negociaciones, Israel se ha ofrecido a intercambiar el territorio por una paz total, pero las conversaciones se rompieron hace una década sobre las fronteras exactas y otras cuestiones.
A los residentes drusos de los Altos del Golán les ofrecieron la ciudadanía israelí, pero aceptaron sólo unos pocos. Muchos pensaron que algún día el territorio volvería a Siria, por la paz o la guerra, y quienes se habían identificado con Israel podrían ser tratados como traidores.
Los drusos -hay 20.000 en los Altos del Golán- siguen una rama secreta del Islam cuyos adeptos viven principalmente en Siria, Israel, Líbano y Jordania. A través de los siglos, han tratado de mantenerse ofreciendo lealtad a cualquiera que controlase su territorio.
Las cuatro principales aldeas drusas del Golán están cerca de la línea del alto el fuego con Siria. En las primeras semanas del levantamiento contra Assad el año pasado, los drusos del Golán estaban incondicionalmente alineados tras el presidente sirio. Ahora se oyen voces diferentes.
«La mayoría de la gente de aquí no puede distinguir entre Assad y su patria. Le ven como la cara visible de su tierra y esperan que nos libere de la ocupación (israelí)», dijo Ali Abu Awad, un médico del pueblo de Bukata. «Pero en estos días, cuando pueden ver lo que Assad está haciendo allí, la gran mentira ha comenzado a caerse. Creo que van a exigir la caída de Assad».
Durante la semana pasada, dijo que la mayoría de la gente de Bukata ha subido a las colinas para ver el combate cercano.
«Es una sensación diferente ver con tus ojos. Uno se siente muy inútil, muy vacío, viendo este ejército demoliendo a la población civil», dijo Abu Awad.
En las cercanías de Majdal Shams, los partidarios de Assad se expresaron. Hasan Fakhr Deen, un carnicero, calificó el conflicto de Siria como «una conspiración de estados extranjeros».
Insistió en que los sirios se mantuvieron unidos y sintieron la cercanía de los bombardeos y el humo a través de la frontera de los legítimos ataques contra «las personas que quieren cambiar el régimen en Siria».
Además de su importancia estratégica, los Altos del Golán son también una fuente importante de agua y de recreo. Los israelíes se reúnen allí para hacer caminatas, hay una bodega de Israel y el único complejo de esquí del país.
Los drusos son una parte de ese paisaje y los turistas israelíes, así como los soldados, frecuentan sus restaurantes.
No obstante, los drusos continúan en contacto con sus familiares de Siria y a veces se les permite cruzar para bodas, estudios universitarios y peregrinaciones religiosas. La producción de manzanas del Golán se transfiere cada año a través de la tierra a Siria para ayudar a los agricultores drusos a comercializar su cosecha.
La sangrienta represión en Siria ha llevado a los drusos del Golán a poder empezar a hablar más libremente.
Mahmoud Amasha, un agricultor de manzanas de Bukata y agente de seguros, dijo que estaba «convencido de que la cantidad de personas que se oponen a este régimen crece día a día». Pero dijo que las divisiones sobre la popularidad de Assad en Bukata han «arrojado una sombra sobre las personas en esta ciudad».
La mayoría sunita de Siria constituye la columna vertebral de la oposición y las minorías, como los drusos y los cristianos, temen ser marginados… o incluso eliminados… si los sunitas se hacen cargo.
Assad y la elite gobernante también pertenecen a una secta minoritaria, los alawitas, una rama chiíta. El régimen de Assad siempre abogó por una ideología secular, que se veía como dar a las minorías cierta protección.
Los residentes dicen que las manifestaciones ocurren cada pocas semanas, algunas a favor del régimen y otras en contra. Las divisiones han enfrentado a familias contra familias, además de amigos contra amigos.
Tres chicas adolescentes que paseaban por la plaza central de Bukata sostenían diferentes puntos de vista, dos de ellas apoyaban a Assad y la tercera no.
Ruba Amasha, de 17 años, dijo que las tres continúan siendo amigas, pero eso no es siempre el caso. «Por ejemplo, una persona pro Assad, dirá ‘hola’ a un amigo en la calle, y si la otra persona está en contra (de Assad), simplemente seguirá caminando», dijo.
Alaa Alwely, un conductor, dijo que la guerra civil siria probablemente retrasará cualquier posibilidad de que el Golán regrese a Siria. Teniendo en cuenta lo que está ocurriendo a través de la frontera, dijo que estaba de acuerdo con eso. «He vivido una vida respetable aquí», dijo. «Yo nací bajo la ocupación. No estoy seguro de si el gobierno sirio sería mejor o no».