«Habrá una segunda vuelta entre Mohamed Mursi y Ahmad Shafiq», anunciaron los Hermanos Musulmanes al adelantar los datos de las elecciones presidenciales de Egipto. El vicepresidente del Partido Libertad y Justicia, brazo de la Hermandad, Esam el Arian, dijo que Mursi «ha abierto consultas con candidatos a la presidencia y personalidades para salvar a la […]
«Habrá una segunda vuelta entre Mohamed Mursi y Ahmad Shafiq», anunciaron los Hermanos Musulmanes al adelantar los datos de las elecciones presidenciales de Egipto. El vicepresidente del Partido Libertad y Justicia, brazo de la Hermandad, Esam el Arian, dijo que Mursi «ha abierto consultas con candidatos a la presidencia y personalidades para salvar a la patria», en alusión a la posibilidad de que Shafiq, último primer ministro de Hosni Mubarak, pueda alcanzar la presidencia.
Según El Arian, las cifras que manejaba su grupo tras el escrutinio del 95% de los votos, incluido el de los expatriados, otorgan a Mursi el 25% de los sufragios y a Shafiq el 24%. La Comisión Electoral no prevé ofrecer datos oficiales hasta mañana.
Mientras, según estos mismos datos provisionales, el naserista Hamdin Sabahi logró el tercer lugar con el 20%. Algunos medios de comunicación llegaron a anticipar un codo a codo entre Shafiq y Sabahi por la segunda plaza. Los dos grandes derrotados fueron el islamista moderado Abdelmoneim Abul Futuh, 17%, y el ex secretario general de la Liga Árabe Amro Musa.
Los Hermanos Musulmanes comenzaron la campaña de la segunda vuelta, que se celebrará los próximos 16 y 17 de junio, alertando de que «Egipto estará en peligro» si gana Shafiq.
Convocan al resto
«Hemos hecho un llamamiento a iniciar un diálogo nacional para salvar la revolución, y Mursi va a convocar una reunión mañana (por hoy) con algunos candidatos y personalidades a las cinco de la tarde, ya que nos encontramos ante grandes intentos de reactivar el antiguo régimen», dijo El Arian.
El dirigente apeló a la necesidad de unión «para cortar el paso a quienes quieren devolvernos al antiguo régimen y que no se complete la revolución. Espero que la segunda vuelta sea más intensa y exprese más la voluntad del pueblo».
Las cifras de la hermandad islámica están recopiladas por sus delegados presentes en los centros de votación. Su fuerza social le permite extender su presencia por la mayoría de colegios electorales.
Un portavoz del equipo de campaña de Shafiq, Karim Salem, no confirmó los datos pero se mostró convencido de que el ex ministro de Mubarak pasaría a la segunda vuelta.
Considerado como el «candidato de recambio» de los Hermanos Musulmanes tras la eliminación por parte de la comisión electoral de su primera opción, Khairat al-Shater, Mursi cuenta con la ventaja de la potente red social y base militante de la hermandad islámica.
Aunque oficialmente prohibidos durante más de 50 años, los Hermanos Musulmanes han desarrollado un tejido social superior a otras opciones políticas que ya les permitió vencer en las legislativas del pasado enero. Ahmad Shafiq, por su parte, ha basado su campaña en la seguridad y la estabilidad, para atraer a los egipcios cansados de los enfrentamientos en las calles y de la degradación de la situación económica.
El ex primer ministro de Mubarak, antiguo jefe de Estado Mayor del Ejército del aire, está considerado como el candidato del Ejército. Es aborrecido por los partidarios de la revolución porque su eventual victoria supondría que el viejo régimen tiene aún fuerte influencia en la sociedad egipcia y un duro golpe a los ideales de la revuelta. Los detractores de Mursi temen su visión islamista muy conservadora.
Ante el adelanto de los datos, el otro candidato islamista, Abdel Moneim Futuh, antiguo miembro de los Hermanos Musulmanes, también hizo un llamamiento implícito a bloquear a Shafiq en la segunda vuelta.
«Voy a comenzar inmediatamente un diálogo con todas las fuerzas nacionales para reunir a nuestros esfuerzos y los votos y oponernos al régimen corrupto», indicó en un comunicado.
Surge el voto del miedo ante una conflictiva segunda vuelta
Por primera vez los egipcios votan sin saber quién será el ganador de las elecciones, pero su satisfacción por este hecho se mezcla con la inquietud por una posible conflictiva segunda vuelta entre un islamista y un candidato del régimen de Mubarak, según los datos de los Hermanos Musulmanes. Los partidos comienzan a agitar el voto del miedo -bien a la vuelta al antiguo régimen, bien a un estado islamista-. La propia Hermandad se apresuró a plantear un frente contra Shafiq para «salvar la revolución».
«Todo el mundo me vale mientras las elecciones sea honestas. Algunos son mejores que otros, pero aceptaré a quien gane», afirma Abdullah Rezk, que ha votado por el candidato panarabista Hamdeen Sabbahi. Cerca, Hassan Mohamed Yussef, profesor de Derecho en la facultad de El Cairo y simpatizante de los Hermanos Musulmanes se alegra de ver a Mursi en cabeza, pero lamenta que «el problema es que Shafiq tiene muchos votos. Esto muestra que el pueblo egipcio sigue siendo ignorante». A su alrededor se forma un enojado grupo que le espetan «eres tú el inculto». «¿Dónde está el cambio en el espíritu de la gente? Hemos tenido viejo régimen durante 30 años y mirad a dónde nos conduce. La elección está clara. O volvemos a una época de robo, corrupción e ignorancia o abrimos la vía de la dignidad, la libertad y la justicia», responde Hassan.
En la plaza Tahrir algunos manifestantes denuncian el apoyo del Ejército a Shafiq. Pero Peter Adel, un cristiano copto, no oculta que votó por él como la mejor defensa contra el acaparamiento del poder por parte de los islamistas, que ya controlan el legislativo. «Detesto a los Hermanos Musulmanes. Quieren dividirnos. Quieren un Estado islámico donde no habría lugar para los cristianos».