Las condenas a muerte dictadas por un tribunal de Egipto contra 720 islamistas, 37 de ellas firmes, no han causado excesiva conmoción en el país, pero sí han suscitado una protesta generalizada de la comunidad internacional, que se ha limitado a constatar que viola las normas internacionales y sus obligaciones en materia de derechos humanos. […]
Las condenas a muerte dictadas por un tribunal de Egipto contra 720 islamistas, 37 de ellas firmes, no han causado excesiva conmoción en el país, pero sí han suscitado una protesta generalizada de la comunidad internacional, que se ha limitado a constatar que viola las normas internacionales y sus obligaciones en materia de derechos humanos. Egipto vivirá hoy un «día revolucionario» convocado por los islamistas.
La multiplicación de los macroprocesos en Egipto, con audiencias grotescas y juicios rápidos, ha llevado a sus detractores a asegurar que la Justicia es un instrumento del poder militar al servicio de su implacable represión contra los seguidores de Mohamed Morsi, que se ha extendido ahora a otros movimientos de protesta. En medio de las críticas internacionales, Egipto vivirá hoy un «día revolucionario» convocado por los islamistas en protesta por las 683 nuevas condenas a muerte dictadas el lunes, tras un solo día de vista, y la ratificación de otras 37 de las que el mismo juez de Minya dictó en marzo contra 529 islamistas.
La Fiscalía egipcia recurrió ayer el fallo judicial firme contra 37 personas dictado por el magistrado Said Yusef, calificado por sus detractores como el «juez de las ejecuciones», tras recibir el dictamen del muftí (máxima autoridad religiosa del país), Shauqui Alam. El muftí deberá ahora pronunciar un dictamen no vinculante sobre las otras 683 condenas a muerte dictadas el lunes.
Casi todos los días se abren nuevos juicios que son inmediatamente aplazados por cuestiones grotescas. Abogados y defensores de los derechos humanos no saben qué hacer frente a una Justicia fuera de control que condena indiscriminadamente a muerte a cientos de personas cuyos expedientes a veces ni siquiera se han leído.
El ejemplo más claro es la inclusión entre los sentenciados a muerte el lunes en Minya de personas ya fallecidas o que se encontraban fuera del país en el momento de los hechos juzgados. Algo «sin precedentes en la historia reciente» del mundo, según dijo la ONU.
«Si alguien tenía todavía dudas de que Egipto está tratando de erradicar toda oposición política, esta ha sido disipada» con esta «parodia de justicia», denunció Sarah Leah Whitson, directora de HRW para Oriente Medio.
Tras el derrocamiento el 3 de julio del presidente islamista Mohamed Morsi por el Ejército que lideraba el ahora candidato Abdel Fatah al-Sissi, las fuerzas de seguridad han matado a más de 1.400 de sus partidarios y han encarcelado a más de 15.000.
Tras las primeras críticas de la ONU y de las principales potencias occidentales, que pidieron la revocación de las penas de muerte, la alta comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, consideró que el fallo «viola claramente las normas internacionales de derechos humanos».
Pillay aseguró que los juicios del lunes y del pasado marzo demuestran que el sistema judicial de Egipto «está pisoteando cada vez más las garantías de un proceso justo».
Una de sus portavoces consideró también excesivo e «inadecuado» sentenciar a 492 -a los condenados a muerte en marzo a los que se les rebajó la pena- a cadena perpetua.
La coalición islamista Alianza para la Defensa de la Legitimidad, liderada por los Hermanos Musulmanes, ha convocado para hoy «una movilización revolucionaria con ira en rechazo a las injustas condenas».
El objetivo es que la jornada de hoy sea «un día revolucionario e impresionante en apoyo a los presos y presas» y advirtió de que «la revolución anulará todas las decisiones y condenas de locura que oprimen al pueblo egipcio».
Subrayó que «el golpe militar y sus órganos de seguridad represivos insisten en perpetrar crímenes de genocidio colectivo, ya sea por las balas de sus milicias, o por condenas a muerte sin validez».
«Las medidas del Gobierno golpista e ilegítimo son un intento fallido para que el que planeó el golpe asuma una Presidencia de sangre», señaló.
El Movimiento 6 de Abril afirma que «no será silenciado»
«No somos solo un movimiento, somos una idea y un aspecto importante del sueño y la voz de esta generación», aseguró en un comunicado el Movimiento 6 de Abril tras criticar la decisión de un tribunal egipcio de prohibir sus actividades acusado de «difamar» al país y de «connvencia» con grupos extranjeros. Afirmó que «no será silenciado» y anunció que apelará el fallo.
En una rueda de prensa ofrecida ayer, Mohamed Kamal, miembro del Movimiento 6 de Abril, denunció que «el régimen actual quiere monopolizar el poder y silenciar todas las voces de la oposición real», e informó de su intención de apelar el «juicio político» y de continuar con sus actividades.
Mohamed Fouad, portavoz del Frente Democrático 6 de Abril, una rama del movimiento, sostuvo que son las autoridades las que realmente difaman al país limitando el derecho de protesta y condenando a muerte a cientos de islamistas en juicios rápidos.
El Movimiento 6 de Abril fue clave en la revuelta que provocó la caída del régimen de Hosni Mubarak.