Sivan Zerdesti, miembro del Comité de relaciones exteriores del Congreso Nacional de Kurdistán (KNK), se encuentra inmerso en la gira de presentación del libro «La civilización capitalista», segundo tomo de «Manifiesto por una civilización democrática», obra del líder kurdo Abdulah «Apo» Oçallan. Hemos aprovechado su presencia en Bilbao, invitado por la asociación vasco-kurda Newroz y […]
Sivan Zerdesti, miembro del Comité de relaciones exteriores del Congreso Nacional de Kurdistán (KNK), se encuentra inmerso en la gira de presentación del libro «La civilización capitalista», segundo tomo de «Manifiesto por una civilización democrática», obra del líder kurdo Abdulah «Apo» Oçallan. Hemos aprovechado su presencia en Bilbao, invitado por la asociación vasco-kurda Newroz y Komite Internazionalistak, para conversar tanto sobre el texto recién editado en español como de la coyuntura de Oriente medio.
Vienes a presentar el segundo de los cinco tomos, en cuya traducción al español has empleado cinco años, de la obra de Apo. ¿Cuáles son sus contenidos?
Abdulah Oçallan -preso desde hace 19 años en la prisión turca de la isla Imrali, en el mar de Mármara- escribió «Manifiesto por una civilización democrática», obra dividida en cinco tomos. El segundo, que estamos presentando ahora, lleva por título «La civilización capitalista», donde habla de la crisis de esta a nivel mundial y en Oriente medio. También propone soluciones para las crisis y problemas tanto nacionales como sociales, étnicos y religiosos, tanto a nivel nacional, Kurdistán, como a nivel regional, Oriente medio, y mundial. Nosotros tenemos la esperanza de que estos textos abran espacios de debate. De hecho, la gira que vengo realizando por América latina (Ecuador, Colombia, Venezuela, México, Chiapas y Cuba) y el Estado español está resultando muy positiva en este sentido: hay interés, el pueblo kurdo, en general, da mucha importancia a las presentaciones de las obras de Apo.
En la conversación que mantuvimos hace casi año y medio señalabas que el estado-nación es una fórmula agotada y que «un estado nacional propio kurdo no haría otra cosa que añadir problemas a los ya existentes», de ahí la opción por la construcción del confederalismo democrático. ¿Qué aciertos, errores, obstáculos se han dado en estos últimos 16 meses?
Son ya cinco años, desde el 19 de julio de 2012, que se está implementando el confederalismo democrático en los cantones de Rojava. En este último año se ha demostrado que es una opción real; un sistema viable no solo en Kurdistán, sino en todo Oriente medio. Así, en estos meses, la viabilidad y éxito del sistema tanto en la lucha contra los regímenes colonialistas y el fascismo del Estado Islámico, como contra el patriarcalismo y el feudalismo, ha hecho que otros grupos étnicos amenazados se hayan incorporado a la experiencia, al confederalismo democrático. Uno de los resultados visibles ha sido la creación de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza en la que junto a las YPG e YPJ kurdas – fuerzas de protección del pueblo y la mujer, respectivamente- participan también milicias árabes, armenias, turcómanas y circasianas. Otro, ha sido su participación a las asambleas populares, que son la base del funcionamiento del confederalismo democrático, asambleas que parten de comunas y aldeas para, pasando por comarcas, llegar hasta las ciudades.
En este último año las FDS han liberado diferentes territorios, cientos de aldeas. Esto es una buena noticia para toda la humanidad progresista. Hace pocos días, por ejemplo, fue liberada Raqqa, bastión del EI. Todo esto a pesar de las provocaciones del fascismo turco, de esas maniobras, de ese despliegue militar que les ha llevado a cruzar sus fronteras y a bombardear, especialmente durante 2016 y 2017, posiciones kurdas y de las FDS. Además de las amenazas turcas, los aviones de EEUU y Rusia, en sus acciones contra el EI, han bombardeado, «por error», también a las FDS. Esto deja a las claras que el confederalismo democrático se está convirtiendo en un foco de atención, en una esperanza no solo para los kurdos, sino también para otros pueblos de la región. Estamos convencidos de que este modelo democrático y este modelo de autodefensa son la única solución para los problemas de Oriente medio. En este último año hemos tenido muchos progresos tanto en Rojava como en otros lugares del Kurdistán. Es un hecho subrayado por la presencia, la incorporación a las YPJ de mujeres de otras etnias y otras procedencias, como América, Europa, Asia o Australia: mujeres de los estados dominantes y de las minorías silenciadas y reprimidas (asirias, siríacas, caldeas o yazidíes por ejemplo) son fuerzas determinantes en el combate contra el EI.
En la anterior entrevista resaltabas cómo el confederalismo democrático cuestionaba la autoridad de los regímenes autoritarios de la región. Tal como prueban sus ataques militares, Turquía es uno de los estados que mayor animosidad está mostrando contra este. Una vez terminado el conflicto bélico con el EI, ¿cuál puede ser la postura de la misma Turquía o de los, como EEUU, aliados hasta ahora? ¿Puede preverse un escenario de guerra contra la resistencia kurda, contra Rojava?
Turquía es un peligro constante para todo Oriente medio. Es un estado nacido de los escombros del Imperio otomano, después de la Segunda guerra mundial, el 23 de octubre de 1929. En aquel entonces, todos los grupos étnicos, todas las minorías religiosas que allí vivían perdieron sus señas de identidad; están en peligro de extinción: asirios, caldeos, siríacos, circasianos… Pueblos con culturas milenarias. El estado turco no aguanta la existencia de minorías, no respeta sus derechos, como en el caso del pueblo kurdo.
Hoy en día, tanto Turquía como Siria se encuentran emboscadas para atacar Rojava, para atacar los logros conseguidos hasta la fecha. Turquía, Siria, Iraq, Irán, los estados del golfo Pérsico son países patriarcales, provenientes del estado-nación y todos de corte autoritario. Todos estos estados fueron creados de modo artificial siguiendo un modelo ajeno a la realidad cultural e histórica de los pueblos de Oriente medio. Es un modelo que ha dividido y fragmentado a los grupos étnicos y pueblos que allí vivían desde hace miles de años. Es por esto que el líder kurdo, Oçallan, dice que el confederalismo democrático se basa en la convivencia mantenida por ellos durante miles de años. Es por eso que estos sistemas patriarcales se encuentran en estado de pánico: por temor a que el modelo se extienda más allá de Rojava, a todos los rincones de Kurdistán y Oriente medio; por temor a perder su hegemonía y poder sobre sus propios habitantes. Por ello, creo que son capaces de cualquier locura para alcanzar sus objetivos. Turquía, por ejemplo, lleva más de un año entregada a la sistemática destrucción, con ataques militares y bombardeos, de aldeas, pueblos y barrios de ciudades tan importantes como Diyarbakir. Se están cometiendo crímenes contra la humanidad, a pesar de lo cual Turquía sigue gozando del beneplácito internacional, de la UE, de EEUU (teniendo en cuenta que es miembro de la OTAN), de Rusia, China o India. Turquía negocia a varias bandas, sin ningún principio.
El régimen iraquí, por su parte, es un régimen criminal que incluso ha utilizado armas químicas contra los kurdos: el 16 de marzo de 1988, cuando finalizaba la larga guerra de 8 años con Irán, masacró a la población de Halabija, el Gernika kurdo.
Estos regímenes fueron fundados sobre el crimen y la violencia, siendo estos aún sus rasgos de identidad. Ante ellos, el confederalismo democrático ofrece una alternativa a todos los problemas de la región, generando una gran esperanza entre los pueblos. El movimiento de la mujer kurda, por ejemplo, se ha convertido en la esperanza para todas las mujeres oprimidas, esclavizadas, humilladas y masacradas.
Sabemos que, desaparecido el EI, estos regímenes harán todo lo posible para impedir el desarrollo y los logros del confederalismo democrático. Saben que el modelo no quedará limitado a Rojava, al norte de Siria, sino que, teniendo en cuenta su carácter de alternativa, se extenderá a otras partes. Es la primera vez en la historia de la humanidad, en los últimos 5.000 años, en que los pueblos van a tener una esperanza de salvación, de liberarse de la tiranía, del absolutismo, del feudalismo, del dogmatismo. Es la primera vez que tienen la solución de un modelo democrático para superar la violencia y la guerra que destruyen los tejidos sociales y culturales de los pueblos de Oriente medio.
En este contexto, ¿cómo observáis la situación del Kurdistán confederal, del Kurdistán iraquí, del reciente referéndum y de la entrada del Ejército de Iraq en la ciudad de Kirkuk?
En realidad, en el Kurdistán sur (Iraq) no funciona un régimen confederal sino un gobierno regional en el marco del federalismo de Iraq, nacido tras la desaparición del régimen dictatorial de Saddam Hussein en 2003 y plasmado en una constitución que establece este funcionamiento federal del Estado. De hecho, los fundamentos de este gobierno hay que buscarlos en los años 90, a partir de 1992, al finalizar la Guerra del Golfo, cuando se funda la Asamblea Nacional de Kurdistán que dio paso, como decíamos al actual gobierno y al actual sistema federal.
Aunque el movimiento kurdo no ha intentado impedir el referéndum del pasado 25 de septiembre, por no caer, entre otros motivos, en el juego turco, que amenazó con invadir la zona en caso de que este se celebrase, ha tenido, eso sí, una postura crítica por el hecho de que la dinastía Barzanii llevó este a cabo unilateralmente. Antes de la celebración del referéndum, el movimiento democrático kurdo, el movimiento Gorran (Cambio), segunda fuerza política del territorio, y la Unión Patriótica Kurda (UPK)ii asistieron a la reunión de la unidad nacional, a la que no acudió el PDK de Barzani. La postura de estos últimos es nacionalista, hecho que ha generado malestar y ha provocado la intervención del Ejército iraquí en Kirkuk.
En realidad, tanto Mosul como Kirkuk (situadas en la más rica zona petrolífera de Iraq), igual que otras localidades, fueron sometidas a un proceso de arabización por todos los regímenes autoritarios iraquíes desde la fundación del Estado hace 80 años, expulsando a sus pobladores kurdos y reemplazándolos por colonos árabes, todo ello acompañado de masacres y genocidio, destacando la utilización de armas químicas, de cianuro. Así consiguieron deskurdizar estas regiones. Pero, una vez derrocado Hussein, las expulsadas familias kurdas y los descendientes de las víctimas emprendieron el regreso a sus hogares. Así las cosas, la intervención militar en Kirkuk confirma que en Bagdad han cambiado los rostros de los gobernantes, pero no su mentalidad, esa mentalidad antidemocrática, intolerante y genocida. Estamos preocupados por la situación ya que está provocando una escalada de la tensión: los kurdos, acostumbrados a resistir, combaten contra el fascismo del EI y Turquía y, ahora, también contra el Gobierno chiita de Bagdad si este persiste en atacarnos. Creo que tanto el PKK como el Gobierno cantonal de Rojava, el movimiento de las mujeres kurdas y el pueblo kurdo en general iniciarán la resistencia, incluso armada, contra la presencia del Ejército iraquí, algo que desestabilizará más aún la región. El EI, podría, por ejemplo, aprovechar un conflicto kurdo-chiita, algo muy peligroso.
Esperamos que el Gobierno y Ejército iraquíes respeten los derechos y las decisiones libremente adoptadas por el pueblo kurdo. Todo pueblo sometido tiene derecho a celebrar su referéndum, a decidir su futuro. La invasión iraquí de Kurdistán es un hecho gravísimo: la política de arabización ha fracasado; seguiremos resistiendo contra todo tipo de colonialismo y contra toda invasión militar, sea persa, turca o iraquí. No vamos a dar marcha atrás. Nos encontramos en una vía irreversible, la de extender el confederalismo democrático a todo Kurdistán, algo que no podrán impedir las maniobras militares. Los kurdos, al igual que vascos o catalanes, no quieren ser víctimas del nacionalismo. El nacionalismo provoca más nacionalismo: los nacionalismos que nos rodean cometieron crímenes contra la humanidad, masacrando a millones de kurdos, generando a su vez un nacionalismo kurdo. Pensamos que a través del nacionalismo no se pueden resolver los problemas: eso debe hacerse mediante políticas de amistad y fraternidad con los vecinos; la convivencia es la vía más adecuada para solucionar los problemas y esta es la política en la que insistimos, una política atractiva que genera la participación de todos los grupos étnicos conforme a su realidad histórica.
Notas
i Masoud Barzani, es el líder del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) y presidente del Gobierno regional kurdo desde 2005.
ii Dirigido históricamente por Yalal Talabani quien llegó a ser presidente de Iraq y falleció el 3 de octubre.
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