Hace unas semanas, ante las cámaras de la Televisión cubana, un periodista infiltrado durante años en las Damas de Blanco, demostraba cómo la denuncia de una agresión policial inventada era reproducida, sin mayor contraste, por grandes medios internacionales (1). Y es que, mientras la fuente sea la llamada «disidencia» cubana, todo vale para los medios. […]
Hace unas semanas, ante las cámaras de la Televisión cubana, un periodista infiltrado durante años en las Damas de Blanco, demostraba cómo la denuncia de una agresión policial inventada era reproducida, sin mayor contraste, por grandes medios internacionales (1). Y es que, mientras la fuente sea la llamada «disidencia» cubana, todo vale para los medios.
Hace unos días, hemos vuelto a ser testigos de esta práctica. Los grandes medios informaron de la muerte de un «disidente» cubano, Wilfredo Soto García, tras la supuesta paliza de la policía de Santa Clara, una ciudad en el centro de la Isla (2).
La muerte de esta persona desató el mecanismo de guerra mediática habitual: los «disidentes» Guillermo Fariñas, Martha Beatriz Roque, Elizardo Sánchez y Yoani Sánchez contaban a los medios extranjeros y a través de las redes sociales de Internet que la policía cubana había «asesinado» a un «disidente» (3). Sin contraste alguno, los grandes medios convertían en noticia la muerte asociándola a una paliza policial propinada -supuestamente- dos días antes. Organizaciones de la extrema derecha de Miami se reunían con respresentantes de varias embajadas europeas en Estados Unidos para pedir sanciones y más presión diplomática sobre Cuba (4). Y, finalmente, los gobiernos de las grandes potencias -como EEUU (5), Alemania (6) o la Unión Europea (7)- mostraban públicamente su preocupación por el caso y exigían al Gobierno cubano una investigación independiente.
Pero hay datos curiosos: la víctima falleció en la madrugada del sábado, cuando aseguran que la paliza se produjo el jueves, dos días antes. El sábado es cuando acudió Soto al centro médico, con un cuadro agudo de pancreatitis, motivo final de su fallecimiento. Era una persona gravemente enferma, según confirma su familia. También tenía miocardiopatía dilatada, hiperlipidemia, diabetes y hepatitis crónica.
Los supuestos golpes de la policía se habrían producido a la luz del día, en el Parque Vidal de la Ciudad de Santa Clara, el lugar más concurrido de una de las ciudades más importantes del país (8). Pero -curiosamente- no existen ni fotos, ni imágenes, ni testigos. Solo el testimonio del «disidente oficial» de la prensa extranjera, Guillermo Fariñas, que ni siquiera estaba en el lugar. Uno se pregunta por qué no fue noticia la paliza -si fue tan fuerte como para provocar una muerte- el mismo día en que se produjo, y teniendo en cuenta además -tal como afirma la propia agencia norteamericana AP- que «las golpizas (policiales) no son usuales en la Isla» (9).
Estos medios acreditados en Cuba ni se molestaron, por ejemplo, en tomar declaración a los médicos que atendieron a Soto, algo que sí hizo la bloguera cubana Norelys Morales (10). Tras la difusión de la noticia en Twitter por parte de la «disidencia», Morales fue al Hospital Arnaldo Milián de Santa Clara, entrevistó al médico que atendió a Soto, al personal de enfermería y a varios testigos. El doctor Rubén Aneiro Medina confirmó que el paciente no presentaba indicio alguno de violencia física. Dos días después, la periodista cubana volvió a entrevistar a médicos, enfermeras y a familiares del fallecido, que negaron la hipótesis de la golpiza (11). Varios testigos, incluso, afirmaron que, en horas posteriores a la supuesta paliza, el jueves pasado, Wilfredo Soto participó de una merienda en la cafetería del Hotel Santa Clara Libre.
Otro bloguero cubano, apodado Yohandry, habló con un familiar cercano al fallecido (12). Afirmó que «se está tratando de mostrar este caso como un asesinato, pero nosotros queremos decir que Wilfredo estaba muy enfermo, y que no fue golpeado por la policía».
Pero la mayoría de los medios despreciaron estas informaciones, ya que ambos blogueros, Yohandry y Norelys Morales, son presentados como «progubernamentales», y por tanto excluidos del ámbito de la credibilidad.
La única realidad cubana permitida por las estructuras informativas internacionales es la relatada por personajes como Guillermo Fariñas, verdadero artífice de todo este nuevo montaje. El día del sepelio de Wilfredo Soto, se le veía a Fariñas hostigar a la propia familia del fallecido para que declararan a los medios extranjeros que había sido asesinado, y para que exigieran la revisión, una vez más, del cadáver, a lo que se negaron (13).
Mientras la policía de tantos países -avalados como «democráticos»- apalea y reprime con brutalidad, sin que los medios reflejen ni una mínima parte de sus actuaciones, estos entregan páginas completas y minutos de informativos a relatar una actuación policial en Cuba que nadie ha visto, y a reproducir -sin contraste alguno de fuentes- la versión de quienes tienen evidentes intereses políticos desestabilizadores. Un retrato perfecto del concepto de información que, hoy, desgraciadamente, impera en el mundo.
(3) http://mx.noticias.yahoo.com/
(6) http://www.abc.es/agencias/
(7) http://www.el-carabobeno.com/
(9) http://noticias.latino.msn.
(10) http://islamiacu.blogspot.com/
Fuente: VIDEO cuyo guión es este artículo
http://www.cubainformacion.tv/
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