Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
El pasado miércoles 8 de noviembre, el ejército israelí cometió otra masacre espeluznante en la Franja de Gaza, matando y mutilando a decenas de civiles inocentes, en su mayoría mujeres y niños que se encontraban durmiendo.
La nueva masacre se añade a la larga lista de crímenes israelíes contra palestinos inocentes, cuyo único «crimen» es su inagotable determinación a deshacerse de décadas de demoníaca y deshumanizadora ocupación militar, de formato nazi, que trata de aniquilarlos y expulsarleo de su patria ancestral.
Tras la carnicería, y siguiendo el comportamiento habitual en esas circunstancias, los dirigentes israelíes, con su primer ministro a la cabeza, trataron de rebajar la gravedad del daño, explicando a las agencias de noticias y cadenas de TV occidentales que «lamentaban» y se sentían «entristecidos» por la muerte de civiles inocentes.
Ehud Olmert, a quien se citó justo hace pocos meses declarando con todo descaro que «las vidas judías son más importantes», no paró de decir ad nauseam, por casi todos las los medios occidentales, que la matanza era consecuencia de un «error técnico» y que algunos «proyectiles errantes de artillería» fueron los causantes del baño de sangre en Beit Hanoun.
Curiosamente, casi ninguno de esos medios, «las voces del mundo libre», se molestaron en preguntar ni se extrañaron de que se invoquen «equivocaciones» y «errores técnicos» y «proyectiles errantes» cuando se mata a niños y mujeres palestinos (y libaneses) en las calles de sus barrios, o cuando se encuentran de excursión en una playa de Gaza, o cuando huyen de los bombardeos, como en Mirwaheen en el sur del Líbano o, de hecho, mientras duermen en sus camas como ocurrió con las últimas víctimas de la barbarie israelí.
Desgraciadamente, la mayoría de las reacciones occidentales ante la masacre no fueron más allá de las habituales perogrulladas y declaraciones de rutina haciendo un llamamiento a que ambas partes mostraran moderación.
Como muestra, van a continuación algunos ejemplos que indican la flacidez con la que Occidente considera la criminalidad israelí.
El 9 de noviembre la Casa Blanca publicó una declaración «lamentando las muertes y urgiendo a ambas partes a la moderación». Otra declaración, lascivamente depravada, provino del embajador saliente de EEUU ante la ONU, John Bolton, que tuvo la chuztpa [*] [insolencia] de echar la culpa de los asesinatos de Beit Hanoun al rechazo de Hamas a reconocer a Israel. ¡Ya ven la perversión moral de esa gente, la brutal fealdad de su mentalidad!
El sábado 11 de noviembre, Bolton vetó un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que habría creado un mecanismo de Naciones Unidas para proporcionar protección a los civiles palestinos frente a los repetidos ataques israelíes.
Incluso la más civilizada, quizás, Unión Europea, aunque denunció la masacre como un «hecho profundamente espantoso», tuvo que recordarnos obligatoriamente que «Israel tenía derecho a defenderse», dando así la impresión pornográficamente mendaz de que el Israel nuclear, no los casi diezmados palestinos, estaba siendo atacado. Bien, ¿cuándo dirá alguna vez que los palestinos son humanos también y tienen derecho a defenderse a sí mismos? Probablemente, cuándo los cerdos kosher vuelen…
En general, los funcionarios europeos hicieron similares cobardes declaraciones, como la Secretaria del Foreign Office británico Margaret Becket, que fue citada diciendo «es duro ver lo que esta acción intentaba conseguir y cómo puede justificarse. Israel debe respetar sus obligaciones para evitar causar daño a civiles».
Bien, Bekett y su claramente hipócrita jefe, Tony Blair, deben estar completamente seguros de que a Ehud Olmert, Amir Peretz, Dan Halutz y ahora también a ese Avigdor Lieberman les habrán llegado sus palabras al corazón e inmediatamente, y de una vez por todas, pararán de causar daños a los civiles palestinos.
Repitiendo como papagayos el cuento israelí
Mientras las reacciones occidentales ante la masacre se encuadraban dentro de la «rutina normal», muchas de las cadenas de los medios occidentales repetían tímida y confiadamente el cuento israelí de que el baño de sangre no había sido intencionado sino causado por algunos proyectiles fuera de control.
Por ejemplo, CBS News informó el 9 de noviembre que «Decenas de miles de apenados habitantes de Gaza, llorando angustiados y clamando venganza, abarrotaron el jueves un cementerio para dar sepultura a 18 civiles asesinados por una descarga israelí de artillería descontrolada».
El 10 de noviembre de 2006, Richard Boudreaux, de forma parecida, repitió en Los Angeles Times la misma mendacidad:
«Durante quince minutos estuvo cayendo fuego incontrolado de artillería sobre una hilera de edificios de apartamentos, matando a 16 miembros de un clan, consiguiendo que los familiares supervivientes, que anteriormente se mantenían apartados de la lucha armada, se manifestaran con furia vengativa»… ¡Sí, «fuego incontrolado» por parte de Israel y «furia vengativa» por parte palestina!
La misma pauta de información, en la que el relato israelí de la masacre es el único al que se concede credibilidad, fue adoptada por la mayor parte de la prensa estadounidense, excepto el Christian Science Monitor, que atribuyó la declaración a los funcionarios políticos y militares israelíes pero sin asumirla por su parte.
Bien, ¿cómo podrían los autores de esos informes, incluida Associated Press, cuya oficina en Jerusalén está atestada de fanáticos sionistas israelo-estadounidenses, que siempre tratan, en sus informes desde Palestina, de retratar todo lo positivamente que pueden a Israel y representar en cambio a los palestinos con todas las tintas sombrías que les son posible, averiguar que los proyectiles eran «errantes»?
¿Llevaron a cabo alguna investigación independiente para establecer la verdad de sus proclamas? ¿Consultaron a expertos independientes para corroborar esas proclamas? ¿Otorgar credibilidad a las declaraciones del ejército israelí es compatible con la ética profesional periodística?
En verdad que es una información en gran medida parcial, ya que los escritores de esas informaciones y especialmente sus editores en Nueva York y California estaban previamente dispuestos a exonerar a los asesinos de cualquier intención maliciosa.
Sí, los redactores de noticias tienen todo el derecho a expresar sus puntos de vista cuando quieran pero no tienen derecho, como periodistas, a publicar la propaganda y mendacidad israelíes como si se tratara de «noticias fidedignas» y «hechos irrefutables».
Desgraciadamente, así es de tendenciosa, irresponsable y carente de ética la información de la mayoría de medios estadounidenses y de algunos medios europeos sobre las atrocidades israelíes y el trato nazi que reciben los palestinos, lo que hace que el grueso del pueblo estadounidense y gran parte de los pueblos europeos no tengan ni idea del escándalo que supone la apremiante situación palestina.
Incluso la BBC, que a menudo trata de identificarse a sí misma con el parangón de la objetividad y de la verdad, se asegura siempre de que el «punto de vista» israelí aparezca claramente puesto de relieve, aún con el riesgo de ofrecer una impresión, pretendida o no, de simetría entre los asesinados y los asesinos.
Efectivamente, en su informe sobre el enterramiento de las víctimas de la masacre en Beit Hanoun el 9 de noviembre, BBC News consagró cientos de comentarios (seis párrafos en la información por escrito) [**] a las proclamas israelíes de que el bombardeo se produjo por error.
El informe, entre otras cosas, cita a Olmert alegando que las matanzas eran consecuencia de un «fallo técnico», que se sentía «molesto con el suceso» y «muy apenado», que él lo «controló y verificó» y que era una actuación que «no se correspondía con su política».
Bien, ¿dónde está el equilibrio en esa clase de información? ¿Dónde está «el punto de vista del otro», a saber, que era muy probable que se hubiera llevado a cabo deliberadamente la acción, ya que el ejército israelí sabía muy bien que estaba bombardeando una zona densamente poblada? Además, aunque no fuera este su punto de vista, no hubiera tenido tanto mérito que la BBC hubiera informado que los asesinatos habían sido deliberados, especialmente si se recuerdan los cientos de civiles palestinos, incluidos docenas de niños, que el ejército de ocupación israelí ha asesinado desde su denominada «retirada» de Gaza en agosto de 2005.
O, ¿es que la BBC cree que el ejército israelí es incapaz de cometer atrocidades y masacres, a sabiendas y de forma deliberada, y que los dirigentes y oficiales israelíes son incapaces de mentir para esconder o mitigar la barbarie que representan sus crímenes?
Notas:
[*] chuztpa = insolencia en yisddish (el yiddish es la derivación más importante, en términos cuantitativos, de la lengua hebraica).
[**] véase www.news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/6131860.stm
Texto original en inglés: www.thepeoplevoice.org/cgi-bin
Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión