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Sales y soles

Los periodistas de ETA

Fuentes: Gara

Hago memoria. Por lo que pueda pasar. En agosto de 2000 aparecí señalado en un reportaje del diario El País: «Han creado un mundo aparte. Sus únicos periódicos son Gara y Egunkaria; sus emisoras de radio, Euskadi Gaztea y Hala Bedi, portavoces del entorno de los anarcos en Álava, y el programa de Radio Euskadi […]

Hago memoria. Por lo que pueda pasar. En agosto de 2000 aparecí señalado en un reportaje del diario El País: «Han creado un mundo aparte. Sus únicos periódicos son Gara y Egunkaria; sus emisoras de radio, Euskadi Gaztea y Hala Bedi, portavoces del entorno de los anarcos en Álava, y el programa de Radio Euskadi «Mar de Fueguitos», donde se describen de forma amena algunos de los excesos más despiadados del capitalismo». Ese reportaje se titulaba «Los nuevos ‘cachorros’ de ETA» y me colocaba, para mi sorpresa, en la cantera de esa organización armada. Por aquel entonces, acababa de parir «Mar de Fueguitos» y soñaba, sonaba, feliz en sus rebeldes aguas. Ahí sigo, ahora desde Tas Tas Irrati Librea. O no?

Esta Nochevieja la sede central de EITB, donde trabajé cinco años, voló por los aires. ETA, la autora del atentado, acusa en su último comunicado a esta empresa y a sus asalariados, entre otras cosas, de «desfigurar el conflicto que vive Euskal Herria». Sentí esa bomba muy cerca. Cercana. Propia. Y me estallaron las preguntas: ¿Iba también para mí? ¿Por mi programa? ¿Por mis artículos? ¿Explotará más cerca la próxima?

«No vamos a decirle nosotros a nadie cómo tiene que desarrollar su trabajo de periodista», sostiene ETA en su parte de guerra. No estaría de más, visto lo visto, su expeditivo modo de sanear la prensa, que publicará su propio libro de estilo, su manual del buen periodista. Sabríamos así a qué atenernos. Aunque en mi caso, sospecho que de poco servirían esas normas. Como hago siempre, seguiría apostándole a la vida, jugándomela en cada línea. Eso sí, desde ese día, con conocimiento de causa.