El prisionero palestino, Samer Issawi, que presenta un deterioro importante en su salud tras llevar 211 días de huelga de hambre, fue trasladado al hospital desde la cárcel israelí de Ramle por la gravedad de su estado físico. Por otro lado, el gobierno israelí tuvo que liberar a dos de los presos que estaban en […]
El prisionero palestino, Samer Issawi, que presenta un deterioro importante en su salud tras llevar 211 días de huelga de hambre, fue trasladado al hospital desde la cárcel israelí de Ramle por la gravedad de su estado físico. Por otro lado, el gobierno israelí tuvo que liberar a dos de los presos que estaban en huelga de hambre ante la lucha generalizada del pueblo palestino.
La decisión fue tomada después del escándalo internacional que se produjo la semana pasada cuando otro preso palestino que rehusaba a ingerir alimentos, Arafat Jaradat, fuera asesinado en la cárcel de Megido tras ser sometido a profundas torturas según pudieron probar los médicos forenses, hecho que generó un estallido popular de ira en los territorios ocupados palestinos.
Miles de presos políticos palestinos, ilegalmente encarcelados por el régimen sionista israelí, se declararon en huelga de hambre la semana pasada en solidaridad con Issawi y en protesta por el asesinato de Jaradat.
El Presidente del Estado Nacional de Palestina, Mahmoud Abbas, acusó al primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, de provocar al pueblo palestino con sus constantes brutalidades y demandó a la comunidad internacional que condene los abusos de los derechos de los presos políticos palestinos sin cargos en cárceles israelíes al abrigo de la llamada ley de detención administrativa del Estado sionista.
La ley siniestra de Israel, que constantemente viola los derechos humanos de los palestinos como potencia ocupante, autoriza a encarcelar personas de ambos sexos y de todas las edades solo por las sospechas que puedan tener las tropas de ocupación sobre la población civil.
El ministro de Asuntos de los Prisioneros de Palestina, Issa Qaraqe, confirmó el traslado de Issawi y reveló que existen negociaciones para solucionar el caso, pero que el huelguista rechazó ser liberado a cambio de la deportación.
El asesinato de Jaradat el fin de semana pasado aumentó la bronca del pueblo palestino que ya se encontraba movilizado para exigir la liberación de los presos políticos en el Estado Sionista de Israel. El pasado viernes tuvo lugar una manifestación en Nablus donde unas 2 mil personas fueron atacadas por soldados israelíes. También en Yenin y Jerusalén ocurrieron enfrentamientos similares entre las movilizaciones de palestinos y las fuerzas de ocupación sionistas.
Luego de los enfrentamientos callejeros en Palestina, el régimen sionista decidió liberar a dos de los cuatro presos políticos palestinos que estaban en huelga de hambre.
«Jaafar Izzedine y Tarek Qaadan detuvieron su huelga de hambre porque ganaron su libertad», explicó el responsable de la Organización de Defensa de los Prisioneros Palestinos, Qadura Fares, y dijo que Israel aceptó ponerlos en libertad el próximo 21 de mayo y que un tribunal ratificará este acuerdo a comienzos de marzo.
Cabe destacar, que el régimen sionista ha legalizado la tortura en su territorio, práctica inhumana que es realizada de manera sistemática por los aparatos militares israelíes.
«Los aparatos de seguridad (sionistas) inventaron más de 70 métodos de torturas físicas y psicológicas, como por ejemplo poner al prisionero en un refrigerador, el «Shabah» (fantasma) que consiste en obligar al prisionero a estar por horas en posiciones dolorosas (atados a una silla con la espalda doblada, de pie sobre vidrios, o colgados del techo), la privación del sueño, privación del alimento, el aislamiento, golpes en el estómago, en la cabeza, sobre las heridas y en los genitales, fractura de costillas, escupir en la cara, dejar parado al detenido por varias horas y la tortura de parientes, también arrestados, frente al detenido», indica un documento publicado por el Frente Democrático para la Liberación Palestina.
El Gobierno sionista intenta cubrir su acción criminal
Desde el gobierno sionista de Benjamin Netanyahu intentaron chantajear al Estado Nacional de Palestina para que disuada las protestas contra Israel. El estado sionista prometió enviar unos 100 millones de dólares para que se acaben las manifestaciones. El dinero corresponde a los impuestos que Israel cobra en nombre de Palestina y que Netanyahu embargó como represalia por el reconocimiento obtenido en la ONU en 2012. La el estado palestino precisa de esos ingresos para poder hacer frente al pago de salarios de los trabajadores de la administración pública.
A su vez, el Ministro de Defensa de Israel Amos Gilad, pretendió sembrar la hipótesis de una maniobra palestina para desviar la atención de la visita del presidente de los Estados Unidos pautada para marzo de este año. Dicho encuentro es esperado en el estado sionista para reforzar los lazos políticos con su principal aliado internacional y el mayor defensor de la ocupación ilegítima israelí en el ámbito de la ONU. Desde la Casa Blanca ya hicieron saber que el encuentro servirá para discutir las estrategias imperialistas respecto a Irán y Siria; por esta razón en Israel pretenden evitar la difusión de este conflicto en la escena internacional y así evadir un pronunciamiento sobre sus crímenes y su ocupación ilegal en Palestina.
Según Ibrahim Khraishe, representante palestino ante la ONU en Ginebra Israel ejerce una presión constante sobre Ban Ki Moon, secretario general de ese organismo, para evitar críticas hacia el Estado Sionista. Khraishe afirmó que «Esas presiones se derivan del ilimitado apoyo de Estados Unidos hacia Israel» y que sus influencias «no llevarán a la paz y la estabilidad en la región.» Israel ejerce presión sobre las Naciones Unidas para evitar cualquier crítica a las políticas israelíes en el próximo informe del jefe de la ONU sobre la actualización del estatus palestino, señaló hoy un diplomático palestino.
El informe del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, busca poner en vigor la resolución tomada por la Asamblea General de la organización mundial en noviembre en la que reconoce al Estado palestino como un Estado no miembro a pesar de la oposición de Israel y de Estados Unidos.
Por un gobierno palestino de unidad nacional
El proceso de unidad de las dos organizaciones mayoritarias de Palestina, HAMAS y Al-Fatah, celebradas en El Cairo para conformar un gobierno de unidad nacional, se suman al apoyo internacional que obtuvo el pueblo palestino en la ONU al ser nombrado como Estado no miembro en el 2012, y al fortalecimiento que viene teniendo la Organización para la Liberación de Palestina con los ingresos de HAMAS y la Jihad Islámica a sus filas dentro de ese frente político.
Estas políticas exitosas emprendidas por las fuerzas políticas palestinas generaron en el gobierno israelí la reacción bestial, a la que suelen recurrir los que se encuentra cada vez más aislados y derrotados, las masacres a la población, el encarcelamiento indiscriminado y las torturas, la invasión con tropas que violan cotidianamente los derechos palestinos.
La posibilidad de una tercera intifada está al acecho, el pueblo palestino en las últimas manifestaciones multitudinarias de repudio a los crímenes del estado sionista de Israel demostraron que no están dispuestos a ceder sus derechos territoriales que les otorga la historia de miles de años de vivir en esas tierras. En cambio, Israel día a día demuestra su verdadera cara genocida y depredadora, y sus aliados internacionales cada vez son menos.
Fuente original: http://www.noticiaspia.com.ar/los-presos-palestinos-no-se-rinden/