Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Inam Ibrahim prepara la comida en su cocina. La asignación del Gobierno ha sido recortada recientemente por la Autoridad Palestina. Abed Zagout
Inam Ibrahim tardará en olvidar la mañana agotadora y decepcionante que sufrió recientemente. La mujer de 53 años esperó cinco horas dentro de su banco para cobrar su asignación regular de la Autoridad Palestina y un empleado le dijo que su cuenta estaba vacía y que no tenía dinero para llevar.
“Seguía ansiosamente las noticias en la radio sobre los recortes de la Autoridad Palestina y esperaba cualquier cosa relacionada con la distribución de pagos en diciembre pasado. Logré ir temprano al banco para recoger los fondos asignados a mí y a mi hermana”, dijo a The Electronic Intifada, «pero cuando supe que no había nada para llevarme me eché a llorar y me fui a casa con el corazón roto».
Inam y su hermana están en la cincuentena, son solteras y no tienen ninguna fuente de ingresos fuera del apoyo del Gobierno. Cada tres meses las hermanas reciben una asignación conjunta de 220 dólares para ayudarlas a cumplir con sus obligaciones financieras.
El subsidio es administrado por la Autoridad Palestina con sede en la ciudad ocupada de Ramallah, en Cisjordania.
«Solía pagar algunos de mis tratamientos con medicamentos para el dolor de espalda severo con esta asignación y podía visitar a un médico con frecuencia», afirmó Inam. “Mi hermana Muna, que tiene 56 años, toma su parte cada vez para comprar lo que necesita. También pagamos deudas de supermercado cuando tenemos acceso a este dinero».
“Nuestros padres”, dijo Inam, “fallecieron hace mucho tiempo y nuestro hermano vive con su familia lejos de nosotras. Apenas puede mantener a su propia familia. No tenemos nada más que este subsidio. Necesitamos que nos lo regresen. Las personas pobres y en apuros como nosotras deben estar protegidas de los problemas políticos».
Golpe
Muchas otras personas han enfrentado el mismo golpe con respecto a los recortes de asignación.
Aziza al-Kahlout, portavoz del ministerio de Asuntos Sociales con sede en Gaza, dijo a The Electronic Intifada que más de 1.470 familias han sufrido recortes en sus asignaciones en las últimas semanas. El ministerio ha recibido muchas quejas y solicitudes de familias para investigar el asunto.
“Las familias están conmocionadas. Tenemos dificultades cuando tratamos de explicarles la situación y estamos haciendo enormes esfuerzos para que los funcionarios de Ramallah sepan de su sufrimiento. Al mismo tiempo continuamos coordinando con colegas en Ramallah para resolver este problema”, dijo al-Kahlout.
Agregó que el personal del ministerio ha llevado a cabo investigaciones de todas las familias afectadas por los recortes. El ministerio ha determinado que todas ellas, excepto dos casos, son elegibles para recibir los fondos completos, ya que la mayoría se encuentra en circunstancias financieras graves o padecen enfermedades graves como el cáncer y la insuficiencia renal.
Hay casos de viudas o mujeres divorciadas que tienen que cuidar a niños o jóvenes discapacitados.
“La situación es muy tensa. Recibo visitas diarias de personas que vienen a verificar lo que sucedió con sus casos y a saber si se les pagará o no. Estos recortes drásticos y arbitrarios significan que varios miles de mujeres y niños pobres se quedan sin alimentos ni tratamiento», señaló al-Kahlout.
«Hemos explicado la situación a nuestros colegas en Ramallah y los alertamos sobre la agonía de la gente aquí, pero hasta ahora la situación no ha cambiado».
Al-Kahlout también dijo que su ministerio enfrenta muchas dificultades en otros casos, registrándolos y actualizando datos ya que el ministerio en Ramallah ha impedido que sus colegas accedan al archivo que clasifica a todas las familias solicitantes.
“Negarnos el acceso a este archivo crucial ha hecho que nuestro trabajo sea más difícil. Deberíamos tener acceso ya que Gaza tiene más de 60.000 casos registrados”.
UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, brinda asistencia adicional a un mayor número de personas en Gaza. Solo la ayuda alimentaria se destina a un millón de refugiados en Gaza.
Los recortes de la Autoridad Palestina se han generalizado y han afectado tanto a los residentes empobrecidos de Gaza como a los empleados del Gobierno. Algunos de esos empleados se manifestaron el 6 de febrero en la ciudad de Gaza. Abed Zagout
«El futuro en peligro»
Al igual que los que tienen dificultades financieras, las familias en Gaza con problemas médicos sufren los drásticos recortes.
Para Muhammad al-Bashiti la vida se ha convertido en un infierno desde que desapareció su última fuente de ingresos.
El hombre de 46 años estaba esperando el dinero para pagar la matrícula universitaria de su hijo para que el joven pudiera recibir sus notas de los últimos cursos y registrarse para el nuevo semestre.
“Prometí a mi hijo, que estudia derecho en la Universidad Al-Azhar, que le daría la cantidad necesaria para que pudiera completar su educación. Ahora el futuro de mi hijo está en peligro”, dijo. Al-Bashiti tiene seis hijos, todos en la universidad o en la escuela.
Su familia depende principalmente de la asistencia. Reciben ayuda alimentaria, dice, de las Naciones Unidas cada tres meses. Esto ayuda a proporcionar a la familia harina, arroz y aceite. Y la asignación de la AP, que se recibe en efectivo, ayuda a cubrir algunos otros gastos básicos.
«Fui al ministerio en Gaza para quejarme por los recortes y enviaron a sus trabajadores para verificar mi estado», dijo al-Bashiti. “Descubrieron que realmente merezco esta ayuda. Espero que no les tome mucho tiempo resolver el asunto”.
«Queremos que nos paguen lo que hemos perdido», agregó, «y que nunca más se nos vuelva a cortar».
El ministro de Asuntos Sociales de Ramallah, Ahmad Majdalani, dijo en un comunicado que más de 100.000 familias palestinas reciben esta asistencia, con unas 70.000 de las familias ubicadas en Gaza.
Afirmó que la última distribución de fondos costó más de 27 millones de dólares y señaló que se agregaron a la lista unas 2.000 familias nuevas, 1.500 de ellas de Gaza y las otras 500 de Cisjordania. Las familias –sostuvo- están siendo excluidas si tienen otra fuente de ingresos y ya no necesitan los fondos.
Sin embargo esas explicaciones no logran aliviar el dolor y la decepción de Khalil Abu Amra después de que no recibió sus fondos.
“Sufro de cáncer. Necesito el dinero para continuar mi tratamiento y salvar mi vida para que mis cuatro hijos no se queden sin padre”, dijo el hombre de 39 años con la voz quebrada. “Necesitamos que este problema se resuelva rápidamente. Necesitamos nuestros derechos de vuelta. Esto es injusto».
Isra Saleh el-Namey es periodista de Gaza.
Fuente: https://electronicintifada.net/content/pa-cuts-cause-shock-gaza/29511
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.