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Los saharauis, traicionados, se quedan solos

Fuentes: La Clave

La diplomacia española trata de resucitar el plan Baker con ajustes favorables a Marruecos en lo que pueden ser las últimas jugadas de una partida por el Sáhara Occidental que se libra desde hace más de 30 años.

Las aspiraciones de independencia del Sáhara Occidental se desvanecen. Uno a uno, todos los jugadores del tablero saharaui, han abandonando al Polisario en sus reivindicaciones. El último de ellos, España, que en los recientemente se ha mostrado mucho menos interesada en la independencia saharaui que en un Magreb estable y fiable que arrime el hombro en la lucha contra el terrorismo, la inmigración ilegal y el narcotráfico; que abra sus mercados y sus recursos naturales a las compañías españolas; y que abandone sus reivindicaciones territoriales sobre las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Alarmado por la nueva situación y el cambio de rumbo español en la cuestión saharaui, y por las declaraciones «ambiguas» de la diplomacia española, el Frente Polisario había venido reclamando «claridad y explicaciones a los comentarios españoles, sin duda contradictorios». La respuesta ha llegado esta semana. Nada como la preparación de los recientes viajes de Moratinos y su número dos, Bernardino León, a Marruecos y el Sáhara, respectivamente, para escenificar de la mejor manera las nuevas actitudes españolas en el contencioso del Sáhara.

Cambios de última hora

Una semana antes del viaje no estaba previsto que Moratinos ni León cruzaran el estrecho. Era la secretaria de Estado de Cooperación al Desarrollo, Leire Pajín, quien iba a viajar el lunes 26 de julio a visitar al Polisario en Tinduf, con el anuncio de un incremento en la ayuda española a los saharauis de un 44% con respecto al año anterior, hasta los 3,1 millones de euros. Sin embargo, el viaje se retrasaba al viernes 29 de julio, cuando Pajín visitaría el Sáhara en compañía de Bernardino León. Más tarde, el Ministerio de Exteriores español se percataba de que precisamente el 30 de julio Marruecos celebra la ‘Fiesta del Trono’ -quinto aniversario de la llegada al poder de Mohamed VI- y que el viaje de León y Pajín a los campos de refugiados en esas fechas era el tipo de pretexto del que se aprovecha la suspicaz diplomacia marroquí para levantar un gran revuelo y acabar de un plumazo con las aspiraciones del Gobierno español de exhibir, de puertas adentro, su nuevo «talante» también con el vecino Marruecos.

Finalmente, el primero de agosto, el número uno de Exteriores estaba en Marruecos, el número dos en el Sáhara y Pajín, en Madrid. Por decisión de Exteriores, la secretaria de Estado de Cooperación viajaría primero a Marruecos a lo largo del mes de agosto y después al Sáhara. Las prioridades de la política exterior española quedaban así claras. Sin embargo, Marruecos no demostró en esta ocasión el mismo «talante» que el Gobierno español. El día de la ‘Fiesta del Trono’, la monarquía alauita aprovechaba para anunciar que había concedido a las petroleras Afrex (Gran Bretaña), Pancontinental Oil y Cooper Energy (Australia) derechos de prospección en aguas del estrecho de Gibraltar reclamadas históricamente por España.