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Los sicarios del Shabak israelí

Fuentes: Rebelión

El Shabak, conocido también como Shin Ben o Servicio de Seguridad Interior (CGS), actúa tanto dentro de Israel como en los territorios ocupados, realizando tareas de contraespionaje y contraterrorismo que lo asemejan, en sus funciones, al Buró Federal de Investigaciones (FBI) norteamericano, en cuanto a que, dentro de sus atribuciones, están las de la protección […]

El Shabak, conocido también como Shin Ben o Servicio de Seguridad Interior (CGS), actúa tanto dentro de Israel como en los territorios ocupados, realizando tareas de contraespionaje y contraterrorismo que lo asemejan, en sus funciones, al Buró Federal de Investigaciones (FBI) norteamericano, en cuanto a que, dentro de sus atribuciones, están las de la protección de altas personalidades políticas (aunque esta función la realiza el Servicio Secreto en EE UU); la detección, monitoreo y neutralización de espías extranjeros y terroristas; la protección de edificios gubernamentales; ofrecer inteligencia sobre peligros y amenazas internas; infiltración de grupos hostiles dentro de los territorios internos; y otras otorgadas por el gobierno respectivo.

El SHABAK ha creado un estilo de sicariato para la neutralización de sus potenciales enemigos, para lo cual adiestra a sus elementos en las más increíbles técnicas de tortura que en nada envidiaría a la tenebrosa Inquisición; a la par también adiestra y entrena a numerosos agentes de penetración para infiltrarse en organizaciones como la OLP, Hamas, Hezbollá, la Jihad islámica y otras. Ya desde su interior planifican y organizan la desaparición de sus víctimas, como fueron los asesinatos selectivos, por citar algunos casos, del jeque Yassin o el de Abed Al-azziz Rantissi.

Los asesinatos cometidos por el Shabak se realizan sin escrúpulos y sin seguir reglas preconcebidas. Lo mismo se ejecuta en público, con total impunidad y atentando contra los testigos presenciales, como de manera solapada y sin testigos presenciales. En ocasiones el asesinato se disfraza como un accidente, suicidio o muerte natural.

Lo común de los exterminadores del Shabak es el trabajo en equipo, distribuyéndose entre ellos, en correspondencia de sus cualidades, las funciones de seguimiento, distracción y eliminación del objetivo.

UN POCO DE HISTORIA

El Shabak fue fundado con el nombre de Shin Bet, previsto como una rama de inteligencia interna de las Fuerzas de Defensa de Israel, aunque responde directamente al Primer Ministro como instrumento directo de la política de las altas esferas gubernamentales. Inicialmente, durante el trascurso de la Guerra Fría, el Shabak prestó especial atención a la penetración de espías de la URSS y monitoreó, como lo hace actualmente, la actividad de los partidos políticos de la oposición y a los movimientos progresistas. Una de esas intromisiones, a la que podría denominarse «el Mapangate», tuvo lugar cuando dos agentes del Shabak fueron sorprendidos in fraganti mientras colocaban micrófonos en la oficina de Meir Yeari, dirigente del partido Mapam, cuestionado por sus posiciones socialistas.

Desde el punto de vista estructural y operacional, el Shabak cuenta con tres divisiones y cinco secciones de reserva: La División de Asuntos Árabes cuya misión es ejecutar operaciones antiterroristas y mantener actualizada la base datos de los enemigos de Israel. Otra es la Sección Militar del Shabak (HENZA). Estrechamente vinculada operacionalmente con el AMAN para llevar a cabo la represión en los territorios ocupados, así como monitorear al cuerpo diplomático acreditado en Tel Aviv. Se desempeña también evaluando a los inmigrantes de origen judío que arriban a Israel. Por último, la División de Seguridad, encargada de proteger las instalaciones gubernamentales, diplomáticas, instalaciones científicas, las industrias militares, y los vuelos de la compañía hebrea El-Al.

Dentro de su actividad de contraespionaje, el Shabak se anotó un importante punto, colaborando con el AMAN, en la detención de Israel Bar, quien espiaba para la KGB soviética. Su otro logro fue la captura de un profesor de origen alemán nombrado Kurt Sita, quien fungía en esa misma época como agente de la inteligencia checa.

A partir de la guerra de los seis días, en 1997, el Shabak centró su principal atención en el enfrentamiento al movimiento palestino en las zonas de Cisjordania y la Franja de Gaza, estableciendo una estrecha colaboración con el Tzahal, la agencia antiterrorista YAMAM y el AMAN.

No todo ha sido pureza dentro del Shabak y esta organización ha padecido serias acusaciones sobre su desempeño, conjuntamente con la Dirección Militar de Inteligencia Militar (AMAN), al estar ambos involucrados en la ejecución extrajudicial de dos personas que secuestraron el autobús KAV 300 y por su participación en el asesinato de un miembro de Hamás nombrado Yahya Ayyash, en 1996, mediante la colocación de una mini bomba en su celular.

Durante el año 2002, momento culminante de despunte de la Intifada de Al-Aqsa, el jefe del Shabak en esos momentos, Avi Dichter, logró revivir las pasadas glorias del Shabak, fortaleciendo los lazos interagencias para enfrentar al movimiento palestino. Quedaba atrás el caso de Izat Nafsu en 1987, que levantó una polvareda de críticas contra la institución, y su cuestionado papel en evitar el asesinato de Isaac Rabin. En esos momentos de recuperación de imagen se lograron neutralizar varios ataques inminentes, aumentar las detenciones y neutralizar algunas células de Hamás, Jihad islámica, las Brigadas de los Mártires Al-Aqsa, el Fatah y al-Qaeda, al contar con una efectiva red de agentura de penetración.

Sin embargo, el Shabak no es mirado con buenos ojos por sus técnicas extremas e inhumanas de efectuar los interrogatorios a los detenidos, algunas de las cuales fueron usadas posteriormente por Estados Unidos en la cárcel de Abu Grahib. A pesar de que Israel condena el uso de la tortura desde 1987, sus dirigentes se hacen de la vista gorda ante el suplicio físico y sicológico que padecen las víctimas del Shabak, autorizando de facto la tortura solo «en caso de necesidad urgente», tal como lo validó el Tribunal Supremo de Israel. Todo fue una mascarada, al extremo que organismos como B’Tselem, el grupo israelí de defensa de los derechos humanos, Public Committee against Torture, ha continuado con sus notorias prácticas durante la segunda Intifada y Amnistía Internacional mantienen sus denuncias contra los interrogatorios del Shabak.

El Shabak no puede sustraerse del rejuego de la política interna en Israel. Prueba de ello en que, en noviembre de 2003, cuatro ex jefes del Shabak (Avraham Shalom, Peri Yaakov, Carmi Gillon y Ami Ayalon) solicitaron al gobierno de Israel a alcanzar un acuerdo de paz con los palestinos, mientras que el entonces jefe del Shabak, Avi Dichter, apuntaba en otra dirección: la de construir el oprobioso muro de defensa en Cisjordania iniciado en el 2003.

Parte de la labor de marketing iniciada por el Shabak lo fue el reclutamiento de personal en septiembre de 2006, mediante su página Web, vendiendo bonanzas y beneficios a los futuros profesionales, sobre todo a los que integraran el personal de administración e informática. Ese mismo año fue creada la Universidad Hebrea de Jerusalén, con la finalidad de mantener un programa acelerado de licenciatura para los miembros del Shabak, diseñado por la propia institución y usando fondos del gobierno. De esta manera, el Shabak capacitará a sus fuerzas en la esfera de trabajo operacional que realizan, lo que excluye a las técnicas de interrogatorio, procedimientos de contraespionaje, capacitación operativa, técnicas de seguimientos y otras. De esta manera, la Universidad Hebrea de Jerusalem se incorpora, junto al National Defence College y el Police Training College, así como al Departamento de Geografía de la Universidad de Haifa y al National Security Studies Center, a todo el andamiaje de preparación de las fuerzas represivas en Israel.

El Shabak padeció en mayo de 2007 un fuerte escándalo político cuando el propio jefe del mismo, Iuval Diskin, reconoció la existencia de escuchas telefónicas a ciudadanos Israel. Esta confesión, contenida en sendas cartas enviadas a dos organizaciones pro derechos humanos: Adalah y la Asociación para los Derechos Civiles en Israel (ACRI), en las que, entono justificativo, declaró: «El Shabak desempeña un papel esencial en la vida israelí y por ello se le han concedido amplios poderes y potestades», (…)»Entre otros cometidos, la organización es responsable de preservar los valores fundamentales de Israel como Estado judío y democrático, por lo que debe proteger de amenazas subversivas al sistema democrático de gobierno y sus instituciones». La justificación del espionaje telefónico por parte del Shabak cayó como un balde de agua fría para los defensores de la democracia en la nación hebrea.

LOS CRIMENES Y LA REPRESION DEL SHABAK

En el 2008 la organización Médicos por los Derechos Humanos sacó a la luz pública la extorsión que sufren muchos palestinos que tratan de salir de Gaza para recibir tratamiento médico en Israel, Jordania, Jerusalén Este o Cisjordania, a los que el Shabak les pide a cambio del permiso de tránsito que informen sobre actividades de los grupos palestinos. En un informe de 83 páginas escrito por Médicos por los Derechos Humanos se relatan chantajes y amenazas contra palestinos que padecen enfermedades crónicas y terminales a cambio de su cooperación. En una parte del informe se relata cómo se ha tratado de convertir en informantes y espías a estos pacientes, al extremo de que de un 10% de solicitudes para ser trasladados para recibir atención médica fuera de la franja, el rechazo se incrementó a un 44%, solo en el primer trimestre del 2007. Gracias a esta criminal política, según la Organización Mundial de la Salud, 44 palestinos en tan solo unos meses al negárseles el paso para recibir la atención requerida.

Por otra parte, los tribunales de Israel israelíes mantienen 645 denuncias por abusos, vejaciones y falta de humanidad en los principales centros de interrogatorios del país, casi todos ellos dirigidos contra funcionarios del Shabak. De acuerdo con dos ONGs, B´Tselem y Hamoked, existe un documento con evidencia de violaciones a 121 palestinos detenidos en Petah Tikva, sede del Shabak. La descripción de las torturas físicas y del daño sicológico son repudiables y constituyen una tácita violación de leyes internacionales como la Convención contra la Tortura de la ONU, la Declaración de Derechos Humanos, las Convenciones de Ginebra, e, incluso, las propias layes hebreas. Aunque el gobierno sionista lo niega, el Shabak ha mantenido al 68% de los prisioneros en total aislamiento, mientras que no pesaba acusación alguna en su contra; al igual, el 35% de ellos no fue avituallada con uniformes ni ropa de cama durante varias semanas; también padecieron largos interrogatorios durante varios días seguidos; mientras que el 56 % de ellos recibieron amenazas violentas y daños físicos.

Datos provenientes de fuentes confiables como la ONG Defensa de Niños y Niñas Internacional (DNI) destacan que existían en el 2009 alrededor de 375 niños prisioneros en cárceles israelíes, como parte de los 7000 detenidos palestinos detenidos en dichas prisiones, aunque otras fuentes señalan que esta cifra puede alcanzar las 12 000 personas hasta estos momentos actuales. Muchos de estos detenidos, en número de 200, se han auto inculpado a causa de amenazas de muerte contra sus familiares cercanos.

El 28 de diciembre de 2010 se hizo pública una denuncia del Comité Público contra la Tortura en Israel, en la que se acusa al Shabak de realizar torturas físicas a los detenidos y negarles el acceso a sus abogados a un 90 % de los mismos.

EL SHABAK COMO FUENTE DE PROGRESO POLITICO

Los Jefes de Shabak durante su larga historia han sido Isser Harel (1948-1952), Izi Dorot (1952-1953), Amos Manor (1953-1963), Yossef Harmelin (1964-1974), Avraam Ahitov (1974-1981), Avraam Shalom (1981-1986), Yossef Harmelin (1986-1988), Yaakov Peri (1988-1994), Carmi Gillon (1995-1996), Ami Ayalon (1996-2000), Avi Dichter (2000-2005), Yuval Diskin (2005-marzo de 2011) y el recientemente elegido Yoram Cohen.

Tal como ocurre con los oficiales del Mossad y el AMAN, muchos de los altos jefes de estas instituciones y del Shabak ven abiertas las puertas del escenario político israelí, accediendo a altos cargos gubernamentales, al Parlamento y al empresariado industrial de las industrias militares. Altos jefes del Shabak como Yaakov Peri fue electo presidente del Banco HaMizrahi en 2002, Carmi Gillon funge como alcalde de Mevasseret Zion, cercano a Jerusalén, mientras Avi Dichter y Ami Ayalon, fueron candidatos a ministros de defensa. Por su parte, Dichter fue Ministro de Seguridad Interna en la gubernatura de Ehud Ólmert. Muchos de los altos oficiales del Shabak, siguiendo los pasos de ex generales y ex coroneles del Mossad y el AMAN, se han dedicado a crear empresas de seguridad en varias naciones, sobre todo en Latinoamérica, las que se dedican a entrenar a los cuerpos policiales de esos países y dotarlos de avanzada tecnología y sofisticado armamento.

EL REPRESOR DEL ESTADO HEBREO

La persecución contra miembros y simpatizantes del movimiento palestino y de las fuerzas progresistas en el Oriente Medio es una tarea permanente del Shabak. El pasado 15 de marzo de 2010 fue detenido por este órgano el fundador del ala militar de Hamás en Ramala, Maher Ouda, quien ha sufrido fuertes presiones físicas y sicológicas en sus interrogatorios.

Por otra parte, el Shabak trata de implicar a Irán con el abastecimiento de armas a Hamás, tal como lo dio a conocer el pasado diciembre, en que atribuye al gobierno iraní el abastecimiento de cientos de cohetes de corto alcance, unos mil proyectiles de mortero y varias docenas de misiles antitanque, según lo destacó el diario The Jerusalem Post. De acuerdo con el reporte, varios países como Irán, Sudán, Líbano y Siria, están implicados en el trasiego de armas y el entrenamiento a militantes de Hamás.

Según el informe, publicado este jueves y recogido por el diario, Irán transportó las armas a través de Sudán y la península del Sinaí y también tuvo un importante papel en la financiación del entrenamiento de milicianos de Hamás en Líbano y Siria. En otras declaraciones expresadas el 19 de enero de 2011, el entonces jefe del Shabak, Yuval Diskin, acusó a AlQaeda de estar involucrado en el repunte de la violencia en la Franja de Gaza. Siguiendo esa dirección operacional y mediática, el Shabak inculpó a cinco palestinos residentes en el barrio de Sur Baher, en Jerusalén Este, acusados de pertenecer a Hamás, de planear ataques contra objetivos israelíes en el pasado mes de abril de 2011. Según la acusación, los implicados, Ahmed Dawiyat, su hermano Mahmet Dawiyat, Munir Marwat Atun, Jihad Atun y Ahmed Namir, participaron en la detonación de una bomba en una zona entre Jerusalén y Belén.

Tanto al referirse a este caso, como a la detención de varios palestinos supuestamente implicados en el asesinato de una familia judía, el premier Binyamin Netanyahu elogió el 17 de abril de 2011 la labor del Shabak, al declarar eufórico: «El gran trabajo hecho aquí muestra el compromiso de Israel con la justicia.»

Dos días después, el 19 de abril de 2011, fue detenido por el Shabak un ciudadano australiano, de origen saudí, Iaad Rashid Abu Arja, acusado por el Tribunal del Distrito Centro de pertenecer Hamás y de planear un ataque contra Israel. No se hizo esperar la implicación de Abu Arja con el movimiento Hamás y el gobierno sirio, caldeando de esta forma la actual situación bilateral entre las dos naciones. Para acrecentar las tensiones con el nuevo gobierno egipcio, el Shabak acusó el 13 de mayo de 2011 a miembros del mismo y al movimiento Hamás por el contrabando de armas en la región de Sinaí. Detrás de estos hechos está la apetencia de Israel de ampliar su influencia en la región, tal como lo describió el recién sustituido jefe del Shabak, Yuval Diskin, el pasado abril: «En Egipto es muy difícil saber qué pasará en las elecciones de este verano. No es una buena idea descansar en nuestros laureles».

Por último, para quienes ven al Shabak como un simple aparato de represión, capaz de colaborar aisladamente con otras ramas de la inteligencia israelí como el Mossad y el AMAN, vale la pena destacar que el mismo accede a valiosa información que comparte con sus congéneres de oficio. La duda sobre la implicación del Mossad en los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center se acrecientan cuando se maneja una información filtrada por el periódico israelí ‘Yadiot Ahranot’, en la que se expresa que el Shabak orientó al recién elegido premier israelí Ariel Sharon, a que suspendiera su primera visita a los Estados Unidos, apenas dos días antes del ataque contra las Torres Gemelas en Nueva York.

Ante estos hechos es obligado hacerse unas preguntas: ¿Sabía el Shabak que el Mossad estaba tras los atentados al WTC? ¿Conoció el Shabak a través de algunos de sus detenidos sobre este macabro plan y prefirió callar?

Algún día saldrán las respuestas a estas preguntas y la verdad se abrirá paso con toda su plenitud.