Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
Cincuenta años después de la Guerra de los Seis Días no se ve el final de la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza. El reputado historiador Ilan Pappé ofrece un informe exhaustivo y condenatorio de la ocupación en su nuevo libro The Biggest Prison on Earth: A History of the Occupied Territories [La mayor prisión de la Tierra: Historia de los territorios ocupados] basado en investigaciones de archivo pioneras y en relatos de testigos presenciales.
En esta entrevista de Truthout Ilan Pappé, autor de The Biggest Prison on Earth, argumenta que el modelo de Israel para los territorios ocupados no es una solución de dos Estados. Más bien Israel ha construido un modelo de prisión permanente al aire libre para Gaza y Cisjordania.
Ilan Pappé (Foto: Publicaciones de Oneworld)
¿Puede darnos un argumento sucinto para volver a situar la identificación de Cisjordania y Gaza como prisiones al aire libre y no como «territorios ocupados»?
No sólo al aire libre, sino a veces, y hoy día en Gaza, una prisión de máxima seguridad. Recientemente el Gobierno israelí celebró oficialmente el quincuagésimo aniversario de la liberación de Jerusalén, Judea y Samaria. Ya en 1967 para todos los partidos sionistas Judea y Samaria, es decir, Cisjordania, eran zonas liberadas, no territorios que debían ser custodiados hasta devolverlos en un acuerdo de paz, mientras que Gaza se consideraba un enclave que siempre había que proteger tanto de dentro como de fuera.
Así, en 1967 el Gobierno israelí de entonces -y todos los sucesivos gobiernos desde ese momento- consideraban Cisjordania y la Franja de Gaza territorios que siempre habían estado bajo dominio directo o indirecto de Israel. La segunda decisión fue que no se concedería la ciudadanía israelí a las personas que viven en estos territorios ni se les permitiría tener su propia soberanía o independencia. Tampoco fueron expulsadas, como lo fueron los palestinos en 1948. Así, intencionalmente se definió a estas personas como personas sin derechos ciudadanos y a merced primero del régimen militar y después de la Administración civil, que no sólo violó sus derechos civiles, sino también sus derechos humanos. El único sistema que conozco donde la gente está privada de estos derechos básicos es el sistema penitenciario. Estas personas fueron encarceladas en esta megaprisión por el solo hecho de ser palestinos. Se les concedieron algunos beneficios, como trabajar en Israel y una cantidad limitada de autonomía si aceptaban esa vida; es el modelo de prisión abierta y se les castigó colectivamente cuando resistieron, lo que es el modelo de prisión de máxima seguridad.
¿Por qué data de 1963 el proyecto de la megaprisión israelí?
El año 1963 es un año muy importante en la historia de Israel. Fue el año en que el primero en desempeñar el cargo de primer ministro y líder de Israel David Ben-Gurion dejó la primera línea de la política de Israel y fue sucedido por una generación de políticos más joven. Con su destitución dos de sus principales obsesiones dejaron de influir en la política israelí. Insistía en imponer un cruel régimen militar a la minoría palestina dentro de Israel y se negó a prestar atención a los ruegos del lobby que defendía el Gran Israel de encontrar una excusa para ocupar Cisjordania.
En aquel año el ejército israelí pudo empezar a prepararse seriamente para ignorar sus dos obsesiones. Comenzó a planificar la abolición del régimen militar impuesto a los palestinos en Israel, pero no desmanteló el aparato de control. Lo preparó para imponerlo a otro grupo de palestinos: los que viven en Cisjordania y la Franja de Gaza. Cuando llegó la oportunidad en 1967 los mandos militares ya habían preparado la infraestructura humana para controlar a los millones de palestinos de los territorios recién ocupados. Las mismas personas que mantenía el régimen militar dentro de Israel fueron trasladadas para convertirse en gobernantes de Cisjordania y la Franja de Gaza.
No se pretendía que el régimen militar fuera temporal, encaja bien con la estrategia de la megaprisión que describía antes.
¿Qué aspecto en particular convierte a Gaza en una «prisión modelo»?
En 2005 Ariel Sharon y sus asesores afirmaron haber encontrado la fórmula mágica para controlar la Franja de Gaza dentro de la estrategia general israelí que buscaba cómo poseer el territorio, pero no las personas que viven en él. En Cisjordania se hizo judaizando las zonas que Israel consideraba que le pertenecían o que reclamaba el Estado judío. Este método no funcionó en la Franja de Gaza, es demasiado pequeña. Por lo tanto la idea era desalojar a los colonos, permitir a la Autoridad Palestina dirigir el lugar y vigilarlo desde afuera (Israel ya había acordonado la Franja con alambre de espino en 1994). Sin embargo, el pueblo de Gaza tenía una idea diferente, arruinó este plan y convirtió la Franja en una base desesperada de resistencia. Para hacerle frente se aplicó la metodología de la prisión de máxima seguridad: operaciones punitivas colectivas que, visto retrospectivamente, equivale a un genocidio cada vez mayor de las personas que ahí viven.
¿Cómo cree que el Gobierno de Israel ve el papel de las colonias ocupantes en Cisjordania?
Como se señaló anteriormente, la función principal de las colonias es demarcar claramente qué parte de Cisjordania será gobernada directamente por Israel, con vistas a finalmente anexionarla formalmente a Israel. Los gobiernos solían tratar de colonizar sólo zonas que no estaban densamente pobladas por los palestinos, pero el movimiento mesiánico de los colonos, Gush Emunim, se estableció según lo que ellos consideran el mapa bíblico, lo que les llevó a asentarse también en el corazón de las zonas palestinas. Ya sea intencionado o no, la presencia de los colonos actúa también como operación masiva de acoso que puede hacer imposible la vida a los palestinos que viven ahí y empujarlos a enclaves todavía más pequeños dentro de Cisjordania.
¿A qué denomina «guerra de elección»?
Cualquier guerra que se podría haber impedido por medio de una diplomacia activa e intensiva es una guerra de elección. Contrariamente a lo que se suele pensar, los israelíes tenían muchas salidas para la crisis que llevó a la guerra de junio de 1967. Sin embargo, el Gobierno y el ejército israelí decidieron ignorar esas salidas ya que consideraban que la crisis era una oportunidad para completar la apropiación de la Palestina histórica (en 1948 sólo lograron apropiarse del 78 % de Palestina y consideraban que esta parte era indefendible y no viable a la larga).
¿La guerra en Siria y la cada vez mayor división de las diferentes facciones islámicas han permitido a Israel evitar una mayor presión para que dé a los palestinos su libertad?
Sí, en efecto, lo ha permitido. Desvió la opinión pública mundial del sufrimiento de los palestinos y del sentimiento que tenían las élites políticas de que era urgente resolver el problema. Esto tiene otro lado: el sufrimiento palestino es diario y apenas capta la atención de los medios de comunicación, pero sucede desde hace más de un siglo, mientras que el mismo tipo de brutalidad se inflige a la población siria y de otras partes del mundo árabe en un corto período de tiempo y, por lo tanto, atrae más la atención de los medios mundiales.
Sin embargo, las posibilidades de pacificar a Siria, Irak y el resto del mundo árabe están estrechamente relacionadas con la cuestión de Palestina. La negativa de Occidente a adaptar a Israel el mismo criterio moral por el que mide las violaciones de los derechos humanos y civiles en el mundo árabe impide a Occidente -y a Estados Unidos en particular- desempeñar un papel positivo en aportar la paz en el Oriente Próximo. La injusticia en Palestina es uno de los principales combustibles que alimentan el fuego del odio y violencia en la zona, y lo seguirá siendo a menos que se pueda encontrar una solución justa y duradera a la cuestión de Palestina. Las consentidas actitudes y políticas israelíes respecto a los territorios ocupados son el principal obstáculo para llegar a esta solución.
Copyright de Truthout, se traduce con su permiso.
Mark Karlin esel director de BuzzFlash en Truthout. Trabajó como director de BuzzFlash durante 10 años antes de unirse a Truthout en 2010. BuzzFlash ha ganado cuatro Premios Project Censored. Karlin escribe un comentario cinco días a la semana para BuzzFlash, así como artículos para Truthout (que van desde la fallida «guerra contra las drogas» a las críticas relacionadas con el arte político). También entrevista a autores y cineastas cuyas obras aparecen en Truthout’s Progressive Picks of the Week. Antes de unirse a Truthout Karlin entrevistó a figuras culturales, políticos progresistas y activistas innovadores semanalmente durante 10 años. Fue autor de muchas columnas sobre las mentiras difundidas para emprender la guerra de Irak.
Fuente: http://www.truth-out.org/opinion/item/42190-the-occupied-territories-are-the-biggest-prison-on-earth
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.