Hace dos semanas que Pablo Casado hizo públicos los nombres de quienes serán candidatos a las elecciones madrileñas. A las pocas horas de que se supiera que quien aspirará a la presidencia de la Comunidad de Madrid será Isabel Díaz Ayuso, la hasta entonces Secretaria del Comunicación del PP se apresuró a hacer unas pequeñas […]
Hace dos semanas que Pablo Casado hizo públicos los nombres de quienes serán candidatos a las elecciones madrileñas. A las pocas horas de que se supiera que quien aspirará a la presidencia de la Comunidad de Madrid será Isabel Díaz Ayuso, la hasta entonces Secretaria del Comunicación del PP se apresuró a hacer unas pequeñas modificaciones en las cuentas de sus redes sociales para eliminar una declaración comprometedora: «Amiga de Israel». No es que piense que la candidata haya asumido repentinamente las argumentaciones del Derecho Internacional en materia de Derechos Humanos y haya roto sus relaciones de amistad con el régimen de Apartheid que vulnera sistemáticamente esa legalidad. Más bien creo que Ayuso no ha dejado de ser amiga de Israel, pero que de alguna manera ha considerado que expresarlo públicamente pudiera suponer un estigma para alguien que aspira a presidir una institución de tal envergadura. Es como el típico amigo borracho de la cuadrilla, que cuando se pasa con el alcohol te deja en evidencia, hasta el punto de, en más de una ocasión, negar públicamente ser su amigo… aunque en el fondo le sigas queriendo.
El próximo 31 de enero el Maccabi de Tel Aviv visitará nuevamente Euskal Herria. Como en los últimos once años el club de baloncesto y las instituciones públicas locales, la prensa y los aparatos policiales le tributarán un recibimiento amistoso. Todo ello pese a ser bien conocida la responsabilidad intelectual directa del club maccabeo en diversos crímenes de guerra de la armada sionista; en concreto en 2009, cuando participó en una campaña propagandística de apoyo al ejército durante la campaña bélica «Plomo Fundido», en la que el régimen sionista se cobró la vida de alrededor de 1500 personas en Gaza; o en 2014, cuando tras la operación «Margen Protector», en la que fueron asesinados 2202 gazatíes, organizaron un partido benéfico de apoyo a la Asociación de Amigos de las Fuerzas Armadas de Israel.
Como en la década de los 70 el mundo entero vetó a los Springbok, el equipo nacional de rugby sudafricano y principal estandarte deportivo del régimen de apartheid; llegará un momnto en que Maccabi también se convierta en un apestado en competiciones internacionales. Entonces, quienes hoy le ponen la alfombra roja negarán, como lo hace Diaz Ayuso, haber sido en algún momento amigos de Israel… aunque en su fuero interno sigan queriendo a su amigo borracho.
Koldo Alzola, BDS-Gasteiz
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