El próximo 29 de marzo el Maccabi de Tel Aviv volverá a visitar Gasteiz para enfrentarse una vez más al Baskonia. Como para quien hubiera visto un elefante en el pasillo de su casa, la visita del embajador deportivo del estado de Israel es demasiado anormal para no tomarla en cuenta. Un paquidermo en la […]
El próximo 29 de marzo el Maccabi de Tel Aviv volverá a visitar Gasteiz para enfrentarse una vez más al Baskonia. Como para quien hubiera visto un elefante en el pasillo de su casa, la visita del embajador deportivo del estado de Israel es demasiado anormal para no tomarla en cuenta. Un paquidermo en la sala es demasiado voluminoso y hediondo como para no percibir su presencia, tan evidente como los indicios que implican al equipo macabeo con las políticas genocidas del régimen sionista.
El movimiento internacional de BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) contra el régimen de Apartheid israelí, recientemente nominado al premio Nobel de la Paz, hace tiempo que ha puesto al Maccabi en el punto de mira de su campaña por su participación directa en crímenes de guerra perpetrados por la armada sionista en la franja de Gaza. El 9 de enero de 2009, mientras el ejército israelí llevaba a cabo la campaña militar conocida como «Operación plomo fundido» sobre la población civil de la Franja de Gaza, el club maccabeo publicaba en su web un reportaje de apoyo a la operación militar. La publicación recogía el momento en el que tres de las estrellas del club, Lior Eliyahu, Omri Casspi, y Marcus Fizer, visitaban a los soldados destacados en la franja mientras a escasos 300 metros ese mismo ejército rociaba a la indefensa población gazatí con fósforo blanco. La masacre, que se cobró la vida de alrededor de 1400 personas y destruyó las principales infraestructuras de la franja, fue calificada como crimen de guerra por el informe redactado por el Relator de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para Palestina, el juez sudafricano Richard Goldstone.
El verano de 2014 la armada sionista desplegó sobre Gaza la operación militar «Margen protector», la más sangrienta y destructiva de la historia hasta la fecha sobre la franja costera. En un informe, la organización israelí de derechos humanos B’tselem contabilizó 2.202 palestinos y palestinas muertos. Días después, en septiembre de 2014 , David Blatt, actual entrenador del equipo de baloncesto estadounidense Cleveland Cavaliers e histórico entrenador del Maccabi, organizó un partido amistoso entre los dos clubes en honor a los soldados israelíes que participaron en la ofensiva a Gaza y para ayudar económicamente a la Asociación de Amigos de las Fuerzas de Defensa de Israel.
Desde entonces el club de Tel Aviv ha vuelto a visitar en varias ocasiones nuestra ciudad sin que su evidente implicación en dichos crímenes de guerra haya supuesto ningún inconveniente para que las instituciones alavesas y el propio club Baskonia le reciban con total cordialidad e incluso se les tribute un recibimiento reservado a las delegaciones diplomáticas. Además, durante una década de visitas a Gasteiz del embajador deportivo israelí, el movimiento local de solidaridad con Palestina y la propia afición de Indar Baskonia han tratado de evidenciar y denunciar estas implicaciones en la cancha de Zurbano, pagando por ello un elevado coste en forma de juicios, multas y sanciones administrativas, cuando no de registros, acoso y violencia directa.
Los hechos que implican al Maccabi en los crímenes de guerra del ejército sionista son demasiado evidentes como para aceptarlos con normalidad. Igualmente evidente es la situación de excepcionalidad y el recorte de derechos que supone su visita a la ciudad. Sorprende ver que a estas alturas todavía haya quien se empeñe en negar haber visto un elefante en el pasillo.
Koldo Alzola, Miembro de BDS-Gasteiz
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