Traducción Susana Merino.
Luego de los masivos arrestos de noviembre aún permanecen en la cárcel 130 ciudadanos jordanos, algunos aún menores de edad, mientras la opinión pública mundial se solidariza con ell os. Entre los detenidos se halla Mahdi al-Saafin en huelga de hambre desde hace una semana.
Desde hace seis años Mahdi tenía una cita fija todos los viernes. La organizaba y partía. Todos los viernes ponía de manifiesto frente a la embajada israelí en Jordania su disgusto, en tanto jordano de origen palestino, por la presencia de esa embajada en su país y los acuerdos de paz entre Israel y Jordania de 1994.
Pero no bastaba su lealtad a la causa palestina: Mahdi participó, siempre en primera línea, desde sus tiempos universitarios en los movimientos de protesta, por lo que se hizo sospechoso ya en el 2004, año de su primer arresto, para el régimen jordano.
Mahdi al-Saafin, que actualmente es el líder de la Unión Democrática de los Jóvenes Jordanos creada en 2011 por jóvenes militantes de los partidos de izquierda, fue arrestado por segunda vez el 16 de noviembre de 2012, mientras se desarrollaba en la capital Amman una manifestación pacífica de la «rebelión de noviembre», como la llamaron los mismos jordanos, debido a la decisión del gobierno de aumentar el precio de los combustibles, protestas que se desencadenaron en todo el país.
El 16 de noviembre la policía soltó los perros contra los manifestantes, y cargó con porras y gases lacrimógenos.
Mahdi fue arrestado junto a otros muchos jóvenes y llevado a la central de policía de Abdali, donde fue sometido, durante tres días consecutivos a abusos físicos y sicológicos por parte de los policías.
Nadie de su familia ni su abogado fueron informados de su detención en la comisaría. Por orden del Tribunal para la Seguridad del Estado Mahdi fue después transferido junto a los demás activistas arrestados a la cárcel de Zarqa, donde se encuentra todavía. A la familia solo se le informó de ello el 21 de noviembre.
Mahdi tiene 32 años y trabajaba en un banco desde hace siete. Su actividad política siempre estuvo acompañada de una pasión y su talento: la poesía. Una delegación de la Liga de Escritores Jordanos, una asociación nacional a la que pertenece, lo visitó en la cárcel el 2 de diciembre.
El 29 de diciembre Mahdi inició una huelga de hambre. Comunicó a su madre y a la delegación de escritores que se abstendría de comer mientras no fuera liberado.
Junto a él cerca de otros 130 jordanos, algunos de ellos menores de edad, están detenidos hasta hoy y su futuro judicial parece incierto. Mientras tanto, las familias de los prisioneros han organizado desde el primer día sentadas de protesta frente al Tribunal pidiendo la libertad de sus hijos y sus parientes.
Las acusaciones del Tribunal contra Mahdi al-Saafin – y a los demás detenidos – se fundan en la participación no autorizada e instigación a la revuelta contra el régimen (acusación esta última que en Jordania puede terminar en la pena capital).
Pero la demanda de las familias no es solo de excarcelación: los detenidos acusados por atentado contra el Estado serán juzgados por un tribunal militar y no por uno civil.
«En lugar de respetar el derecho a protestar pacíficamente, las autoridades jordanas recurren a lo que constituye una justicia militar para castigar a los civiles, inclusive a los manifestantes pacíficos», afirmó Joe Stork, vicedirector de Human Rigghts Watch en Oriente Medio. «Las autoridades deberían dejar de utilizar los tribunales de seguridad especial para procesar a los civiles y reconocer que una concentración pacífica no es un crimen».
A Mahdi se le ha negado inclusive el derecho a recibir atención médica luego de las torturas padecidas en los primeros días de detención.
Debido a la huelga que inició recientemente ha sido trasladado a una celda de aislamiento y han tratado en vano de disuadirlo de proseguirla por temor a una reacción colectiva.
Sin embargo, su hermano Mohamed, que vive en Estambul, se muestra optimista: «En nuestro país las autoridades siempre temen las reacciones de las organizaciones de derechos humanos y la mala publicidad. Estoy seguro que Mahdi será liberado.»
Y al mismo tiempo admite: «Por fuerza es necesario ser optimistas: en tanto activistas políticos en Jordania, sabemos que podemos ser encarcelados en cualquier momento, por lo tanto debemos permanecer siempre alerta y reaccionar positivamente para no sentirnos abatidos».
Su madre, que siempre ha organizado junto a su hijo las manifestaciones de los viernes ante la embajada israelí en Amman, al visitar a su hijo la semana pasada denunció ante el vicedirector de la cárcel las inhumanas torturas a las que estuvo expuesto.
Tanto el pedido de liberación de Mahdi y de los detenidos jordanos como la oleada de manifestaciones son algo que involucra y moviliza a otros países.
Por iniciativa de una activista italiana se ha lanzado una petición «on-line» para reclamar la inmediata liberación de al-Saafin y de sus compañeros: han abierto una página en Facebook en la que los amigos y quienes apoyan la causa política de los detenidos pueden dejar testimonios y compartir las noticias. También se ha enviado un llamado a Amnistía Internacional.
En Túnez, amigos y activistas de los movimientos de izquierda han lanzado una campaña fotográfica, agregando a los propios rostros fotografiados un eslogan por la libertad de Mahdi y de los demás detenidos jordanos.
«Mahdi fue arrestado por defender a su pueblo y la dignidad de su país. Si se confirmara la acusación, podrían condenarlo a la pena de muerte. Dirigimos un llamado a todos los intelectuales y activistas tunecinos para que continúen la campaña de sensibilización para reclamar la libertad del poeta», escriben los mismos activistas tunecinos en las redes sociales.
La Liga de Escritores Jordanos ha redactado un comunicado pidiendo la libertad de su propio miembro. Las familias, la sociedad civil y las organizaciones se están movilizando, pero a día de hoy el Tribunal solo ha confirmado su detención.
Y Mahdi continúa su huelga de hambre, luchando por la libertad, el derecho a expresarse y la democracia, aún desde detrás de las rejas.
Fuente original: http://www.osservatorioiraq.
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