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Explicación simplista de una sacerdotisa y un policía sobre Siria

Mandato imperial al servicio

Fuentes: Rebelión

Nadie es capaz de aceptar que el gerente del gobierno, también le llaman presidente, pueda ser un simple, pero cuando explica con simplonería la política geoestratégica ¿qué intención tiene?, ¿no baja a quien le escucha al peldaño del más obtuso, del más tonto? Si en la exposición no entra la razón y recibe aplausos, ha […]

Nadie es capaz de aceptar que el gerente del gobierno, también le llaman presidente, pueda ser un simple, pero cuando explica con simplonería la política geoestratégica ¿qué intención tiene?, ¿no baja a quien le escucha al peldaño del más obtuso, del más tonto? Si en la exposición no entra la razón y recibe aplausos, ha conseguido su objetivo: hacer creer, reducir al mínimo la capacidad de pensar en la gente. Es un ejercicio clasista dar un trato idiota al pueblo, y lo que se entiende es que es un encargo, un mandato del imperio a sus huestes, y el régimen monárquico español lo cumple a rajatabla. El gerente imperial, ahora Trump, y el gerente de la colonia española, ahora M. Rajoy, los dos trabajan con la droga lenguaraz que paraliza y vacía el cerebro. Trump ha declarado que va a hacer la guerra a Siria y, rápidamente, el servidor M. Rajoy ha dicho que esta dispuesto a acompañar a las tropas imperiales en su invasión. Si las pruebas han sido negadas hasta por ellos mismos, ¿qué explicación dan? ¿cuántos cerebros han vaciado? Los dos, ¿son unos simples, o es que nos quieren hacer bajar al peldaño del más obtuso, del más tonto?. ¿Qué tienen ellos que ver con el grupo de dueños de fábricas de armas que les interesa tanto la guerra en Oriente Medio, y en este caso contra Siria?

El jueves día 12, un propagandista de la guerra imperial publicitaria se presentó, o fue presentado en Antena 3, tv española; había sido director del Cesid, el servicio de espionaje español, con lo que él y la emisora sabían perfectamente la intención que guardaba lo que decía. Manteniendo los brazos cruzados, en un gesto defensivo, se aplicó como acusación a Siria por el bombardeo con gas en la ciudad de Duma, en Guta oriental. Para cuando decía esto el mismísimo Secretario del Departamento de Defensa del régimen estadounidense había declarado que no tenían ninguna evidencia de que hubiese sido Siria la responsable. ¿Qué estaba haciendo ese antiguo director? Con simplezas propagaba un mensaje del castigo: «Antes había un «conflicto» entre israelíes y palestinos en Oriente Medio, ahora hay 6 ó 7: persas contra árabes, iraquies contra …, Kurdos contra …, …» El resultado era una situación extrema para el mundo, y aclaró sobre el uso de las armas químicas que «el régimen dictatorial sirio bombardea con armas químicas un área que ha conquistado y ya está en su poder, así es de cruel, ¿qué necesidad tiene de hacer eso?.»

¿Éste es el análisis de la persona que cuenta con más datos sobre lo que ocurre en el mundo? De esta manera oculta que cualquier ataque a Siria es contra las Naciones Unidas, es ilegal puesto que no hay una sola prueba de lo que dice quien afirma el bombardeo de Duma, y no sólo es ilegal, es contrario a todo reconocimiento porque no habían llegado los investigadores internacionales dedicados a tales efectos y no se podía probar nada. Mintiendo se pretende apoyar la acción criminal que se iba a llevar a cabo por los regímenes imperiales de EEUU, Inglaterra y Francia. En su simplonería, el ex director del Cesid venía a rebajarnos. Para nada repasó la línea de intereses guerreros de los monopolios del armamento, del petróleo y del mundo financiero sobre la zona desde cuando el territorio era colonia de Inglaterra y Francia, y cómo el sionismo, apoyado por Alemania nazi, apoyado por Inglaterra y Francia, se instaló mediante el dinero de Rothschild como lo hace cualquier empresa de colonización, ocupando, expulsando, asesinando, … No explicó que esas condiciones no sólo persistían sino que habían empeorado, pues desde el final de la Segunda Guerra Mundial todo había favorecido a la realización del plan de neocolonización, y, a continuación, el emporio del armamento imperial había sido el principal guardaespaldas del ente que se instalaba en Palestina. Ente que debía servir como base para desarrollar la guerra que destruyese el progreso económico y la independencia de esos países, para que las potencias occidentales pudiesen así acceder al petróleo perdido cuando tuvieron que retirarse. No es un lío, como dice el ex director del Cesid. Tenemos la explicación. Su simplonería venía a rebajarnos, venía a rebajar nuestra capacidad de entendimiento.

Permitan dos referencias literarias, la primera habla de lo que el ex director oculta, de lo primero que supone la invasión colonial para aquellos pueblos, el autor es el gran poeta Arthur Rimbaud, el fragmento pertenece al poema «Mala sangre», de su libro «Una temporada en el infierno»: «Los blancos desembarcan. ¡El cañón! Hay que someterse al bautismo, vestirse, trabajar. He recibido en el corazón el golpe de gracia. ¡Ah, no lo tenía previsto!»

La segunda referencia literaria va para la empresa capitalista de tv Antena 3, y para la que hacía las veces de periodista entrevistando al personaje del día; es un párrafo de la novela «Rojo y Negro. Crónica de 1830», de Sthendal, lo que van a leer estuvo prohibido en las numerosas ediciones que se hicieron hasta entrados los años 80 del pasado siglo. En este país donde el índice de lectura sobrepasa escasamente el 20%, el número de personas que llegan a conocer las líneas que siguen debe ser escasísimo: «¿Para qué nombrar a sus amigos y a sus enemigos? Todo eso es feo, y tanto más feo cuanto la intención es más auténtica. Sin embargo, estos son los únicos profesores de moral que tiene el pueblo, sin ellos, ¿qué iba a ser de él? ¿Podrá alguna vez el periódico llegar a sustituir al cura?»

Por lo que se refiere a lo último ya ven que el/la periodista se ha puesto en el lugar del cura. Tratan de conducir a quien les escucha al escalón más bajo, al del más obtuso, al del más tonto. La simplonería anula toda capacidad de reflexión.

Pero, como estos personajes se emplean en la mentira, es preciso recordar la historia de una de las más grandes mentiras de los últimos años, el conocimiento es la mejor protección de nuestra razón, les recomiendo la lectura del siguiente artículo: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=240293 , del que dejo aquí un pequeño párrafo para animarles: «… el entonces secretario del Estado, el general Colin Powell, el 5 de febrero de 2003 ante el Consejo de Seguridad de la ONU . El coronel Lawrence Wilkerson, su jefe de gabinete, repudió tiempo después el discurso que él mismo ayudó a escribir. Su nuevo artículo de opinión para el periódico The New York Times se titula: «I Helped Sell the False Choice of War Once. It’s Happening Again» (Una vez yo contribuí a vender la falsa opción de guerra. Está ocurriendo de nuevo). Coronel Lawrence Wilkerson, bienvenido a Democracy Now! Cuéntenos qué le pasó en aquel momento, cómo se asumía la evidencia presentada por el general Colin Powell -quien luego llegaría a calificar ese discurso como una mancha en su carrera- cómo se configuró ese discurso y cómo sigue resonando hoy, con lo que escuchábamos en las palabras de la embajadora Haley.»


Ramón Pedregal Casanova, es autor de los libros: «Gaza 51 días», «Palestina. Crónicas de vida y Resistencia», «Dietario de Crisis», «Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero», y «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios». Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.