El año del Bicentenario del nacimiento de la heroína Mariana Grajales Cuello, debería ser el escenario por excelencia, de la demorada proclamación de su condición de Madre de la Patria, pero han emergido resistencias, y asistimos a un compás de no hacer, que debe ser resuelto. Para la toma de decisiones, nuestro Estado y Partido […]
El año del Bicentenario del nacimiento de la heroína Mariana Grajales Cuello, debería ser el escenario por excelencia, de la demorada proclamación de su condición de Madre de la Patria, pero han emergido resistencias, y asistimos a un compás de no hacer, que debe ser resuelto. Para la toma de decisiones, nuestro Estado y Partido deben contar con elementos sólidos, resultados del estudio y el debate fraterno y propositivo.
Quienes nos hemos implicado en la propuesta que está en curso, tenemos que ser capaces de sustentarla ante los que dudan o están en desacuerdo. Sobre todo, debemos llevar el asunto a la profundidad de nuestro pueblo, donde sabemos que laten el patriotismo más genuino, la inteligencia cultivada por la Revolución y las infalibles sensibilidades que le crean al cubano y a la cubana, su peculiar olfato para entender lo grande y justo, y rechazar de manera rotunda todo lo que peque de fatuo, oportunista e inicuo. Este ejercicio es fundamental. A colaborar en tal empeño, se ha dedicado la Comisión Bicentenario del Nacimiento de la Madre de la Patria Mariana Grajales Cuello, creada por la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, en la provincia La Habana. En tal tarea de ciencia y conciencia, nos encontramos.
La propuesta
La propuesta de Mariana como Madre de la Patria, nació en el movimiento de veteranos, que fue el más sustantivo reservorio de patriotismo en la Cuba de la república neocolonial. Probablemente a floró por primera vez en 1923, cuando se trasladaron a Cuba los restos mortales de la heroína. Esta condición quedó fijada en la tradición patrimonial del Cementerio de Santa Ifigenia, y hasta hoy para llegar hasta la tumba de Mariana, el indicador señala «PD # 5 Mariana Grajales Cuello (Madre de la Patria)» Como ha afirmado Luis Acosta Brehal, la propuesta era consensual en los años cuarenta, y cincuenta del pasado siglo, entonces numerosos alcaldes municipales llegaron a manifestase a favor de la declaratoria [1] .
Hoy, los argumentos compartidos por un sector mayoritario de maestros de historia, cientistas sociales, museólogos, periodistas, artistas, trabajadores y trabajadoras de la capital y de otras provincias, sustentan la propuesta de Mariana Grajales Cuello como Madre de la Patria en cinco puntos: 1) La representatividad de la vida y obra de la madre-heroína en su época; 2) la historicidad del culto patriótico a Mariana en los siglos XIX-XXI cubanos; 3) la justicia histórica del título que reclamamos, en tanto responde a un culto patriótico, nacido y asumido desde lo más profundo y sentido de las masas populares cubanas; 4) la pertinencia de hacer firme y legalizar el reconocimiento premial como parte de la estrategia de trabajo ideológico y fortalecimiento de la cultura patriótica del socialismo cubano [2] ; 5) la precedencia legal de una Ley que norma y estimula el otorgamiento de títulos honoríficos y condecoraciones, que incluye la nominación de una Orden con el nombre de la heroína Mariana Grajales.
El reconocimiento popular de Mariana como Madre de la Patria, es sin dudas el tema principal. Mariana nos convoca a la unidad y el consenso nacional. Debemos hacer del «relato de su vida , una página nueva a la epopeya revolucionaria cubana» [3] . Resuelto lo principal, el reconocimiento estatal es un asunto de consecuencia, no de principios. Lo primero «debe» impulsar lo segundo, pero como en todo «lo político», el juicio de la ciencia aporta, pero deciden las circunstancias que configuran la toma de decisión, lo que incluye arribar al momento en que la opinión pública, la opinión académica, y la opinión de los decisores, estén preparadas y coincidan.
La historia reciente
En 1998 un grupo de intelectuales entre los que se encontraban los doctores Miguel Barnet Lanza, Eduardo Torres Cuevas, Nisia Agüero Benítez y la escritora Nydia Sarabia Hernández , firmaron una carta enviada al General de Ejército Raúl Castro Ruz, entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en la que proponían el reconocimiento de Mariana Grajales Cuello como Madre de la Patria. En los últimos diecisiete años la propuesta ha ido ganando adeptos y también oponentes.
El XVI Congreso Nacional de Historia realizado entre el 27 y 30 de noviembre del 2001, aprobó por aclamación la condición de Mariana Grajales Cuello, Madre de la Patria, y el gestionar su reconocimiento institucional [4] . Fueron autores de esta propuesta los doctores José Cantón Navarro, Froilán González García y Adys Cupull Reyes. Fueron parte del debate y la aprobación entre otros los doctores Armando Hart Dávalos, Eduardo Torres Cuevas, el fallecido Joel James Figarola, Mildred de la Torre Molina, Francisca López Civeira, Olga Portuondo Zúñiga, Israel Escalona Chadez , Damaris A. Torres Eler, y los historiadores y periodistas Pedro Antonio García y J oel Mourlot Mercaderes [5] .
Desde el inicio de la presente década, la demanda sobre Mariana comenzó a aparecer con mucha más fuerza. En el 2010 la Comisión Nacional Aponte de la UNEAC, promovió la declaración por parte de la Asamblea Nacional de la condición de Madre de la Patria para Mariana Grajales. Entre los miembros de dicha Comisión presidida por Heriberto Feraudy, estaban Fernando Martínez Heredia, los doctores Antonio J. Martínez Fuentes, y Jesús Guanche Pérez, Esteban Morales Domínguez, Oscar Oramas Oliva, Rogelio Martínez Furé y Nisia Agüero Benítez , Pedro Luis Hernández, Alden Knight, y otros sobresalientes intelectuales cubanos.
Junto con la reactivación de la propuesta, reemergieron resistencias y opiniones en contra [6] . A propósito, J oel Mourlot Mercaderes precisó: » Porque siempre hay voces que «cautelosamente» hacen sus reparos, vale persistir: no ha sido por la propaganda fervorosa de un grupo de fanáticos, ni por el oportunismo de gobiernos de turno, Mariana Grajales Cuello es la Madre de Cuba, la Madre de la Patria , desde hace más de un siglo, primero, por la convicción de los veteranos de nuestras guerras independentistas, que promovieron la oficialidad de tal iniciativa, y, luego, por la voluntad de la inmensa mayoría de los cubanos, que la ha distinguido como la excelsa entre muchas sobresalientes e históricas matronas de nuestra nación» [7] .
La Resolución del 2014
La asociación habanera de la UNHIC, realizó su Congreso Provincial, previo al XXI Congreso Nacional de Historia, en enero del 2014, y atendiendo a la trascendencia de la conmemoración del bicentenario del nacimiento de Mariana en el 2015, con el voto de los 361 asociados participantes, aprobó presentar al XXI Congreso Nacional de Historia en la ciudad de Camagüey, en abril de ese año, una Resolución [8] , con la solicitud pendiente desde el XVI Congreso relativa a que el Estado cubano honrara con el título honorífico de Madre de la Patria a Mariana Grajales Cuello. Tal acuerdo fue adelantado además, con la propuesta que realizaron en el plenario, el veterano dirigente sindical Pedro Ross Leal y el profesor José Durand Galano, ambos nietos de mambises, que narraron los testimonios que recibieron de sus abuelos sobre Mariana.
En el debate del XXI Congreso de Historia, no se llegó a un consenso sobre una u otra posiciones a favor o en contra. Se acordó constituir una Comisión que sometería a debate en los más amplios círculos de la UNHIC, la Academia de la Historia de Cuba y con las instituciones académicas del país, la fundamentación realizada por la UNHIC de La Habana, y que para el XXII Congreso Nacional de Historia a realizarse en Holguín en el 2016, se llevaría un dictamen sobre el asunto, para realizar entonces el debate correspondiente y tomar un acuerdo. La delegación de la UNHIC en La Habana, objetó que le parecía un absurdo dejar el tema para el 2016, cuando en el 2015 celebraríamos el Bicentenario de Mariana, pero la mayoría de los delegados participantes y presentes -65 compañeros- mantuvo el acuerdo del 2016.
Sobre la base de la naturaleza de los argumentos se pueden observar cinco grupos de posicionamientos que objetan la propuesta.
Objeciones de mérito
Hay objeciones por mérito histórico. Colegas que frente a la propuesta de Mariana, ponderan los méritos de otras heroínas. La participación de las féminas en el movimiento independentistas, antes y después, está por hacer. Coincido con la tesis de la investigadora Raquel Vinat de la Mata [9] , que insiste en reafirmar que aún el más exhaustivo ejercicio de exposición, sobre valor desplegado por las mujeres cubanas durante las contiendas independentistas del siglo XIX, siempre llevará consigo la omisión involuntaria e injusta de las que no se mencionan. A ello se suma, que nuestra historiográfica aún manifiesta el sesgo burgués, machista y racista de la sociedad precedente. Hasta donde ha sido posible, he levantado la caracterización biográfica de 65 esposas y madres mambisas que se destacaron en la guerra y/o la resistencia y lucha clandestina en los pueblos y ciudades, y la tarea pluricualitativa de contextualización histórica y social de cada personalidad en la historia, la enfrenté desde la elaboración de indicadores de comparación [10] . La evaluación comparativa de estas heroínas, me ratifica tanto la condición de representatividad de Mariana, como el hecho documentado de que por sus méritos y circunstancias se creó a su alrededor de la madre de los Maceo, en vida, un particular entorno de respeto y simbolismo, que no tuvo similar expresión en lo que a otras patriotas que le fueron contemporáneas se refiere.
En el contexto del conocimiento-desconocimiento de la vida y obra de otras extraordinarias madres y esposas patriotas, hay que subrayar la propuesta de los más preclaros líderes del movimiento patriótico y liberador cubano. Con la capacidad de sentir el latir profundo de las masas que caracteriza a los fundadores, el Héroe Nacional José Martí Pérez [11] y el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz (1926) [12] , coincidieron en otorgarle a Mariana, la máxima representatividad de la mujer y la madre patriota. Y objetivamente tal coincidencia no es una casualidad, se constituye en consecuencia.
Hay quien cuestiona o simplemente rechaza, el mérito del Estado como sujeto de promoción y reconocimiento premial. Se afirma que Mariana no necesita que se le reconozca por el Consejo de Estado. Los juicios que se nos propone son los siguientes: 1) Los títulos honoríficos y epítetos revolucionarios, han sido creados de manera colectiva, espontánea, mediando la acción del tiempo y en ningún caso han requerido o han surgido de una aprobación oficial o de una decisión académica, dejémoslo así. 2) En tanto el pueblo crea y reconoce a sus héroes, no es necesarios que el Estado los convoque, apruebe y premie con título honoríficos. Las denominaciones de base popular suelen ser más genuinas y duraderas y no se tienen que someter «a los criterios de la política».
Argumentos como los anteriores confunden. Cierto es -y no puede ser de otra manera- que en ningún caso los títulos honoríficos y epítetos heroicos, han requerido o han surgido de una aprobación oficial o de una decisión académica. Pero quienes sustentamos la propuesta de Madre de la Patria, no estamos «inventando» un título, ni tratamos de que el Estado imponga por decreto algo extraño. Ejercemos el derecho constitucional devenido en Ley, de estimular el mérito, proponer y hacer aprobar títulos honoríficos, como expresión máxima de la voluntad de respeto y honor de la población y sus organizaciones políticas y sociales. ¿Acaso nuestro Estado revolucionario no es expresión máxima del Poder del pueblo, en servicio del propio pueblo [13] ? ¿No es un honor MAYOR que la voluntad soberana del pueblo se exprese en los acuerdos y atributos de ese Estado revolucionario?
Todos los y las patriotas proclamados Héroes de la República, fueron primero que en Ley, asumidos como tales por sus compañeros y compañeras, por la población que conoció de sus hazañas productivas, científicas y/o militares, no obstante como expresión de respeto y consideración, fueron proclamados como tales por el Consejo de Estado o la Asamblea Nacional del Poder Popular. La paradoja que refiero tiene su mayor sinrazón, en que la condición de Mariana como Madre de Patria, resulta la única propuesta a un título honorífico objetada, antes, incluso de ser evaluada por el Consejo de Estado, tal como la ley establece. ¿Por qué un trato tan diferente para con Mariana Grajales Cuello, segura inspiradora de nuestros actuales héroes? ¿Por qué un título honorífico otorgado por el Estado revolucionario cubano es válido para los héroes contemporáneos de los siglos XX y XXI, y objetable – ¿»contaminante»?- para una patriota del siglo XIX?
Objeciones de mérito jurídico
He conocido de posiciones que subrayan la falta de mérito jurídico-institucional. Tal afirmación es un error. E xiste la Ley Nº 17, del Sistema de condecoraciones y títulos honoríficos, aprobada el 28 de junio de 1978, y los Decretos Leyes No. 30 de 1979 y No. 53 de 1982, que establecieron los títulos y las distinciones que se otorgarían en el país y los requisitos que las reglamentan. En el orden constitucional y legislativo nada impide que a solicitud de organizaciones políticas y de la sociedad civil revolucionaria, la Asamblea Nacional solicite al Consejo de Estado, la rectificación y/o el enriquecimiento honorario de la nomenclatura de distinciones y medallas, así como la declaración de nuevos títulos honoríficos, o el Consejo de Estado lo decida por el propio mandato del que es portador.
Se ha planteado que no existen precedentes académicos de una solicitud como la que realizamos desde la UNHIC en La Habana. Es cierto. En el estudio bibliográfico realizado no encontramos una propuesta fundamentada desde una institución académica. No la hubo tampoco para instaurar el Sistema de Condecoraciones y Títulos Honoríficos de la República de Cuba en 1977-1982. Pienso que quizás esta que realizamos sea la primera, pero de seguro no será la última: En el socialismo cubano, los colectivos de ciencia y las asociaciones académicas tendrán cada vez más un mayor protagonismo, hacia esa necesidad-realidad del empoderamiento nacional popular nos encaminamos.
Objeciones por concepción histórico-filosófica
Se ha afirmado que lo importante es subrayar el aporte masivo de la mujer al combate nacional liberador. La posición que sobredimensiona la «masa» sobre la «personalidad», refiere un asunto suficientemente trascendido por la concepción materialista y dialéctica de la Historia. Jorge V. Plejanov en su conocida obra » El papel del individuo en la historia», precisó con sólidos argumentos el error de las posiciones polares en el análisis de los factores incidentes en el movimiento histórico. Al respecto apuntaba: «… la reacción contra el subjetivismo condujo a muchos de sus adversarios al extremo opuesto. Mientras algunos de los subjetivistas, tratando de atribuir al «individuo» un papel en la Historia lo más amplio posible, se negaban a reconocer el movimiento histórico de la humanidad como un proceso regido por leyes, algunos de sus más recalcitrantes adversarios, tratando de recalcar lo mejor posible ese carácter regular del movimiento, estaban prontos, por lo visto, a olvidar que la Historia la hacen los hombres y que, por lo tanto, la actividad de los individuos no puede dejar de tener su importancia en ella » .
En la misma dirección Lenin señaló: «La idea de la necesidad histórica… no es en lo más mínimo menoscabar el papel del individuo en la historia: toda la historia se compone precisamente de acciones de individuos que son indudablemente personalidades. El nivel de la acción individual es el de la toma de conciencia, de la superación de la enajenación, del compromiso, de la emancipación y de la libertad. «La emancipación completa -precisaba Lenin-, necesita autoridades»
Una personalidad significativa, más allá de la dotación personal, será en lo fundamental, aquella que posea la capacidad de concentrar en sí los valores del movimiento histórico. Que sea representativa de lo logrado por la práctica colectiva, y conforme el ideal normativo de una época». Son las masas populares en movimiento, las que en tiempo de revoluciones, forjan sus personalidades de liderazgo y respeto, y las proyectan como expresión de toda la riqueza espiritual y material que poseen. Y los conceptos de Padre y Madre de la Patria expresan las mencionadas cualidades. Se afirman en hechos históricos fundacionales, y fijan la representatividad simbólica, la síntesis de virtudes colectivas, desde la singularidad de una u otra personalidad. Todo ello lo cumple la personalidad histórica de Mariana Grajales Cuello.
Objeciones por criterio categorial
Hay compañeros que en lugar de la propuesta realizada, utilizan el término de Madre de la Nación. P atria y nación son conceptos cercanos, pero no significan lo mismo. La denominación «nación» pudiera parecer que posee similar o mayor valor honorístico, pero no lo es tal. Hay argumentos históricos, políticos y propiamente premiales.
La nación, como la describe Armando Cristóbal Pérez, es la expresión más compleja de cualquier comunidad humana hasta ahora [14] . Como concepto y entidad, no era un contenido contemporáneo a Mariana, no estuvo en la visión de la madre de los Maceo, ni en el imaginario de la mayoría de los héroes que se lanzaron a la manigua a partir de octubre de 1868. Referirse a un contenido precursor de la nación que no existía tampoco es válido. En esta dirección subrayo la insistencia de Pierre Vilar en recordar que «la nación como categoría histórica que es, no puede definirse más que históricamente [15] ¿Por qué hablar de lo que no existía, cuando si está perfectamente probada la historicidad de la categoría patria?
Un dato importante es considerar que ningún Estado latinoamericano y caribeño ha valorado en su honorística el título de Madre de la Nación.
Desde el marxismo y el leninismo, hemos elaborado el concepto de patriotismo socialista -nacionalista e internacionalista-, que es superior en su propuesta a la ideología nacionalista, no porque la niegue, sino por ser un desarrollo, que fue transito nacional revolucionario para muchos patriotas en la república, los que definitivamente bajo el magisterio del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, comprendieron que para ser martianos y nacionalistas consecuentes en la época del imperialismo, debían definitivamente asumirse como socialistas, marxistas y leninistas, y practicar consecuentemente el internacionalismo proletario.
Hoy el concepto de nación se presenta mucho más expandido y ambivalente, que en el siglo XIX o el XX. La vuelta del nacionalismo como interés científico y cultural, es legítima en tanto el marxismo dogmatizado que padecimos subvaloró este escenario de construcción histórica. Pero la vuelta del nacionalismo en perspectiva política -y la actividad premial lo es-, resulta un retroceso ideológico. No olvidemos, además, que no pocas propuestas pretendidamente «holísticas», están sospechosamente emparentadas con el vaciado de la raíz patriótica, que propone la actualización ideológico-burguesa en curso en el mundo en que vivimos [16] .
A diferencia, el concepto patria, mantiene su esencial, fortaleza política e ideológica. Patria como entidad fundante de la nación, continúa su convocatoria, porque las razones históricas de su existencia no se han agotado: el amor madre a la Patria –tal como lo definiera José Martí en Abdala, a los 15 años de edad–sigue invocando de manera inobjetable.
Objeciones por desconfianza
Son varias las desconfianzas, todas de índole política. Hay compañeros preocupados no por el reconocimiento que consideran justo a Mariana, sino porque el mismo deje abierta una brecha para la improvisación y la depauperación de la honorística revolucionaria. Sostener que el otorgamiento de la condición de Madre y Padre de la Patria, como otros pendientes en el caso de los Héroes Nacionales, obligarían a oficializar los calificativos atribuidos a cada uno de los integrantes de nuestro panteón de héroes y mártires, resulta una elucubración que carece de objetividad . Se trata de una afirmación que no conoce y no tiene en cuenta , lo extremadamente cuidadosa que es la Ley cubana, para en establecer quién puede aprobar y quien proponer los títulos honoríficos.
Necesidad de estudio
Resulta evidente la existencia de un desconocimiento de partida de los conceptos claves -de la teoría y metodología- de la disciplina premial, por eso se confunde lo que representa un título honorífico (Padre y Madre de la Patria) y lo que es un epíteto (Titán de Bronce. Apóstol y otros). La disciplina premial es la ciencia -con la misma dignidad que la Historia en su campo-, que estudia y norma la formación y otorgamientos de premios. Que se desconozca, no es asunto que invalide una propuesta, lo que debe ser es acicate para estudiar lo que dicen sus principios teóricos y prácticos.
No puede ser un camino válido, el rechazo sin estudio, sin realizar una evaluación de lo que se hace en el mundo, y en primer lugar con la historia y el estado del derecho premial, en la tradición de pueblos que como los latinoamericanos y caribeños, tienen similar cultura e historia. Al propósito que nos ocupa, hay que recordar que los parlamentos caribeños y latinoamericanos, desde la época de la independencia se han pronunciado por otorgar títulos honoríficos a sus héroes más significativos. Los más recurrentes han sido Libertador, Madre y Padre de la Patria y Héroe Nacional. Y tal cuestión no es asunto pasado. Aún está reciente la batalla de ideas del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, por rescatar y honrar en el 2010, a la Libertadora y Generala Manuela «Manuelita» Sáenz Aizpuru. Y sin dudas, como es la voluntad de los patriotas puertorriqueños, el futuro parlamento libre y soberano de la hermana nación, declarará Madre de la Patria a la heroína independentista Dolores «Lolita» Lebrón Sotomayor .
¿Qué se opone a una toma de decisión sobre la Madre de la Patria?
Transcurrió el 2014, y prácticamente la mitad del 2015, sin que la Comisión creada en el XXI Congreso, promoviera la fundamentación entregada por la UNHIC de La Habana [17] , ni fijara reunión alguna para iniciar un debate sobre los argumentos que sustentan la propuesta, y los que se levantan en contra. La excelente iniciativa de la Editorial de Ciencias Sociales, de convocar con el coauspicio de la UNHIC, a un panel con el título «Homenaje a Mariana Grajales por el bicentenario de su natalicio», como parte del Encuentro de Historiadores, en la pasada Feria Internacional del Libro de La Habana, en febrero del presente, tuvo como hecho realmente significativo que -por más que se insistió desde el público participante-, no se abriera el debate sobre Mariana, Madre de la Patria [18] .
El asunto que hemos propuesto atañe a todos los cubanos y cubanas. No hay que esperar por el acuerdo «entre cientistas», para hacer del debate «académico», un asunto de opinión pública, de toma de partido, sobre la base de dar a conocer los elementos de sustentación de cada posición. No hacerlo limita, frena. Quienes tenemos opiniones en una u otra dirección debemos ponerlas al alcance de todos y todas, y esta es una responsabilidad tanto personal de quienes proponen y objetan, como de las asociaciones, colectivos científicos e instituciones académicas.
En voluntad de comunicar, hemos tenido a nuestra disposición los medios digitales, y la activa blogosfera revolucionaria cubana, siempre atenta al debate y el enriquecimiento informativo, pero el camino hacia los «grandes» medios masivos continúa escabroso y muy poco accesible: ¿Por qué en la prensa escrita y la televisión nacional, no hay una sola mención sobre la propuesta de Mariana Grajales Cuello Madre de la Patria? [19] ¿Cómo aspirar a que el tema fluya desde el pueblo, sin que nuestra prensa partidista y gubernamental lo coloque como tema de opinión, para que cada ciudadano y ciudadana pueda formarse su propio criterio, y más, sea parte del debate en los que son «sus medios»?
El pasado 20 de mayo, con los recursos propios del proyecto socio cultural cooperativo Galería 14 de Junio , del barrio de Cayo Hueso, en el municipio de Centro Habana, iniciativa del movimiento de cultura comunitaria que impulsa la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), se hizo la premier del documental Mariana Grajales [20] . Sin embargo, parece que vamos a llegar al Bicentenario el próximo 12 de julio, sin que el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC), los Ministerios de Educación, y otros poseedores de los recursos del Estado, se hayan pronunciado por llevar al poderoso soporte audiovisual -financiar y producir-, la trascendental efeméride.
La Primera Conferencia Nacional del Partido, en el 2012, se pronunció por garantizar que los medios de comunicación masiva, se apoyen en criterios y estudios científicos, sean una plataforma eficaz de expresión para la cultura y el debate, y ofrezcan caminos al conocimiento, al análisis y al ejercicio permanente de la opinión [21] : ¿Cómo no enterarse que se desarrolla un debate de ciencia y conciencia sobre la condición de Mariana Grajales Cuello como Madre de la Patria, y proporcionarle espacio, atención?
Hay amor y patriotismo desbordante en este país, y de hecho -aunque nuestros adversarios digan lo contrario-, se hace mucho y muy bien. Con orgullo confirmo el masivo movimiento de historiadores e historiadoras que impulsa la UNHIC, que hoy se desborda en notables resultados de ciencia y acciones educativas por todo el archipiélago. Nuestra prensa nacional, la televisión y los medios más masivos, reaccionan, y cada día observo que crece lo que se necesita. Pero aún las resistencias vienen de los estilos viejos del pensar y el hacer burocrático, y en mi opinión en el tema de Mariana Grajales Cuello, Madre de la Patria, las asociaciones e instituciones académicas correspondientes, el Partido y el Estado, no han hecho aún todo lo que tenemos que hacer.
El hecho principal, es que no hemos logrado desplegar desde l as Comisiones creadas para conmemorar el Bicentenario de Mariana, un real movimiento de ideas con base popular, escolar, estudiantil, juvenil, obrera, y barrial. Esos arquetipos de padre y madre, de hijos e hijas, de familia, de trabajadores rigurosos, y patriotas cultos e intransigentes, de los Maceo Grajales, de sus acciones y pensamiento, Mariana Grajales Cuello, heroína representativa de la mujer y la madre cubana, la Madre de la Patria, aún reclaman de un mayor reencuentro con la actual sociedad cubana. La buena noticia es que estamos a tiempo de hacer lo que la historia, la necesidad de la lucha ideológico-cultural revolucionaria, y el honor de patriotas nos demandan.
[1] Luis Acosta Brehal: Intervención en la Mesa Redonda: La familia Maceo-Grajales: Historia, ética y cultura, Memorias del XVI Congreso Nacional de Historia, Santiago de Cuba, 26 de noviembre al 1ro de diciembre del 2001, Santiago de Cuba, Editorial Oriente, 2004, p 150.
[2] Ver: Objetivo No. 64. En: Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba : Objetivos de trabajo del Partido Comunista de Cuba aprobados por la Primera Conferencia Nacional, La Habana, 29 de enero de 2012, Editora Política, La Habana, 2012, p 7.
[3] José Martí Pérez: Mariana Maceo, Patria, 12 de diciembre de 1893, en Obras Completas, Ob. cit., tomo V, p 26
[4] Ángel L. Beltrán Calunga: Proponen a Mariana, Madre de la Patria, El Cubano Libre, Santiago de Cuba, 1 de diciembre del 2001, p 1
[5] Memorias del XVI Congreso Nacional de Historia, Ob. Cit., pp 19-25
[6] La Academia de la Historia de Cuba, a solicitud del Consejo de Estado y del Departamento Ideológico del Comité Central del PCC, realizó un dictamen con fecha 13 de marzo del 2013, que conocemos gracias a la amable gestión del Dr. Armando Hart Dávalos, Director del Programa Martiano y del Dr. Eduardo Torres Cuevas, Presidente de la Academia de la Historia de Cuba.
[7] J oel Mourlot Mercaderes: La «Madre de Cuba», la «Madre de la Patria «…, Periódico Sierra Maestra, Santiago de Cuba, 27 de Noviembre de 2012,
[8] Unión Nacional de Historiadores de Cuba. La Habana: Resolución sobre la propuesta de constitución de una Comisión Nacional Preparatoria para conmemoración del Bicentenario del nacimiento de la Madre de la Patria Mariana Grajales Cuello. La pertinencia del concepto de Madre de la Patria y la ratificación del acuerdo de otorgar tan alto título a Mariana Grajales Cuello. La propuesta de que el Estado revolucionario cubano reconozca los títulos de «Madre de la Patria» y «Padre de la Patria» a favor de Mariana Grajales Cuello y Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, La Habana, enero del 2014.
[9] Ver: Raquel Vinat de la Mata: «A cien años de una experiencia (participación fémina en la lucha independentista cubana, 1895-1898)», Cuadernos cubanos de Historia 1, La Habana, Editora Política, 1998, p. 109-119.
[10] Edad, situación social, color de la piel, estado civil, tipo de familia, región geográfica y político social, incorporación y permanencia personal en la guerra (en la manigua y/o la labor clandestina), incorporación de la familia (esposo, hijos), grados militares alcanzados, impacto de su acción entre sus contemporáneos, representatividad política en la época, trascendencia de su personalidad en la tradición histórica.
[11] Ver: José Martí Pérez: Mariana Maceo, Patria, 12 de diciembre de 1893, en Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1963, tomo V, p 26; La madre de los Maceo, Patria, 6 de enero de 1894, en Obras Completas, Editora Nacional de Cuba, La Habana, 1963, tomo V, p 27. El encuentro de Martí con la heroína Mariana ha sido tratado recientemente por Damaris Torres Elers. Ver: 120 años del encuentro de José Martí en Jamaica con Mariana Grajales y María Cabrales, Sierra Maestra, Santiago de Cuba, 14 de octubre de 1912, p 4.
[12] Ver: Discurso pronunciado por el Comandante Fidel Castro Ruz, primer ministro del Gobierno Revolucionario, en el acto de fusión de todas las organizaciones femeninas revolucionarias. Salón-Teatro de la CTC, 23 de agosto de 1960. Departamento de Versiones Taquigráficas del Gobierno Revolucionario, La Habana, 1960.
[13] Ver: Artículo No. 9, inciso b) de la Constitución de la República de Cuba. Gaceta Oficial de la República de Cuba, edición Extraordinaria número 3 de 31 de enero de 2003.
[14] Armando Cristóbal Pérez: El Estado-nación. su origen y constitución. un tema de metapolitología, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2008, p 153.
[15] P. Vilar: Hidalgos, amotinados, guerrilleros. Pueblo y poderes en la Historia de España, Crítica, Barcelona, 1982, pp. 283-284.
[16] Ver: Felipe de J. Pérez Cruz y Juana Rosales García: La preservación de la unidad nacional como premisa de la transición de la sociedad cubana actual hacia un nuevo modelo de desarrollo socialista. Informe Final (2011-2014). Proyecto de investigación Cuba en el siglo XXI. Hacia un nuevo modelo de desarrollo socialista: fundamentos, contradicciones, desafíos, perspectivas (2011-2014), Instituto de Filosofía, La Habana, 2014.
[17] Felipe de J. Pérez Cruz: Marian Grajales Cuello: Madre de la Patria. Fundamentación de la Propuesta, Unión Nacional de Historiadores de Cuba. Congreso Provincial de Historia de La Habana, La Habana, enero del 2014 (folleto), 17 pp
[18] Ver: Colectivo de Autores: Panel Homenaje a Mariana Grajales por el bicentenario de su natalicio», Encuentro de Historiadores. Feria Internacional del Libro de la Habana, 13 de febrero del 2014 (Material en video).
[19] En terminación este artículo, en el Programa » La familia y valores Sobre la Mesa «, de la Mesa Redonda de la Televisión Cubana ( 22 Mayo del 2015 ), la periodista Arleen Rodríguez Derivet, hizo mención al debate sobre Mariana Madre de la Patria: ¡En hora buena!
[20] » M ariana Grajales» , con 16 minutos de duración, de los realizadores Leandro y Liván González Cupull , de Auca Producciones, una iniciativa familiar de rescate de la memoria histórica, promovida por los coordinadores de la UNEAC, historiadores Adys Cupull y Froilán González.
[21] Ver: Objetivo No. 71. En: Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba : Objetivos de trabajo del Partido Comunista de Cuba aprobados por la Primera Conferencia Nacional. Ob. Cit., p 7
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