Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Nadia Hasan y revisado por Caty R.
Estoy bastante segura de que existo.
Lo dijo Descartes y antes Ibn Sina. Y cuando mi hijo me saca de cama al alba para jugar con él, realmente sé que existo.
Así que se pueden imaginar la consternación que me produjo que una gran aerolínea pusiera en duda mi existencia.
Después de reservar online un vuelo con la compañía British Airways desde el Cairo (el aeropuerto accesible más cercano para los palestinos aquí, a ocho horas de viaje y un puesto fronterizo desde Gaza), intenté introducir mis «datos personales», incluyendo mi nacionalidad y país de residencia.
Lo normal es realizar este trámite en un par de segundos, pero si eres portador de un pasaporte de la Autoridad Palestina (el cual solamente se puede adquirir a través de un documento de identidad emitido por Israel), te acostumbras a lidiar con complicaciones kafkianas en materias rutinarias.
Por supuesto, en la lista de países del menú, encontré el Territorio Británico en el Océano Índico, la Isla del Hombre e incluso Tuvalu, pero no Palestina.
Ahora entiendo que «Palestina» no existe en ningún mapa occidental, sin embargo me habría conformado con Territorios Palestinos (aunque Bantustantes Palestinos sería más apropiado), la Franja de Gaza y Cisjordania o incluso Autoridad Palestina, como señala mi pasaporte «de conformidad con los acuerdos de Oslo».
Pero ninguna de estas opciones existía. Y al parecer, yo tampoco.
Estaba confundida. Pensé, ¿De qué parte del mundo es Laila El-Haddad si no es de Palestina? Ciertamente no de Israel (como, casualmente, sugieren muchas representaciones de servicios al cliente).
Envié un correo electrónico de reclamación a BA, sugiriéndoles humildemente que enmendasen la omisión. Unos días después llegó la respuesta: «No estamos en condiciones de ayudarle en la petición que nos envió por correo electrónico… por favor póngase en contacto con el departamento general de consultas en ba.com y luego seleccione su país en la lista del menú.»
Frustrada envié otro correo electrónico y me dijeron que contactara con el «departamento general de consultas más cercano» (si tomo eso literalmente el departamento sería el de Tel Aviv). Opté por el servicio al cliente en Reino Unido, cuyo ayudante del sitio web me dijo que no me ofrecía ninguna garantía de que recibiera una respuesta clara.
Le conté la historia a una amiga, cuyo estatus de jerusalemita oriental es incluso más precario que el mío como residente en Gaza después de la desconexión «¿Podría ser, me dijo, que no haya una respuesta clara debido a que no somos considerados claramente personas?»
Dejaré esto para que lo responda British Airways.
La periodista independiente y blogger, Leila El-Haddad, vive en la ciudad de Gaza.
Nadia Hasan es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala ( www.tlaxcala.es ), la red de traductores por la diversidad lingüística. Caty R. es miembro del colectivo de Rebelión. Esta traducción es copyleft.