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Convocatoria. Sábado, 25 de abril

Merecido y justo homenaje a Albert Escofet

Fuentes: Rebelión

A ojos de Marx, la conquista más importante tal vez de la revolución proletaria debía ser lo que él denominaba “la degradante división del trabajo intelectual y el trabajo manual”. La abolición de esta división degradante se puede y se debe preparar desde ahora. A este efecto es preciso, en primer lugar, dar a los obreros el poder de manejar el lenguaje, y en particular el lenguaje escrito. Este poder para usar el lenguaje, que en realidad ha mantenido hasta la sociedad actual el prestigio que poseía en el tiempo de la magia, dejarán de respetarlo los trabajadores desde el momento en que lo adquieran. Hay que preparar además la unión del trabajo intelectual y del trabajo manual, haciendo comprender a los trabajadores, en la medida en que sea posible, la íntima relación que existe entre el trabajo y los conocimientos teóricos de todo género que ha adquirido la humanidad en el curso de los siglos. Es necesario, por último, que el estudio de la economía política, y de la doctrina marxista en particular, ayude a los obreros a tomar conciencia de una manera tan precisa como sea posible del lugar que ocupan en la sociedad actual. Esa es la tarea que el Comité de Estudios debe esforzarse en realizar.

Simone Weil (1931)

Citemos de nuevo a Brecht, el poema con el que Silvio Rodríguez abría su “Sueño de serpientes”: “Hay hombres que luchan un día y son buenos./ Hay otros que luchan un año y son mejores./ Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos./ Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”. Uno de esos seres humanos imprescindibles, Albert Escofet, se nos fue el pasado 14 de abril, un día que él, como sabemos, sentía en lo más hondo. Hemos hablado de ello: https://rebelion.org/wp-content/uploads/2020/04/escofet3.pdf.

“Brindaremos por los que se fueron sin despedida, canta Rozalén en “Aves enjauladas” (https://www.eldiario.es/cultura/musica/Aves-enjauladas-Rozalen-define-coronavirus_0_1017349352.html). Y tiene razón, ¡duele en el alma! Albert, que mantuvo como punto esencial a lo largo de toda su vida la idea (de la cita inicial) que ya en 1931 defendía una jovencísima -22 años!- Simone Weil, también se nos fue sin que sus amigos y compañeros pudiésemos despedirle como se merecía. Empero, ahora, unos días más tarde, vamos a poder acompañarle con los medios que tenemos a nuestra disposición.

Sus familiares más próximos, sus amigos, han organizado un homenaje que se celebrará el próximo sábado 25 de abril. Está pensado para todos, para todas, sin exclusiones. Lo apoyan colectivos y organizaciones de las que Albert formó parte de manera muy, muy activa. Podemos asistir todos. Es fácil, muy fácil, basta conectarse el próximo sábado, a las 12 horas, a https://meet.jit.si/albertescofet.

La semilla que sembró Albert, se dice en el cartel de la convocatoria, se mantiene viva en el corazón de los que le acompañamos. Que así sea, für ewig, para siempre, como decía Pascoli y nos recordó, en su Antología de Gramsci, Manuel Sacristán, uno de sus referentes, uno de sus maestros.

¡Perdón, me olvidaba! No es una mera conjetura, es una convicción profunda: sé que Albert se siente muy feliz en estos momentos sabiendo que este homenaje (que él, seguro, interpretará como un homenaje compartido con los que están en primera línea de ayuda, solidaridad y resistencia) se celebrará un 25 de abril, otro de sus días, un día de emancipación del pueblo portugués (y de todos los pueblos del mundo, también del nuestro) que también sentía profundamente. Seguro que Albert se une a nuestro cantos de fraternidad en terra de fraternidade,

y grita emocionado, con nosotros y con José Zeca Afonso, 25 de abril sempre, 25 de abril sempre, 25 de abril sempre!