Traducido del inglés por Carlos Sanchis
Esta tarde los militares israelíes mataron a Mohammad Qadus, de 16 años y de Iraq Burin, un pueblo al sur de Nablus, con una ráfaga de fuego real que le alcanzó en el corazón. Un segundo joven, Asaud Qadus, de 19 años, fue gravemente herido tras haberle disparado a la cabeza. Mohammad estaba tratando de poner a salvo a Asaud cuando le tirotearon.
Hoy, igual que todos los sábados en las últimas semanas, los colonos del asentamiento de Bracha atacaron el pueblo de Iraq Burin. La comunidad de unas 600 personas ha perdido unos 100.000 metros cuadrados arrebatados por los colonos que exigen más tierras.
Testigos presenciales informan de que hoy el número de colonos y militares israelíes era inusualmente alto. Hacia el mediodía, colonos y soldados invadieron el pueblo.
La gente salió de sus casas para defender su pueblo y se desató un forcejeo. Los militares tomaron posiciones con varios jeeps en puntos estratégicos y persiguieron a los jóvenes por las calles de Iraq Burin.
Dispararon gases lacrimógenos, granadas sónicas y munición real indiscriminadamente a casas y personas. Asaud Qadus fue alcanzado por munición real en la cabeza. El joven Mohammad corrió para llevar al joven herido a un lugar seguro pero él mismo fue alcanzado en el corazón por fuego real.
A médicos y ambulancias les impidieron entrar a la pequeña comunidad. Solamente tras un largo tiempo permitieron que ambos jóvenes fueran llevados desde el pueblo a un hospital en coches particulares. A Mohammad le certificaron la muerte a la llegada al centro hospitalario en Nablús mientras que Asaud todavía está en estado crítico.
Dos personas fueron arrestadas pero todavía no se conocen más detalles sobre ellos.
Política de disparar a matar
Mohammad ha sido la última víctima por disparos mientras protestaba desde que Bassem Abu Rahmah, de 31 años, resultó muerto por un bote de gas a gran velocidad en Bi’lin el pasado mes de abril. Su muerte llega sólo dos semanas después de que a Ehab Barghouti, un muchacho de 14 años del pueblo de Nabi Saleh, cerca de Ramallah, los militares israelíes le dispararan en la cabeza con una bala recubierta de goma, el 5 de marzo de 2010. Todavía está en estado crítico.
Matar niños con munición real no es un accidente, es un crimen. De las 16 personas muertas por los militares israelíes en relación a las protestas contra el Muro desde 2002, la mitad estaban por debajo de los 18 años de edad.
El modelo de matanzas relacionadas con las protestas en contra del Muro muestra que las fuerzas de ocupación toman parte en ciclos de matanzas: durante una ola de muertes en 2004/2005 fueron 8 los muertos, después entre julio de 2008 y abril de 2009, fueron 6. Es muy probable que ésta sea exactamente otra ola de matanzas.
Esta política, sistemática y criminal, contra nuestro pueblo es un crimen de guerra y apoya a los colonos en el robo de tierra palestina. Israel continuará su política de disparar a matar contra nuestros niños y jóvenes hasta que la comunidad internacional empiece a exigirle responsabilidades por sus crímenes.
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