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Mujeres lesbianas, salud a costa de prejuicios

Fuentes: SEMlac

Estereotipos y prejuicios lesbofóbicos afectan el acceso y la calidad de la atención en salud de mujeres lesbianas en Cuba. «Hay mujeres lesbianas que temen ir al médico y pasan años y años sin atenderse. Los médicos te dicen cosas feas cuando ven que no repites el prototipo clásico de mujer pintada y con tacones, […]

Estereotipos y prejuicios lesbofóbicos afectan el acceso y la calidad de la atención en salud de mujeres lesbianas en Cuba.

«Hay mujeres lesbianas que temen ir al médico y pasan años y años sin atenderse. Los médicos te dicen cosas feas cuando ven que no repites el prototipo clásico de mujer pintada y con tacones, y eso es duro. Entonces, ante ese rechazo, la persona no va más a la consulta», dice Isbrailda Ruiz Bell a SEMlac.

Ruiz Bell es activista e integrante del colectivo de mujeres lesbianas y bisexuales Las Isabelas, en la provincia Santiago de Cuba, a 762 km de la capital. Según su experiencia, los estereotipos y ofensas pueden encontrarse en distintas consultas médicas, pero en algunas existe mayor maltrato.

«La consulta de ginecología es un servicio donde la mujer lesbiana es más agredida. Por ejemplo, debieran pedir el consentimiento para que estudiantes asistan al examen físico, pero eso no sucede», afirma Ruiz Bell.

En Cuba la atención médica es universal y gratuita y se desarrollan programas para la detección temprana de cáncer de mama y cérvico uterino, enfermedades que según el Anuario de Salud de 2018 se encuentran entre las de mayor mortalidad para las cubanas.

Según cifras oficiales, 25 por ciento de las pacientes con cáncer de mama, el más mortal para las mujeres en Cuba, llegan al sistema de salud en estadios avanzados de la enfermedad.

¿Cuántas de ellas son mujeres lesbianas? No es posible saberlo: las estadísticas e investigaciones públicas no las incluyen en los registros de salud, aunque, desde hace varios años, distintos testimonios apuntan a que este grupo poblacional presenta una asistencia tardía a las consultas y sufre malas prácticas médicas.

Activistas entrevistadas por SEMlac identifican la falta de información y el temor al rechazo como las principales causas que alejan a las mujeres lesbianas de los servicios médicos y, por tanto, las ponen en una situación vulnerable frente a las enfermedades.

Entre los principales problemas aparecen la baja percepción de riesgo ante las infecciones de transmisión sexual, el escaso autocuidado y prevención del cáncer cérvico uterino y de mama, además de depresión y ansiedad producto de la discriminación lesbofóbica.

«Un factor importante es el miedo que se tiene a ir a los centros de salud pública, porque el personal médico no tiene el conocimiento necesario para tratar a una persona no heterosexual. Entonces, las personas se predisponen y dicen: para qué voy al médico si me van a tratar de una forma brusca o me van a poner el espéculo de una manera desagradable para hacerme sentir mal», opina Idalia Rivero Alarcón, de la Red de Mujeres lesbianas y Bisexuales en Bayamo, provincia Granma.

Según Rivero, el código hipocrático que mandata el principio de no maleficiencia debiera bastar para ofrecer una atención adecuada y ética, pero la activista reconoce que hace falta formación en el personal médico e información y preparación en los grupos de mujeres lesbianas.

«Que seas profesional no implica que tengas conocimientos sobre estos temas, ni tan siquiera que tengas una cultura de respeto. Tener instrucción no significa que seas buen ser humano», reflexiona la activista.

Los costos de estos prejuicios y malos tratos pueden ser nefastos para algunas.

«Hay mujeres a quienes se les han descubierto enfermedades en estadios muy avanzados por miedo a ser rechazadas en una institución médica, te lo digo por experiencias cercanas y también porque lo hemos visto en los talleres que organizan Las Isabelas», recuerda Ruiz Bell.

Salud y bienestar… una cuestión de derecho y políticas    
Al sistema de salud cubano, de cobertura universalidad, se le destina el mayor porcentaje del presupuesto estatal, pero especialistas insisten en mirar a quienes quedan fuera de sus beneficios o sufren discriminación.

«La invisibilidad de las mujeres lesbianas en las políticas de salud, la presencia de prejuicios y la falta de capacitación han provocado una desatención de su salud sexual», son las primeras líneas que aparecen el artículo Programa de superación «Salud sexual de las mujeres lesbianas» dirigido a profesionales de la salud del municipio de Lajas, publicado por la revista Sexología y Sociedad en 2019.

El artículo resume los resultados de investigación de Omar Frómeta Rodríguez, María Isabel Romero Sarduy y Tania Maité Ponce Laguardia, quienes de 2015 a 2018 trabajaron con profesionales de la salud y mujeres lesbianas en el municipio Lajas, en Villa Clara, a 260 km de La Habana.

El estudio incluyó a 25 mujeres lesbianas y 153 profesionales de la atención primaria de salud. De estos últimos, 52 por ciento denota prejuicios y estereotipos en relación con la homosexualidad femenina, como «algo que no debería ser», considerarla «una desviación» o sostener que «lo natural es la unión entre un hombre y una mujer».

En tanto, 31 porciento refiere que no acepta la homosexualidad femenina, «lo que limita el respeto e interés positivo hacia estas mujeres, con el fin de que se genere un clima de seguridad que permita a estas pacientes explorar en su interior y exponer sin miedos sus necesidades a la hora de solicitar los servicios de salud», acotan los autores.

El 92 por ciento de los profesionales señalaron no haber sido capacitados en temas de diversidad sexual y salud sexual, mientras que «un porcentaje similar desconocía las necesidades de salud y las barreras percibidas por las mujeres lesbianas para el acceso a los servicios de salud», indica el artículo citado.

El estudio confirma lo que los testimonios denuncian: «La gran mayoría de las mujeres expresa haber recibido una atención diferenciada, matizada por prejuicios y estereotipos, actitudes expresadas en gestos y un lenguaje corporal rígido, poco cordial y carente de simpatía, lo cual se convierte en un obstáculo que limita su asistencia a consultas especializadas de salud», suscriben sus autores.

Pese a que la mayoría del personal de salud encuestado mostró prejuicios lesbofóbicos, la totalidad de la muestra estuvo a favor de recibir información.

La investigación territorial aporta un programa de capacitación para profesionales de la localidad. La propuesta se basa en el conocimiento y las voces de las mujeres lesbianas, sus necesidades, prácticas sexuales y aborda también los prejuicios, estereotipos y la discriminación por orientación sexual.

Sin embargo, especialistas y activistas en la isla resaltan la importancia de sensibilizar y capacitar desde una perspectiva de derechos humanos, por ser punto de partida para el bienestar y, por tanto, la salud.

Para el jurista Manuel Vázquez Seijido, subdirector del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), el estado de bienestar implica el disfrute de la sexualidad en sus variadas expresiones, por lo que es fundamental reconocer y garantizar los derechos sexuales, interpretados a la luz del principio de igualdad y no discriminación.

«Numerosas investigaciones y reportes de instituciones estatales y de la sociedad civil han brindado información sobre el estado de vulneración de estos derechos como resultado de contextos violentos, en particular de las violencias ejercidas por motivo de orientación sexual e identidad de género», refiere.

En su artículo Derechos sexuales y violencia de género: algunas aproximaciones a la problemática de la violencia hacia personas LGBTI1 en Cuba, el subdirector del Cenesex reconoce que «la homofobia y la transfobia han resultado, entre otros elementos, alto muro ante el reconocimiento amplio de los derechos».