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Mundo islámico dividido, como de costumbre

Fuentes: IPS

El bombardeo israelí contra Líbano no es prenda de unidad en el mundo musulmán, a pesar del consenso en las demandas de un inmediato cese del fuego y de una intervención de la ONU. El bombardeo de Líbano continuó y un cese del fuego no está a la vista, lo que deja en claro que […]

El bombardeo israelí contra Líbano no es prenda de unidad en el mundo musulmán, a pesar del consenso en las demandas de un inmediato cese del fuego y de una intervención de la ONU.

El bombardeo de Líbano continuó y un cese del fuego no está a la vista, lo que deja en claro que las diatribas en la cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica en Malasia la semana pasada no impresionaron ni a Israel ni a quienes lo respaldan, Estados Unidos y Gran Bretaña.

«La declaración de la Conferencia Islámica es otra voz que reforzará el coro de voces contra el bombardeo», dijo Chandra Muzzafar, presidente del Movimiento Internacional por un Mundo Justo, con sede en Kuala Lumpur, en una entrevista con Radio Singapur.

Importantes naciones musulmanas, entre ellas Indonesia, Irán, Pakistán y Turquía, declararon su apoyo al pueblo libanés «en su legítima y valiente resistencia contra la agresión israelí».

«Reclamamos que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cumpla con su responsabilidad, decidiendo y aplicando un cese del fuego inmediato y completo», señaló la Conferencia Islámica.

Muzzafar dijo que la declaración de este bloque de 57 países musulmanes tenía cierto «valor moral», pero que más allá del mismo no pensaba que condujera a acciones concretas ni que obligara a las grandes potencias a actuar en consecuencia.

Como otros académicos y analistas políticos, Muzzafar siente que, más allá de las declaraciones de miembros de la Conferencia Islámica, es improbable que se persiga una acción concreta.

«Y esto es así por la muy importante razón de que algunos de los principales estados musulmanes, como Arabia Saudita, están muy cercanos a Washington y Londres», dijo Muzzafar, resumiendo los profundos disensos existentes en la Conferencia Islámica.

La reunión estuvo, en efecto, dividida. Los países chiitas, especialmente Irán, asumieron una posición de línea dura y reclamaron la «eliminación» de Israel de la faz de la tierra.

Pero a países sunitas moderados, como Malasia e Indonesia, les alcanzó con reclamar un cese del fuego inmediato que sea seguido por una misión de paz encabezada por la ONU.

El presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad dijo a sus pares de la Conferencia Islámica, en reuniones a puertas cerradas, que solamente la eliminación de Israel podría resolver la actual crisis.

«La cura real para el conflicto es la eliminación del régimen sionista, pero primero debería haber un cese del fuego inmediato», expresó, según la prensa iraní.

Sin embargo, naciones musulmanas moderadas siguen demandando un alto al fuego inmediato y Malasia ya comprometió 1.000 efectivos militares para una fuerza de paz en Líbano.

El ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Khurshid Kasuri, dijo que la ofensiva israelí había enfurecido a los musulmanes de todo el mundo. «Un sentimiento muy negativo se está suscitando en las calles. No queremos un choque de civilizaciones».

Como principal aliado de Estados Unidos en la región, Pakistán es un socio activo en la «guerra contra el terrorismo» en Afganistán y ya tiene que lidiar con una creciente oposición interna a esta política.

El primer ministro de Malasia, Abdullah Ahmad Badawi, quien presidió la cumbre de la Conferencia Islámica, rechazó luego un ofrecimiento de conversaciones por parte de Israel. Malasia no tiene relaciones diplomáticas con Israel. Indonesia tampoco.

Organizaciones musulmanas, partidos políticos y periódicos malasios condenaron fuertemente el bombardeo y reclamaron que la Conferencia Islámica pasara de la retórica a la acción concreta para ponerle fin.

El partido chiita libanés Hezbolá «no es la organización terrorista que Estados Unidos, Israel y otros alegan que sí es. Las escuelas, clínicas y otras instituciones de bienestar social que dirige y la asistencia que brinda a orfanatos y a los pobres la convierten en mucho más que un grupo armado», dijo el diario semioficial New Straits en un editorial publicado el 3 de agosto.

«También es un influyente partido político con 14 escaños parlamentarios y un ministro en el gabinete libanés», afirmó el periódico, urgiendo a la Conferencia Islámica a actuar.

«En buena parte del mundo musulmán el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, está ganando reconocimiento de parte de los sunitas como guerrero islámico y defensor de la fe», dijo la publicación.

«Si la resistencia de Hezbolá a la agresión israelí demuestra ser el lazo que une a los libaneses de diversas creencias religiosas y filiaciones políticas, no hay razón por la que los miembros de la Conferencia Islámica no deban ser capaces de dejar de lado sus diferencias y hablar y actuar como uno solo», agregó el periódico.

«El sueño de liberar Jerusalén está sin cumplir, y el mundo musulmán sigue estando dividido, débil y pobre. La Conferencia Islámica debería actuar ahora sobre la quema de Beirut para reavivar el espíritu que le dio origen», dijo.

La reunión de la Conferencia Islámica declaró que el continuo bombardeo empujará a musulmanes moderados hacia modos extremos y violentos de buscar justicia.

«La indignación en torno a la ofensiva israelí en Líbano podría disparar una nueva ola de terrorismo», dijo Badawi, presidente de la Conferencia Islámica.

Badawi escribió una carta al presidente George W. Bush solicitando que la Casa Blanca intervenga para hacer que Israel detenga sus bombardeos sobre Líbano. «Espero que Bush nos escuche», dijo, según la agencia oficial de noticias malasia Bernama.

El enojo musulmán mundial por la crisis en Líbano, donde la cantidad de muertos asciende según estimaciones oficiales libanesas a un millar, obligó a la Conferencia Islámica a convocar una reunión de emergencia para decidir sobre una respuesta islámica unificada.

Asistieron miembros clave del bloque de 57 naciones, incluso a quienes, como Pakistán, son aliados de Estados Unidos en su «guerra contra el terrorismo».

También participaron delegados de Arabia Saudita, Azerbaiyán, Bangladesh, Brunei, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Irán, Jordania, Líbano, Palestina, Qatar, Senegal, Siria y Yemen.

Muchos individuos y organizaciones musulmanas se sintieron decepcionados por la reunión de la Conferencia Islámica, que dijeron debería haber ido más allá de «urgir» y «apelar».

«La Conferencia Islámica debería apartarse del viejo paradigma y evolucionar hacia una alianza militar para defender mejor al Islam y a la soberanía de las naciones musulmanas», dijo Salahuddin Ayub, líder del ala juvenil del fundamentalista Partido Islámico Pan Malasio (PAS).

«La Conferencia Islámica se reúne, emite declaraciones y se va, pero la crisis que afecta al mundo musulmán continúa», dijo a IPS. «Ellos también deberían crear un bloque económico como la Unión Europea, para representar y defender mejor a las naciones musulmanas.»

El ex primer ministro de Malasia Mahathir Mohamad (1981-2003), que todavía goza de un amplio apoyo entre los musulmanes, urgió a los países productores de petróleo a ayudar a poner fin a los ataques israelíes interrumpiendo todos los negocios realizados en dólares estadounidenses y libras británicas.

Washington y Londres hacen posible con su apoyo las acciones de los «terroristas» israelíes, dijo Mahathir.

«Solamente un Estados Unidos devastado por la pobreza detendrá las matanzas y la destrucción. No podrá financiar la guerra si es pobre», dijo en una declaración emitida para coincidir con la reunión de emergencia de la Conferencia Islámica.

«Una vez más, el mundo es obligado a mirar sin hacer nada la intransigencia y los brutales modales israelíes en Líbano y Palestina», dijo. «No creo en condenas inútiles porque simplemente serán ignoradas y es tiempo de que el mundo actúe». http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=38291.