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Crónicas desde Palestina

Nablus, una ciudad doblemente ocupada

Fuentes: Rebelión

Nablus es especial. La primera vez que la pisé en aquel verano de 2003 en que los toques de queda eran frecuentes y cruelmente interminables, así lo sentí. Y así lo sigo sintiendo. Sin embargo algo ha cambiado,algo está cambiando. En enero me llamó poderosamente la atención el inusual orden existente en medio del tumultuoso […]

Nablus es especial. La primera vez que la pisé en aquel verano de 2003 en que los toques de queda eran frecuentes y cruelmente interminables, así lo sentí. Y así lo sigo sintiendo. Sin embargo algo ha cambiado,algo está cambiando. En enero me llamó poderosamente la atención el inusual orden existente en medio del tumultuoso trafico en toda la zona del centro de la ciudad: rotondas nuevas, bordes de las aceras de colores, barandillas para que la gente no pase por en medio de las calles. Sin embargo esta vez la sensación ha ido mas allá y he sentido que estaban despojando a la ciudad vieja de Nablus de parte de su esencia; casi, casi, quitándole el corazón. Esta vez los cambios no se han quedado solo en un lavado de cara, no se han quedado solo en unas señales de tráfico nuevas, en más policías en las calles, en más soldados armados (los cuales, por cierto, en base a los acuerdos firmados entre la Autoridad Palestina e Israel, no pueden enfrentarse a las fuerzas de Ocupación y cada vez que entra el ejercito israelí, lo primero que hacen es esconderse debajo de las piedras). No, los cambios esta vez iban mas allá: no hay puestos ambulantes, no hay colorido, no hay gritos de vendedores, no hay colas para acceder al corazón de la ciudad vieja.

Pero lo que más ha impactado es que todas las noches que hemos pasado en Nablus he escuchado algo que no había oído antes: un silencio permanente, aséptico, extraño, sólo roto por los cánticos del imán en la mezquita durante el rezo de la madrugada. La ciudad vieja de Nablus se hizo celebre durante la segunda Intifada por ser el corazón de la resistencia armada, por ser el cobijo de los defensores de su pueblo, puesto que, como he dicho antes, ni las fuerzas de seguridad ni el ejército hacen esa necesaria y obligatoria labor en una situación de ocupación. Durante todas las noches el ejército era combatido en sus prácticamente diarias incursiones a la ciudad vieja y a los campos de refugiados. Y era combatido y en ocasiones repelido por la legítima resistencia armada. Estas noches no ha habido ni un solo tiro y no porque el ejercito israelí no haya entrado en la ciudad, no, han entrado y se han llevado detenidos a dos personas una noche, a tres la otra, a dos concejalas del ayuntamiento, otra. El ejercito israelí sigue llevando a cabo las actividades propias de una potencia ocupante cuyo objetivo final es la limpieza étnica del pueblo al que ocupa. La única diferencia es que, en base al plan de seguridad que la Autoridad Palestina esta aplicando, acordado conjuntamente con Israel, esta vez, estas veces, no hay oposición y las fuerzas de ocupación hacen su trabajo sucio sobre el camino barrido por la Autoridad Palestina. En Annapolis, como en la hoja de Ruta, como en Oslo, la principal exigencia a la Autoridad Palestina era el control, léase la desaparición, de la resistencia armada. Arafat nunca se atrevió a dar ese paso, pero Mahmoud Abbas, más ‘democrático’, ‘pacífico’ y occidentalizado lo ha dado y empezó el verano pasado declarando ilegal la lucha armada, obligándoles a abandonar las armas.

Desde entonces muchas conversaciones se han llevado a cabo entre personas del ejecutivo palestino y algunos representantes de la resistencia armada. La AP ofrecia a todo aquel que depusiera las armas un puesto en las fuerzas de seguridad tras pasar un periodo de varios meses en prisión. Algunos de los integrantes de las Brigadas de AL Aqsa, perteneciente a Al Fatah, aceptaron. Los que no, han tenido que esconderse. Los integrantes de las Brigadas de Abu ALi Mustafa, pertenecientes al FPLP, no aceptaron la orden de Abbas y en enero, durante una semana, las fuerzas de seguridad de la AP tuvieron rodeado el campo de refugiados de Al Ain, núcleo central de esta milicia, presionando a los resistentes para que se rindieran. No lo hicieron y diversas presiones políticas interpalestinas consiguieron deshacer el cerco impuesto en el campo de AL Ain. Ahora también están escondidos. Por primera vez en muchos años hemos podido hacer fotos en la ciudad vieja de Nablus. Ahora ya no ponemos en peligro los escondites de la resistencia, ahora solo son bellas piedras llenas de historia. No es poco, pero quizás tampoco suficiente. El pueblo, en general, se queja, los precios de la comida han subido, la gasolina esta por las nubes, sus salarios cada vez mas bajos, no hay trabajo, más gente traspasa la barrera de la pobreza. Y mientras tanto la AP se dedica a maquillar la ocupación, a disfrazar la situación, a encarcelar a su propia gente, a acabar con una de las formas de resistencia, en vez de centrar todos sus esfuerzos en terminar con la ocupación. El gobernador de Nablus lo dijo muy claro: ‘Empezamos a implementar el Plan de Seguridad por Nablus porque sabíamos que si aquí tenia éxito, podríamos aplicarlo en toda Cisjordania’. Más claro: agua. Los 7.5 billones de dólares que supuestamente iban a darse a la AP para solucionar los problemas del pueblo palestino parece que sólo han sido dedicados a armas nuevas para los cuerpos de seguridad, a nuevos coches, a nuevas infraestructuras para controlar y adocenar al pueblo e incluso han comprado unas motos tremendamente potentes. Y yo me pregunto: ¿para qué? Si no pueden salir ni de su propia ciudad…

Nablus era el corazón de la resistencia armada y entre Israel y la AP han conseguido convertirla en Cisjordania en una mera anécdota. Afortunadamente el pueblo palestino tiene muchas formas de resistir, todas igual de válidas, todas igual de dignas y desde luego su mera existencia es su mayor arma. Pero creo que, desgraciadamente, no deberíamos olvidar que el muro no caerá haciéndole pintadas, ni los colonos se irán tirándoles anacardos, ni los judíos franceses se lo pensaran dos veces antes de venir si aquí los sonidos mas fuertes que se escuchan son los petardos del Tauyini. No, toda resistencia tiene su razón de ser, sus objetivos y sus victorias y si no que se lo pregunten a Hizbula. ¿Alguien se imagina a Israel liberando a Samir Al-Kantar a cambio de unas palmaditas en la espalda? Pudimos ver las imágenes de la liberación en Nablus y fue algo impresionante, realmente increíble. La gente estaba realmente emocionada. Israel sufrió otra derrota a manos de Hizbula, los únicos que le plantan cara, los únicos que le doblegan, los únicos que le obligan a ceder y si lo consiguen, no es, precisamente con flores de colores.