Estos últimos meses, tras la ofensiva contra Gaza y la llegada al poder de un gobierno de coalición de derecha dura, incluyendo la extrema derecha, la libertad de expresión se ha convertido en una piel de zapa, que se reduce progresivamente, en un país en que en el pasado, sin embargo, intelectuales críticos tenían aún […]
Estos últimos meses, tras la ofensiva contra Gaza y la llegada al poder de un gobierno de coalición de derecha dura, incluyendo la extrema derecha, la libertad de expresión se ha convertido en una piel de zapa, que se reduce progresivamente, en un país en que en el pasado, sin embargo, intelectuales críticos tenían aún el derecho a expresar opiniones contrarias a las tesis oficiales.
El 20 de agosto, el universitario israelí Neve Gordon, publicaba un texto de opinión en Los Angeles Times. Es enseñante en la universidad Ben-Gurion del Neguev, que no solo difunde el conocimiento y el saber a los hijos de poblaciones a menudo desheredadas, sino que también ha sido por mucho tiempo un refugio para quienes se ha acabado por llamar los «nuevos historiadores», más bien post-sionistas.
Gordon se sitúa en la movida de la acción no violenta y llama a la presión internacional para poner fin a la ocupación israelí y al «apartheid» que existe en el país. Se ha unido, en esta perspectiva, al movimiento Boicot, desinversiones y sanciones (BDS) lanzado en Bilbao en 2008.
Se puede no estar de acuerdo con las ideas expresadas en el artículo o con las opciones de su autor, pero es difícil identificarse con la ola de histeria que han provocado en Israel.
Si las perspectivas de levantamiento de la ocupación disminuyen y si la desesperación se ha convertido en lo habitual para las poblaciones que la sufren, ¿qué le queda por hacer a un israelí como Gordon, apegado a su país y que no lo abandona, dejando así de lado las opciones fáciles?
Una crispación generalizada
La histeria forma parte de las reacciones en boga que sirven para ocultar los verdaderos problemas, ligados al conflicto israelo-palestino y a la ocupación, que a la larga pueden poner en peligro la existencia del propio Israel.
Estos últimos meses, tras la ofensiva contra Gaza y la llegada al poder de un gobierno de coalición de derecha dura, incluyendo la extrema derecha, la libertad de expresión se ha convertido en una piel de zapa, que se reduce progresivamente en un país en que en el pasado, sin embargo, intelectuales críticos tenían aún el derecho a expresar opiniones contrarias a las tesis oficiales
Las persecuciones contra los miembros de New Profile, una organización que trabaja contra la militarización de la sociedad israelí, los ataques violentos contra militantes no violentos que protestan contra el Muro de separación y la ocupación, el arresto del activista Ezra Nawi, que también sin violencia se oponía a la destrucción de una casa palestina (Neve Gordon forma parte de su comité de apoyo) denotan el pesado clima de tensión que reina en Israel y el endurecimiento consecutivo, que en todos los casos no puede sino ser perjudicial para la libertad de expresión en general.
La universidad israelí ha sido mucho tiempo un remanso de paz para los intelectuales críticos. La situación ha manifiestamente cambiado. La publicación del artículo de Neve Gordon ha suscitado los chantajes de algunos judíos americanos de Los Angeles, que han amenazado con cortar las donaciones a la universidad Ben-Gurion.
El cónsul general de Israel en Los Angeles, por su parte, se ha conmovida por tales riesgos y ha informado de ellos a la presidenta de la Universidad, Rivka Carmi.
¿Crítica prohibida en la universidad?
Ésta no ha dejado de reaccionar, como podía esperarse, haciendo saber que podría prescindir de los servicios de individuos como Neve Gordon. Caracteriza tales actos de «traición» hacia el Estado de Israel. Y precisa que la universidad Ben-Gurión «es una institución sionista que cumple día tras día la visión de David Ben Gurión» (…) «Declaraciones como éstas, que expresan una crítica brutal y devastadora del Estado de Israel, van en contra del excelente trabajo llevado a cabo en la universidad Ben Gurión y en todas las universidades de Israel».
Invita a quienes piensen como Neve Gordon a buscarse otro lugar para su vida personal y profesional.
¿Será despedido Neve Gordon? En cualquier caso, la amenaza está ahí. Y sobre todo la amenaza de hacer callar a todos quienes rechazan la política israelí hacia los palestinos tal como se desarrolla y sus repercusiones inaceptables para los ciudadanos de un país poblado de hombres y mujeres cuyos abuelos sufrieron en el pasado las peores persecuciones.
Esther Benbassa es historiadora, directora de estudios en l´Ecole Pratique des Hautes Etudes
Publicado por Rue89. http://www.rue89.com/passage-benbassa/2009/08/30/israel-neve-gordon-et-les-voix-pacifistes-perdent-la-bataille.
Traducido por Faustino Eguberri para VIENTO SUR de la versión publicada el martes 1 de septiembre de 2009 en http://www.france-palestine.org/article12515.html
La traducción al español del artículo de Neve Gordon se puede encontrar en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=90336
http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/index.php?x=2557