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Maryam Ibrahim sigue retenida en una cárcel de Texas

Niños sin patria

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

«Un hombre sin patria», es lo que la Juez Maryanne Trup Barry llamó al desventurado polizón Salim Yasir, nacido en Palestina, exiliado en Libia y encarcelado en EEUU. Cuatro años después de que se frustrara el intento de Yasir de entrar en EEUU, las autoridades de inmigración todavía siguen afirmando que le van a mantener encarcelado mientras buscan un país que pueda acogerle. Pero la Juez Barry (la hermana mayor de Donald) puso fin a ese purgatorio legal en 2004, cuando legisló que un hombre sin patria también tiene derechos. Yasir podría así dejar la cárcel mientras las autoridades prosiguen con sus agendas ejecutivas.

De algún modo, la historia de Yasir es similar a la que ahora están viviendo tres familias de Texas de origen palestino. Son personas sin patria. Desde Palestina, escaparon a EEUU, a veces a través de otros países. Las autoridades de inmigración les han negado el asilo, han ordenado su deportación y han acabado encarcelándoles por tiempo indefinido en un purgatorio legal mientras se encuentra algún país que les acoja.

Pero las familias de Texas no son polizones. Entraron en EEUU con visados y han vivido siempre existencias públicas en su búsqueda de asilo en EEUU en un intento por mejorar sus condiciones de vida y las de sus familias. La familia Ibrahim, por ejemplo, llegó con cuatro niños, tuvieron un quinto y están esperando un sexto. Para los niños Ibrahim que vivieron en Palestina, los recuerdos no son muy gratos y tienen miedo de regresar a un lugar donde fueron sometidos a innumerables ataques militares.

Maryam Ibrahim tenía dos años en 2002 cuando un bote de gas se estrelló contra su hogar palestino, haciendo que cayera inconsciente por falta de aire. El padre de Maryam, Salaheddin, al suplicar asilo a las autoridades estadounidenses en 2002, testificó que su niña se sentía aterrada con sólo la visión de un uniforme. Sin embargo, las autoridades estadounidenses les negaron el asilo y metieron a Maryam en la cárcel donde los miembros de su familia dicen que no se le permite correr ni por dentro ni por fuera del recinto, y donde cada noche, a las 10 p.m., se la mete en una celda diferente de la que ocupa su madre, que está embarazada. Con frecuencia, Maryam llora. Maryam comparte la celda nocturna con su hermana mayor Rodaina, mientras la hermana más joven, Faten, está en la misma celda que su madre, Hanan. Los miembros de la familia han confirmado que Hanan no está recibiendo atención sanitaria alguna durante su embarazo, pudiéndose arriesgar así la vida del futuro hermano pequeño de Maryam.

A pesar del desprecio casi total de los medios corporativos por la situación -que a menudo informan de las acciones de protesta de Hutto sin mencionar a los palestinos- estas tres familias de Texas están atrayendo la atención de gente solidaria, activistas y abogados de cerca y de lejos. La pasada semana, el miércoles por la tarde, los activistas de Texas se unieron a los residentes locales en la tercera vigilia que se celebró en el exterior del campo-prisión de Don Hutto para familias inmigrantes. Gracias a los documentos públicos obtenidos por el periodista Ben Trollinger del Williamson County Sun, los muchachos pudieron averiguar que el contrato de arrendamiento del condado con Corrections Corporation of America (CCA) expiraría el miércoles 31 de enero.

«Es inmoral mantener niños encarcelados», dijo la residente en el condado Jane Van Praag en el Tribunal de Comisarios del Condado Williamson el pasado martes, estableciendo un punto que piensa repetir el próximo martes, el día anterior a la fecha en expira el contrato de arrendamiento con CCA. «Es una equivocación moral encarcelar a familias completas con sus niños sin agotar otras alternativas que les permitirían estar juntos y asegurar que los inmigrantes puedan asistir a la vista judicial en el departamento de inmigración.»

Mientras tanto, la educación de los niños encarcelados planteó un problema está semana cuando el Departamento de Seguridad Interior manifestó que, tras las protestas que empezaron a mediados de diciembre, las horas de instrucción se aumentarían de una a cuatro. Pero ese aumento no es suficiente para satisfacer a los fiscales del Proyecto de Derechos Civiles de Texas (TCRP, en sus siglas en inglés), que han amenazado con iniciar muy pronto una demanda si no se aumenta a siete horas, como ordena la ley estatal. Los fiscales de TCRP (con quienes trabajo a tiempo parcial) han estado ocupados últimamente con los colegios del condado de Williamson, proporcionando defensa gratuita a cien escolares que estaban siendo perseguidos en los colegios del distrito de Round Rock por haber asistido la primavera pasada a las marchas que hicieron historia a favor de los derechos de los inmigrantes, en lugar de quedarse cruzados de brazos en sus aulas.

En la vigilia del miércoles pasado, la gente continuó hablando de la necesidad de establecer una agenda de resistencia más amplia y no limitarse sólo a los niños de la prisión de Hutto, sino ampliar la acción a todas las prisiones estadounidenses. El empresario Jay J. Johnson-Castro, que fue quien descubrió la fecha en la que expiraba el contrato de arrendamiento entre CCA y el condado, llevó consigo una copia subrayada de la Convención sobre los Derechos de la Infancia.

«Cada uno de los derechos de la infancia que otros países han ratificado está siendo violado en Hutto», dijo Johnson-Castro. «Este es el Derecho Internacional con el que los EEUU no están conformes. La comunidad internacional tiene niveles jurídicos y morales más elevados que EEUU. Y por esa razón EEUU puede hacer lo que quiera con total impunidad.»

Por esa impunidad, al no haber ratificado el tratado, todos los niños de tres familias continúan sufriendo. A Zahra Ibrahim, la quinta niña mencionada al principio -y ciudadana estadounidense- se le ha impedido ver a su madre embarazada desde que las dos fueron separadas a principios de noviembre tras el arresto.

Por igual situación pasan las hijas gemelas de cuatro años de Adel Suleiman y Asma Quddura. Adel, el padre, nació en un campo de refugiados palestinos hace 61 años y está ahora suplicando que de una vez por todas le deporten para poner fin a su solitario confinamiento en una cárcel de la ciudad de Oklahoma. El fiscal de Dallas, John Wheat Gibson, ha manifestado que ese tiempo de confinamiento es al parecer una represalia por las quejas de Suleiman, que trascendieron al público, sobre las apestosas y peligrosas condiciones de otra cárcel del Condado de Oklahoma donde antes se encontraba. Siguiendo los deseos de Suleiman, Gibson ha abandonado las acciones que podrían retrasar la expulsión de la familia de Suleiman, incluida la deportación de dos ciudadanos gemelos de cuatro años. La deportación podría producirse el lunes, dice Riad Hamad, del Fondo para el Bienestar de los Niños Palestinos, con sede en Texas, que ha estado aportando dinero para apoyar a las familias y poder pagar la asistencia legal.

En cuanto a la familia Hazahza, la información está siendo celosamente guardada por el fiscal, pero hemos sabido que cuando Ahmad cumplió hace poco 18 años en Haskell, una prisión para inmigrantes de Texas, no fue sacado de su confinamiento en solitario. Ahmad es el único miembro de estas familias que ha sido citado por tener antecedentes criminales -robo- aunque, curiosamente, la primera noticia que apareció en la prensa sobre su arresto mintió sobre su edad para hacerle pasar por adulto.

Se podría poner fin al trato criminal hacia los niños de estas familias, dice Jonson-Castro, si EEUU suscribiera la Convención sobre los Derechos de la Infancia.

«Ya es hora de que el Congreso muestre de qué pasta está hecho», dice Johnson-Castro. «Hay un elemento dentro del partido republicano cometiendo esta atrocidad y aprovechándose de ello. No pararemos hasta que esta situación termine».

Johson-Castro regresará a la cárcel de Hutto para una cuarta vigilia el 12 de febrero, como parte de las actividades de la caravana por la frontera Marcha Migrante II, que caminará desde San Diego a Brownsville y regreso. Puede que también se incorpore a una manifestación en el cercano Round Rock, en solidaridad con la marcha por los estudiantes procesados.

Los alcaldes de la frontera de Texas apoyan la caravana, dice Johnson-Castro. Y esta, según Steve Taylor del Rio Grande Guardian, fue la mejor respuesta de los alcaldes que Johson-Castro consiguió durante su primera marcha por la frontera, justo antes de las elecciones de noviembre de 2006.

Los alcaldes de la frontera no quieren el muro [con Mexico] y no les gusta el anuncio hecho el 22 de enero por el Gobernador de Texas de que iba a enviar 600 guardias nacionales armados con la misión de patrullar la frontera. Johnson-Castro dice que los alcaldes de la frontera estaban también consternados por la petición del Presidente Bush el 23 de enero de duplicar el número de efectivos de la guardia de frontera.

«El Presidente Bush y el Secretario Chertoff representan el corazón de EEUU de igual modo que el Gobernador Perry y Ted Nugent representan el corazón de Texas», dijo Johnson-Castro.

Ted Nugent se metió él mismo en el escenario central de este circo político cuando se puso una camiseta con la bandera confederada en el baile inaugural del Gobernador de Texas. Nugent niega también haber hecho manifestaciones en contra de los inmigrantes. Pero para el Gobernador de Texas Rick Perry, cuando oyó que la bandera federal no era apreciada por el presidente del NAACP de Texas Gary Blesoe, hizo una llamada telefónica. Pero no fue para pedir disculpas a Bledsoe. En su lugar, llamó a Nugent para presentarle sus condolencias. Es suficiente para hacer que un compañero se avergüence de que el gobernador sea de Texas.

Como la política post-electoral se ha convertido de nuevo en una guerra civil para todo y para todos, parece que los abogados Yankees vendrán a reforzar la lucha por los principios constitucionales en Texas, aunque se trate de aplicárselos a niños que no tienen patria. Por eso es por lo que estamos pendientes en primer lugar de la decisión sobre Yasir. Estén atentos.

N. de T.:

(*) Niños sin patria o con su patria ocupada. Puede consultarse sobre este mismo asunto otro artículo de Greg Moses publicado en Rebelión:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=43699

Greg Moses es editor de «Texas Civil Rights Review» y autor de «Revolution of Consciente: Martin Luther King, Jr. and the Philosoply of Nonviolence». Su análisis sobre los derechos civiles durante los períodos de Clinton y Bush aparece en «Dime’s Worth of Difference», editado por Alexander Cockburn y Jeffrey St. Clair. Su dirección de correo es: [email protected].

Texto original en inglés:

www.counterpunch.org/moses01272007.html

Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión.