Traducción para Rebelión de Loles Oliván.
Revolución, levantamiento, movimiento de protesta, crisis, insurgencia armada, guerra civil, y muchas otras variantes de denominaciones se han utilizado en los últimos 15 meses para describir los acontecimientos de Siria. Ha habido muchos desacuerdos sobre Siria durante este lapso de tiempo pero no hay disensión sobre el hecho de que Siria ha sido el acontecimiento central de la escena política mundial.
Con el aumento del ruido, el debate racional sobre Siria ha sucumbido en una pelea a gritos entre un coro dicotómico cada vez más divergente de pros y contras. Cuanto más se prolonga la violencia, menor se tolera la diferencia de opinión. Pero el problema es que la opinión y la convicción se basan en información falsa, errónea, o en el mejor de los casos, incompleta.
Tratándose de un acontecimiento con tanta cobertura mediática, ha habido y sigue habiendo escasez de información. Haya sido planificada, por comodidad, o simplemente debido a pereza profesional, la cobertura de noticias de Siria ha estado más cerca de la rumorología que del periodismo.
Los medios de comunicación, incluyendo a Al-Ajbar, no han conseguido ofrecer una cobertura periodística correcta sobre Siria. Para racionalizar estas deficiencias se puede alegar que las fuentes son poco fiables, la inaccesibilidad a las áreas con problemas y muchos otros factores. Mientras se estaba produciendo el debate en torno a una línea editorial clara, la publicación que se enorgullece de hacer las cosas de manera diferente se halló a sí misma formando parte del fracaso colectivo de los medios de comunicación al tratar de Siria.
Quince meses después de los acontecimientos, la política editorial de Al-Ajbar es mantener una posición a favor de los derechos básicos del pueblo sirio, por una Siria unida y libre, y en contra de la violencia, el odio, la destrucción y los disturbios civiles. Los sirios deben tener plena soberanía para decidir su camino político sin ningún tipo de injerencia extranjera. Todos los crímenes deben ser investigados y todos los autores, independientemente de sus posiciones, deben rendir cuentas ante una autoridad judicial independiente. Esto se aplica a todos sin excepción.
Sin embargo, el fracaso colectivo de los medios ha sentado las bases para una situación que es grave en Siria, donde solo los absolutos se toleran: o el absoluto aplastamiento de la insurrección, o la destrucción absoluta de un régimen. Se busca la claridad en el más turbio de los ambientes. Pero las respuestas absolutas no existen. Al igual que no es blanco o negro en Iraq, Líbano, Egipto y otros lugares, el panorama político en Siria también está pintado con tonos grises.
Bashar al-Assad no se debe marchar hoy. Bashar al-Assad nunca debería haber sido presidente. Después de todo, los países no son los bienes personales que se transmiten como herencia.
La teoría es simple y hermosa, e incluso puede basarse en principios; la realidad, no tanto.
Es en esta realidad sangrienta donde las apuestas son más elevadas, donde el periodismo de soluciones es más necesario. Se requiere coraje y esfuerzo extra para hacer frente al reto de proporcionar en primer lugar una cobertura de noticias proactiva y alternativa. Cuando se habla de soluciones, se tienen que identificar los problemas. Ambos, soluciones y problemas son plurales. Reducir los problemas a una causa singular no es más que una evasión perezosa. Esto vale tanto para aclamar a alguien como salvador, como para denigrar a una persona como la fuente de todos los males.
Cuando abundan los problemas se necesitan ideas. Sólo en un libre intercambio de ideas se pueden hallar soluciones. Incluso las ideas equivocadas pueden inspirar a las acertadas. La moderna tecnología de la comunicación y las nuevas formas de medios de comunicación que viene con ella han creado una realidad en la que se pueden consultar los puntos de vista. Ignorar el hecho de que existen opiniones contrarias es auto-engañarse.
Sin embargo, cuando se trata de Siria, las fuertes convicciones y la profunda división ha llevado a muchos a la vez a hacer la vista gorda ante los hechos que puedan plantear interrogantes sobre tales convicciones y a desestimar las opiniones que están en desacuerdo con ellas. A menudo se invoca una variación del infierno más profundo de Dante para defender esas posiciones. La censura y la opresión interrumpe los debates pero también los egos humanos y el arte de colocarse siempre por encima de los demás conducen a un callejón sin salida.
Es un momento de crisis. Si la neutralidad no conduce a ningún sitio, la intolerancia del otro y la negativa a debatir desembocan en un camino muy claro; y no es que sea muy bueno.
Jamal Ghosn es editor de Al-Ajbar en lengua inglesa.
Fuente original: http://english.al-akhbar.com/content/al-akhbar-and-syria-no-room-silence