Miembro del Gobierno de Ibarretxe, integrante del Consejo Político para la Normalización y coordinador general de EB, Javier Madrazo ve más próxima la paz que la consecución de la normalización política viendo el panorama en el Estado.
Javier Madrazo (Riaño, 1960) explica que el Ejecutivo de Ibarretxe ha creado el Consejo Político para la Normalización porque «el Gobierno tiene que asumir sus responsabilidades, sin sustituir a los partidos. Cada cual en su ámbito. Todas las ayudas y contribuciones al proceso político que hay que poner en marcha tienen que ser bienvenidas. El Gobierno no tiene intención de hacer la competencia a nadie.Ahí hay un ámbito, el de los derechos humanos y la reconciliación, que son iniciativas que debe promover el Gobierno en el ámbito de sus competencias. Son políticas necesarias en el medio plazo para este país en el que hay tantas heridas abiertas».
¿Hay previstas medidas concretas en ese plano?
Se está trabajando sobre ello. Hay un documento bastante avanzado que espero que se pueda presentar pronto. Y en el terreno de la iniciativa política queremos ser un elemento facilitador, y en la medida que sea necesario hacer una aportación, se hará. Ahí vamos a mantenernos en una actitud prudente, dejando la iniciativa a los partidos. Sabiendo que en la medida de que el proceso requiera un impulso del Gobierno y de este Consejo Político, lo va a tener.
En la presentación del Consejo fijaron un plazo hasta setiembre para ver si se avanzaba y, en caso contrario, intervenir. ¿Qué es lo que ven que está atascado?
Es deseable que las dos mesas de diálogo, la de ETA-Gobierno y la de los partidos políticos, avancen, y por lo que se está viendo no terminan de cuajar. Estamos ya casi en marzo y hemos dicho que 2006 es un año importante. No tenemos un plazo ilimitado ni podemos dejar que el proceso se pudra.
¿Qué puede hacer el Gobierno de Lakua para que eso avance, cuando por ejemplo se está diciendo que mientras no haya una tregua no se puede conformar la mesa de partidos?
Puede y debe hacer todo lo que esté en su mano, sabiendo que nadie tiene la varita mágica.
¿Y qué tiene en su mano el Gobierno autonómico?
De momento, voluntad política de ayudar. No es éste el momento de entrar en concreciones, porque hemos acordado hacer un seguimiento prudente del proceso. Por poder, puede hacer todo. Otra cosa es que los acuerdos y lo logros no dependen sólo del Gobierno, dependen de los agentes intervinientes en el proceso. Pero, insisto, por poder, puede hacer todo, no tiene ningún tipo de límite en sus actuaciones ni ningún terreno que le deba estar vedado.
¿Las explicaciones del presidente del Gobierno español a Gaspar Llamazares han cambiado su forma de ver las cosas?
No exactamente, porque el presidente del Gobierno lo que traslada son sensaciones, voluntades, impresiones, deseos…
Tendrá también datos…
Esas sensaciones están sustentadas supuestamente en datos que, evidentemente, no los va a compartir en términos explícitos y concretos, y es lógico que no lo haga.
Pero Llamazares salió reconfortado de la reunión…
Porque no tenía la expectativa de que fuera a darle los datos de quién se está reuniendo con quién, con qué agenda, con qué orden de día y con qué acta. Eso ni puede ni debe comunicarlo. Pero le vio seguro y confiado en que el proceso podía ir bien. Llegaba a esa conclusión con los datos que maneja, que los saca de las reuniones que pueda tener el PSE con la izquierda abertzale y de las «tomas de temperatura» que pueda hacer el Gobierno a través de los múltiples medios que se supone que tiene, algunos conocidos y otros imaginables.
La reunión se produjo el lunes, después de que se conociera el último comunicado de ETA. El Gobierno español parece estar igual de seguro antes y después de ese comunicado…
El [Rodríguez Zapatero], como ya trasladó el Gobierno, no pensaba que ese comunicado cambiara su percepción de las cosas, en la medida en que este comunicado era lógico en un momento en el que todo el mundo estaba poniendo fecha y lugar para el anuncio del cese de de la violencia.
¿Entendió que pretendía enfriar ese ambiente?
Exactamente. Es un comunicado que lo que buscaba era enfriar las cosas. ETA no va a dar la tregua cuando todos los medios lo están anticipando. Eso no va a ser así. Tiene que haber un punto de novedad o de sorpresa. Eso es evidente.
El Gobierno de Lakua hizo el jueves una declaración muy explícita en torno al derecho de autodeterminación. ¿Es compartida de forma unánime?
Sí. No es una novedad. Hay una posición política muy clara y muy concreta. Se puede decir más alto pero no más claro.
La afirmación de que el derecho a decidir no se negocia, que lo que hay que pactar es su ejercicio, dicha así, sonaba novedosa…
Ya se ha dicho en otras ocasiones que el Gobierno quiere situar el debate de la normalización en ese terreno. No hay otro. No vamos a andar despistando y mareando la perdiz con cuestiones que pueden ser importantes pero que no son lo que toca ahora. La cuestión básica para la normalización es el derecho de decisión y no hay más tela que cortar. Eso es lo que hay que abordar. Coger al toro por los cuernos y buscar un acuerdo en torno a esta cuestión.
¿Yadvierte posibilidades de abordarlo?
Creo que es un tema a medio plazo. Hay que empujar el proceso, pero yo no veo todavía condiciones maduras en el Estado para buscar un acuerdo.
¿Y entre los partidos vascos?
Entre los partidos vascos, sí. Bueno, quiero decir, en el PP evidentemente no y en el PSE tampoco. En el resto, sí.
¿Cuál es el papel de la sociedad en todo este proceso?
Creo que tiene que tener un papel importante. Hasta ahora el proceso se está llevando entre bambalinas, en conversaciones secretas y eso tiene una fase que no se puede tampoco prolongar. Ha habido aquí ya más de un año de conversaciones secretas, de txokos, de idas, de venidas, de Iparralde, de Noruega o de lo que fuese…
…¿alguien ha ido a Noruega?
Eso dicen… O por lo menos eso dice la rumorología, que ahora es muy variada y según pase el tiempo lo será todavía más. Yo creo que ha llegado el momento de decir que vamos a hablar con luz y taquígrafos y seriamente. Esto no se puede fiar a conversaciones de txokos, hay que plantearlo ya con claridad, porque el proceso no puede esperar. Hay que abordar estas cuestiones políticas entre las fuerzas políticas y la sociedad tiene que ser protagonista. Y no sólo al final, sino también al principio y en medio.
Hay quien sostiene que una de las causas por las que el proceso en Catalunya va como va es que no ha habido una movilización social en defensa del proyecto del Parlament hasta que era demasiado tarde. ¿Cree que es necesaria la movilización en favor del proceso?
Me parece que es muy importante. Es una de las claves. Es una lección a sacar no sólo del caso catalán, sino también de la experiencia que tuvimos aquí en la pasada legislatura. El proceso tiene que llevar un acompañamiento social en todas sus fases y desde el principio. Si el Parlamento aborda una reforma concreta del Estatuto tiene que ir precedida de un pronunciamiento social. A Madrid ya no tiene que ir una reforma del Estatuto hecha en el Parlamento, sino que ante todo tiene que ir una posición de la sociedad que acompañe esa iniciativa.
¿Cómo analiza los movimientos que está habiendo de endurecimiento de la situación de los presos?
Eso es parte de lo que resulta sorprendente. Dicen que todo va bien pero yo no veo que todo vaya bien. Dicen que todo va perfecto, que está a punto de caer la tregua, pero yo lo que veo es Ley de Partidos, ilegalización, negativa a hacer actos en el BEC, endurecimiento de penas en el más puro estilo Aznar, kale borroka, extorsión a empresarios… será que yo no veo bien las cosas y ojalá esas conversaciones de txoko den pronto sus grandes frutos. Pero la verdad es que los hechos no acompañan ni a las palabras de Zapatero ni a las de la izquierda abertzale.
¿Ustedes también intervienen en esas conversaciones?
Sí, pero el papel más central lo tienen el PSOE y la izquierda abertzale. Y, además, tiene que ser así. Nosotros estamos participando en el nivel que nos corresponde y siempre hemos dicho que seremos facilitadores del proceso. Pero los que tienen que mover ficha son el mundo de ETA y el mundo del PSOE.
En el proceso de normalización todos los partidos deben tener un papel ¿no?
En la normalización tenemos que jugar todos. Lo que ocurre es que para llegar a esa fase resolutiva tiene que haber unos pasos anteriores, de distensión, en los que tienen que operar ETA y el Gobierno y que son los que yo no estoy viendo. Si esa fase no se encauza todo lo demás no acaba de arrancar. –
«Dejamos pelos en la gatera pero la Ley del Suelo no se ha desnaturalizado» ¿Satisfecho con el acuerdo sobre la Ley del Suelo?
Sí, porque teníamos clavada la espinita de no haberla podido sacar en la pasada legislatura y era un reto para ésta. Parecía que toda la política de vivienda se juzga en función de esta ley y era importante sacarle adelante para que toda la política tenga una valoración positiva. También estoy satisfecho con el conjunto de la negociación. Siempre se dejan pelos en la gatera, pero creo que es una ley que responde al espíritu con la que fue concebida. Se mantienen sus grandes pilares. Creo que hemos conseguido que no haya sido desnaturalizado.
¿El proyecto que aprobó en Consejo de Gobierno no desnaturalizó ya el anteproyecto del Departamento?
Es evidente que en el tránsito del anteproyecto que hace el Departamento, con una clara inspiración política, al proyecto de ley y luego a la ley se dejan pelos en la gatera. Si uno no está dispuesto a negociar y a acordar, admitiendo renuncias, no es posible llegar a acuerdos. Es verdad que la primera negociación con nuestros socios fue compleja y hubo que pulir algunos aspectos y la negociación en el Parlamento también ha sido compleja y ha habido que pulir otros elementos. Pero estoy satisfecho de que lo importante es que los elementos fundamentales se han salvado. Y se puede comprobar que ésta es la ley más avanzada y progresista del Estado.
¿Siente que el PNV les ha negociado dos veces, primero en el seno del Gobierno y luego a través de Eudel, exigiéndoles nuevas rebajas?
Sí, eso es así. Eudel ha actuado como un agente negociador, pero ya éramos conscientes de que esta iba a ser una negociación en dos fases. Pero estoy satisfecho con el acuerdo alcanzado, no hay más que ver la reacción de los promotores y constructores a los que no les gusta nada.
Lo que ocurre es que promotores y constructores son insaciables…
Sí, es verdad, pero también es cierto que las reservas de suelo para vivienda protegida son muy altas y superiores a las actuales. A esto hay que sumarle una reserva adicional para suelo dotacional para alojamientos transitorial. Además incorporamos más de 30 municipios, los de más de 3.000 habitantes, que no estaban obligados a hacer reservas. Se suprime la figura del sistema de compensación, que es verdad que se sustituye por un sistema de concertación, pero con límites, que si un propietario no desarrolla el suelo en unos meses va a saltar al concurso público… Hay un vuelco importante
¿Y esas viviendas tasadas municipales que tan poco gustaban antes al Departamento y se incorporan ahora?
Es uno de los pelos dejados en la gatera. Pero hemos limitado el precio que querían que tuviera el coeficiente va a ser el de 1,7 la VPO cuando había una enmienda del PSE que reclamaba el 2, lo que baja de 38 millones de pesetas a 33. se van a sortear, que no estaba previsto, y van a mantener la calificación permanente, no se van a poder vender como libres ni ser objeto de especulación. Además, ése es un porcentaje limitado. La figura ha quedado bien orientada.
Según el PSE, la Ley del Suelo es suya…
Eso entra dentro del juego político. Quien mire las enmiendas que presentó y el acuerdo logrado verá que no es así. No he querido entrar al trapo por no enturbiar en ambiente.
¿Se está convirtiendo el PSE en el socio preferente del tripartito?
No creo que sea así. Es verdad que ha habido dos negociaciones importantes que se han cerrado con el PSE, pero en el día a día hay acuerdos importantes en el Parlamentos sobre derechos y libertades, sobre política lingüística y otras materias con la izquierda abertzale. En esta ley no pierdo la esperanza de poder incorporar a EHAK en la negociación de la ponencia, aunque está complicado viendo sus posiciones. Seguiré haciendo ese esfuerzo, como lo hice en la primera fase de la negociación. Ellos lo saben y no podrán negarlo ni, de hecho, lo han negado. En todo caso, el Gobierno tiene el principio rector en su política de alianzas de no tener una decantación preferente por ningún grupo sino de estar abierto al acuerdo con todos.
Pero da la impresión de que el motor del Gobierno, el PNV, tiene una querencia especial por el acuerdo con el PSE, sobre todo en determinados temas en los que puede encontrarse en sus intereses más cerca de él que de otros…
Habrá diferentes sensibilidades sobre eso en el propio PNV. Pero como gobierno, reflejado en la posición del lehendakari, yo percibo que esto no es así, que hay una idea de mantener la centralidad. Se quieren propiciar los acuerdos a varias bandas. No poner todos los huevos en la misma cesta. Al menos eso es lo que yo percibo.