Traducido por J.M.
Mientras los ataques y represalias hacia nosotros cada vez son mayores y continuados, mientras continúan las órdenes de demoliciones y se obstinan en señalarnos como el problema y el enemigo, el DIA DE LA TIERRA se torna cada vez más relevante.
El DIA DE LA TIERRA es una de las pruebas más contundentes del fracaso del gobierno de Israel. Desde los días de Ben Gurión, cuando quisieron convertirnos en «los que tronchan los árboles y los que desean el agua», hasta nuestros días, en los cuales continúan los ataques racistas contra la población árabe, esa política explícita de someternos a la transferencia de territorios -transfer- es parte de la cotidianeidad.
Todos pensaron que se nos podía someter, domesticar y hasta cambiar la conciencia. Todos se equivocaron. Porque fracasaron y nos vieron como un problema, como un enemigo. Es la línea de pensamiento que mantiene prisioneros a la mayoría de los ciudadanos judíos no permitiéndoles conocer nuestra realidad y comprender nuestros justos reclamos.
El DIA DE LA TIERRA señala una política racista cada vez más intransigente sobre la población árabe, cuestiona básicamente el derecho a la existencia de la población árabe del Negev, de la Galilea y de las ciudades cercanas. Al mismo tiempo, una participación masiva de miles de jóvenes en los actos del DIA DE LA TIERRA, aún después de los 32 años transcurridos, demuestran el apego a la lucha y la legitimadad de la protesta.
Este DIA nació cuando la población árabe declaró una huelga por primera vez en 1948, siguiendo una decisión de la comisión de defensa de las tierras que integraba el partido comunista RAKA’J de ese momento. Se hizo como protesta al plan del gobierno de confiscación de tierras de la zona «Albatov» (Natufa). La consigna era «judaizar la Galilea» y el objetivo poblar con judíos solamente el territorio. Ese mismo día balas policiales asesinaron a seis habitantes árabes de Sajnin, Arava y Kfar Kana.
El DIA DE LA TIERRA tiene la misma edad que yo, este día es significativo aún para quien no sufrió los acontecimientos aquellos en carne propia. Decenas de miles de mi generación acompañan las protestas y actividades que conmemoran este día en las ciudades árabes, desde el Negev hasta la Galilea. La importancia de este día traspasa las fronteras. También se conmemora en otros poblados del territorio palestino (en los territorios ocupados, los campos de refugiados y en el exterior). Se ha transformado en un importante hito en la conciencia de gran parte del mundo árabe y en movimientos solidarios del resto del mundo.
Por encima del simbolismo, caracteriza al DIA DE LA TIERRA dos significados principales: el primero, la importancia de la tierra para el ciudadano árabe en el estado. Desde el año 1948, se ha despojado a la población árabe de miles de dunams. Hoy, aún después de 60 años de «ciudadanía», decenas de poblados árabes carecen de permisos sobre la tierra y decenas de miles de casas están bajo amenaza de destrucción. Segundo: el estado impide que unas 50 aldeas no reconocidas, la mayoría en el Negev, tengan servicios básicos como electricidad y agua (sin mencionar escuelas y dispensarios sanitarios). También en las ciudades los ciudadanos árabes están bajo la amenaza racista de desalojo.
Es de relevante importancia en el DIA DE LA TIERRA el sentido político en la conciencia de la población árabe, tanto en su condición de minoría nacional como de ciudadanos que luchan por la igualdad de derechos. En este sentido, este día es el día nacional de un puñado de habitantes que se quedaron en su patria después de la Nakba, y se transformó a partir de 1967 en una población a la que se le impide ejercitar sus derechos civiles y nacionales; y en primer lugar, su derecho a vivir y sustentarse dignamente.
AVIR KOPTY es asesora en comunicaciones