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[Crónicas sabatinas] Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

¡No nos resignamos, no debemos resignarnos!

Fuentes: Rebelión

Para Jaume Asens que empezó con palabras inolvidables de Eduardo Galeano y finalizó con unos versos de J.A. Goytisolo: «Mejor mirarles a la cara y decir bien alto: tirad hijos de perra/ somos millones y el planeta no es vuestro.» ¿Cómo expresar en un voto toda mi frustración, toda mi ira y todas mis esperanzas? […]

Para Jaume Asens que empezó con palabras inolvidables de Eduardo Galeano y finalizó con unos versos de J.A. Goytisolo: «Mejor mirarles a la cara y decir bien alto: tirad hijos de perra/ somos millones y el planeta no es vuestro.»

¿Cómo expresar en un voto toda mi frustración, toda mi ira y todas mis esperanzas?

El Roto, 22 de mayo de 2015

Hay que notar que junto a la más superficial infatuación por la ciencia existe en realidad la mayor de las ignorancias respecto de los hechos y de los métodos científicos, cosas ambas muy difíciles y que cada vez tienden a serlo más por la progresiva especialización en los nuevos campos de investigación […] Hay que combatir esta infatuación, cuyos peligros son evidentes, pues la fe abstracta y supersticiosa en la fuerza taumatúrgica del hombre lleva paradójicamente a esterilizar las bases mismas de la fuerza humana y contribuye a destruir todo amor al trabajo concreto y necesario, como si se hubiera fumado una nueva especie de opio. Y hay que combatirla con varios medios, de los cuales el más importante debería ser: facilitar un mejor conocimiento de las nociones científicas esenciales. Para ello lo que conviene es que el trabajo de divulgación de la ciencia lo hagan los propios científicos y estudiosos serios, y no periodistas sabelotodo o autodidactas presuntuosos. En realidad, como se espera demasiado de la ciencia, se la concibe como una superior hechicería y por eso no se logra valorar de manera realista lo que la ciencia ofrece en concreto.

Antonio Gramsci (undécimos Cuaderno de la cárcel)

En cierto modo me interesan menos los pliegues del cerebro de Einstein que la casi certidumbre de que gente con el mismo talento vivió y murió en los campos de algodón y en las fábricas.

Stephen Jay Gould (1980)

Los hombres pisaban a sus amigos y las mujeres a sus propios hijos. En el puerto, las embarcaciones se llenaban enseguida con cargamento humano. El hacinamiento era espantoso. Muchas volcaron y se hundieron con todos sus pasajeros.

I. Pappe, La limpieza étnica de Palestina

Por primera vez en mucho tiempo en este estado plurinacional que algunos llamamos España parece estar abriéndose una puerta a la comprensión de las culturas y de las lenguas de nacionalidades distintas a la titular del Estado. El debate sobre el futuro de Europa en la época del Imperio único y la necesidad de concretar qué quiere decir en realidad ceder el 15% del IRPF a las comunidades autónomas está llevando a las casas de las gentes datos y noticias sobre los otros pueblos del Estado que antes se ignoraban por completo. Naturalmente, también esto ha provocado declaraciones intempestivas de ignorantes que quieren seguir siéndolo. Pero hay cosas que están haciendo superar los viejos prejuicios que estaban en la base de las antiguas incomprensiones de las gentes. Una de ellas es la comprobación de que hay formas distintas de entenderse entre pueblos que han formado históricamente parte de un mismo Estado y que por ello (o a pesar de ello) sienten muchos recelos y desconfianzas mutuas. Como es nuestro caso.

Francisco Fernández Buey (1993)

I. La referencia

Son palabras, las que encabezan este texto, de Ada Colau. Las dijo el pasado miércoles, una y otra vez, en uno de los mítines barceloneses más sentidos, oídos y concurridos que uno recuerda en los últimos años. Gracias. Sin estelades ni insistentes identidades, hablando de los temas de siempre para dar calor a la lucha de siempre. Gracias. Sin palabras vacías y gastadas. sintiéndolas. Gracias. Y en la plaza Cataluña, la plaza de los y las indignadas -¡gracias!-, la plaza de la que el conseller de Interior, Felip Puig, con el apoyo de Artur Mas y sus próximos, quiso expulsar a las gentes, a los compañeros del movimiento 15M, la misma plaza pública que don Trias el enfadado y enrabietado (¡ve peligrar su sillón de mando!) privatiza cada diciembre y enero para impulsar más aún el consumismo desatado en el centro de la ciudad. La misma plaza, en la que el movimiento de liberación gráfica de Barcelona -¡gracias!- repartió esa misma tarde el siguiente manifiesto:

«¡Aviso! Hemos venido para quedarnos y manifestamos que:

BARCELONA NO NOS INSPIRA AHORA:

No nos inspira «la millor botiga del món»

No nos inspira el turismo masivo

No nos inspira el trencadis y el Lladró

No nos inspira Barcelona como un parque temático/ciudad escaparate

No nos inspira la degradación de los servicios públicos

No nos inspira tener que pagar por el aire que respiramos

No nos inspiran los pubs Irlandeses ni la Baguetina catalana

No nos inspira que los yates del Port Vell no se mojen cuando llueve

No nos inspira que utilicen el grafismo y la ilustración para vender su marca Barcelona

No nos inspira que nos inspiren

LA BARCELONA QUE QUEREMOS:

Queremos la vida de barrio y el comercio local

Queremos el mestizaje y la contaminación cultural

Queremos espacios libres para la creatividad

Queremos una cultura independiente del poder

Queremos que vuelva el debate y la controversia

Queremos cambiar los sombreros mexicanos por sombreritos tiroleses

Queremos que las palabras vuelvan a tener significado

Queremos que nuestro trabajo sirva para mejorar la ciudad

Queremos que vuelvan a poner futbolines en los bares

Queremos vivir en una ciudad mejor para TODOS

Así, pues, en estos días de reflexión pausada, esperanza temperada y movilización indignada, irrumpe la pregunta: ¿se puede? Se puede, compañeras, se puede, compañeros.

Vuelvo al tema más adelante. No he hablado de las, en mi opinión, ambigüedades (acaso inevitables en un colectivo como Barcelona en Comú) en alguna de las intervenciones de la compañera Colau (¡menudos buitres tenía delante!) en el debate del pasado jueves en el programa .Cat de TV3 ni tampoco del argumentario de campaña sobre el «gran tema de Barcelona» en comú. Más adelante también.

Mientras tanto, para una aproximación al encuentro-mitin del miércoles tarde más libre, sin controles autoimpuestos como en mi caso y muchísimo mejor escrita: Javier Pérez Andújar, «La primera vez», El País (edición catalana), 21 de mayo de 2015, p. 4.

II. Venezuela, Podemos y Barcelona en Comú

Una de las informaciones que revuelve más el estómago y la consciencia de todos nosotros. Tomo pie en reflexiones de José Luis Martín Ramos [JLMR], un maestro que, como casi todos los buenos y grandes maestros, se hace cada vez más necesario a medida que pasa el tiempo, nos hacemos viejos y la verdad inexorable, como nos dijo el poeta, asoma… sin llamar ni siquiera dos veces a la puerta en la mayoría de los casos.

Qué curioso, señala JLMR, a final de campaña, «con toda la derecha, y lo que no es la derecha, berreando sobre las conexiones e identidades venezolanas [ejemplo destacado aquí, haciendo campaña pro Trias: Duran i Lleida] de Podemos y BCN en comú, aparece una noticia, que no es exactamente fresca, no hay novedad real, sobre la implicación de Cabello y los militares chavistas en el narcotráfico».

Entrad, nos recomienda JLMR, «en el desarrollo de la noticia en El País (20 de mayo, página 5), si tenéis humor, y veréis un relato lleno de humo: «el cartel de los soles», parece referirse al de Medellín, los Zetas…, pero no es la manera genérica como «en Venezuela» -¿quién?- denominan a determinado colectivo militar a los que han sido condecorados con el «sol» bolivariano, por méritos». No hay nada, nada, señala Martín Ramos. «La única -¿prueba?- es que Cabello y otros militares están incluidos en la «lista Clinton» ¡Vaya garantía!».

Para rematarlo, en el global imperial, «añaden un mini editorial, tan de apaño, que es de los peores que he leído en tiempos, y acaba con una sinvergonzonada: invocando que Venezuela vuelva a la normalidad de la que dicen nunca debió salir». Qué normalidad, de qué normalidad escriben, pregunta el gran historiador catalán internacionalista. ¿La del reparto del pastel entre AD y COPEI? ¿La del gobierno corrupto de la oligarquía? ¿La que motivó la explosión de rabia del caracazo? De esa, precisamente de esa.

«Repito, Maduro y Venezuela siempre están en el objetivo», pero, en este momento, el objetivo de la infamia de ahora es la izquierda española, sin exclusiones territoriales, «la que quiere ser izquierda, y no centroizquierda, socioliberalismo y otras mandangas».

El ABC ha añadido, concluye JLMR, «parece ser porque mi estómago no llega para leer el faro de la derecha monárquica», que la droga chavista se comercializa hacia Europa a través de España. Es cierto «que España es puerta de entrada de la droga a Europa, desde hace mucho tiempo y mucho antes del chavismo». Luego, por tanto… ensucia, ensucia, que algo queda.

Esa es la cuestión, esa es su cuestión y su mantra. Como en los viejos tiempos. Mentir mil veces es decir verdad desde su cosmovisión y la de sus técnicos serviles de opinión

III. Trabajo y humo electoral

Recientes declaraciones del alcaldable convergente de Barcelona, Xavier Trias, cada vez más a la derecha (probablemente sea uno de los neoliberales más (¿aparentemente?) convencidos de las bondades de su distopía civilizatoria) y cada vez más enrabietado y autoritario en sus formas, especialmente contra «Barcelona en comú» y su candidata, declaraciones en su primer acto de campaña: hemos creado, aseguró, «55.000 puestos de trabajo de calidad durante los últimos cuatro años». ¿Han creado? ¿Crean? ¿De qué hablan? ¿Trabajos de calidad? ¿55 mil?. Veamos:

1. Consejo Económico y Social de Barcelona (CESB), información del 14 de mayo de 2014: la población ocupada en Barcelona descendió de 707.700 a 674.900 personas entre 2010 y 2014. Un decremento del 4,63%

2. Datos aireados de finales de 2014: 7,3% parados menos que en 2013 (la población activa ha disminuido); 2,3% más de cotizantes a la Seguridad Social; 9,1% más de contratos laborales.

3. Observación de Vicenç Tarrats, del CESB: «Las tasas de temporalidad se están enquistando en todos los sectores y se convertirán en un gran reto en el futuro». 3.1. En el conjunto de España se aproxima al 20%, una de las más altas de Europa.

4. Contratos firmados en el sector de las actividades sanitarias y servicios sociales: 136.733. Temporales: 96,6%. Carácter indefinido: 3,4%, 4.625. En actividades inmobiliarias: 51,5% de temporalidad. En el resto de sectores de producción y/o servicios: temporalidad superior al 75%.

5. Personas que figuran en la lista del paro en Barcelona (no hablamos de la EPA, en la encuesta sobre la población activa, la que verdaderamente cuenta): 96.212 trabajadores, ¡casi 100 mil!

6. Promesas electorales campaña 2015: Xavier Trias: «Crearé 100.000 puestos de trabajos nuevos si soy elegido». Alberto Fernández Díaz (PP): 50.000 puestos de trabajo. Alfred Bosch (ERC): 50.000 nuevos puestos de trabajo. Jaume Collboni (PSC): 30.000. Vale, será eso si ellos lo dicen.

7. Sueldo del alcalde de Barcelona: uno de los más elevados de España. Sueldos de los regidores del consistorio: ibidem. Comentario de Trias y alrededores sobre el tema: observación inexistente.

8. Octavilla del PP de Barcelona, aliado en numerosas ocasiones del PP en el consistorio barcelonés: «El Raval no puede convertirse en un geto islámico. Vota Alberto Fernández». ¡Qué derecha tan indecente, a la altura-bajura de doña Esperanza!

PS: Esta vez sin humo, con conocimiento del tema y desde una perspectiva humanista y de izquierdas. De una «Una Barcelona sana debe elegir una Barcelona con igualdad», Joan Benach y Gemma Tarafa http://www.rebelion.org/noticia.php?id=199105

«En la Barcelona del siglo XXI viven muchos más invisibles. Amparo está parada y vive en Ciutat Meridiana, un barrio con un altísimo desempleo y escasos equipamientos conocido como «Villa desahucio». La pobreza golpea. Primero no puede pagar el piso, después le cortan la luz, luego apenas si come con la ayuda de las vecinas y el banco de alimentos. Dónde y cómo vivimos es crucial, nuestro barrio condiciona nuestra salud. El distrito de Nou Barris tiene cuatro veces más personas con pocos estudios y tres veces menos renta que Sarrià-Sant Gervasi. Ciutat Meridiana, con una renta siete veces inferior a Pedralbes, el 43% de parados de larga duración y uno de cada cinco pisos bajo riesgo de embargo, es un barrio en situación límite. Malnutrición infantil, embarazos adolescentes, problemas de salud mental, consumo de alcohol y drogas, solicitudes de ayudas para pagar medicamentos, problemas de salud bucodental… Ahmed es inmigrante y vive en Can Peguera. Sin trabajo regular, no recibe ayudas sociales y sobrevive vendiendo chatarra. Sufrimiento cotidiano. Sin aviso, junto a otras familias de inmigrantes, se encuentra en la calle tras ser echado, literalmente, de su casa. La vida pende de la solidaridad vecinal y el tenaz esfuerzo de organizaciones sociales. La desigualdad en el vivir se refleja en el morir. La esperanza de vida de Nou Barris es tres años inferior a Sarrià-Sant Gervasi, y en Can Peguera o Torre Baró se vive hasta nueve años menos que apenas a unos pocos kilómetros de distancia, en el barrio de Tres Torres. Isabel trabaja en la Universidad y vive en Poble Sec. Como profesora asociada imparte varias asignaturas, tiene muchas horas de tutoría, lectura y preparación. Los estudiantes la quieren y aprecian. A pesar de su esfuerzo docente, publicar artículos y actividades de divulgación no alcanza los 500 euros y necesita dos trabajos más para subsistir. Educación mercantilizada, precariedad feminizada, incierto futuro. La desigualdad no sólo se refleja en el territorio sino también en el género y la clase. Un dato: sólo un 28% de las barcelonesas de clase popular tienen un estado de salud muy elevado por más de la mitad en las mujeres de mejor posición socioeconómica. José es jubilado y vive en el Clot. Está enfermo y con un dolor insoportable apenas si puede andar. Tras meses de aguantar se pregunta cuando acabará su pesadilla. Sabe que si tuviera varios miles de euros podría ser operado de su cadera derecha en el mismo hospital y por el mismo médico en forma privada. Sanidad mercantilizada, sanidad desigual. Pero la salud de la gente y sus barrios no es sólo un tema sanitario sino político. Las causas fundamentales de la salud ciudadana son bien conocidas por científicos y divulgadores informados: se llaman «determinantes sociales de la salud», las circunstancias y factores sociales bajo las que nacemos, crecemos, vivimos, trabajamos, envejecemos y morimos. Nuestra salud depende de tener un trabajo adecuado, agua y aire limpio, alimentos sanos, una vivienda digna y adecuadas condiciones, y educación, sanidad y servicios sociales, accesibles y de calidad. El código genético no es decisivo, el código postal sí lo es. Las enfermedades exclusivamente genéticas representan una pequeña proporción de los problemas de salud de la ciudadanía y una desventaja genética puede ser o no compensada mediante cambios sociales. Los llamados «estilos de vida» tampoco son fundamentales, los contextos familiares, comunitarios y geográficos donde se vive sí lo son. ¿Puede uno elegir libremente tener una alimentación sana, vivir sin estrés, hacer ejercicio con regularidad o ir al médico cuando es necesario, si las hijas apenas tienen que comer, si se está a punto de ser desahuciado de la propia casa, si se ha perdido el derecho a la sanidad pública o si la calidad de los servicios se degrada y mercantiliza? No elige quien quiere sino quien puede, y hoy muchas personas no tienen los recursos, las oportunidades, el tiempo y el poder de elegir conductas saludables…»

IV. Sosiego y algunas observaciones que aspiran a ser afables

Hay que mantener sosegada la casa de la izquierda, decían los amigos de mientras tanto hace ya algunos años: ¡en 1979!. De acuerdo. Intentémoslo de nuevo sin perder el norte ni el Sur. Ellos lo apuntaban así:

«[…] ahora nos sentimos un poco menos perplejos (lo que no quiere decir más optimistas) respecto de la tarea que habría que proponerse para que tras esta noche oscura de la crisis de una civilización despuntara una humanidad más justa en una Tierra habitable, en vez de un inmenso rebaño de atontados ruidosos en un estercolero químico, farmacéutico y radiactivo. La tarea, que, en nuestra opinión, no se puede cumplir con agitada veleidad irracionalista, sino, por el contrario, teniendo racionalmente sosegada la casa de la izquierda, consiste en renovar la alianza ochocentista del movimiento obrero con la ciencia. Puede que los viejos aliados tengan dificultades para reconocerse, pues los dos han cambiado mucho: la ciencia, porque desde la sonada declaración de Emil Du Bois Reymond -ignoramus et ignorabimus, ignoramos e ignoraremos-, lleva ya asimilado un siglo de autocrítica (aunque los científicos y técnicos siervos del estado atómico y los lamentables progresistas de izquierda obnubilados por la pésima tradición de Dietzgen y Materialismo y Empiriocriticismo no parezcan saber nada de ello); el movimiento obrero, porque los que viven por sus manos son hoy una humanidad de complicada composición y articulación».

Eran otros tiempos, volvamos a los nuestros.

Si pudiese decirlo de nuevo, aún estando en día de reflexión, lo diría: voy a votar a Barcelona en Comú. Añadiría, con sosiego, ánimo de unidad y a título de observación, unas notas:

A la portavoz de BenC, a la primera compañera de la lista, a Ada Colau, le preguntaron hace dos o tres días en el imperial global sobre su voto el 9N y respondió «voté SÍ-SÍ, sin ser independentista». Más allá de la para mí más que difícil comprensión del enunciado «Sí-Sí-no-independentismo», más allá de que me hubiera gustado que respondiera que eso era ya un viejo asunto ubicado en otras coordenadas, Ada Colau se ha declarado de nuevo no-independentista y la coalición que encabeza no es, no se presenta a las elecciones como grupo independentista por más que algunos de sus miembros puedan serlo (y otros no por supuesto). El nudo está aclarado: en caso de ganar la alcaldía -¡bien, bien, bien!- Barcelona no formará parte de la Asociación de Municipios pro Independencia.

Le preguntaron también a la compañera Colau, que por cierto recordó en el mitin sus orígenes familiares migrantes y la gran ayuda de su compañero Adrià: «¿Barça, o Español?»: «Barça; aunque no soy aficionada al fútbol», respondió. A mi, que soy culé de antiguo y que añoro tocar alguna vez la toalla sudorosa de Messi, me hubiera gustado que hubiera respondido: «Barça y Español a veces, y en otras, ninguno de los dos». Pero, más allá de mis preferencias, Colau señaló no ser aficionada al fútbol y, por tanto, la probable y deseable futura alcaldesa de la «Rosa de fuego», la ciudad que hará temblar los cimientos putrefactos, que diría Lorca, de la desigualdad y la injusticia, no acudirá al palco del Barça y no se situará al lado de las «grandes personalidades» políticas, mediáticas y económicas de la ciudad. Lo suyo no serán, no tengo ninguna duda, «las conversaciones del palco», uno de los centros de reunión de las 400 familias con mando en plaza. ¡Bien Ada, bien Ada! ¡A nosotros no nos gusta ese fútbol!

En otra entrevista publicada en el global, esta vez en conversación con Pere Ríos, ha señalado Colau sin cortarse un pelo:

«P. ¿No es excesivo que equipare a CiU con la mafia rusa?

R. Hay que alternar la denuncia incisiva, sin falsedades, con propuestas en positivo. En Barcelona ha habido una gestión que se puede calificar de mafiosa, por confundir los intereses privados con los públicos, y tener relaciones ocultas con poderes financieros, recibiendo comisiones en nombre de la democracia. A Convergència se le acumulan los procesos como el caso Pujol, el caso Millet, la Marina de Lujo o el caso del diputado dimisionario Xavier Crespo»

¿Alguna duda, alguna crítica? Mejor imposible, con claridad cartesiana.

Más aún y en la misma línea

«P. Si es alcaldesa tendrá que entenderse con las entidades bancarias a las que calificó de «criminales» cuando fue al Congreso como activista de la PAH.

R. No tenemos ningún problema en hablar con las multinacionales y con el poder financiero. Pero lo haremos con transparencia y con el mismo trato que con cualquier vecino. A los grandes poderes fácticos se les hacen ahora exenciones fiscales y tratos de privilegio».

¿Alguna observación, algún matiz? Ninguno por supuesto.

Pero aquí, en lo que viene a continuación no hay acuerdo completo-completo:

«P. Siempre habla de ese potencial pero nunca dice que durante 32 años Barcelona tuvo alcaldes socialistas y hubo Gobiernos de izquierdas.

R. El mejor alcalde que ha tenido la ciudad es Pascual Maragall. Hizo cosas mal, pero lo más importante es que había un proyecto de ciudad liderado desde el Ayuntamiento que implicó al máximo de ciudadanos».

«El mejor alcalde», desde luego, es por comparación y hay que limitarlo a los años señalados. No sé si ha sido exactamente así (creo más bien que no) pero, en todo caso, Ada Colau no hizo ninguna referencia en su respuesta, con valoración positiva, al trato dispensado durante la época Maragall al fascista J. A. Samaranch (lo admitió él mismo, no es ningún insulto, hasta el final de sus días y en reiteradas ocasiones) ni tampoco comentó nada positivo de la subida a los altares en tiempos maragallianos del alcalde franquista Porcioles, ubicado en el cielo de los intocables, el de las «grandes personalidades» de la ciudad y el país.

Tampoco hizo referencia alguna, ¡cómo iba a hacerlo Ada Colau!, al enorme encarecimiento de la vivienda en la ciudad y a la expulsión de sus sectores más empobrecidos, con menor protección familiar y más jóvenes. Tampoco la etapa Maragall está muy lejos de todo ello.

PS. En su intervención del pasado jueves en .Cat de TV3, en lo que concierne al gran tema-monotema, algunas de las afirmaciones de la compañera Colau me sorprendieron, incluso me inquietaron. Por ejemplo, su apoyo al «proceso». ¿A qué nudos, a qué aspectos del proceso? ¿A todos? ¿No nos están dividiendo el autodenominado proceso por la mitad en beneficio de otros? También el uso del término «dret a decidir» y la indefinición sobre su ejercicio. ¿Las elecciones del 27S son una práctica de este «derecho»? ¿Barcelona seguirá formando parte de la Asamblea de Municipios por la Independencia? ¿Qué fuerzas abonan en estos momentos por un referéndum democrático, informado, con medios de intoxicación que no ejerzan como tales, con tiempo suficiente, sin extensión insistente de mentiras por todos los confines del país, sin falacias liganordistas mil veces repetidas presenradas como postulados geométricos, sin ensoñaciones históricas, sin revisiones vomitivas de nuestro pasado reciente, etc, etc? ¿Quiénes? ¿ERC, CiU, ANC? ¿Quiénes?

V. Compromisos obreros

Cuando la difícil y meritoria huelga de los técnicos contratados, subcontratados y autónomos que trabajan para Telefónica Movistar alcanzó los 42 días, diversas candidaturas municipales -también algunos diputados que hubieran podido acudir a otras manifestacione también- firmaron con el Comité de Huelga de Barcelona el llamado «Compromiso de las Escaleras», un compromiso «para la abolición de la esclavitud y la precariedad laboral». ¡Por fin! Entre los firmantes, Ada Colau, miembros de la CUP de Barcelona, de Guanyem Badalona y Guanyem Cornellà, así como Joan Tardà (ERC), Joan Josep Nuet (EUiA), Quim Arrufat (CUP) y Arcadi Oliveras (Procès Constituent. ¡Bien!

Según el documento firmado, los candidatos firmantes se comprometen a «suspender, revertir y no renovar ninguna contratación pública de servicios con Movistar ni cualquier otra empresa que no garantice que todos los trabajadores (directos o subcontratados) que intervienen en la prestación de servicio o suministro tengan una jornada máxima de 40 horas semanales y dos días de descanso, y se les retribuya con un salario digno y se garantice el mismo salario por un mismo tipo de trabajo». Hay legión y habrá que estar muy atentos.

Ada Colau reafirmó el compromiso de Barcelona en Comú con esta huelga que calificó de «ejemplar»: «su lucha es la lucha de todos por unos derechos amenazados por las reformas laborales impulsadas por el PP y CiU… cualquier administración es responsable de lo que sucede en su ámbito de acción, y por eso nos comprometemos con un sello de calidad contractual que implica no trabajar como administración pública con empresas que estén vulnerando derechos fundamentales». Colau ha exigido a Trias que «deje de firmar contratos con multinacionales que están vulnerando los derechos fundamentales». Según ha denunciado, el punto es importante, tienen conocimiento de que Trias y su gobierno municipal pretenden firmar esta misma semana, pocos días antes de las elecciones del 24M, un contrato con Telefónica. Un regalo de despedida. ¡Como el cemento y se las dan demócratas e impulsores de la justicia social! ¡El cinismo en el puesto de mando!

Muchos de los presentes en el encuentro han querido ir más allá del «contrato de mínimos»: se han pronunciado a favor de la remunicipalización de los servicios públicos. María José Lecha, de CUP Capgirem Barcelona, ha defendido «remunicipalizar todo lo que se ha vendido y que sirve para que unas cúpulas se enriquezcan a costa de la precarización de los trabajadores». Quim Arrufat, por su parte, también de la CUP, ha añadido que «el mercado privado no puede gestionar los servicios y bienes públicos si no es a través de la esclavitud». Se ha pronunciado por el control y gestión públicos.

Punto que tampoco debemos olvidar: Joan Tardà, de ERC, ha manifestado el compromiso de su partido a aplicar el «Compromiso de las Escaleras» en los 800 municipios en los que prevén tendrán representación o ganarán las elecciones municipales. Vale, tomamos nota, no nos olvidaremos.

Arcadi Oliveres ha añadido por su parte que casos como el de Telefónica, que gana miles de millones de euros mientras sus técnicos trabajan sin derechos y sueldos míseros, «es la versión más degradante del capitalismo» y se ha comprometido a trabajar para que casos como éstos no se vuelvan a dar.

Los firmantes del manifiesto han emplazado a su vez al resto de candidaturas de Cataluña y del conjunto de España a que se sumen públicamente y firmen el compromiso. Perfecto, muy bien. Cuanto mayor sea la unidad y menor la separación artificial más fuerza tendremos para intentar doblegar a una multinacional poderosa y despótica como Telefónica. ¿No este caso otro ejemplo más de lo absurdo, desde del punto de vista de las clases trabajadoras, de la separación y ruptura del demos, de lo negativo que resulta poner énfasis, una y otra vez, en temas identitarios no esenciales por lo demás conciliables?

VI. Sor Lucía

Lo mejor hasta el momento de la campaña de la derechona catalana (¿se puede esta vez?): «CiU recurre a la mediática Sor Caram al final de la campaña». Con fotografías y filmaciones, al lado de don Artur Mas, el president de la Generalitat (¡válgame Dios!, y nunca mejor dicho) y don Trias.

Doña monja dominicana, monja cojonera según sus palabras, Lucía: «Estoy enamorada del president… Mi partido es el MEC, el de los que mueven el culo… no votar el domingo es un pecado… La indignación tiene que ser corresponsable».

Don Mas: si en Cataluña no se ha alcanzado un pacto contra la pobreza es «porque a algunos no les conviene hacerse una foto con nosotros… imprudentes que exhiben superioridad moral sin poner pruebas sobre la mesa».

Trias dio su receta contra la pobreza, el descubrimiento más importante de estos últimos años: «Trabajo, vivienda y educación». Pues vale.

Se impone una derivada institucional: ¿qué tal una conselleria dominica de Asuntos Religiosos en manos de Sor Caram -caram!- en el próximo gobierno convergente de la Generalitat?… ¿He dicho próximo? ¡Pero qué próximo ni qué historias! ¡En qué estaré pensando, se me ha ido el raciocinio al cielo!

VII. ¡Menuda marcha ciudadana!

Nada que no sea esperable pero… ¡menuda marcha ciudadana la marcha de Ciutadans!

Unas referencias, con eso basta.

C’s nombra a un candidato que alteró las elecciones ‘primarias’ en Terrassa

El líder de Ciudadanos Navarra ofreció una «compensación» al sargento que denunció corrupción en la Guardia Civil si se retiraba de las listas

El hermano de John Cobra, candidato de Ciudadanos en un pueblo de Valencia

La presencia de dos imputados obliga a Ciudadanos a retirar su candidatura en un pueblo de Toledo

Ciutadans (C’s) ha retirado su candidatura de Barberà del Vallès perque el cabeza de lista, Francisco Delgado Jiménez, fue número 3 per PxC. Y hay más, muchos más casos según parece. ¡Menuda renovación y regeneración democráticas!

VIII. Españolizar, catalanizar.

Las críticas a la política educativa de Wert, siempre necesarias, no hacen buenas y aceptables siempre las críticas ni a sus críticos. Elemental por supuesto:

Un ejemplo: entrevista a Miquel Àngel Pradilla, El País (Quadern), 21 de maig de 2015, p. 8: «Y Wert también lo ve así. En el momento en que dice «hemos de españolizar a los alumnos» es que lo vemos de la misma manera, pero con objetivos absolutamente distintos. La escuela catalana hace catalanes, tan sencillo como eso».

¡Lo vemos de la misma manera, lo ven de la misma manera! ¡La escuela hace catalanes! ¿Hacer catalanes ese es el objetivo de la escuela? ¿Tendrá algo que ver esto con aquello de la retroalimentación nacionalista?

IX. Sentido, sensibilidad y coraje político

De Francisco Morente, «Niño, no te signifiques» (El País (Cataluña), 21 de mayo, p. 2):

1. Preámbulo: «Es lo que, en los tiempos difíciles, algunos padres decían a sus hijos. Un consejo prudente que, seguido a rajatabla, seguramente mantendría a la humanidad en la época de las cavernas. Hoy hemos pasado al extremo opuesto, y no solo nos significamos continuamente, sino que lo hacemos por tierra, mar y aire, es decir, por Twitter, Facebook e Instagram. Especial peligro tiene el tuiteo, no solo por su inmediatez, sino porque constreñir el pensamiento a 140 caracteres obliga al brochazo y, de hecho, imposibilita cualquier razonamiento complejo».

2. Marina; «Marina Pibernat Vila, número cuatro en la lista de ICV-EUiA en Girona, se significó hace unos días con unos tuits en los que calificaba, entre otras lindezas, de «catalufa» a la «derechona» catalana. A continuación, Pibernat fue linchada en las redes y en los medios independentistas por catalanófoba, cuando, como se explica en un artículo que aparece en la web de la Generalitat (http://www.gencat.cat/llengua/noves/noves/hm08hivern/martinez1_3.htm), el término «catalufo» se utiliza, en su sentido estricto y original, para referirse despectivamente a los catalanistas (especialmente a los independentistas), no a los catalanes en su conjunto».

3. Sin mtices: «Pero este no es país para sutilezas, y ya se sabe que aquí la forma más fácil de liquidar políticamente a alguien es acusarlo de catalanofobia; o de botifler, lerrouxista, facha o antidemócrata, si no le seduce el crucero a Ítaca y tiene, encima, la desfachatez de decirlo. Pareciera que el de Marina Pibernat fuese el primer insulto que suelta un político catalán, cuando esto es jauja y lo suyo es de Kindergarten al lado de, por ejemplo, aquellas pegatinas de CiU que rezaban que «l’Espanya subsidiada viu a costa de la Catalunya productiva». Si ahí no había xenofobia y leganordismo, que venga Marine Le Pen y lo vea. En ese caso no hubo ni dimisiones ni disculpas por el insulto a los catalanes que mantienen el vínculo sentimental, cultural, identitario o político, tanto da, con España. Puestos a insultar, Pibernat es una aficionada.

4. Los suyos, EUiA, ¿los nuestros?: «La guinda del pastel la han puesto los suyos al hacerle pagar un precio que no pagan políticos más relevantes por decir (¡y hacer!) cosas mucho más graves. En plena campaña electoral, nuestra izquierda sonámbula y acomplejada procedió a sacrificarla, no fuese que el soberanismo mediático la tildase de poco patriótica. A continuación, sus dirigentes corrieron a periódicos y emisoras de radio a cobrarse el elogio de quienes los descalifican a diario por su izquierdismo, olvidando que un axioma de la política de este país establece que, si eres de izquierdas y Pilar Rahola te felicita, alguna cosa estás haciendo mal»

5. El PSUC viu, lo único vivo de aquel gran legado: «Solo el PSUC Viu ha estado a la altura de las circunstancias: no hace falta compartir los tuits de Pibernat para aceptar que mucho más grave que lo que se haya escrito en ellos es el papel de triste muleta que ha desempeñado la dirección de su formación, EUiA, en todo lo relacionado con el procés, incluyendo su participación, sin respaldo alguno de las bases, en la elaboración de la «hoja de ruta» que firmaron CiU, ERC y las llamadas «entidades soberanistas». Según declaró el convergente Josep Rull en RAC1, el representante de EUiA fue quien redactó el «esquema» de lo finalmente acordado. No consta si también lo enviaban a buscar los cafés, aunque parece lo más probable».

6. Lo esencial: «Mientras, en Gijón, unos cuantos activistas enfrentan posibles condenas de prisión por significarse contra el destrozo social que el gobierno del PP viene perpetrando sin desmayo. Uno de ellos, Jesús Montes, exconcejal de IU y ya jubilado, acusado por delitos de atentado y lesiones, arriesga tres años de cárcel por haberle dado un cabezazo a la porra de un guardia. Como él, en España hay cientos de sindicalistas encausados en aplicación de una legislación que se ha endurecido para perseguir la disidencia. El peligroso Montes tiene más probabilidades de dormir en la cárcel que Rato, Blesa, Millet o cualquiera de los Pujol».

7. Planes de la derecha y las banderas de nuestros padres: «La derecha tiene un plan y lo está ejecutando sin piedad. Mientras discutimos sobre qué bandera debe ondear en el futuro en los edificios públicos, PP, CiU y los cooperadores necesarios de ERC nos están dejando sin nada público que defender. Y quien se significa, lo paga. Así que ahí va un consejo para el próximo domingo: allá donde estén, voten lo que crean que mejor pueda garantizar que la derechona, española y catalana, sea desalojada de los ámbitos de poder que ocupa».

Un buen consejo, una excelente estrategia. ¿Algún problema? ¿La aplicamos consistentemente?

X. Del programa de don Cuní Vanguardia

Tal vez lo entendí mal, así lo espero, pero Joan Herrera eliminó o redujo hasta lo irreconocible toda sustantividad comunista en la trayectoria del PSUC durante la lucha antifranquista. ¿Y eso por qué?

Item más. En la historia del PSUC y sus prolongaciones, en el ámbito del ecosocialismo bien entendido, no como moda o marca político-publicitaria, ¿no habría que ciar las aportaciones esenciales de Manuel Sacristán y Francisco Fernández Buey?

Por su parte, Oriol Junqueras lo declaró el pasado lunes con claridad meridiana: 1. Con un diputado más, montan la independencia. 2.No habló de votos. 3. Espera que las CUP den apoyo a esa ruta. 4. Tildó de cínicos a los que critican el desequilibrio territorial en la representación (¡En España es peor!). 5. Se votará la Constitución surgida del nuevo Parlamento, no si quiere o no la Independencia. 6. Las elecciones del 24M son una especie de primarias de las «plebiscitarias». 7.Barcelona será la capital de la Cataluña independiente y debe dar ejemplo. Etc.

Luego, por tanto, si en las elecciones del 24M las candidaturas no independentistas no tienen un resultado mayoritario en la ciudad resistente hermana de la otra, el esquema de don Oriol debería quedar un poco alterado. ¿O no? ¿Una Cataluña independiente con una Barcelona y sus alrededores que no están por la labor?

XI. José María Mena y algunas reducciones de pena

De «Penas a la carta», un artículo publicado en el global, edición catalana con una pequeña observación al final.

Según recientes noticias, señala el ex fiscal, «el conocido abogado penalista de Barcelona Juan Piqué Vidal se habría beneficiado con la atenuante de confesión y habría sido condenado con extraordinaria benevolencia por la Audiencia Nacional como responsable de blanqueo de dinero del narcotráfico». La noticia, se queja con razón, no ha merecido, al parecer, una atención preferente de los principales medios de comunicación. La historia:

«El 6 de abril de 2005 EL PAÍS informaba que la policía había registrado el despacho del ilustre penalista por orden del Juzgado 4 de la Audiencia Nacional. En la misma operación policial se ocuparon dos toneladas de cocaína y 16 millones de euros. La gravedad del delito justificaba la severidad de la acusación fiscal: nueve años de prisión y una multa de 13 millones de euros. El caso, iniciado en 2004, llegó al juicio oral el pasado día 23 de marzo. Más de diez años de interminable proceso, que, sin embargo, terminó en diez minutos, sin necesidad de celebrar el juicio. Las noticias informan que Piqué y los otros acusados reconocieron como ciertos los hechos de la acusación. El abogado barcelonés era el «hombre de confianza», el principal responsable de la complejísima trama jurídica y económica urdida para el blanqueo de las ganancias del sanguinario cártel mexicano de Sinaloa».

Eso sí, destaca Mena, «el abogado se conformó con la acusación y con la pena pedida porque se había reducido a un año de prisión. Ocho años de rebaja. Las características del personaje, y lo sorprendente de la reducción de la pena hasta una probable impunidad práctica, han desencadenado rumores, suspicacias y veladas insinuaciones. Se cuestiona la posibilidad legal de semejante beneficio, y, desde luego, se cuestiona que, aunque sea legal, sea justo».

El pragmatismo de las leyes penales, concluye Mena, «permite atenuaciones así de escandalosas. Permite, además, que la lentitud de la justicia opere como otra atenuante, cuando se hayan producido dilaciones extraordinarias no atribuibles al inculpado. La razón es que el condenado merece una compensación por haber sufrido el coste psicológico complementario de un proceso injustificadamente largo».

El problema surge, nos explica, «cuando la investigación depende de datos de bancos, instituciones o fuentes policiales de determinados países. Entonces la lentitud del proceso no es controlable por los jueces españoles». Siempre queda la duda de si alguien, en aquellos países, «ha pagado o propiciado esos retrasos desorbitados. Así, la suma de diez años de dilaciones más unas probables delaciones, permiten disfrutar de una verdadera pena a la carta».

En síntesis: «la ley penal y la práctica procesal son pragmáticas y no tienen por qué ser moralizantes, pero a veces, ciertamente, son desmoralizantes».

La observación: Un juez reconoció revocó hace tres meses el régimen de semilibertad que la Generalitat había concedido al constructor y ex presidente del FC Barcelona (¡Ada, Ada!), Josep Lluís Núñez y a su hijo. Insisto: revocó, concedido por la Generalitat,… Pues bien, los Núñez, padre e hijo, sólo van a dormir a la cárcel de lunes a jueves. Su cumplimiento de pena.

XII. Una sabia mirada a un pasado que es presente

De un reciente artículo de Ferran Gallego: «Antes que todo eso» <http://federalistesdesquerres.org/es/2015/05/antes-de-llegar-a-todo-esto-por-ferran-gallego/>:

«Antes de que llegara todo esto, en los momentos previos a la autonomía gestionada por el pujolismo, existió una Assemblea de Catalunya en cuyas propuestas se hallaba la hegemonía de un partido a cuya debilidad y práctico desmantelamiento cabe achacar buena parte de lo que nos sucede, empezando por la pérdida de una conciencia de clase que identifique a los verdaderos adversarios de quienes sufren esta crisis, y acabando por la evaporación de aquella vinculación orgánica entre conflicto social y proyecto nacional que la izquierda llegó a plantear como emulación de otras experiencias antifascistas europeas. Los objetivos y la forma de trabajar de aquella organización popular fueron ejemplares. La calidad de su trabajo para construir líneas de resistencia y fundamentos de una sociedad democrática debería servir como pieza de contraste para examinar las deficiencias de nuestra situación actual».

Está hablando del PSUC desde luego.

«Para quien tenga memoria suficiente, o para quien tenga la voluntad de conocer cómo se dieron procesos históricos no mitificados, deberá tenerse en cuenta la manera en que aquellos objetivos y aquella forma de trabajo provocaban el disgusto de quienes preferían ámbitos de discusión más restringidos. El temor permanente de quienes veían con recelo una movilización popular de masas que nunca controlaron. El miedo a la calle que se observó en fuerzas políticas que siempre consideraron conveniente reducir el poder de aquella intervención de todas las formas de sociabilidad democrática que la lucha contra la dictadura había ido constituyendo: los partidos, las asociaciones vecinales, las organizaciones sindicales, claro está, pero también la incorporación individual de quienes se agrupaban en una inmensa plataforma que representaba a una sociedad aún no desvertebrada por el cambio de paradigma que se estableció en los últimos tramos del siglo XX».

Un cambio de paradigma hacia la insolidaridad, el individualismo estúpido, los cantos de sirena del neoliberalismo, la destrucción de lo común, la apología de los valores capitalistas, etc.

«Aquella movilización acabó como resultado de muchos factores -la conquista de libertades que acababan con el estado de excepción, el propio agotamiento de una ofensiva que no podía mantenerse indefinidamente, la entrada en una fase de conflictos y competencia interna de quienes habían mantenido posiciones unitarias antes del proceso constituyente. Pero hubo un factor que deberá ser señalado sin descanso, porque sin él resultaría incomprensible lo que sucedió más tarde y lo que ha ido evolucionando hasta nuestros días. Y ese factor fue la agrupación de las fuerzas conservadoras para acabar con la movilización propiciada por la Assemblea y que podía haber llevado a la victoria electoral y la hegemonía cultural de la izquierda. No fue un frente nacionalista el que destruyó las posibilidades políticas -y, en su momento, electorales- de un presunto sector «españolista» en Catalunya».

Con más claridad si cabe:

«Los nacionalistas españoles y los nacionalistas catalanes de derecha, con el auxilio de una Esquerra Republicana que hizo escaso honor a ambas partes de su denominación, se comprometieron a frenar el horizonte de la «reconstrucción nacional de Catalunya» que se había teorizado en la izquierda más consecuente. Era reconstrucción, es decir, recuperación de las libertades perdidas con el mismo espíritu con el que en otros momentos de democracia plena se ejercieron los derechos de los ciudadanos. Reconstrucción para proporcionar a la nueva democracia el talante popular y avanzado que se encontraba en una determinada zona de la tradición del catalanismo, prolongado en los años más oscuros de la segunda mitad del pasado siglo.»

En 1980, recuerda el gran historiador catalán, en las primeras elecciones autonómicas, aquella propuesta fue derrotada sin paliativos, en especial por la falta de participación de quienes creyeron que aquella no era su batalla, frente, por supuesto, al mantenimiento de los votos de quienes siempre tuvieron claro que sí lo era. Y tanto que lo era.

«Que lo era, quizás, en un nivel de mayores posibilidades políticas que el combate por una democracia avanzada que iba a darse en el conjunto de España. Un combate que implicaba, entre otras cosas, asegurar la cohesión social de Catalunya y tramarla sobre algo distinto al discurso nacionalista en el que habría de apoyarse la hegemonía conservadora desde entonces. De hecho, no debería sorprendernos que aquella derrota acabara por repercutir en un modo de entender las relaciones institucionales y políticas entre Catalunya y España. Pero, también, en la forma en que se reconstruyó un Estado cuya vinculación con la sociedad estuvo muy lejos de satisfacer las esperanzas de un sector de la oposición democrática. Quizás una determinada forma de entender España, la abrumadora espesura de un nacionalismo español conservador y su repunte en las formas más pintorescas de regionalismo anticatalán -no anticatalanista- se levante también por el influjo de esa derrota que fue mucho más que un simple episodio electoral y pasajero».

Antes de que llegara todo esto, concluye Ferran Gallego se produjo una derrota «que nunca hizo referencia, más que en la grosera campaña contra «partidos sucursalistas» del pujolismo, a la línea de discriminación nacional», sino, éste es el punto, «a un modelo de sociedad, un proyecto de país, que había de construirse en una perspectiva nacionalista o en una perspectiva federal».

Los resultados están a la vista señala Gallego. «Y cada uno deberá decidir si ha sido para bien o para mal. De cada uno y del país entero.»

XIII. La guerra del 36: contra «los catalanes»

De una entrevista de Bernat Capell con Josep Manel Ximenis, alcaldable de la CUP en Arenys de Munt, una de las «grandes figuras» del independentismo catalán que pasa además, aunque parezca increíble, por ser de izquierdas. Las cursivas son mías:

P: Pero la España de hace cuarenta años no es la misma que ahora.

R: Creo que el talante castellano no ha cambiado y no tiene nada que ver con el catalán. En Cataluña se establece desde el primer momento una sociedad diametralmente opuesta a la feudal castellana. Y esto es una realidad histórica y una estructura que crea sus propias inercias. Castilla se resume en una simple jerarquía de agricultores y aristocracia. Nada que ver pues. La mentalidad castellana lleva en sus genes una aceptación naturalY eso no ha cambiado y no cambiará.

P: Cataluña nunca ha sido independiente.

R. ¿Cómo que no? 800 años. Cataluña ha sido más tiempo independiente de Castilla que no al revés. Visto con la perspectiva antigua, hasta el 1714. Por lo tanto, ¿por qué no podríamos recuperar lo que hemos tenido tanto y tanto tiempo?

P: Pero ya sabe… el espíritu catalán del hablemos, esto lo podemos pactar …

R: El espíritu catalán original no es este sino la vamos a conquistar esto y se conquistaba. Lo que pasa es que trescientos años de dominio castellano e intento de aniquilar un país acaba pasando factura y lleva hacia una sumisión natural, si además tenemos en cuenta que la guerra del 36 al 39 es una guerra contra los catalanes

¿Para qué seguir? Carácter catalán, carácter castellano, mentalidad sin cambios, resúmenes de opereta bufa, genes, guerra del 36 contra Cataluña…¡Izquierda independentista catalana! Las enseñanzas de algunos historiadores e «intelectuales» dejan huella, en la unión fraternal e informado de los pueblos como puede comprobarse

XIV. Norman Bethune

El programa de la segunda fase del proyecto Siguiendo los Pasos de Norman Bethune de CIRFA que se realizará en España a finales de mayo.

En Málaga: mesa redonda sobre los Macpaps, el fascismo y la pertinencia del internacionalismo en el siglo 21. El Paseo de los Canadienses. El parque central y la colina donde fueron bombardeados los brigadistas y la población. Posibilidad de visitar la casa natal de Picasso. El camino entre MALAGA y ALMERÍA. Visita al parque público en Almería donde los brigadistas acamparon bajo las estrellas.

En GRANADA, 22 de mayo: Exposición Bethune.

También en BARCELONA, 23 de mayo: Universidad de Pompeu Fabra de las 10h a las 14 h. Conferencia sobre el papel de Bethune, F. Duran y Moises Broggi durante la guerra de España. Proyección de film en el aula. 24 de mayo Observación de las elecciones. 25 de mayo, feriado de Pentecostés, tiempo libre, si es posible visita al edificio del Hospital Nº 18 sede del servicio de transfusión de sangre del Dr. F. Duran, visita al local del Memorial Democrático y visita al hotel donde se hospedó el Dr. N. Bethune; Castillo Montjuïc donde el presidente catalán Lluís Companys fue ejecutado.

MADRID, 26 de mayo. Visita al local de la AABI y discusión sobre el legado de Bethune 2016. Internacionalismo para el siglo 21. Film: «Levés avant le jour» <http://parcours.cinearchives.org/Les-films-731-153-0-0.html>

Madrid 27 de mayo: visita a dos cementerios con monumentos y placas en honor a los brigadistas, y también figuras históricas como Dolores Ibarruri (Pasionaria). Las instalaciones universitarias donde el primer combate ocurrió, en donde Bethune participó como doctor asistiendo a los heridos, así como los dos monumentos a la memoria de las Brigadas Internacionales:

VALENCIA, 28 de mayo: Conferencia, «Una visión internacionalista de la medicina de guerra en el ciclo de los hospitales en tiempo de guerra», Instituto de Historia de la Medicina.

Bethune: ¡una figura que entre todos no deberíamos olvidar!

XV. Una invitación federalista.

Están invitados… ¡no se lo pierdan si pueden! Será mejor que perfecto escuchar sus opiniones y preguntas. Hablaremos del último libro de un maestro de muchos, de Francisco Fernández Buey.

¿Se animan? Martes, 26 de mayo, a las 19 horas, en Laie. Una hora y 15 minutos, no más, no se preocupen.

Dos de sus reflexiones, dos comentarios del autor de Leyendo a Gramsci y Marx (sin ismos) que, por supuesto, están fechados pero que pueden ayudarnos a pensar en nuestro hoy y con nuestra propia cabeza. A modo de adelanto:

1. «[…] Con esto no niego que habrá conflictos y problemas para las «subminorías nacionales» dentro de las «minorías nacionales». Claro que sí. Los hay ya y los habrá. Es una solemne tontería ocultar que tales problemas existen y existirán (por razones lingüísticas y por otras razones). Ahora bien, toda persona que en Cataluña, Euskadi o Galicia se sienta de la subminoría nacional-española debe saber que al mismo tiempo será parte de la gran mayoría nacional-española y, por tanto, antes de empezar a dar voces en favor de sus derechos (o al mismo tiempo, si se quiere) tiene que empezar por reconocer ese hecho y dar alguna voz en favor de los derechos de las minorías en el conjunto del Estado. Sin esto último no hay legitimación político-moral posible de la defensa de los derechos de las «subminorías» en un marco que, insisto, es mayoritariamente nacional-español.

Item más. No hay sociedad democrática sin problema ni conflicto. Quienes dicen que no hay problema se engañan a sí mismos y engañan a los demás. Lo que hace falta, a partir de ahí, es delimitar bien, y por comparación, cuáles son los problemas más importantes y tratar de resolverlos, sin hincharlos y teniendo cuidado con las palabras que se emplean al calificarlos (porque en estos asuntos las exageraciones se acaban vengando de quienes exageran). Si se me pide mi opinión personal en esto diría: no creo que la burguesía y los mandamases vascos, catalanes o gallegos sean o vayan a ser peores para los de abajo, para los trabajadores y los que están socialmente en peor situación ahora, de lo que ha sido y es ese complejo al que se puede llamar burguesía y mandamases españoles. Ni en cuestiones lingüísticas ni en cuestiones sociales. Posiblemente cuanto más «dinámica» es una burguesía más tienen que luchar los de abajo (y con más inteligencia), pero esa es una cuestión de lucha de clases, que se decía, no una cuestión que haya que circunscribir a lo lingüístico-cultural. Me gustaría pensar que la mayoría de los trabajadores de las «subminorías nacionales» ven también así las cosas. En cualquier caso, lo que nosotros deberíamos hacer es trabajar para que los de abajo no se subdividan en «subminorías nacionales». Por una razón práctica muy sencilla: porque si eso ocurriera «minorías mayoritarias» y «subminorías» acabarían votando unas a sus nacionalismos y las otras al suyo. Ejemplo práctico: el desplazamiento (que ya se ha producido) de votos obreros, en las nacionalidades, hacia el PSOE o hacia el PP exclusivamente en función de que en España mande el PSOE o el PP» (Francisco Fernández Buey (1998)

2. Este segundo fragmento es de una de sus últimas conferencias:

«Así pues, si queremos aprender algo de aquella historia del republicanismo federal para la articulación jurídico-política de las diferencias socio-culturales en el mundo de hoy, y más concretamente, aquí y ahora, habría que llamar la atención sobre la distancia existente entre la argumentación a favor del federalismo (en Pi i Margall y en Garrido, por ejemplo) y la concreción que esta idea llegó a tener en el proyecto constitucional de 1873. De la dificultad que puede llegar a tener en un país como el nuestro concretar bien el ideal federalista republicano, con la intención de superar el malestar o la crisis cultural, da cuenta lo que dicen los historiadores que pasó en junio de 1873, justamente cuando se estaba discutiendo esto. Es una anécdota, pero vale la pena contarla. Presidiendo el consejo de ministros y harto ya de debates estériles, Estanislao Figueras, entonces presidente del poder ejecutivo de la Primera República, se puso a gritar en catalán: «Senyors, ja no aguanto més. Vaig a ser-los franc: estic fins als collons de tots nosaltres!» Tan harto estaba, dicen, que el 10 de junio dejó una carta con su dimisión en el despacho de Presidencia, se fue a dar un paso por el parque del Retiro, tomó a continuación el primer tren que salía de la estación de Atocha y ya no se bajó hasta llegar a París.

Haciendo abstracción de la tragedia, he de decir que hay al menos un punto de esa anécdota que hace simpático a Figueras, suponiendo, claro está, que la anécdota contada sea verídica: dijo que estaba harto de todos nosotros (no de todos vosotros, que es lo habitual en la Tierra de Alvargonzález). Lo cual, bien mirado, algo tiene también de aportación positiva al asunto que nos traía aquí» (Francisco Fernández Buey (2009).

XVI. El argumentario sobre el monotema de Barcelona en Comú

Esto no va en la misma línea. Del argumentario de «Barcelona en comú». Algunas ideas sobre debate nacional y soberanía

1.»Defensa clara y sin matices del derecho a decidir: democracia siempre». ¿Sin reforma moral e intelectual previa? ¿No nos llevaríamos más de una sorpresa si sometiéramos a consulta determinados asuntos tras años de inculcación ideológica individualista, nacionalista, excluyente, de desinformación, de ruptura y aniquilación de tradiciones emancipatorias? «Para nosotros es imprescindible que el conjunto de la población mande sobre todas las decisiones políticas, sociales y económicas que nos afectan». Bien, perfecto (luego un matiz sobre «este democracia siempre»), todas las cuestiones, conjunto de la población. «Sobre debate nacional, en Barcelona en Común como firmes defensores de la democracia tenemos claro que el derecho a decidir, el derecho a la autodeterminación, es incuestionable». ¿Incuestionable? ¿En toda circunstancia, sea cual sea el contexto, quien es sujeto de ese derecho siempre incuestionable? «Defendemos que todos los catalanes tenemos que decidir el presente y futuro de todas las decisiones que nos afectan, y esto incluye (obviamente) los aspectos nacionales y la relación de nuestro país con el resto de países del mundo». ¿Con el resto de países del mundo? ¿Está prohibido el término «España»? ¿La cosa va de las relaciones entre la ciudadanía de Cataluña y el pueblo holandés o chileno? «Barcelona en Común defendemos que la mejor manera para determinar la voluntad sobre sí se está de acuerdo o no con que Cataluña se convierta en un estado es la celebración de un referéndum», opción que, en estos momentos, casi nadie defiende, a no ser que el referéndum sea sobre tema. Por ejemplo: una constitución catalana elaborada sin luz ni taquígrafos.

2) «Crítica directa y frontal a los que niegan democracia. Aquellos que niegan los principios básicos de la democracia, los que niegan el derecho a decidir sobre el presente y futuro de este país nos tendrán enfrente. Denunciamos el autoritarismo y los ataques a la democracia que practica día sí, día también el PP, negando el derecho a decidir y atacando el catalán». ¿No es un poco tópico, tópico, tópico? ¿No hay más matices en el tema? ¿No hay otros nudos? ¿Y los que atacan día sí, otro también, aquí, entre nosotros, al castellano y a la ciudadanía catalana que no comulga con el credo independentista? ¿Todos los que no estamos en las filas del proceso somos peperos?

3) «Impulso de procesos de cambio que nos acerquen a recuperar soberanía, poder de decisión democrática. Vemos imprescindible poner fin al régimen de 1978, que ha devenido obsoleto y no responde a las demandas de mayor democracia y libertades de las mayorías sociales. Barcelona juega un papel muy importante en Cataluña, en Europa y en el mundo, y entendemos que debe continuar jugándolo. Queremos que Barcelona sea un referente mundial en democracia y justicia y, por ello, desde el Ayuntamiento participaremos en todas aquellas iniciativas populares que impulsen los cambios sociales y democráticos ampliamente reclamados. Hay que recuperar la soberanía, entendida como el poder de decisión democrática sobre todas las actuaciones políticas. Recuperar la soberanía significa que nadie desde altas esferas nos imponga lo que tenemos que hacer en Barcelona. Defender la soberanía en Barcelona pasa, por ejemplo, para la gestión pública de los servicios básicos (agua y energía), o para ejercer la autoridad democrática ante los bancos y lobbies que dañan la vida en esta ciudad». ¿Barcelona juega un papel muy importante en Cataluña, en Europa y en el mundo? ¿No en España? ¿España es palabra prohibida, no se puede citar? ¿Ninguna referencia a otras ciudades y territorios hermanos? Si se desea acabar con el régimen de 1978, régimen que cuenta entre sus filas a CiU como figura estelar, hegemónica en alianzas independentistas, ¿no parece razonable aliarse con otras fuerzas, con fuerzas que son de la misma tradición, de tradiciones afines, con idénticos objetivos de equidad y de justicia? ¿No es, no ha sido ésta la perspectiva usual y extendida de la tradición de izquierda catalana en sentido amplio?

Hay más pero lo dejo aquí. Por el sosiego en las filas de la izquierda aunque recomiendo un artículo de Pau Luque, un discípulo de Francisco Fernández Buey, en El País (Cataluña) del pasado viernes 22 de mayo: «Democracia y derechos sociales». No son ninguna tontería las aporías o dificultades que apunta. Un ejemplo:

«En el actual momento político, una buena parte del electorado está preocupado por el adelgazamiento progresivo de las prestaciones sociales. Sin embargo, a otra buena parte del electorado, incluso potencialmente mayoritaria, parece no importarle demasiado el desmantelamiento de ese invento llamado Estado de bienestar. Al menos yo no encuentro otra explicación a que el PP siga siendo, a pesar de todo, una opción con serias posibilidades de repetir Gobierno o a que CiU, aunque disminuida, siga siendo la primera opción en Cataluña. Por ello, puede ocurrir que dando todo el peso de la decisión a la mayoría democrática, esta decida que los recortes, al fin y al cabo, van bien. Quizás la única manera de garantizar totalmente los derechos sociales es considerando que deberían tener la misma protección jurídicoconstitucional que los derechos fundamentales. Esto es, haciendo de aquellos una institución contramayoritaria, inmune a los vaivenes de las mayorías parlamentarias; inmune a cambios constitucionales ordinarios, como el que tuvo lugar en 2011, e incluso, por qué no, inmune también a los cambios constitucionales agraviados. Pero una protección total de los derechos sociales significaría que no puede haber una democratización total de todas las cuestiones políticas, dado que habría un ámbito político sustantivo -el de los derechos sociales- en el cual las mayorías parlamentarias no podrían penetrar. Sin embargo, recuérdese, la democratización total es otra pata fundamental del proyecto en comú».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.