Noam Chomsky e Ilan Pappé no requieren mayor presentación, ambos son ampliamente conocidos por sus respectivas obras académicas, pero también por su activismo político. Además de su contribución a la lingüística, Chomsky es un autor de referencia por sus numerosos ensayos políticos, críticos con el capitalismo y, en particular, con la política exterior de Estados […]
Noam Chomsky e Ilan Pappé no requieren mayor presentación, ambos son ampliamente conocidos por sus respectivas obras académicas, pero también por su activismo político. Además de su contribución a la lingüística, Chomsky es un autor de referencia por sus numerosos ensayos políticos, críticos con el capitalismo y, en particular, con la política exterior de Estados Unidos. De manera semejante, la obra de Pappé es fundamental para comprender los cimientos coloniales en los que se asienta el Estado israelí, que sigue prolongando uno de los conflictos más enraizados en la sociedad internacional.
A su vez, Pappé también es uno de los más distinguidos y productivos autores de los denominados -en su momento- «nuevos historiadores israelíes». Un grupo integrado por historiadores y sociólogos que, después de investigar en los archivos israelíes, invirtieron el relato oficial de Israel sobre los acontecimientos que rodearon la construcción de su Estado en 1948 y la consiguiente tragedia de los refugiados palestinos. Su libro La limpieza étnica de Palestina (Barcelona: Crítica, 2008) es un claro ejemplo, incluso trascendió el marco académico y se convirtió en un auténtico best seller.
Esta obra viene a ser una continuación de la anteriormente titulada Gaza en Crisis. Reflexiones sobre la guerra de Israel contra los palestinos (Madrid: Taurus, 2011), editada también por Frank Barat, con gran éxito y traducida a numerosos idiomas. Junto a su actualización temática, introduce la novedad de que las respuestas son fruto de una conversación cara a cara y no de una larga correspondencia electrónica. Esta fluidez se advierte en el texto con las diferentes matizaciones o precisiones, perspectivas e incluso discrepancias (por ejemplo, sobre el boicot académico), con un enriquecimiento del debate.
Organizada la conversación en tres grandes bloques temporales (pasado, presente y futuro), Chomsky y Pappé intercambian sus puntos de vistas sobre los más diversos aspectos en torno a la cuestión de Palestina: la naturaleza colonial del movimiento sionista y de Israel como colonia de asentamiento; las similitudes y diferencias con la Sudáfrica del apartheid; el movimiento de solidaridad con el pueblo palestino y la campaña del BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel); unido a las perspectivas sobre la solución de los dos Estados o solo uno.
La obra se complementa con algunos artículos específicos de ambos autores en torno a las sucesivas agresiones israelíes a la Franja de Gaza («genocidio progresivo» lo denomina Pappé); además de un estudio preliminar del mismo Pappé que, de manera esclarecedora, sistematiza tanto el diálogo con Chomsky como algunas reflexiones que, bajo el título de «Conversaciones antiguas y nuevas», recoge la dramática evolución política en Israel/Palestina y en toda la región.
En concreto, considera necesario la «búsqueda de nuevas ideas» e «incluso de un nuevo lenguaje para Palestina» debido, entre otras paradojas, primero, a que los logros y, en particular, el cambio experimentado favorablemente por la opinión pública mundial sobre Palestina no ha tenido un impacto efectivo sobre la realidad por el apoyo que recibe Israel de «las élites económicas y políticas de Occidente»; segundo, el adoctrinamiento de la sociedad israelí, con una imagen favorable de su Estado, pese a las críticas que recibe del exterior; tercero, a que las críticas y condenas de determinadas políticas israelíes no alcanzan al «régimen y la ideología que produce dichas políticas»; y cuarto, a que el conflicto se barniza como «una historia multifacética y compleja, difícil de entender y más aún de resolver», cuando en realidad se trata de «una simple historia de colonialismo y usurpación». De ahí que Pappé abogue por un nuevo diccionario en el que términos como limpieza étnica, apartheid, colonialismo, descolonización, cambio de régimen y solución de un solo Estado, entre otros, sean centrales.
En suma, Chomsky y Pappé hacen una lectura crítica de los principales hechos y acontecimientos de este prolongado conflicto colonial (no entre Palestina e Israel como si se trataran de dos entidades semejantes); además de exponer la relación existente entre poder y producción del conocimiento. En esta dinámica, desvelan la inconsistencia de términos tan estandarizados o acuñados como «proceso de paz» o «solución de los dos Estados», cuando la realidad sobre el terreno muestra que son una mera cortina de humo de la que se ha servido Israel para amortiguar o neutralizar las críticas, ganar tiempo y seguir implementando su política colonial, de hechos consumados, con la apropiación de más territorio palestino; además de la creciente fragmentación y guetización de la población palestina, unido al continuado bloqueo de Gaza desde hace una década.
Sin olvidar la discriminación de los palestinos en Israel, sobre los que también ha escrito una obra Ilan Pappé, Los palestinos olvidados. Historia de los palestinos de Israel (Madrid: Akal, 2017); y las diferentes agrupaciones de la diáspora palestina que en no pocos casos, como en el más reciente de los refugiados palestinos en Siria, se han visto forzadas a nuevos desplazamientos.
Con todas estas implicaciones, que remiten mucho más atrás de la ocupación israelí en 1967, es difícil no advertir que mientras persista el régimen de apartheid se seguirá perpetuando esta prolongada segregación y opresión. De ahí la importancia de abordar esa dimensión histórica: primero, para comprender mejor «por qué continúa el conflicto»; y segundo, para cambiar «el punto de vista político sobre la cuestión palestina» al mostrar cómo «el conocimiento fue manipulado» mediante ese mencionado lenguaje («proceso paz», «solución de los dos Estados», entre otros términos).
Semejante lenguaje es, a su vez, empleado no sólo por la diplomacia internacional, sino también, de manera un tanto ingenua y equivocada, por gente bienintencionada, amigos y amigas de Palestina y movimientos de solidaridad; e incluso por la propia Autoridad Palestina, probablemente por «carecer de otras alternativas» o por «desesperación» como apunta Chomsky.
Ambos autores no se andan con rodeos para denominar las cosas por su nombre. Conscientes de la coyuntura actual, insisten en, primero, identificar clara y correctamente el problema, señalando el carácter colonial del movimiento sionista y de Israel «como un Estado racista»; y segundo, redoblar los esfuerzos para cambiar la política de Estados Unidos, pues su apoyo resulta «decisivo» para que Israel siga manteniendo un comportamiento de Estado paria a semejanza de la Sudáfrica del apartheid.
(*) Reseña del libro de Noam Chomsky e Ilan Pappé ‘Conversaciones sobre Palestina’ Navarra: Txalaparta, 2017 (240 páginas). Traducción de Clorinda Zea.
José Abu-Tarbush Profesor titular de Sociología en la Universidad de La Laguna (Tenerife)