Traducido por Carlos Sanchis
Mahdi Khanfar, un graduado en desarrollo urbano de 35 años de edad, todavía tiembla al recordar su arresto por el mukhabarat (servicio de inteligencia) de la Autoridad Palestina en mayo.
«Los del mukhabarat me preguntaron sobre Hamas y armas. Me pusieron en una cinzana (una pequeña celda sin ventanas) en los cuarteles generales del mukhabarat en Jenín y empezaron a colgarme con las manos atadas tras mi espalda.
«Las puntas de los pies apenas estaban tocando el suelo. A veces también me ataban una pierna por lo que yo tenía sólo un pie en tierra. Duró durante cinco días. He perdido toda sensibilidad en mi mano izquierda,» me dijo la semana pasada.
Uno de varios anteriores detenidos entrevistado en Nablus y Jenín, describió lo que parecía ser una norma en la que simpatizantes de Hamas a menudo solamente son liberados una vez que sus familias rinden dinero o armas. El abuso aducido por las fuerzas de la AP parece dirigido a convencer a los gobiernos occidentales donantes, así como a Israel, de que la Autoridad Palestina está «sujetando al terror.»
El hermano de Khanfar trabaja en Qatar como director de noticias de la cadena árabe de televisión por satélite, al-Jazeera. «Ellos siguieron preguntándome sobre las transmisiones de al-Jazeera que no les gustaban. Les dije que ese era asunto de mi hermano. Es una locura. Avisaron a Hikmat, mi otro hermano, en Jenin y le dijeron que si quería liberarme debía traer un arma. Hikmat avisó al Comité Internacional de la Cruz Roja que le envió a un delegado para que me viera. Mi tratamiento mejoró ligeramente pero me retuvieron durante algunos días más, hasta que después de 53 días fui liberado.»
Fadel Morshed (40 años) es un abogado que ha defendido a los detenidos de Hamas. Arrestado por el mukhabarat de Jenín en enero, dice que fue mantenido durante los tres primeros tres días colgando con sus manos atadas tras la espalda. La tortura, que crea un dolor masivo sin romper ningún hueso, es conocida como shabah. En una variante, Morshed fue más tarde atado a un taburete fijado al suelo por debajo de las escalas por lo que tuvo que estar de cuclillas durante horas seguidas.
«Me preguntaron por qué defendí a la gente de Hamas. Me negué a contestar y dije que como abogado no precisaba que discutiera mis clientes con ellos,» dijo Morshed. «Todas las personas arrestadas son moderados que están a favor de la unidad y el diálogo con Fatah. No eran parte del ala militar de Hamas». Fue puesto en libertad después de 45 días sin explicación ni cargo pero todavía tiene heridas e hinchazones en los pies.
Algunas víctimas han sido arrestadas más de una vez. El jeque Hamid Betawi es el jefe del Tribunal de la Sharia de Palestina y miembro del Parlamento Palestino, elegido en la lista apoyada por Hamas, Reforma y Cambio. Describió cómo su hijo Naser, de 30 años de edad, fue detenido y torturado por el mukhabarat en Nablus desde marzo a mayo de este año.
Desde el primer mes a la familia se le impidió visitarle. «Cuando dejaron entrar a su esposa, los del mukhabarat le dijeron que proporcionara dinero o armas. A casi cada prisionero se le pide conseguir dinero o armas. Muchos lo hacen. Hay muchos comerciantes de armas,» dijo el jeque. Su esposa vendió joyas de oro para reunir el dinero para conseguir liberarlo, pero después de unas semanas fue arrestado de nuevo.
«Nos estamos enfrentando a dos ocupaciones; una israelí y otra palestina,» dijo el jeque Betawi. «Le hablé a Abu Mazen (Mahmoud Abbas) el otro día sobre los ataques a Hamas pero nada ha cambiado». El jeque está convencido de que los gobiernos europeos donantes así como el teniente general Keith Dayton, el funcionario estadounidense que vigila la reforma del sector de seguridad para la Autoridad Palestina, son conscientes de lo que está pasando.
Jamal al Muhaisen, el gobernador de Nablus, una persona designada por el partido de Abbas, admitió que los detenidos son rutinariamente canjeados por armas. «Nosotros sólo arrestamos a personas que pueden tener armas. Si una persona entrega un arma, por supuesto al día siguiente lo soltaremos,» dijo. Negó que la tortura fuera una cuestión de política. «Nosotros nos negamos a adoptar medidas duras pero a veces las personas que trabajan en prisiones cometen errores de los que no estamos contentos. Pasa en todos los países, incluso en los Estados Unidos.»
Nablus también ha visto incursiones casi cada noche durante las últimas semanas efectuadas por tropas israelíes que han asaltado seis mezquitas, cerrado tres escuelas, una clínica, una emisora de televisión, un grupo de mujeres y la beneficencia Attadamun, que auxilia a niños huérfanos. El ministerio israelí de exteriores describe las acciones del ejército, que también ha golpeado fuerte en Hebrón en los recientes meses, como apuntando a la «infraestructura organizativa» de Hamas.
«La actividad de Hamas se lleva a cabo bajo la guisa de la caridad, pero el objetivo real es el fortalecimiento de la organización terrorista Hamas y su arraigo en la población,» decía una declaración del ministerio. «Hamas quería reunir fuerza en Cisjordania para conseguir de este modo el control, tal como hizo el año pasado en Gaza», agregó.
Hasta 200 personas han sido arrestadas por los israelíes, según Muhaisen. Pero aunque el gobernador de Nablus critica las incursiones israelíes, muchos en Nablus ven la relación de Fatah con los israelíes como una confabulación más que como una competencia. Apuntan hacia una puerta giratoria de arrestos espalda con espalda, en los cuales las personas detenidas por los israelíes mas tardes son retenidos por los palestinos, o viceversa.
El Dr Mustafa Barghouti, secretario general de la Iniciativa Nacional Palestina y parlamentario independiente que critica a Fatah y a Hamas, dijo: «Desde Annapolis ha habido 2. 560 ataques israelíes a palestinos, el 90% de ellos en Cisjordania. Han socavado, por sus acciones, la Autoridad Palestina. Están intentando convertir a la A.P. en un subagente de seguridad como el gobierno de Vichy (en la Francia ocupada)».-
(c) Guardian News & Media 2008
Fuente: http://www.palestinemonitor.org/spip/ Carlos Sanchis pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.